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martes, 29 de abril de 2014

Castilla no es país para jóvenes

Por Carolina R. Tenaz.
Escudo del Instituto Español de Emigración
Castilla no es país para jóvenes.   La situación no es nueva ni consecuencia exclusiva de la crisis. Desde hace ya unas cuantas generaciones, cuando los jóvenes acaban el bachillerato o la universidad deben ir pensando en hacer las maletas.  Según el INE (Instituto Nacional de Estadística)  Castilla y León tendrá menos población en 2023, en plena era digital que en 1857, cuando aún no se conocía el telégrafo.  Se trata de una hecatombe demográfica que no tiene parangón en España ni quizás en Europa.  Al menos desde 1950, año en el que se alcanzó el máximo de población en Burgos y en la región, millones de jóvenes se han visto obligados a buscar otros horizontes para poder tener una vida digna y realizar sus sueños.  La tendencia que empezó con Franco no ha variado tras treinta años de estatuto de autonomía y más de 25 años de gobiernos del PP.  Es más, no sólo no han revertido la situación sino que agravan una enfermedad al convertirla en crónica.


Separación de padre e hijo  antes de partir al exilio económico
A pesar de habernos acostumbrado al exilio masivo de amigas o familiares y contar con un pasaporte que de momento nos pone a salvo de vallas con concertinas estamos ante un drama humano, familiar  que ha sido promovido o al menos aprovechado por la derecha autóctona para mantenerse más fácilmente en el poder.  Las migraciones no son sólo movimientos más o menos espontáneos de población.  Son, además, entre otras cosas, un arma política.  Normalmente son aprovechadas por el poder.  Franco las promovió como válvula de escape al no ser capaz de acoger la industria de Cataluña y el País Vasco toda la gente que era expulsada de la agricultura.  Era mejor que se fueran con las maletas de cartón a Suiza, Francia, o Bélgica  y de paso trajeran dinero a la familia.  Si se quedaban el régimen corría el riesgo de que exigieran una vida digna que Franco no estaba dispuesto a darles.  Siempre que un país emigra es porque está gobernado por parásitos.   En Castilla se condena al exilio a la juventud sin que las instituciones hagan lo más mínimo para impedirlo porque la juventud en Castilla molesta al poder.    La energía de la juventud, su inquietud y efervescencia genera desconfianza en unas instituciones que prefieren la quietud de la senectud y la postración.  La élite casposa y feudal de esta tierra lleva un siglo facilitando el centrifugado de la esperanza de regeneración que son aprovechados por otras ciudades, otros territorios, otros países:  Bilbao, Madrid, Barcelona, Alemania, Nueva York o Argentina.  Es un exilio económico pero también político.  Se exilia a la gente sospechosa de querer mejorar las cosas.  El exilio de cerebros, manos, brazos y corazones  jóvenes  es de lo que se nutre a la clase extractiva de Castilla y León.   Se sirve de la condena al destierro de los jóvenes  para  mantenerse en el poder y proseguir con la carcoma del edificio.  Importa poco un decorado institucional, que ha cambiado para que en el fondo nada cambiara.
Blog no nos vamos nos echan

No todos los jóvenes tienen que emigrar. No están condenados las nuevas camadas del PP.  Estos jóvenes de DNI y de espíritu senil tienen muchas posibilidades de ocupar puestos de responsabilidad pública y poseer una carrera tan beneficiosa para ellos mismos como calamitosa para todos los demás.  Gracias a las redes clientelares, las camadas del PP se colocan en los puestos de confianza como asesores de cualquier cosa,  monopolizan las fundaciones y empresas públicas sin currículum, y sin inteligencia.  Suelen presentar como único mérito el sacar diligentemente la lengua y morder cuando el amo lo exije.  También encontraron acomodo en las Cajas de Ahorros y Obras Sociales hasta que acabaron con ellas. La Universidad de Burgos tampoco ha escapado a su acción parasitario.   Los idiotas de carné son tan astutos para el bien propio como letales para el público y son el banquillo de otros de más relumbrón.  Entre estos últimos en Burgos se encuentra la "Generación Baeza":  Javier Lacalle Ángel Mariano Ibáñez, gran alquimista de las cuentas públicas, el inefable Eduardo Villanueva,  María José Abajo,  Malvido, o María Jesús Lope, la gerente del aeromuerto de Burgos.  Eso por citar sólo a algunos de los más conocidos. Nada de lo que tocan funciona.  ¿Cuánta gente de Burgos se encuentra desempeñando con éxito puestos de responsabilidad en medio mundo?  Los viejos-jóvenes sin escrúpulos vieron en el carné del PP la forma de condenar al exilio a parte de la juventud que más vale para que ellos, los mediocres, ocuparan su puesto.  En gran parte Burgos y Castilla se mueren porque aquí mandan los peores: los parásitos  
Exiliada en Montréal

El otro grupo de jóvenes que jamás tiene que emigrar es el de los que heredan la empresa de papá.  Hoy en día hay quien al heredar lo llama emprender.  Da igual los resultados académicos que tengan, o que no sepan ni un idioma.  Personas que no pasarían el primer
proceso de selección de ningún empresa pasan a dirigir la de papá.  A pesar de lo mucho que vociferan algunos empresarios de la ciudad para el único puesto para el que no existe competencia ni se exige es para el puesto de jefe.  ¿Cómo van a funcionar bien esas empresas?  En la nueva generación de empresarios burgaleses hay pocos apellidos frescos, y muchos de segunda y tercera generación.  No pertenecen al tipo de individuo de hombre hecho a sí mismo que tanto veneran sino que presentan como único mérito haber heredado de papá.   Sin embargo, como todo el mundo sabe, las empresas se heredan pero el talento no.  
Publicación en internet de la marea granate.  Exiliados organizados

Es necesario que los y las exiliadas de Burgos y Castilla sigan manteniendo el vínculo con la tierra de la que fueron desterrados por los mediocres y los corruptos.  Es necesario que transmitan sus conocimientos y sus experiencias.  Que vean y que cuenten a sus padres, madres, abuelas y amistades que en otros lugares las cosas funcionan de otra manera.  Que en otros sitios, la gente joven tiene oportunidades.  Que en otras tierras y otros países les tratan mejor que aquí.  En definitiva que en otros lugares se da oportunidades al mérito, la inteligencia, y la capacidad de trabajo.  No al tener un apellido de rancio abolengo o el carné del PP.  Os queremos.  Os esperamos.  Os necesitamos.