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lunes, 30 de noviembre de 2015

Entrevista a Sejo Carrascosa, veterano militante LGTB

Por Eduardo Nabal

SEJO CARRASCOSA, VETERANO MILITANTE LGTB Y ANTISIDA, ACTIVISTA SOCIAL Y COAUTOR DE “POR EL CULO. POLÍTICAS ANALES” (Editorial Egales) junto a JAVIER SAEZ.


“No nos olvidemos que detrás de las practicas sanitarias y de salud pública se encuentran intereses monetarios muy grandes y que no van a renunciar a sus ganancias” 

Hola Sejo. Para empezar una pregunta un poco simple 1 de Diciembre del 2015. ¿Algo que celebrar? 

Sejo Carrascosa: No creo que se trate de celebrar nada, creo que es más bien una fecha para el recuerdo y la concienciación. Para recordar que siguen habiendo millones de personas que no tienen acceso a los tratamientos antirretrovirales con lo que desarrollaran mas tarde o mas temprano SIDA y les conducirá a la muerte, además de que se seguirán produciendo transmisiones, ya que en la actualidad se ha demostrado que con un uso adecuado de los fármacos el virus pierde su potencia de infección. 

-Uno de los primeros y más salvajes recortes del Gobierno del Partido Popular fue contra la Sanidad y Contra las Campañas y el Plan Contra el SIDA. ¿Crees que la respuesta fue suficiente o fue la que se pudo hacer? 

Yo lo enmarcaría en el conjunto de recortes que el PP ha realizado en sanidad. En la actualidad, y gracias a los tratamientos, el VIH no es una condena a muerte por lo que no creo que se pudiera hacer mayor respuesta. Podíamos decir que ya no hay una urgencia vital en cuanto al VIH. Pero hemos visto como si ha habido una respuesta y presión en cuanto al VHC y los nuevos tratamientos que habían aumentado mucho la posibilidad de eliminarlo y evitar la muerte. Creo que se ha conseguido que se dispensen en alguna que otra medida y que se siga cuestionando el precio de los fármacos y su prioridad frente a otros gastos que no repercuten en el bienestar y salud de la sociedad en su conjunto. 


-Me comentaba un activista y enfermero de Zaragoza que nos va a “volver a tener que tocar hacer la prevención”. Pero el clima es distinto al de principios de los noventa. ¿Cómo ves tú el presente en prevención y en facilidad de acceso a los nuevos medicamentos? 

Creo que hay que cambiar radicalmente el paradigma del modelo de prevención. 

Desde el principio de la pandemia, y gracias al activismo y a la investigación sobre virus, se ha sabido más y más sobre los mecanismos de transmisión y las prácticas que la posibilitaban, esto ha repercutido en formas de acercar la información preventiva a más sectores y con mejores resultados. De hecho en su momento el concepto de Hombres que tienen sexo con Hombres, HsH, sirvió para adecuar la información y la intervención, pero no fue acompañada de medidas contra la homofobia, ni de un cuestionamiento de las identidades sexuales generadas por una práctica. Pero ya no se puede hacer mas, es absurdo seguir haciendo estudios sobre los HsH, que casi siempre recaen sobre personas que se consideran gays, ya que dentro del paraguas HsH se encuentra un amplio número de personas que no van a reconocerse ni como gays, ni como bisexuales, porque sencillamente están en el armario y esas prácticas se hacen en el anonimato. Estudios que buscan encontrar la “verdad” sobre una práctica de riesgo que es sabida y que aun así se hace. ¿Acaso se hacen estudios sobre los embarazos no deseados en las parejas heterosexuales que conocen perfectamente cómo se produce un embarazo? 

No hay que olvidarse que, a pesar de la buena fe de muchas personas que trabajan en prevención de VIH, no se puede llegar a mas sin cuestionar el modelo hegemónico y jerárquico de la sexualidad y sin tener en cuenta un mayor rigor científico al hablar de las prácticas sexuales, todavía se sigue hablando de transmisiones sobre sexo oral, cuando ya se sabe que son mínimas y con unas condiciones extraordinarias. 

Seguir repartiendo condones, me parece bien, pero eso no hace que se usen en todas las penetraciones ni que evite transmisiones de otras ITS, que son otra puerta mas a la entrada del virus en el organismo. En la actualidad hay quien plantea, y esto no es ajeno a la sociedad medicalizada en la que vivimos, tomar medicación antes de tener relaciones sexuales susceptibles de transmisión. ¿De que políticas hablamos entonces? ¿Si hay que medicarse para no infectarse y hay que medicarse una vez estas infectado de que prevención hablamos? No nos olvidemos que detrás de las practicas sanitarias y de salud pública se encuentran intereses monetarios muy grandes y que no van a renunciar a sus ganancias, políticas en la ausencia de políticas que luchen contra la homofobia y cuestiones el modelo heterocentrado de la sociedad. 


