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jueves, 28 de enero de 2016

En huelga de hambre frente a la Subdelegación del Gobierno en Burgos

Por Burgos Dijital
Abdelkrim ha iniciado una huelga de hambre el martes 26 de enero frente a la Subdelegación del Gobierno de Burgos como medida de protesta por la "denegación de los papeles de residencia y de trabajo". 


Tras quince años en España en diferentes ciudades y con diferentes trabajos, regresó a su pequeña localidad natal en Marruecos donde permaneció más de un año, "acompañando a su hijo que padecía una enfermedad grave, tras su fallecimiento ha regresado a Burgos". Tras su vuelta solicitó la renovación del permiso de residencia y trabajo, y casi siete meses después le ha llegado la Resolución del Ministerio con la "denegación" del permiso, motivando la misma por no haber justificado el año de su estancia en Marruecos con certificado médico y justificante del Ministerio del Interior de Marruecos.


El hecho de haber estado algo más de un año fuera de España le hace perder los derechos de residencia, según le ha comunicado la Subdelegación de Gobierno.  Por ello ha decidido iniciar una huelga de hambre en la calle, acostado en un banco y cubierto con una lona de plástico y ropa que le traen amistades y personas que se solidarizan con él, así como agua con azúcar para que soporte mejor este periodo.  Dice que "estará ahí manteniendo la huelga de hambre hasta obtener sus papeles de residencia", se siente indefenso y abandonado por la Administración que "no quiere saber nada de este asunto". Su futuro es incierto, o vivir en España sin papeles o volver a Marruecos.  Reclama en esta situación tan desesperada "los derechos humanos"

lunes, 21 de septiembre de 2015

Conflicto sirio y crisis migratoria



Por Juan Argelina

Nada es lo que parece, aunque siempre puede observarse la realidad tras el brillo del maquillaje. Somos testigos de las desgracias de un mundo convulso, pero aparentamos la falsa seguridad que nos prometen quienes las crean. Es así que las fotos se traducen en emociones, pero enturbian el análisis. Y en estos días de fatiga periodística, centrada casi exclusivamente en los refugiados sirios clamando dignidad y justicia en las puertas de Europa, he visto varias que me han revuelto la conciencia e incitado a reflexionar. Las primeras son en principio asépticas: a menudo veo el estado de la atmósfera; me interesa el clima, sus cambios, sus efectos. Los satélites mostraban la formación de tres huracanes simultáneos sobre el Pacífico. 

Como las tres brujas de Macbeth, Kilo, Ignacio y Jimena, como se les llamó, exhibían el poder de una naturaleza maltratada, de un mar sobrecalentado por el aumento de las emisiones de dióxido de carbono, de unos vientos feroces, que permitían atisbar los desastres que ocasionarían. Unos desastres, cuya causa última está en la acción humana. En otra parte del mundo, pude reconocer la misma forma huracanada en una gigantesca tormenta de arena que ocupaba todo el norte de Irak y parte del oeste de Irán. Tierras devastadas. Si no hubiera sabido las coordenadas geográficas, hubiera pensado que se trataba de Marte. Ya experimenté una de estas tormentas en Mali, más concretamente en Tombuctú, hace unos años. La arena lo cubre todo hasta engullir cualquier cosa que encuentra en su camino. Nada parece resistirse y es un milagro sobrevivir a su fuerza. Al igual que el empobrecido y estéril Sahel africano, Oriente Medio va camino de convertirse en un desierto aún más desolado y trágico. 

El nuevo orden mundial ha señalado la región como una pieza esencial en el tablero de una guerra global en la que sus contendientes juegan con máscaras. Nada es lo que parece. Los huracanes y las tormentas de arena pueden ser fenómenos naturales, pero su virulencia no lo es tanto. Tras las fotos hallamos la secuencia de los factores destructivos que causan miles de víctimas. 

Y así llegamos a la foto del niño Aylan Kurdi, muerto sobre la playa de la isla griega de Kos, difundida globalmente como la metáfora del destino final de millones de seres humanos condenados por ese ajedrez mortal en el que sólo son peones sacrificados. La fotografía es estremecedora, pero al mismo tiempo chocante. ¿Acaso los ciclónicos vientos de la tormenta de arena arrastraron su cuerpo, como el de miles de otras víctimas, desde su destrozada tierra natal hasta las aguas del Mediterráneo, abandonándolo, como si se tratara de un relato mitológico, en las puertas de nuestra casa? ¿Y qué tiene la imagen de su pobre cuerpo tirado al borde del mar, que no tengan las del resto de ahogados en el estrecho, en Lampedusa, en las costas griegas,...? Los mismos que ahora se ven obligados a acoger refugiados (sirios), disparaban pelotas de goma contra los africanos que, a nado, intentaban alcanzar las costas de Melilla. También hubo muertos.  Nunca se depuraron responsabilidades. Igualmente recuerdo las palabras de Aznar cuando, tras sedar a algunos inmigrantes y meterles en un avión para expulsarles del territorio español, dijo: "Teníamos un problema y se ha solucionado". 

Ahora la opinión pública se ha hipersensiblizado tras la publicación de la fotografía de Aylan muerto sobre la playa de Kos. ¿También se trata de un fenómeno natural? ¿Es la guerra, como los ciclones del Pacífico o las tormentas de arena de Oriente Medio, un fenómeno natural? ¿O son el resultado de políticas deliberadas? Casi cuatro años de guerra civil en Siria, con millones de desplazados vagando por los países vecinos, y la preocupación llega ahora. ¿Es la foto también una consecuencia "natural" de este proceso?

Emily Roenigk, experta en comunicación social y digital para World Relief, ha calificado de "porno-drama" a las tragedias que únicamente se observan desde el sufrimiento resultante y circunscrito a una mera situación dramática personal o familiar, ocultando las causas que provocaron esa situación e impidiendo señalar a los responsables que han financiado y vendido las armas que han alimentado las guerras y alentado el estallido de conflictos en esas zonas para perpetuar el saqueo de sus recursos (petróleo, coltán, uranio, gas, etc.). 

