Los hechos sociales, nos decía Durkheim son nuestro objeto de estudio, nos explicaba a los que nos interesábamos por las ciencias sociales, quiero decir. Efectivamente unas elecciones municipales y autonómicas, como las acaecidas el pasado 22 de mayo es un hecho social significativo. Pero más allá de los parámetros cuantitativos que todos podemos revisar en la página web del Ministerio del Interior, está lo que desde la redacción de Burgos-dijital entendemos como realmente interesante. Entrar en la harina de las interpretaciones, proponiendo nuestro punto de vista para la reflexión y el debate.
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Asamblea de DRY en Burgos |
Los datos nos indican que el PP ha ganado la alcaldía con mayoría absoluta, cierto, pero también podemos observar que esta candidatura encabezada por Francisco Javier Lacalle, ha retrocedido en votantes en casi toda la ciudad. Más aún, será de los pocos candidatos del PP que tiene el triste mérito de perder votos en la orgía victoriosa que ha embargado a esta formación política. Importante cuestión que no queremos que pase desapercibida. Y todos sabemos que esta es una plaza fácil para un partido como el PP, ¿si hubiera habido una alternativa creíble y bien trabada, hubieran sido semejantes los resultados? Más aún los resultados del PP a las elecciones autonómicas en la ciudad de Burgos superan los resultados municipales. Cuatro mil votos menos no son un asunto menor. Como refleja la prensa, el PP ha sido el primer partido en Gamonal –arquetipo de distrito obrero de sociedad industrial- , pero claro sólo porque el PSOE ha perdido más votantes que el PP, que también ha disminuido en este distrito. Apuntamos cierto desaire de la ciudadanía conservadora por este candidato, cuestiones que se comentaban en la vía pública, además de la insensata tendencia demostrada a gastarse el dinero de los demás en intervenciones desmesuradas. Se admiten otras reflexiones más profundas, porque el electorado conservador demuestra siempre serlo efectivamente, siendo muy fiel a las apuestas del partido.
Con los datos, salta a la vista el descalabro del partido de la oposición, el autodenominado Partido Socialista. Desde nuestra redacción, aún creemos que se ha quedado corto, y no sólo por la evidente presencia de cuestiones de ámbito estatal en la traidora gestión de la crisis realizada por el Gobierno, en manos del mismo partido. Sobre todo por una reiterada puesta en escena pusilánime que adolece de brío, se conforman con la obediencia al Poder económico de la ciudad, y con las migajas que les alimentan y que caen de la mesa del partido de gobierno. Su actitud es de segundones, y eso es lo que recogen, pero parecen conformarse y tener querencia por estas sobras porque sus planteamientos jamás osan inmutar a quienes mueven los hilos. Son parte del entramado y se dejan querer, y callan cuando les conviene. Burgos necesita una alternativa mordiente, lo contrario a lo que ofrece este grupo de “socialistas” condenado a la oposición.
Obviando la irrupción del partido de Rosa Díez, que interpretamos como el receptor de ese electorado burgalés disconforme con los grandes partidos y que ha tenido siempre una referencia importante –y digna de análisis profundo- en nuestra ciudad, ya que a pesar del cambio de siglas se repite elección tras elección, el resto de partidos luchaban contra los elementos. Porque el partido de Rosa Díez – ¡qué corto futuro tienen los partidos personalistas!-, ha tenido el generoso apoyo del Grupo Promecal. Ahí es nada, sobre todo en el electorado que lee la prensa escrita, que envejece con celeridad.
Una pequeña referencia a la coalición de izquierdas que no ha sabido, o no ha podido arrastrar el voto de los descontentos, en una ocasión que quizá los vientos podrían haberle sido más favorables. Oportunidades como esta no se repiten en ciudades como Burgos, en la que las sequías pueden parecer interminables y la soledad podría resultar exasperante.
Finalmente, y a pesar nuestro, queríamos proponer una felicitación al próximo alcalde, aunque con el panorama que se presenta en los próximos meses y quizá años, puede que en algún momento mire con profunda amargura el día en que fue investido con la vara de mando de la ciudad. Sin embargo lo gracioso de todo este asunto, es que, a fin de cuentas, puede que haya justicia en este mundo porque el infierno que le espera al futuro alcalde, con previsibles conflictos aquí y allá, y disgusto de muchos se lo ha preparado y gestionado él solito, con su ambición y sus deseos de pasar a la posteridad. El Ayuntamiento está endeudado de forma importante y con muchos compromisos abiertos, y que ahora le van a exigir que cumpla. ¿Quién da más?. El propio Francisco Javier Lacalle es consciente de ello y nos lo deja muy clarito para quien quiera entender, ahí va su perla y a continuación nuestra traducción por un experto lingüista político.
Palabras de Lacalle (en prensa, 24 de mayo de 2011):
“Compaginaremos la transformación de la ciudad con un criterio de austeridad”.
Lo que en roman paladino podemos traducir:
“habrá inversiones y barra libre para el urbanismo, el cambio de baldosas y farolas y todo aquello que me permita tener buenas relaciones con los capitostes, y ya sabéis majos, austeridad en los demás: subida de tasas municipales, reducción de autobuses, privatización de servicios municipales, reducción de personal, recortes en servicios sociales, deportes, proyectos de desarrollo, y lo demás, en definitiva la Ley del Embudo”
Aseguramos que por parte nuestra vamos a estar donde el proyecto de un megalómano que no gasta de su bolsillo se encuentre, proponiendo la saludable fiesta de la democracia que no es las elecciones si no la participación todos los días, con resistencia activa y propuestas. Ánimo también al movimiento 15 de mayo que así entiende la política, no como una ceremonia engolada sino como un constante construirnos conjuntamente a nosostros mismos y nuestro entorno.
Salud. Catorce de Abril