-El aumento de la esperanza de vida de vida de algunas personas seropositivas ha llevado a un nuevo descuido en la población joven apuntalado por una falta de campañas serias, al menos donde yo resido. ¿Ves que esto tiene que cambiar? 

Sejo Carrascosa: Insisto en que el descuido sobre las consecuencias de una practica sexual es una constante histórica, sabidos lo riesgos que conllevan, los jóvenes siguen siendo machistas, heterocentrados y homofóbos y estas ideologías de odio determinan sus prácticas, Quizás la inclusión de otras formas de pornografía o de sexo explicito en la educación sexual podría ayudar a cambiar ideas y comportamientos, pero seria necesaria también políticas activas que cuestionen el modelo heterocentrado, cosa que de momento veo lejana. 

-La pandemia del Sida, además de la diversificación de las identidades en los noventa pusieron el cuerpo en el eje de los debates identitarios y post-identitarios. ¿Crees que es necesario seguir ese camino? 

S.C: Creo que es el único camino, el cuerpo atravesado por deseos y medicinas, por necesidades no cubiertas y placeres, por rechazos y estigmas, convertido en vulnerable, sigue siendo un campo de batalla por una vida que merezca la pena ser vivida.

Presentación de IZAR, Izquierda Anticapitalista Revolucionaria



Por Burgos Dijital 

Ayer tuvo lugar la presentación de IZAR en Burgos, nueva organización política con una estrategia y un programa de ruptura con el capitalismo neoliberal.

Según detallaron sus integrantes, la organización aboga por una reconstrucción de la izquierda anticapitalista y de clase mediante el fortalecimiento y la consolidación de las redes de activistas, foros sociales así como también mediante la construcción de un nuevo sujeto político con capacidad de tomar iniciativas políticas propias. Este sujeto debe recoger las aspiraciones emancipatorias a menudo presentes en los movimientos sociales. El término revolucionario o revolucionaria se debe a que la formación parte de la lucha por conquistas tanto sociales como políticas que tiendan a chocar con la lógica del sistema y generen la necesidad de impugnarlo directamente, a diferencia de otras formaciones políticas. (Muchxs de sus miembrxs fueron expulsados y expulsadas de Izquierda Anticapitalista que forma parte integral del partido Podemos cuyos cambios programáticos y búsqueda de la centralidad electoral se han acrecentado en los últimos meses).

Se han definido también como una alternativa feminista y de clase con la aspiración de combinar la reconstrucción del movimiento obrero y el impulso de los movimientos sociales con la construcción de una alternativa anticapitalista que sea operativa tanto en la calle como en las urnas.

Las Guerras y armamento aceleran el Cambio Climático


Por Acacio Puig

Cuando a partir de hoy, 30 de noviembre, François Hollande opere como anfitrión en Paris de la Cumbre  sobre Cambio Climático -COP 21- … el diablo estallará en carcajadas.

Hollande y su primer ministro Valls, representantes de la muy colonialista República Francesa, enmascaran con los históricos ideales de Libertad, Igualdad y Fraternidad, una nueva irrupción belicista en el gran Oriente Medio mediante el bombardeo masivo de territorios supuestamente controlados por el “Estado Islámico” (“ni estado, ni islámico”, apostillaba recientemente un experto arabista, profesor en la Complutense madrileña).

La Marsellesa en las escuelas, el trimestre de estado de excepción, las banderas en las ventanas y la declaración de suspensión de derechos humanos son pretexto de la guerra, acompañan la gira internacional con que Hollande incita a sus aliados a la gran coalición. Parece esperar  que la iniciativa le instituya como el gran hombre de estado que nunca esperó ser.

De momento, monsieur le Président, sube en apreciación ciudadana según las encuestas en la barahúnda de ardor guerrero en que también compiten sus oponentes a las futuras elecciones presidenciales.

Todo vale de nuevo, en la guerra contra un terrorismo de origen tan dudoso y cobertura tan mercantilista como el que simbolizó el desaparecido Bin Laden. Un terrorismo cuyo objetivo en Paris ha sido la población civil y por tanto similar, en sus criminales resultados, a los efectos colaterales de las operaciones bélicas  democrático-occidentales, el terrorismo de los Estados que arrasan  amplias zonas de África, como ayer Afganistán, Iraq, permanentemente Palestina y ahora, territorios históricos de la Gran-Siria.

Y por desgracia todo es más fácil ya para quienes aprendieron la lección en la vieja indochina y su aplicación a fondo en las guerras contra Iraq: guerra sin imágenes, destrucción esencialmente desde el aire, soldados profesionales, magnificación del enemigo e intoxicación patriótica.

Además ¿A quien se le ocurriría, entre los casi 200 participantes en la COP 21, denunciar la guerra y la industria armamentista como aceleradores del Cambio Climático? Nada que temer.

La voraz “cultura” armamentista.