Los árboles nos impiden ver el bosque. La marea de refugiados centra la atención en las políticas de asilo, mientras nadie se responsabiliza del desastre en origen. En general, los medios de comunicación simplifican a los seres humanos, hasta el punto de extraer de ellos sólo las características que se pueden utilizar para obtener una alta respuesta emocional y generar ganancias. Esto lo vemos en la publicidad, el cine, la pornografía. De forma similar vemos representados a los pobres en nuestros medios de comunicación, explotando su condición e incluso su sufrimiento con ánimo de lucro. Como solemos hacer con la cosificación de las mujeres, tenemos que hacer una pausa y preguntarnos si es ético presentar a un ser humano a las audiencias occidentales con el único propósito de provocar una experiencia emocional y, en definitiva, dinero. Es una práctica llamada pornografía de la pobreza, y no hace casi nada para resolver el problema estructural real. La guerra, "la madre de todas las cosas", como decía Heráclito, continuará. Algo se les ha escapado de las manos a sus inductores, pero tratan de enmascarar el producto de sus consecuencias.

Foto New York Times
¿Qué es lo que está ocurriendo en Europa con la crisis migratoria? Esas personas no son emigrantes. Son refugiados que huyen de sus países, después de que Estados Unidos y sus aliados los bombardearan. Tras el derrocamiento y muerte de Gadaffi en Libia, el punto de mira se puso en el de Assad en Siria. Francia obtuvo grandes beneficios en contratos petrolíferos con las nuevas autoridades de Libia, ahora desangrada en otra guerra civil sin fin, sumida en la anarquía, y convertida en punto de salida hacia Europa de los desesperados de media África. 

En el caso de Siria, su posición estratégica como paso de los principales oleoductos hacia el Mediterráneo, y su alineamiento político con Rusia, China e Irán, los grandes enemigos del frente empresarial y financiero conducido por Estados Unidos y la UE, la convirtieron en la siguiente diana. Imaginaron una victoria fácil, al hilo de lo que ya había sucedido en los países donde la "primavera árabe" había podido sacar del poder a sus dictadores.  O bien, si la revuelta popular no tenía éxito, el apoyo militar a los grupos armados rebeldes desintegraría rápidamente, como en Libia, al régimen, instaurando otro más fácil de doblegar y manipular, cercano a los intereses occidentales. 

El fracaso de la ocupación militar en Irak inducía a la cautela en cuanto a una intervención directa. Erraron el cálculo, y Assad resistió. El resultado es una sangría de las mismas proporciones que las descomunales tormentas de arena que hemos visto estos días, y con unas consecuencias similares en cuanto a la ceguera provocada. 

La desinformación y el control informativo han sido y son de tal calibre, que todos estamos ciegos ante la realidad de la tragedia. Porque ¿qué sabemos verdaderamente del conflicto ahora mismo? El caso de Bherlin Gildo, cuyo juicio por terrorismo en Siria fue suspendido el 31 de agosto pasado, tras demostrarse que agentes de inteligencia británicos habían estado armando a los mismos grupos rebeldes que Gildo fue acusado de apoyar, ha dejado claro que como decía al inicio de este texto, nada es lo que parece. 

La evidencia de que Gran Bretaña había estado proporcionando entrenamiento, apoyo logístico y suministro secreto de “armas en escala masiva” a los rebeldes sirios, abre la puerta a la certeza de que Estados Unidos y sus aliados han sido los responsables de crear las condiciones de la situación caótica actual en la región. 

Chomsky es contundente en su análisis: Una de las graves consecuencias de la agresión de Estados Unidos y Reino Unido fue la de inflamar los conflictos sectarios que ahora están destrozando Irak en pedazos, y que se han extendido por toda la región con consecuencias terribles". La injerencia de Estados Unidos y la Unión Europea en Medio Oriente para destruir a Irak y derrocar al gobierno de Assad de Siria, unido al apoyo económico y militar que incluyó la entrega de armas nucleares a Israel, fueron determinantes para el surgimiento del Estado Islámico que, inicialmente, fue un grupo terrorista armado, financiado y entrenado por la CIA y otras agencias de inteligencia de la UE. 

Constituye ahora un ejército que siembra el terror en sobre el extenso territorio que ya controla, y pretende organizar un califato al estilo medieval pero con armas dotadas de tecnología punta, entregadas por Estados Unidos y sus aliados europeos, los mismos que ahora se afanan en acoger a los refugiados del conflicto que ayudaron a alentar. ¿¡No es increíble!?

Siria, Libia, Afganistán, Yemen, ... han sufrido los bombardeos de Estados Unidos, Arabia Saudita y los Emiratos Árabes Unidos. Ahora sus habitantes tienen que huir a Europa. Todo este flujo migratorio es la consecuencia directa de los errores de cálculo de la política militarista de Occidente. Los drones norteamericanos han causado tantas víctimas entre la población civil inocente, que, si no están ya entre la masa que espera entrar en nuestros países, se ha pasado directamente a las filas del ISIS, tal como lo hicieron miles de hombres reclutados, armados y entrenados por la CIA en Jordania y Turquía con la esperanza de crear un frente militarmente eficaz sobre el terreno. Aunque quieran crear una cortina de humo, o una tormenta de arena, para desorientar y confundir a la gente, la realidad se impone, y ahora Putin, desde Rusia, se frota las manos y sonríe ante toda esta desgracia en el corazón de la Unión Europea. "Quien siembra vientos...", decía en la televisión rusa.  Porque todo esto es parte de un conflicto mayor. La tragedia del Donbass ucraniano no es ajena al apoyo ruso al gobierno sirio. Rusia mantiene su base militar en Tartus, muy cercana a Turquía, y espera, junto con China e Irán, que la resistencia de Assad en el escaso territorio sirio que aún controla, permita redefinir en el futuro una situación favorable a sus intereses. En medio de todo, el sufrimiento de una población sacrificada por los jugadores de esta sangrienta partida de ajedrez.

En el futuro inmediato no se ven esperanzas de cambio. Y, globalmente hablando, no será extraño comprobar cómo la guerra se extiende sin control en un ambiente de crisis, en el que resulta rentable. "La guerra es una estafa", decía Smedley Butler, cuando tras retirarse del ejército, en 1935, escribió su famoso discurso en el que denunció el uso de las fuerzas armadas en Estados Unidos como fuente de ganancias para Wall Street. 


