Antonio García Rubio es un veterano militante del PCE e IU. Concejal de IU en Torrecillas de la Tiesa, un pueblo de Extremadura. Es coordinador de la Asamblea Local.
"El programa político debe
prevalecer sobre los personalismos"
Hola
Antonio. La ilusión que hemos percibido con el triunfo de Manuela Carmena en
Madrid y Ada Colau en Barcelona no se ha reproducido en otros lugares, o no de
la misma forma. Todo el panorama social y político del estado español, derechas
e izquierdas, se encuentra algo revuelto. ¿Qué ha pasado con IU en Extremadura?
Antonio García: Ya, pero no podemos comparar a los partidos que afortunadamente han desbancado a la
derecha en Madrid o en Barcelona con otras regiones. Aquí había ocasión de gobernar
con el PSOE o abstenerse y el resultado por mayoría ha sido la abstención, para
nada pactar con el PP como se ha llegado a pensar y a decir. No se debe caer
en personalismos. Aquí presentamos en varios sitios una candidatura única como
Ganemos en las principales capitales de Extremadura pero algunos militantes de
Podemos y también de mi formación política han mostrado que su experiencia
universitaria no implica experiencia política ni necesariamente coherencia
ideológica. No debemos caer en protagonismos sino procurar que la gente
vote a un programa y que nos atengamos a
él y a su verdadero contenido. A mí la experiencia, algo que debe apreciarse, me ha enseñado que ni el oportunismo ni el
ansia de poder son nada sólido en el tiempo. Gente sin trayectoria política
dando lecciones no puede dar buen resultado, no porque sean jóvenes, ya que hay una
cantera juvenil muy importante que no aparece en los shows de la tele. Hemos de
acercarnos a la gente.
Aleas-IU
(Área Afectivo Sexual de Izquierda Unida) se ha formado sin problemas en
Andalucía, Canarias, Madrid, Extremadura, incluso en Castilla-La Mancha, aunque
sin gran soporte. No ha ocurrido lo mismo en Castilla y León. ¿Cómo ves tú el
tema del exilio a las grandes ciudades siendo concejal de un pueblo hace muchos
años?
Antonio
García: Yo nunca he ocultado que soy gay y no
podemos desligarlo de otras luchas. Afortunadamente sí percibo como tú has
comentado una juventud más abierta dentro de las formaciones de izquierda con
el tema LGTB y el feminismo, aunque quede mucho camino por recorrer. Muchos, yo
incluido, hemos tenido que viajar para poder respirar un aire de libertad que
luego aquí al menos sí han recogido los y las jóvenes militantes,
independientemente de su orientación sexual. Una ruptura con modelos que
favorece el aislamiento en pequeñas localidades que no favorecen el
asociacionismo frente a un tejido social
fragmentario. Debemos estar cerca de la gente.
-Se
ha aprobado la Renta Básica en Extremadura. Un logro notable.
A.G: Sí, se ha aprobado y sin el voto del
PSOE, lo que es una lástima. Ya lo están
disfrutando cientos de familias. Creo que el bien común es un tema prioritario,
en estos tiempos por encima de personalismos e incluso de siglas. Lo que ocurre
es que Extremadura es una región muy rural y esperamos que las demandas de las
gentes de los pueblos lleguen a quienes toman decisiones. Uno de los grandes
fallos de la izquierda española, al contrario que por ejemplo la portuguesa, es
la falta de unidad, lo que ha favorecido a los de siempre.
Hablando
de diversidad. Muchas mujeres feministas y gente LGTB al menos en el Centro y Norte
de España se han alejado de los grupos de izquierda porque no recogían sus
demandas o no de la manera esperada. ¿Esto ha ido cambiando?
A.G: Yo aquí sí percibo ese cambio, aunque
no ha sido fácil. Muchos jóvenes hicieron pegatinas diciendo que con mi ejemplo
les había ayudado a salir del armario. Ocurre lo mismo con los derechos de las
mujeres; aunque claro, hay más modelos presentes y más rodaje. Yo planteo que de cara
al futuro planteemos un orgullo del mundo rural al margen del jolgorio de las
grandes capitales. No nos importa tirar de las carrozas con tractores. La
visibilidad es un paso más.