Ningún negocio más seguro que el de la industria bélica, dirigida a clientes que siempre pagan (los Estados, con dinero público). Ninguna trama más firme que la constituida por el complejo militar-industrial-ideológico. 
Ningún sector productivo-destructivo más opaco y especializado en ingeniería financiera y estadística, experto en  la ocultación por “razones de estado”. Redondo.

El ariete militar, que disuade contestaciones y allana el camino al expolio de materias primas, la desestructuración de mercados regionales y la implantación de transnacionales con apoyo o no de poderes títeres locales. Aún más sencillo resulta cuando se cuenta con la complicidad activa o pasiva de una ONU que, en lugar de arbitrar medidas de pacificación, encubre todo aquello que conviene aunque  contravenga los principios de su carta fundacional.

Desconfiando de cifras oficiales (pero sin posibilidad de obtener otras) el gasto mundial anual en guerras o en la preparación de conflictos parece situarse en torno a los 2 billones de dólares. Se trata pues de un gasto enorme que distrae recursos al desarrollo de países discriminados por el modelo civilizatorio, países condenados a los furgones de cola (¿de ganado?) del llamado tren del progreso. ¿Para cuando nuevas “filtraciones”  que ilustren sobre lo que supondrá el TTIP en el libre comercio transatlántico de armas?
Y recordemos, como un contrapunto brutal, el dato con que UNICEF solicita apoyos económicos: “Cada 20 segundos muere un niño por falta de vacunas”.

Ese “sector” destructivo, enmascarado tras el eufemismo de la defensa y seguridad, absorbe lo esencial de las inteligencias y recursos dedicados a la investigación científica, de modo que solo resta el triste consuelo de que las migajas sobrantes de la investigación bélica encuentren modestos usos en la investigación con fines civiles.

Hace ya un par de décadas que el informe de La Commision Mondiale sur l’environement en su apartado sobre Paz y Seguridad señalaba que la fabricación de armamento (nuclear, clásico, químico, biológico…) y las modificaciones que su producción introduce en los procesos económicos y la organización social, habían sido históricamente detectados como causas que agravan el cambio climático.

Y efectivamente, los recursos materiales-naturales usados en la producción armamentista son tan excesivos como imposibles de regenerar, son finitos en el planeta y su despilfarro  va en detrimento de su uso en otras tecnologías conectadas al desarrollo mientras se despliegan tecnologías alternativas realmente sostenibles.

Los procesos de fabricación, de transporte y  extracción masiva de minerales,  los recursos hídricos y  los combustibles necesarios en la producción de armamentos, suponen enormes consumos energéticos, degradación del entorno y contaminación creciente.

Baste decir, simplificando, que herramientas bélicas “sencillas” como los aviones caza F-18, queman entre los 2000 y los 6.800  litros de combustible a la hora y  que su mantenimiento y supervisión en tierra- fuera de operaciones- supone costes mínimos de 8.000 euros hora. 
¿Qué costes en recursos no renovables y combustible supondrán los  nuevos ingenios de bombardeo de una República Francesa que ocupa en el sexto puesto mundial en gasto militar? 
¿Cuál es el impacto del dióxido de carbono-bélico en el efecto invernadero? 
Nos gustaría conocer al respecto estudios de expertos independientes y con libre acceso a datos reales.

Algo más.

Siria y su entorno próximo ha venido siendo región privilegiada  en cuanto a cultivos agrícolas a los que logra dedicar más del 35% de su suelo. País tradicional productor de trigo, algodón, hortalizas, legumbres y aceitunas, destaca desde inicios de los años setenta del pasado siglo como exportador de trigo, algodón y… ¡petróleo! (ese regalo envenenado de la naturaleza tan codiciado por los expropiadores).

Hace ya dos años  que el ecologismo social denunciaba  que la sequía sufrida  en Siria entre 2006 y 2011 (muy probablemente causada por el cambio climático)  había desempeñado un papel muy importante en la inestabilidad  previa al estallido de la guerra. Las consecuencias de la sequía fueron brutales, dado que un 75% del campesinado perdió las cosechas y murió el 85% de la cabaña ganadera. La transformación social fue también enorme. 
A la catástrofe agro-ganadera  y ruina de muchísimas familias, sucedió la necesidad de pasar por vez primera a importar petróleo, la agudización de tensiones y demandas políticas populares. En ese contexto, el intervencionismo militar externo, la venta de armas a los bandos en pugna y la nula mediación de la ONU para proponer salidas políticas y pacíficas al conflicto hizo el resto, configurando el caos social, el éxodo de refugiados y la sangrienta militarización de la política.

Hoy, la nefasta intervención francesa desde el aire acompaña a la desplegada por la Rusia de Putin y a la de las nuevas “alianzas internacionales” en ampliación.
Es claro que la desestructuración a bombazos de regiones enteras no generará otra cosa que gente sin casa ni posibilidades de éxodo, además de desertización y envenenamiento de suelos, destrozo de acuíferos y siembra masiva de residuos bélicos en los territorios atacados. 