Fue la primera vez en que un militar norteamericano descubría la trampa de la intervención contra otros países para garantizar los beneficios de empresas privadas, cuyo gasto pasaba directamente a los ciudadanos: "Fui premiado con honores, medallas y ascensos. Pero cuando miro hacia atrás considero que podría haber dado algunas sugerencias a Al Capone. Él, como gánster, operó en tres distritos de una ciudad. Yo, como marine, operé en tres continentes. 


El problema es que cuando el dólar estadounidense gana apenas el seis por ciento, aquí se ponen impacientes y van al extranjero para ganarse el ciento por ciento. La bandera sigue al dólar y los soldados siguen a la bandera." No ha cambiado nada desde entonces. 

Durante la guerra de Irak, un helicóptero llegó directamente desde Washington cargado con ocho mil millones de dólares en efectivo, emitidos expresamente para seguir financiando la guerra. ¿No es curioso que se gastara tanto dinero en el conflicto, pero no hubiera un solo dólar para mantener las infraestructuras del propio país, que tras el paso del huracán Katrina, se demostraron frágiles, ineficaces y obsoletas para evitar la inundación de Nueva Orleans? Esto demuestra el escaso interés para invertir dinero en nada que fomente la paz o el bienestar ciudadano.



La guerra en Oriente Medio está ya fuera de control. Después de haber gastado seis o siete billones de dólares en las guerras de Afganistán e Irak, lo único que obtenemos es una enorme crisis migratoria. Lo que está ocurriendo en Siria es incalificable. Yo viajé por el país antes de la guerra, y, sí, era una dictadura, pero su economía era estable y su nivel cultural elevado. Incluso recibía emigrantes procedentes de países latinoamericanos.  Existía una comunidad venezolana importante, y la presencia turística iba aumentando gracias a su enorme legado histórico. 

Policía húngara
El propio Instituto Cervantes había abierto una sede en Damasco, y pude comprobar una gran diversidad étnica, religiosa y lingüística.  Ahora todo eso se ha ido al traste. Ya no existe. No sé dónde o qué habrá sido de las personas que conocí allí. Quizás caminen entre los miles de refugiados que son maltratados en las fronteras de Hungría, si no han perecido en su huida desesperada, se han ahogado como el pobre Aylan, pero su foto nunca aparecerá en los medios de comunicación, saturados de información en un ambiente en el que la opinión pública ya ha sido preparada.   Soy consciente de que la información es un negocio, y, como tal, se vende como cualquier otra mercancía, como las armas. Hoy son los sirios. Mañana...

martes, 13 de enero de 2015

Mafiocracia II. Burgos ante el abismo

Ruinas del Castillo de Burgos 
Por Carolina Rueda Tenaz

Si la superstición no invocara a la mala suerte pensaría que el extraño incendio de Campofrío es un indicio del nuevo cambio ciclo al que se asoma temerosa nuestra ciudad.  Hace medio siglo  Burgos vivió una tardía revolución industrial que ahora es conmemorada por  la élite heredera del tardofranquismo con exposiciones a lo Walt Disney.   El evento tiene más de funeral que de boda.  Burgos, que era la ciudad más rica de Castilla y León, se desangra mes a mes por las costuras del paro y el destierro de la gente joven.  Lacalle  ni siquiera puede esgrimir  las absurdas cifras macroeconómicas de las que habla Rajoy para hablar de una tibia recuperación.  En nuestra ciudad, el paro sigue subiendo y la provincia ha perdido más de 4.000 habitantes en el último año, una auténtica hecatombe demográfica.  Burgos está en liquidación total por el saqueo continuado al que ha sido sometida por las personas que más aparecen en la prensa local, y 2016 aparece en el horizonte amenazante como el año en el que se tendrán que poner las cartas marcadas sobre la mesa.  O hay un cambio radical antes o todo hace pensar que ganará la banca. 

El oasis económico e industrial de Castilla y León se va con ritmo ligero por el sumidero. Hasta ahora lo que diferenciaba a Burgos de una ciudad como Zamora eran dos cosas, en primer lugar, el poseer un músculo industrial que proveía unas rentas y un poder adquisitivo elevado, lo que a su vez impulsaba la segunda diferencia:  el hecho de que en Burgos hubiera dos entidades de ahorro y financieras independientes, circunstancia excepcional no sólo en Castilla y León sino en todo el estado.     Las reformas laborales, y las políticas empobrecedoras que con tanto celo han aplicado PP y PSOE se han unido a la corrupción política y empresarial  autóctona para acabar con el corazón económico de la ciudad.  En un futuro no muy lejano, Burgos, en lugar de medirse con ciudades como Vitoria o Valladolid, tendrá que hacerlo con urbes del tipo de  León, o incluso Palencia.

Una vez asumido el papel secundario en el ámbito político dentro de una comunidad centralista como Castilla y León, a Burgos le quedaba la baza económica y financiera para reclamar su relevancia en la región.  La nuestra era una ciudad rica y con una gran capacidad de ahorro.   Sus dos entidades de ahorro eran la mejor muestra de ello. La Plaza de España y la Calle Santander funcionaban como una pequeña city y en Burgos había capacidad para tomar decisiones autónomamente sin mirar a Valladolid.  Cabe pensar que hoy seguirían existiendo y que no serían sucursales de la Caixa y Caja3 en el caso de que hubieran cumplido con la función que se les suponía, pero la mafiocracia burgalesa no estaba dispuesta a soltar la ubre de los millones del ahorro de las y los burgaleses, así que, en lugar de reinvertir el ahorro de la gente de la ciudad en cuestiones productivas se lanzó a la especulación urbanística.  Las cajas que debían favorecer la función social del crédito decidieron arruinarse mientras promovían el negocio de los constructores. De este modo participaron activamente en la burbuja inmobiliaria que encareció desorbitadamente las casas de sus impositores a muchos de los cuales, después  ha tratado de desahuciar.   

