Desde hace más de un mes
se lleva barruntando por grupos de la sociedad civil una iniciativa
coordinada por un grupo de trabajo llamado coordinadora 25S, con el
fin de rodear el congreso de los Diputados.
La intención de la
acción es generar un proceso para rescatar
la institución del secuestro
de la soberanía popular llevado a cabo por la Troika
y los mercados financieros y ejecutado con el
consentimiento y la colaboración de la mayoría de los
partidos políticos.
Hacer visible el descontento hacía
la institución que, en teoría, representa la voz de la ciudadanía
a través de los representantes elegidos en la elecciones. La
iniciativa va más allá de la protesta. Se pide la disolución del
congreso, promover una constituyente, a ejemplo de Islandia, donde
los/as ciudadanos/as puedan elegir el modelo de estado que desean,
justo ahora que tanto se habla del modelo territorial, autonómico y
de estado que “necesitamos”. Algo para lo que nuestros actuales
representantes no has sido elegidos y que necesita de la
participación de una inmensa mayoría de ciudadanos/as. Esta
iniciativa pacífica y colectiva está provocando un gran miedo
escénico en las esferas políticas y económicas.
Desde el 15 de
mayo de 2011, se han ido creando grupos de trabajo y debate,
iniciativas colectivas que van avivando la participación ciudadana y
la posibilidad de un referéndum para decidir si queremos hipotecar
nuestro futuro durante los próximos 40 años. Cuando la palabra
REFERÉNDUM aparece en el discurso mediático, que son pocas veces,
suenan todas las alarmas dentro del binomio político formado por PP
y PSOE. Recordemos las presiones recibidas por el anterior gobierno
Griego al anuncio de un referéndum para decidir su continuidad en la
moneda única. Nuestros políticos tienen miedo a la inteligencia
colectiva de la ciudadanía, a nuestra capacidad de
auto-organización. Su respuesta es la represión, criminalizar esta
iniciativa que toca la base sobre la cual intentan legitimar la
estafa del pago de una deuda impagable, ilícita y odiosa.
No sé si
la Democracia tal y como la conocemos será el mejor modelo, habría
que decidirlo entre todos/as.