A los muertos durante los próximos meses se sumará así la liquidación de recursos propios de una agricultura tradicional  que son defendidos por Vía Campesina ante la COP 21 como el más eficaz antídoto al Cambio Climático en un contexto estratégico de Soberanía Alimentaria.

Sin embargo, ni Hollande, ni Obama,  ni Putin, ni Merkel, ni… -cada cual con su batido mental  de Jekyll y Hyde- dejará de expresar su honda preocupación ante el problema. Respecto a Rajoy, dudamos ¿volverá a citar  a su primo el meteorólogo que negaba el Cambio Climático porque ya  amenazaba temps fresc y lluvia? 
Lágrimas de cocodrilo en París, acariciando la idea de superar “flexiblemente” los objetivos de cumbres anteriores… y quizá añadiendo  que el futuro augura  novedades “ecológicas”, dado que el armamento sobre el que ya se investiga será  capaz de eliminar seres humanos…pero sin dañar el medio ambiente. En definitiva, el asesinato global pero sostenible.

Quizá así pretendan eliminar  el problema de los actuales 60 millones de refugiados en éxodo a causa de las guerras. El grave problema humanitario que se pospone (ya lo anuncia Merkel), ante la prioridad de la guerra contra el terrorismo.

-Sobre la lucha contra el terrorismo no añadiremos ni una línea. Los medios afines al poder ya se han encargado de la plena saturación patriotera del pensamiento cívico y la instrumentación canalla de nuestras víctimas- .




domingo, 29 de noviembre de 2015

El personal de Limpieza protesta en Burgos por los abusos de las empresas contratadoras


Por Burgos Dijital


Los trabajadores y trabajadoras del sector de la Limpieza se han manifestado hoy desde Gamonal hasta el centro de Burgos para manifestar a la opinión pública su malestar e indignación ante el trato que han recibido por parte de la patronal:

- En 2012 tuvieron una subida salarial del 0,4 % y en 2013 un 0,5%, sin embargo en 2014 y 2015 no ha habido subida salarial.
- Ante estas mínimas subidas la patronal ha propuesto que a las trabajadoras y trabajadores de Limpieza les sea subido un 0% para 2016 y un 0,2% para  2017, cuando a nivel nacional y regional se ha negociado, que para aumentar la economía de nuestro país la subida salarial debe estar por encima del 1%. 


- Asimismo quieren proceder a un recorte de derechos reflejado en el convenio, como quitar los tres días de libre disposición, quitar o congelar la antigüedad, quitar la mejora que disponen si caen de baja por Incapacidad Temporal, que supone que 15 días al año cobren el 100% del Salario Base, Antigüedad y Pagas Extras.




Los trabajadores y las trabajadoras  aseguran que desde que comenzó la crisis han visto cómo sus jornadas han ido menguando, la carga de trabajo ha ido aumentando, mismo trabajo en menos tiempo. 
Han detallado que las grandes empresas y la Administración Pública quieren mejorar la productividad reduciendo el coste de la limpieza al igual que los Administradores de fincas que se publicitan, "reducirán el precio de la empresa de limpieza para los portales", pero lo que no se explica es que el 95% de los costes de limpieza son los trabajadores y el 5% son productos y materiales.

Por ello aseguran que ya no existe limpieza, higiene y desinfección, sino un lavado de cara de portales, oficinas, colegios, locales públicos y fábricas.

La manifestación ha concluido en el centro de Burgos con los agradecimientos a la participación ciudadana y a la unión de los trabajadores y trabajadoras ante esta reivindicación de derechos y protesta contra los abusos por parte de la Administración Pública, grandes empresas, Administradores de fincas, que quieren reducir un servicio muy necesario para reducir costes. También se ha protestado contra las grandes empresas de limpieza que entran en lo que ellas y ellos consideran una vorágine de reducción de precios y servicios.

30 de noviembre: Acto en la calle "Por un mundo sin pena de muerte"


                       30 de noviembre en el Paseos del Espolón-Plaza Mayor de Burgos

¿Cuánto vale la vida humana? reflexiones sobre los atentados de París

¿Cuánto vale la vida humana?

Por Juan Ángel Argelina Díaz

"Llevad la carga del Hombre Blanco.Enviad adelante a los mejores de entre vosotros; Vamos, atad a vuestros hijos al exilio Para servir a las necesidades de vuestros cautivos; Para servir, con equipo de combate, A naciones tumultuosas y salvajes; Vuestros recién conquistados y descontentos pueblos, Mitad demonios y mitad niños."

Rudyard Kipling. La Carga del Hombre Blanco, 1899.