Gracias a los silencios e intoxicaciones de la prensa local aún nadie sabe cómo han desaparecido CajaBurgos, CajaCirculo, y los cerca de 15.000 millones de euros que poseían en activos.  Pocas líneas han merecido en la prensa burgalesa la que pasa por ser una catástrofe mucho peor para Burgos que el incendio de Campofrío.  Hoy sabemos que José María Arribas, último presidente de CajaBurgos, ha sido imputado gracias a una denuncia de UPyD.  También sabemos que, al parecer, CajaBurgos, la entidad que dirigía concedió 34 millones de euros a sus propias empresas, dinero que no fue devuelto porque las empresas cerraron. 
Sabemos que contó con el apoyo tácito o explícito de la casta en su desastrosa gestión, no sólo los Aparicio, Herrera, Lacalle e Ibáñez, o Leal,  también con los traidores a la clase trabajadora PSOE, UGT y CCOO.   Sabemos  que, en pago a su buena gestión, José María Arribas  trabaja como presidente de Eficanza en la empresa dueña del Hospital Privado de Burgos.  Hoy también sabemos que los empresarios, algunos de los cuáles tanto han hecho por hundir las cajas, levantan hoy la voz para quejarse amargamente de que en Burgos no hay interlocutores con capacidad de decisión.  Se quejan de que sólo quedan  monigotes que se dedican  a levantar el teléfono para pedir permiso tratando de esforzarse al máximo en clavar el acento aragonés o catalán.  En definitiva hoy sabemos que gracias a todos ellos Burgos es una ciudad con rango de sucursal, sin capacidad para decidir nada.


Otros de los factores que bogan con fuerza hacia la insignificancia de Burgos es el final de un tipo de relaciones laborales y también el fin de una élite de industriales autóctonos con cierto vínculo con la ciudad.  El ayuntamiento puede poner una muy populista pancarta diciendo que Burgos es Campofrío.  Pero de lo que no cabe duda es que Campofrío no es burgalesa sino china y mexicana, y que tienen unos accionistas que no saben donde está Burgos aunque estarán encantados de repartirse como dividendos los 12 millones regalados por el ayuntamiento sin que aún se sepa la causa del incendio.  Como Campofrío hay muchas otras empresas creadas por gente de Burgos que serán vendidas, o que están siendo heredadas por  gente que no tienen, ni el vínculo con Burgos, ni el interés ni posiblemente el talento de los fundadores.  Como hemos dicho, unas se venderán, otras se deslocalizarán, y las que queden se verán sometidas a condiciones de trabajo cada vez peores, con recortes de sueldos y derechos, en un sistema que se asemeje cada vez más al de las maquilas mexicanas, o incluso al modelo de producción chino.  Si no hay un vuelco político de primer orden,  los sueldos de la industria van a depauperarse progresivamente y asemejarse más a los del comercio, frecuentemente mucho más bajos con lo que, aún en el caso de que Burgos sea capaz de mantener su tejido industrial los obreros trabajarán en condiciones mucho más precarias y tendrán menos capacidad de consumo.   El pequeño comercio no saldrá de la crisis, si además el PP y el PSOE siguen favoreciendo a  los grandes supermercados y centros comerciales en lo referente a política de horarios y exenciones fiscales no tendrá alternativa para competir.  El pequeño de comercio, que era síntoma del vigor de una ciudad, y que aseguraba que una serie de decisiones se tomara en la ciudad seguirá con paso firme hacia su insignificancia o extinción.

La que fuera la ciudad más rica de la meseta está arruinada porque hizo demasiado fuerte a la élite que aún la parasita.  Parte de esta élite está disolviéndose, ya hemos hablado de la degeneración de los responsables financieros, y de la desaparición de los grandes industriales.  Nuestra ciudad también ha sido testigo de la aniquilación de la casta de los constructores, con los Tubitos, Arranz Acinas, Aragón Izquierdo.  A buen seguro cada uno de ellos estará forrado, pero políticamente no cuentan.  Sólo queda en el horizonte los herederos de la familia Méndez Ordóñez.  Sin embargo también aquí hay una degradación.  Según el periódico El País las empresas de la familia acumulan una deuda de 1.300 millones de euros.  Si esto se confirmara  los herederos del patriarca serían más ricos por lo que deben que por lo que tienen, aunque eso no les impide seguir controlando a la ciudad como si fuera su finca.  Hace unos años, cuando aún no había empezado la debacle económica, uno de los hijos presumía públicamente de haber pagado un viaje a Lacalle por su “lealtad sin límites”.   El plan era que las obras innecesarias y absurdas fueran el pretexto para conseguir una transfusión de rentas públicas a bolsos particulares.  La crisis hizo variar  el escenario pero no el fondo del asunto.  Ahora ya no se trataba de transferir beneficios a manos privadas como el de transferir la deuda privada a las instituciones públicas.  Las empresas de la familia están enjugando su deuda traspasándosela a la ciudad.  Este es el escenario en el que debemos entender la obra del bulevar de Gamonal, el de la absurda Plaza de Toros,  y sobre todo el de los más de 2.000 millones de euros que nos va a costar el Hospital Privado de Burgos si no se hace justicia.

La estructura de la ciudad se tambalea.  Los datos del paro y de la emigración lo confirman cada día. Todo hace pensar que lo hará aún más el próximo año.  Burgos es hoy una ciudad arruinada, y anémica porque ha sido vampirizada desde hace más treinta años por una casta extractiva y parasitaria.  Políticos, empresarios y sindicatos de la casta se han conjurado contra nuestra ciudad.  Si en 2015  no hay un cambio radical en las relaciones de poder y en las políticas de la ciudad, posiblemente en 2016 año en el que Burgos soñó con ser capital europea de la cultura, Burgos  ya sólo podrá aspirar a ser una sucursal de regional preferente.  Al paso que vamos tendremos que poner la catedral en almoneda. 


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martes, 23 de septiembre de 2014

Historias del exilio: 2008-2014

Por Arturo Blanco-White

Soleada mañana de agosto. Sopla una ligera brisa sobre la Bahía de Santander. El tiempo se detiene y se densa en ese no lugar -como lo definiría el filósofo francés Marc Augé- que es la sala de un aeropuerto previa al embarque. De pronto, por los motivos más azarosos, entre los que probablemente destaquen el aburrimiento y la ansiedad surge una conversación, el relato resumido de decisiones tomadas, alguien que ha decidido abandonar su propio terruño que no le ofrece alternativas, para probar suerte en Reading, próximo a Londres, donde le espera un familiar al que parece no faltarle empleo. Veinte y siete años y con los horizontes al otro lado del mar. Adiós a Maliaño, acaso para siempre.

Ryanair es una compañía que favorece los contactos físicos y fomenta la sociabilidad humana, de este modo una madre logroñesa cuenta entre satisfacción y pesar como su hijo sobrevive entre los escualos de Canary Wharf. No se pueden alojar con él, porque sólo dispone de un pequeño cuarto enmoquetado, menos mal, que unos amigos españoles también les han dejado un piso libre, mientras están asoleándose en sus originarias ubres repartidas por todos los rincones de la península.

Hora punta en la Central Line, de repente formamos parte de un emparedado de lechuga y lo que para nosotros sería jamón york reblandecido, regados por una mahonesa pegajosa, el vagón embutido forma parte de las delicias del lugar, al igual que en otras metrópolis. Un rostro enjuto, joven, pero pelón habla como si por entre sus labios se expresaran toda la amalgama de cuerpos retorcidos que se arquean dentro del vagón. “Al menos aquí tengo trabajo, llegué en el 2011 y sólo me ha faltado curre durante cuatro meses. Eso sí sobre las condiciones habría mucho sobre lo que hablar”. Barcelona le queda lejos, aunque destila algo de amargura cuando en su retina se forman las sombras de las Ramblas, parece ser que abandonó algo más que una ciudad. Pero la metrópolis lo escupe en la siguiente parada y lo engulle la corriente hacia alguna parte.

Viernes por la tarde en la City. Entrechocan las pintas rebosantes de espumosas cervezas y algunos más cool tintinean copas enrojecidas por vinos franceses de moda. Los jóvenes aprendices de tiburones financieros llegados de todos los rincones del globo, se solazan en los pubs, a los pies de los mismos centros donde se decide el precio del mijo en Mali, del arroz en Camboya, o sobre los bonos de la deuda griega. Flojas las corbatas, arremangadas las camisas, brillando el carmín, relatando las hazañas de la semana y los planes para el fin de semana, ocupan buena parte de la acera, de forma desenfadada, ocupados en sí mismos. De tal forma, que aun no han visto a Rubén, lleva ocho meses recogiendo sus copas, limpiando las mesas y barriendo las colillas que arrojan fuera de los ceniceros. Desde Linares a la City. Confiesa que no es el único que procede de España, hay alguno más, pero pertenece al otro grupo, a los cachorros de las corporaciones. Evita contactar con ellos, suelen ser de los más fanfarrones, y algunos, le consta, no superan la función de pisapapeles en sus oficinas.

Desde luego Islington no es uno de los barrios que aparecen en las guías turísticas londinenses, pero allí vive Pedro, originario de San Pedro de Sula, Honduras, probablemente una de las ciudades más violentas del planeta, por tanto su nuevo hogar le parece de lo más apacible. Pedro, lleva en la ciudad poco más de un año, ha conseguido trabajo como fregaplatos en un restaurante, y también limpia una tienda de hispanos a primera hora de la mañana, está contento, puede mandar dinero a su mujer y a sus tres hijos, que residen en el barrio de San Lorenzo, Segovia. Ha vivido en España durante trece años, se ganó bien la vida como camarero, pero el trabajo comenzó a escasear y optó por una segunda emigración. Con nacionalidad española y un par de hijos nacidos en Segovia, no quiere obligar a su familia a pasar por un nuevo desarraigo, además opina el colegio y los médicos son mejores en España, y la vida en el barrio también parece más segura y tranquila. Sin embargo, sus labios y las arrugas de su frente se preguntan con dolor si a sus hijos, les tocará emigrar de su recién estrenada patria, si esta como parece no es capaz de cuidar a su gente y menos a sus jóvenes.

Aunque un cortés joven rubicundo me ha explicado por tercera vez las instrucciones a seguir, y me he retirado asintiendo, lo cierto es que no he entendido a penas nada. Estoy vacilando en medio del pasillo con una llave que no sé que puerta abre cuando sale en mi ayuda la moza de la limpieza. Me explica con seca claridad y en castellano lo que necesito saber, que ha escuchado mientras fregaba las baldosas del único vestíbulo no enmoquetado que me encontrado hasta el momento. De la angustia paso al agradecimiento, e inmediatamente quiero entablar una conversación con mi anónima bienhechora. Sólo me reconoce su procedencia ibérica, y me rehuye dándome la espalda y evitando preguntas impertinentes. Veo como arrastra su cubo y su mocho, con un peto verde en el que aparece el nombre de la empresa de limpieza para la que trabaja y un número de teléfono.

Canterbury tiene mucho cuento, como lo tienen todos los lugares cuajados de historia, en los que parece que se detuvo el tiempo. Las naves de su espectacular catedral, tan aéreas ellas, trasladan a otro espacio, y a otras reflexiones. Sin embargo cada uno lanza sus señales, que son interpretadas por aquellos que pueden responder a las mismas. Así una camiseta de la marea verde en defensa de la enseñanza pública, atrae a cuatro personas que en un santiamén compartían pesares y sentimientos. Dos profesoras mallorquinas, un asturiano y una más de Zaragoza. Maestros exiliados. ¿Por qué pueden enriquecer y educar a los jóvenes británicos y se les niega el pan y la sal en la piel de toro? Las plegarias y la maldiciones se alzan y escapan por los altos ventanales del gótico inglés. El poder intenta acallar a quien es molesto, como ya hizo con Thomas Becket. A pesar de ello la resistencia toma otro color, y pasa del verde a la marea granate del exilio.

Los sevillanos tienen guasa. La necesitan más que nunca. La sanidad pública británica carece de humor, o quizá sea ese humor inglés tan irreverente él como socarrones los buenos mozos de la ribera del Guadalquivir. Son jóvenes y probablemente excelentes enfermeros, adiestrados a extraer sangre a todo tipo de pieles, pálidas sajonas, pecosas de antiguos britanos, negras antillanas, bronceadas de la India o Pakistán, e incluso alguna morena mediterránea, que de repente les pone un nudo en la garganta, y por un segundo se olvidan de su guasa, justo cuando más la necesitan.