Los imperios, como los adolescentes, piensan que siempre serán eternos. El poema de Kipling es el producto de la fascinación colonial. A lo largo del siglo XIX y buena parte del XX, las grandes potencias se extendieron por el mundo bajo el pretexto de su "misión civilizadora". Mientras las clases medias británicas y francesas disfrutaban de los productos exóticos más variados, admiraban el arte de los pueblos "inferiores" conquistados, saqueados y expuestos en los imponentes museos del Louvre y Británico, y mantenían un buen nivel de vida gracias a la explotación de todos sus recursos, se extendía incluso entre el proletariado la convicción de pertenecer a una raza superior, a una cultura evolucionada y claramente destinada a cambiar el mundo conocido, desterrando para siempre el salvajismo, propio de gente que no había sabido desarrollarse como ellos. 

La opinión pública, arrastrada por el nacionalismo y el patriotismo de las hazañas bélicas, y por una teoría "científica" que trataba de demostrar la jerarquización evolutiva de las sociedades y las clases, se regocijaba en la grandeza de su Imperio. 
Y personajes como Livingstone, Richard F. Burton, y otros exploradores inquietos eran llevados a la leyenda y a la nueva mitología del héroe capaz de enfrentarse a los peligros de ese mundo incógnito, lleno de seres humanos inconscientes del papel salvífico de su figura. Kipling, London, y otros escritores magnificaron en la literatura a esos "superhombres". 
Pero lo más importante fue que en el inconsciente colectivo occidental se grabó y perduró la idea de su superioridad étnica y cultural. 
Las viejas prácticas del imperialismo colonial se mantuvieron incluso después de la Segunda Guerra Mundial, a pesar de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, y de los claros mandatos de las Naciones Unidas sobre descolonización: Las antiguas metrópolis mantuvieron el control de sus antiguas colonias por medio de férreos tratados económicos y militares, que las ataron en sus políticas tanto internas como externas. Siempre tratadas como menores de edad, sus intentos de emancipación total casi nunca tuvieron éxito, y durante la Guerra Fría no pudieron optar más que por pertenecer a alguna de las áreas de influencia de las nuevas potencias dominantes, USA o URSS. 

Las viejas naciones de Europa no fueron sino comparsas en esa lucha sorda, limitándose a seguir los planes de Whasington o Moscú. Pero el fin del bloque comunista iba a modificar este panorama: no sólo resurgieron los antiguos nacionalismos, sino que dentro de la estrategia del Nuevo Orden Mundial, iniciado con la primera Guerra del Golfo en 1991, los tradicionales planteamientos del sistema colonial iban a resucitar con fuerza, aunque esta vez ya no con una excusa civilizadora, sino con el sacrosanto ideal de la democracia. 
Daba igual que Estados Unidos hubiera plagado de dictaduras América Latina durante la Guerra Fría, o sustentado las de Grecia, Portugal o España, y armado a las de medio Tercer Mundo. 
Ahora, la liberación de Kuwait daba comienzo al cuestionamiento del sanguinario sistema baazista de Irak, al que, curiosidades del destino, había apoyado en su cruenta guerra contra Irán en los ochenta (más tarde se sabría que también había vendido armas a Irán para financiar a la contra nicaragüense), y el propio presidente Bush padre, al igual que Clinton y Bush hijo, se congratulaban del fin del peligro rojo en el mundo, especialmente en Afganistán, donde habían, con la ayuda de Arabia Saudí, creado y financiado a los grupos fundamentalistas islámicos que tomaron el poder tras la retirada soviética. 

Éste es el prólogo necesario para comprender el estado actual de las cosas, sobre todo en el mundo árabe y musulmán en general. La posición dominante de Estados Unidos en los años 90 permitió dibujar una representación del sistema-mundo basado en un poder unidireccional, globalizado y marcado por la victoria del liberalismo económico, el mismo que había llevado a la expansión colonial depredadora desde el siglo XVIII. No había nacido un mundo nuevo. Se había despertado el viejo, pero ahora en forma de zombi.

La necesidad de materias primas y energéticas seguía siendo la prioridad para mantener ese nivel de vida que las clases medias occidentales disfrutaban desde entonces, y que servía como justificación para montar todo el engranaje de dominación mundial. 
No obstante, como iniciaba este artículo, los imperios siempre se niegan a abordar su propia situación de decadencia, y la adaptación de sus viejos modelos en un marco de relaciones internacionales diferente, no da los mismos resultados: En un mundo saqueado y con enormes problemas medioambientales, de escasos recursos y muchos competidores, las viejas estrategias traen problemas inesperados. 

Los atentados del 11-S en Nueva York fueron el primer aviso. Y con ellos la democracia sufrió el primer embate. Fueron la excusa idónea para firmar la Patriot Act, que recortaba los derechos ciudadanos hasta niveles impensables. El escenario del miedo, impulsado por el propio gobierno norteamericano, marcó el escenario de una manipulación de la opinión pública sin precedentes. 

Desde entonces, cualquier acto contra los derechos humanos ha sido justificado de forma repulsiva, incluyendo la construcción de un campo de concentración en Guantánamo y la existencia de cárceles secretas en todo el mundo, donde la tortura se practica de forma sistemática a prisioneros sin juicio ni garantías legales reconocidas.

Es la guerra contra el terror, se dice desde entonces. Será una guerra larga, decía Bush, mientras su gobierno mentía sobre las supuestas "armas de destrucción masiva" que Saddam Hussein habría acumulado en un Irak suficientemente machacado por las sanciones impuestas desde la invasión de Kuwait; un Irak despedazado por las luchas internas entre facciones étnicas y religiosas, mientras la ocupación norteamericana no hacía otra cosa que beneficiar a empresas privadas y a políticos corruptos en un ambiente de saqueo sistemático. 
O un Afganistán igualmente ocupado tras los bombardeos que dieron fin al régimen talibán, que no ha logrado la estabilidad ni el desarrollo que se le prometía, al igual que Libia, cuyo dictador fue asesinado tras una guerra que se justificó por esa misma idea de democracia, que no es otra cosa que la nueva versión de la "civilización" de la época colonial. 

De este modo, Oriente Medio en llamas. Qué curioso que todo pase en el área con más yacimientos petrolíferos del mundo. Qué curioso que sólo haya que llevar la democracia a las regiones donde se encuentran los recursos energéticos que hacen posible nuestro modo de vida, aunque después se maten entre sí. Pero eso ya no es culpa nuestra. Son pueblos atrasados, salvajes. No han pasado por nuestra "ilustración". 

Nuestro lavado de cerebro ya es tan completo, que no sólo carecemos de empatía para comprender al otro, sino que hemos perdido la memoria. Los grupos islamistas ya estaban presentes entonces. Fueron financiados por los servicios de inteligencia de nuestra querida Europa. 
El Barclay's Bank, Lloyd's International, el National Westminster Bank y otras empresas y bancos británicos financiaron desde los años 40 al Consejo para el Entendimiento Árabe-británico (CAABU) y al Centro de Estudios Árabes del Medio Oriente (MECAS), que respaldaron y apoyaron significativamente a los Hermanos Musulmanes, principal y más antigua fuerza islamista de Oriente Medio, que logró el poder en Egipto en 2011. 
Creo, sin duda, que ningún movimiento yihadista hubiera podido desarrollarse en Oriente Medio sin la participación de los servicios de inteligencia occidentales, sobre todo tras la desastrosa aventura siria. 

Está comprobado que los gobiernos británico y francés apoyaron financieramente a los grupos anti-Assad, y que gran parte de ese dinero y armamento han ido a parar al nuevo "Estado Islámico" (ISIS). Es tan evidente, que ahora que el terrorismo golpea con fuerza el corazón de Europa, la única respuesta del gobierno francés, respaldado por el británico, es la misma que la que ofreció el presidente Bush tras el 11-S: golpear con fuerza al enemigo, declarar la guerra al mal, bombardear sus centros neurálgicos, fomentar el nacionalismo patriótico, proclamar la resistencia cerrando fronteras y anulando derechos ciudadanos al imponer el estado de emergencia. Será una guerra larga, dice Hollande. Hay peligro de un ataque químico, dice el primer ministro Valls. ¿No suena a déjà vu? 

Sin minimizar la tragedia y conmovido por la magnitud del desastre, no puedo dejar de preguntarme por las circunstancias y las causas de todo esto. Sobre todo porque yo mismo fui víctima de otro sangriento atentado: el 11-M (2004), y porque ya estoy escarmentado por la manipulación y uso mediático de la muerte y el dolor. Entonces la situación era diferente, y el gobierno no quiso admitir su relación con la guerra de Irak y el auge de los grupos islamistas que utilizaban la excusa de la intervención occidental para cometer el crimen.

En un contexto contrario a la guerra, no hubiera sido correcto promover reacciones patrióticas contra el islam radical, y, al contrario, el nuevo gobierno promovió la tan criticada "Alianza de Civilizaciones", en clara alusión crítica al "choque de civilizaciones" de Samuel P. Huntington
Desde entonces ha habido un fuerte desarrollo de la intercomunicación electrónica y los mass media alcanzan un poder de manipulación mucho mayor. 
Los atentados de París, tanto el de Charlie Hebdó como el del pasado 13 de noviembre, han tenido un eco mucho más profundo que los anteriores, y su difusión mundial ha logrado aumentar no sólo el apego sentimental con el dolor de las víctimas, sino que ha hecho posible la rápida comprensión de las medidas de fuerza del gobierno francés.

Prácticamente medio mundo ha usado la bandera francesa en sus perfiles de facebook. La Torre Eiffel se ha convertido en un símbolo de libertad, y las imágenes de la tragedia han copado con tanta frecuencia los espacios televisivos, que el resto de muertes producidas en atentados similares en el resto del mundo han pasado prácticamente inadvertidas. 