El mismo agosto en Bristol, cubierto de nubes, suave brisa que procede del puerto. Tania ha llorado, aunque ahora trata de sonreír. Se esfuerza tanto, como el sol inglés en abrirse un hueco entre las nubes. Finalmente lo consiguen ambos. Una mañana, hace un año y medio, le llamó su jefe al despacho y le dijo que dejara el coche de la empresa en el parque empresarial de Sabadell. Se quedó extrañada. Lo segundo que le dijo fue que ya le llegaría el finiquito, por teléfono, y que no tendría que volver más. De sopetón, tras cinco años ilusionada, dejándose la piel en un “proyecto empresarial de equipo”. A partir de ese segundo, todo se deshizo como un azucarillo. En Bristol ha logrado olvidar, hasta que la visita de su ex-novio, le ha devuelto al pasado. No hay demasiado tiempo para emociones, Ryanair no espera.

                                                     

domingo, 6 de julio de 2014

Burgaleses exiliados, burgaleses ausentes.

Aeropuerto de Dubai 
 Por Lucas Mallada

A veces parece que en Burgos, tierra generosa, según los quereres y los himnos, no cabemos todos. Al menos esto se reconoce oficialmente en esta jornada que se dedica a los que se van, a los que emigran, a los que no se deja aire, porque sienten que se arrancian.

Aunque pueda tener el corazón partío, he ejercido de burgalés, sobre todo, fuera de..., cuanto más lejos más apegado al terruño; afecto que se desinfla en los periodos como el actual en los que me estoy enraizando en un lugar al que quiero propio, que a veces siento extraño. En el que a veces siento que no quepo.

Así recuerdo, cuando con mi abuelo, me acercaba a las campas de Fuentes Blancas a celebrar la que consideraba un poquito mi fiesta. Celebración por otra parte, que entona homenajes a octogenarios que en su día tuvieron que buscarse el pan, probablemente allende los mares. Pero también los hubo que necesitaban otros cielos, y otras tierras en las que poder florecer en libertad. No quiero desaprovechar la ocasión para recordar a un anciano burgalés que conocí en Sao Paulo (Brasil), viejo inquieto, que salido tarifando de un Burgos angustioso, cerril, que se hubiera bebido su sangre a la menor oportunidad. Recordaba con viveza y cierta sornar el miedo, y los silencios de una ciudad ocupada por el espeso manto de la cobardía y un Poder que quería conformar a sus habitantes en dóciles súbditos. Me alegro por haber tenido la suerte de haber conocido testimonios que han completado el recuerdo de una intrahistoria oficial que pretende continuamente desvirtuar o borrar directamente lo que no concuerda con su ideario.

Asimismo, en la actualidad, los burgaleses ausentes, son otros, muchos de ellos, También exiliados económicos, exiliados seguramente en busca de mejores oportunidades, de oportunidades que no se florecen en su tierra, a buen seguro porque la élite extractiva heredera (ideológicamente), de la que se aprovechó de las botas militares y las sacristías, sigue acaparando la tarta para sus vástagos, extrayendo los recursos, que se evaporan sin rendir cuentas (¿que ha pasado con las cajas de ahorros?, ¿quién está detrás del sobrecoste de las obras públicas, en concreto del hospital? ¿qué pasa con la deuda de los consorcios?, etc...), y todo ello a los ojos del resto de burgaleses. Con las instituciones atadas de pies y manos, al menos para una década más, dado que han dejado muchas facturas pendientes de pagar. Por tanto no se podrán iniciar otros proyectos que creen expectativas para todos. Por la avaricia de unos pocos, igual que antaño, en Burgos no cabemos todos.

Aeropuerto de Helsinki - El norte de Europa es un destino
laboral para muchos jóvenes españoles
Quisiera recordar a algunos amigos ausentes recientes de la ciudad, nuevos exiliados, que aportaran sus saberes allá donde residan, vaya ahí mi pequeño homenaje:

Hace unos días hablaba con Paola y Raúl, profesores de literatura en una universidad de Georgia (EE.UU.), cuando acabe el verano regresarán como las golondrinas al otro lado del mar; me escribo mucho con Gema, trabajando en Noruega en una granja; mi vecino Lucho, ecuatoriano, tras quince años en Burgos trabajando en la construcción, ha retornado porque en su país le ofrecían un puesto de maestro (su profesión) muy bien remunerado llevándose, a pesar de los lloros a sus hijos, burgaleses de nacimiento; David, no está teniendo mucha suerte, pero lo está intentado en Alemania, o si no en otro sitio, ha dicho que a España no regresa; Ana y su marido Ian, que tras intentarlo en Burgos, se marcharon a Australia con sus hijas y están allá estupendamente; César un prometedor arquitecto anda también por Noruega y sólo se queja de la falta de sol; y aunque no esté tan lejos porque no mencionar a Pachi, trabajando en Barcelona, aunque este verano esté sufriendo un ERE temporal...

Ellos buscan su futuro, mientras tanto, en Burgos, se nos escapa lentamente, al son de su marcha, dejando venerables ancianos que se merecen descanso pero que no tienen ya correa para tirar de una ciudad en peligro de acartonamiento..., y lo digo por los efectivos humanos que vamos quedando.

Creo recordar que a la Concejalía de la Juventud no se le ocurrió otra iniciativa que proponer un encuentro, creo con la Embajada de Canadá para mostrar el camino a los jóvenes burgaleses, digo yo que será para encontrar más motivos para celebra la fiesta de hoy, si no no se entiende el afán por regalar de balde lo mejorcito de nuestra sociedad... ¿será que los jóvenes molestan a algunos?


martes, 13 de mayo de 2014

"Caza al inmigrante también en Burgos": Acto-denuncia de esta persecución a los emigrantes

Foto cedida por R. del Pozo

Por R. del Pozo
El Sr Subdelegado del Gobierno ha reconocido que el vergonzoso dispositivo policial en la estación de autobuses es "rutinario".  

Desde el Partido SAIn de Burgos creemos que el poder político ha caído totalmente en la inmoralidad cuando considera "rutinaria" la violación de los derechos humanos, la persecución a las personas por el mero hecho de no tener en regla todos los papeles.  No podemos nosotros también acostumbrarnos a que la injusticia sea "rutinaria".  Hacemos un llamamiento a toda la sociedad, incluyendo a los que trabajan en la estación de autobuses, a los conductores, a los pasajeros, a unirse a esta lucha por la dignidad. Debemos hacer presión moral para que se ponga fín a esta "rutina".

Como una primera acción, convocamos un acto de denuncia el MARTES 13 de Mayo, de 19 a 20 h ante la estación de autobuses de C/MIranda bajo el lema "BASTA de PERSEGUIR a los INMIGRANTES".


Persecución a los inmigrantes en la estación de autobuses de Burgos

Militantes del partido SAIn de Burgos hemos sido testigos directos de un hecho vergonzoso y silenciado en nuestra ciudad.  En diversas ocasiones hemos comprobado que en la estación de autobuses de Burgos, por la noche, se organiza un gran dispositivo de la policía nacional (de más de 10 agentes) para identificar y detener a inmigrantes indocumentados.  

El procedimiento es el siguiente: Al llegar el autobús antes de que ningún pasajero pueda bajar del mismo,  varios agentes suben al autobús y piden la identificación a todos los pasajeros, pero solo comprueban la de los extranjeros, ante la indignación de éstos.

Dialogando con personal del servicio de autobuses y con algún pasajero habitual nos confirman que dicho operativo se daba “por épocas", durante unos meses no vienen nunca y luego están viniendo varios días durante semanas, lo que indica que el operativo responde a una indicación específica de la autoridad competente, en este caso la Subdelegación del Gobierno de Burgos. El dispositivo policial funciona hasta las 4 de la madrugada aproximadamente y según la información facilitada  "siempre cazan a alguno, lo meten en el furgón y se lo llevan".

De hecho, un militante del SAIn de Burgos ha sido testigo directo en 3 ocasiones de este operativo, el último el día 9 de mayo.  Asimismo el 28 de Marzo a las 3 de la madrugada vio cómo detuvieron a un joven de Europa del este y le introdujeron en el furgón, ante la desesperación de su madre, que tuvo que continuar viaje, prácticamente sin tiempo de despedirse. De nada sirvieron los intentos de dicho militante de cuestionar la actuación policial, ante lo que incluso fue amenazado con ser detenido.   Pero pudo sacar algunas fotos del operativo a pesar de la actitud hostil de los agentes de la policía nacional.

Desde el SAIn de Burgos hemos consultado a las organizaciones locales que trabajan con inmigrantes y ninguna tenía conocimiento de este hecho. La nocturnidad del dispositivo y el hecho de que la inmensa mayoría de los viajeros no tenga como destino final Burgos ha permitido hasta ahora que este comportamiento vergonzoso del Subdelegado del Gobierno pasara inadvertido.

Esta no es la única vez que se intenta cazar vilmente a los inmigrantes. La presión de las asociaciones de solidaridad consiguió que cesaran los controles policiales en las inmediaciones de los centros de acogida para inmigrantes hace unos años.

Desde el Partido SAIn denunciamos que se persiga a los inmigrantes indocumentados como a delincuentes, cuando únicamente buscan dignidad para sus vidas y para sus familias.  Exigimos al Sr. Subdelegado del Gobierno que ponga fin inmediatamente a estos operativos policiales y dedique las fuerzas de seguridad a perseguir a los verdaderos delincuentes: corruptos, estafadores, proxenetas, etc.

EN ESTE SENTIDO, CONVOCAMOS A LA CIUDADANÍA A REALIZAR UN ACTO DE DENUNCIA NOVIOLENTA  ANTE LA ESTACIÓN DE AUTOBUSES EL MARTES 13 DE MAYO A LAS 19 H, bajo el lema "BASTA DE  PERSEGUIR  A LOS INMIGRANTES" 

martes, 29 de abril de 2014

Castilla no es país para jóvenes

Por Carolina R. Tenaz.
Escudo del Instituto Español de Emigración
Castilla no es país para jóvenes.   La situación no es nueva ni consecuencia exclusiva de la crisis. Desde hace ya unas cuantas generaciones, cuando los jóvenes acaban el bachillerato o la universidad deben ir pensando en hacer las maletas.  Según el INE (Instituto Nacional de Estadística)  Castilla y León tendrá menos población en 2023, en plena era digital que en 1857, cuando aún no se conocía el telégrafo.  Se trata de una hecatombe demográfica que no tiene parangón en España ni quizás en Europa.  Al menos desde 1950, año en el que se alcanzó el máximo de población en Burgos y en la región, millones de jóvenes se han visto obligados a buscar otros horizontes para poder tener una vida digna y realizar sus sueños.  La tendencia que empezó con Franco no ha variado tras treinta años de estatuto de autonomía y más de 25 años de gobiernos del PP.  Es más, no sólo no han revertido la situación sino que agravan una enfermedad al convertirla en crónica.


Separación de padre e hijo  antes de partir al exilio económico
A pesar de habernos acostumbrado al exilio masivo de amigas o familiares y contar con un pasaporte que de momento nos pone a salvo de vallas con concertinas estamos ante un drama humano, familiar  que ha sido promovido o al menos aprovechado por la derecha autóctona para mantenerse más fácilmente en el poder.  Las migraciones no son sólo movimientos más o menos espontáneos de población.  Son, además, entre otras cosas, un arma política.  Normalmente son aprovechadas por el poder.  Franco las promovió como válvula de escape al no ser capaz de acoger la industria de Cataluña y el País Vasco toda la gente que era expulsada de la agricultura.  Era mejor que se fueran con las maletas de cartón a Suiza, Francia, o Bélgica  y de paso trajeran dinero a la familia.  Si se quedaban el régimen corría el riesgo de que exigieran una vida digna que Franco no estaba dispuesto a darles.  Siempre que un país emigra es porque está gobernado por parásitos.   En Castilla se condena al exilio a la juventud sin que las instituciones hagan lo más mínimo para impedirlo porque la juventud en Castilla molesta al poder.    La energía de la juventud, su inquietud y efervescencia genera desconfianza en unas instituciones que prefieren la quietud de la senectud y la postración.  La élite casposa y feudal de esta tierra lleva un siglo facilitando el centrifugado de la esperanza de regeneración que son aprovechados por otras ciudades, otros territorios, otros países:  Bilbao, Madrid, Barcelona, Alemania, Nueva York o Argentina.  Es un exilio económico pero también político.  Se exilia a la gente sospechosa de querer mejorar las cosas.  El exilio de cerebros, manos, brazos y corazones  jóvenes  es de lo que se nutre a la clase extractiva de Castilla y León.   Se sirve de la condena al destierro de los jóvenes  para  mantenerse en el poder y proseguir con la carcoma del edificio.  Importa poco un decorado institucional, que ha cambiado para que en el fondo nada cambiara.
Blog no nos vamos nos echan