El centro de la civilización ha sido atacado y sus víctimas adquieren un protagonismo mucho más importante que el resto, en una jerarquización de la muerte intolerable. No podríamos comprender esto, si no hacemos un análisis histórico sobre lo que aludí al principio: en el inconsciente colectivo occidental se grabó y perduró la idea de su superioridad étnica y cultural desde la época colonial.

Recuerdo imágenes de la película de Gillo Pontecorvo "La Batalla de Argel" (1966): una bomba estallaba en un café de una de las calles de la zona "blanca" acomodada de la ciudad. En una rápida reacción del ejército francés, la Casbah era tomada, y se cercaba a los responsables en una de sus miserables casas. La diferencia étnica y religiosa ocultaba otra aún mayor relativa a su posición social y de clase.

Para el colonizador, el árabe era inferior. Siempre se le trató con desprecio, al igual que en todas las ocupaciones coloniales. Cuando emigraron a la metrópoli, su situación no cambió. Fueron ocupando el lugar de los antiguos proletarios nacionales, de tal modo que hoy les han sustituido en sus suburbios tradicionales. 

Se dice que no se quiere que los atentados traigan como consecuencia una ola de racismo, pero es que ya existe, y condiciona la misma estructura de la sociedad francesa, con sus reflejos mediáticos. O si no, echemos un vistazo a la hemeroteca, y recordemos lo que ocurrió el 17 de octubre de 1961 en París, cuando durante una manifestación pacífica de más de diez mil musulmanes que protestaban contra la represión francesa en Argelia, la policía asesinó a más de 200 personas, muchas de las cuales fueron arrojadas al Sena aún con vida desde el Pont Saint-Michel.
La escritora Marguerite Durás comparó entonces la situación de los argelinos con la de los judíos del gueto de Varsovia. "El origen de este drama se encuentra en el terrorismo islamista", se podía leer en Le Monde (19-11-1961). Aunque los hechos fueron reproducidos en la novela Meurtres pour mémoire, de Didier Daeninckx (1984), y se realizó posteriormente el documental Nuit noire 17 octobre 1961 (2005), de Alain Tasma, el gobierno francés no reconoció la matanza y no admitió su responsabilidad hasta el 17 de octubre de 2012, cincuenta y un años después. Unos hechos se olvidan y otros se magnifican. 
La opinión pública se moldea, y el "terrorismo islámico" sirve para justificarlo todo. 

Cuando la memoria falla se puede decir cualquier cosa impunemente. He oído a las autoridades francesas que los sucesos del pasado 13 de noviembre constituyen el atentado más grave ocurrido en Europa desde la Segunda Guerra Mundial. Veremos las consecuencias a sus reacciones. Esto no es sino una de las muchas jugadas de la sangrienta partida de ajedrez librada en el nuevo orden mundial. 

Al igual que los millones de refugiados que llaman a nuestras puertas, las acomodadas poblaciones de Europa son igualmente víctimas de su propia ignorancia. Sus gobiernos han desestabilizado el mundo, y ahora es la propia Europa la que se desmorona, al igual que lo hizo el antaño invencible Imperio Romano.
También los civilizados romanos se consideraban superiores en todo a los bárbaros que rodeaban el Imperio, e intentaron contenerles en campos de concentración en la frontera del Danubio. 
Pero éstos aprendieron sus tácticas y superaron su estrategia, venciéndoles y asesinando a su emperador Valente en la batalla de Adrianópolis (378), para posteriormente saquear la propia Roma en el 410. Incluso entonces, historiadores como Hidacio hablaban ciegamente de un prometedor porvenir. Los imperios, como los adolescentes, piensan que siempre serán eternos.


Otros artículos de Juan Argelina:



sábado, 28 de noviembre de 2015

"No a la guerra" la historia se repite



Por Burgos Dijital
Esta tarde en Burgos como en muchas ciudades del Estado español, ha tenido lugar una concentración bajo el lema "Contra el terrorismo, contra el odio, contra sus guerras" en la cual se ha guardado un instante de silencio por las víctimas del terrorismo en Paris y se ha dado lectura a un manifiesto firmado conjuntamente en numerosas ciudades del Estado.
A la finalización de la concentración se han escuchado las consignas "No a la guerra" y "No en nuestro nombre", la historia se ha vuelto a repetir, como en aquél "No a la guerra" de 2003.

Manifiesto

"Los brutales atentados perpetrados en París el pasado 13 de noviembre buscaban instaurar un clima y un régimen de terror entre la población, levantando muros de sospecha y odio entre vecinos, quebrando la vida en comunidad e instaurando la política del miedo en nuestro día a día.
Si la respuesta a la barbarie pasa por suspender derechos, recortar libertades y encerrarnos en casa, la victoria del terrorismo será total.
Si al dolor de las víctimas inocentes se responde provocando más dolor a otras también inocentes, la espiral será imparable......
El fanatismo terrorista del Daesh (ISIS) es funcional y retroalimenta al fanatismo racista europeo, mientras nuestros Gobiernos practican recortes de derechos sociales y libertades fundamentales, xenofobia institucional y bombardeos indiscriminados, que se han demostrado ineficaces......
Desde el convencimiento de que en estos momentos la ciudadanía no solo se puede esconder, sino que debe ser protagonista y liderar la respuesta contra el terror, estamos aquí para mostrar nuestra repulsa a los ataques terroristas de París, Líbano, ....nuestra repulsa a los bombardeos contra la población civil siria, nuestra repulsa a recortes democráticos como ineficaces garantías de seguridad y nuestra repulsa a la política exterior belicista iniciada por Bush-Blair-Aznar.......
No en nuestro nombre"