No todos los jóvenes tienen que emigrar. No están condenados las nuevas camadas del PP.  Estos jóvenes de DNI y de espíritu senil tienen muchas posibilidades de ocupar puestos de responsabilidad pública y poseer una carrera tan beneficiosa para ellos mismos como calamitosa para todos los demás.  Gracias a las redes clientelares, las camadas del PP se colocan en los puestos de confianza como asesores de cualquier cosa,  monopolizan las fundaciones y empresas públicas sin currículum, y sin inteligencia.  Suelen presentar como único mérito el sacar diligentemente la lengua y morder cuando el amo lo exije.  También encontraron acomodo en las Cajas de Ahorros y Obras Sociales hasta que acabaron con ellas. La Universidad de Burgos tampoco ha escapado a su acción parasitario.   Los idiotas de carné son tan astutos para el bien propio como letales para el público y son el banquillo de otros de más relumbrón.  Entre estos últimos en Burgos se encuentra la "Generación Baeza":  Javier Lacalle Ángel Mariano Ibáñez, gran alquimista de las cuentas públicas, el inefable Eduardo Villanueva,  María José Abajo,  Malvido, o María Jesús Lope, la gerente del aeromuerto de Burgos.  Eso por citar sólo a algunos de los más conocidos. Nada de lo que tocan funciona.  ¿Cuánta gente de Burgos se encuentra desempeñando con éxito puestos de responsabilidad en medio mundo?  Los viejos-jóvenes sin escrúpulos vieron en el carné del PP la forma de condenar al exilio a parte de la juventud que más vale para que ellos, los mediocres, ocuparan su puesto.  En gran parte Burgos y Castilla se mueren porque aquí mandan los peores: los parásitos  
Exiliada en Montréal

El otro grupo de jóvenes que jamás tiene que emigrar es el de los que heredan la empresa de papá.  Hoy en día hay quien al heredar lo llama emprender.  Da igual los resultados académicos que tengan, o que no sepan ni un idioma.  Personas que no pasarían el primer
proceso de selección de ningún empresa pasan a dirigir la de papá.  A pesar de lo mucho que vociferan algunos empresarios de la ciudad para el único puesto para el que no existe competencia ni se exige es para el puesto de jefe.  ¿Cómo van a funcionar bien esas empresas?  En la nueva generación de empresarios burgaleses hay pocos apellidos frescos, y muchos de segunda y tercera generación.  No pertenecen al tipo de individuo de hombre hecho a sí mismo que tanto veneran sino que presentan como único mérito haber heredado de papá.   Sin embargo, como todo el mundo sabe, las empresas se heredan pero el talento no.  
Publicación en internet de la marea granate.  Exiliados organizados

Es necesario que los y las exiliadas de Burgos y Castilla sigan manteniendo el vínculo con la tierra de la que fueron desterrados por los mediocres y los corruptos.  Es necesario que transmitan sus conocimientos y sus experiencias.  Que vean y que cuenten a sus padres, madres, abuelas y amistades que en otros lugares las cosas funcionan de otra manera.  Que en otros sitios, la gente joven tiene oportunidades.  Que en otras tierras y otros países les tratan mejor que aquí.  En definitiva que en otros lugares se da oportunidades al mérito, la inteligencia, y la capacidad de trabajo.  No al tener un apellido de rancio abolengo o el carné del PP.  Os queremos.  Os esperamos.  Os necesitamos.




viernes, 9 de agosto de 2013

El regreso del emigrante

Por Burgos Dijital
Estampas burgalesas I


            Mi vecino de rellano, originario de la Sierra ecuatoriana, propietario de su vivienda, empleado los últimos meses en una empresa de pistoleros dedicados a la escayola, me comentaba el miércoles pasado en el parque mientras los hijos de ambos se rebozaban en la tierra y se remojaban en la fuente, que se regresa. Sí, que a su pesar tras casi diez años en Burgos, tras reagrupar a su esposa y después de haber parido a sus dos criaturas al final de la avenida del Cid, y con pasaporte español, han decidido desandar el camino, volver a su Ecuador natal. 
Las razones que expresaba el buen hombre tenían que ver con una hipoteca asfixiante como una pitón enroscada en su cuello, con trabajos interminables en los que las condiciones se deterioran cada mes y el salario se retrasa y mengua sin cesar. Pero también alegaba otros motivos que me obligaron a escuchar perplejo. Me contaba asimismo, que le han llegado varias ofertas de trabajo de su Ecuador natal, y cada vez más interesantes, finalmente ha decidido aceptar el trabajo de director de una escuelita de nueva creación que el Estado ecuatoriano ha abierto en una localidad del norte del país. 
Aunque España sólo le ofrecía posibilidades como currito de brocha gorda y mono salpicado de yeso, mi vecino es licenciado y maestro. Él, con toda su familia ha decidido terminar con la aventura española y retornar a sus orígenes donde parece que están floreciendo nuevas oportunidades.

            Semanas después me topé al pie del portal con una furgoneta donde estaban almacenando los enseres que han decidido llevarse. Me despedí con una entrañable tristeza comprendiendo con dolor, que mientras ellos construyen escuelas y hospitales, y adelantan la edad de jubilación, aquí se acabaron los tiempos en los que manaba miel de los ladrillos, y del hormigón...