Para recordar:
Contra la guerra de Irak

28 de noviembre: Manifestación "Ni guerra, ni terrorismo, ni islamofobia"



            28 de noviembre Manifestación a las 19.30  la Plaza del Cid de Burgos

Manifestación contra el terrorismo, contra el odio y contra sus guerras


John Carlin nos ilumina: Liberalismo o Muerte

Imagen de archivo Manifestación en Burgos "No a la guerra" 2003


Por Basilio el Bagauda

Desde la brutal masacre de los atentados en París no se habla de otra cosa y se han borrado de un plumazo todos los asuntos que los medios del “sistema” metían en nuestra vida cotidiana para “obligarnos” a tomar posición. 
Ahora, en este peliagudo asunto, ni si quiera podemos opinar, ya que debemos alinearnos sí o sí a las tesis neoliberales sacándose de la manga una fea y estúpida palabra que llevaba tiempo poblando los espacios de opinión más ultraconservadores con la justificación de una pretendida rebeldía ante lo políticamente correcto: el “buenismo”.

Con ello se busca la identificación perversa y simplista de toda persona que no esté de acuerdo con todas las urgentes medidas que nos quieran imponer los gobiernos europeos, meros peones en el tablero de la OTAN.

Que quede claro, y este es mi punto de vista, que cuando tienes dentro de tu casa a unos cuantos matones fanáticos dispuestos a asesinarte a ti y a los tuyos no te queda más remedio que actuar. No es una cuestión ideológica, sino de supervivencia y, por lo tanto, un@ tiene hacerlo rápidamente con todos los medios a su alcance: servicios de inteligencia, tribunales de justicia y fuerzas del orden. ¡No van a servir siempre para reprimir y acabar subrepticiamente con los opositores a los poderes copados por la burguesía!

Sinceramente no tenía muchas ganas de opinar y aún menos de escribir sobre esto, pero tras leer el enésimo artículo de opinión en la misma dirección y realizado el 23 de noviembre por John Carlin, uno de los columnistas fijos de “El País”, no he podido evitarlo.

Lo titula “¿Por qué no podemos llevarnos tan bien?” y en él hace una crítica demoledora de los discursos mantenidos por el nuevo líder del laborismo inglés, Jeremy Corbin, y por el aspirante a la candidatura del Partido Demócrata americano frente a Hillary Clinton, Bernie Sanders. 
Al parecer a Carlin le han tocado en el reparto a los anglos y sajones en esta nueva batalla dialéctica iniciada por los y las defensoras más acérrimas de las virtudes de las democracias liberales: ésas que consisten en que votemos más o menos cada 4 años a un@s representantes que acaban ejecutando líneas y acciones políticas decididas en organismos supranacionales que no conocen el concepto de “soberanía popular”: la Comisión Europea, el FMI, la OCDE, la OTAN, la Comisión Trilateral o el Club Bilderberg…

El articulista comienza caricaturizando a estos líderes políticos poniéndolos en el lugar de un presidente norteamericano ficticio que apela a la paz y a la bondad entre los pueblos mientras una invasión marciana acaba violentamente con los habitantes terrícolas: se trata de la metafórica comedia estrenada en 1996 “Mars Attacks!!”

Mal argumento elige el creador de opinión cuando, en nuestro caso, quien ataca en nuestras calles no es el bloque tecnológicamente más poderoso, afortunadamente, y, por lo tanto, poco tiene que ver con esos malvados marcianos, sino es porque ambos, terroristas y extraterrestres, sólo quieren hablar un idioma que sólo ellos entienden.

Más bien los marcianos de la peli se podrían comparar a l@s amig@s de Carlin que son los que mienten y mueven todos los hilos, pues el verdadero poder lo tienen ell@s y lo utilizan sin dudarlo. 

Haciendo una comparación anacrónica y alucinada del presidente “buenista” y progre americano sería algo así como el jefe de una tribu indígena americana que se encontrara por primera vez al líder buscavidas procedente de una familia aristocrática de la vieja Europa y que pensara en un agradable intercambio comercial con banquete fraterno incluido, creyendo que los cañones de las armas que portaban eran simples objetos de decoración. ¡¡No somos tan ingenu@s como para pensar en semejante caricatura de cualquier Presidente del gobierno de cualquier nación europea!!

Por otro lado, se nos pide permanentemente que olvidemos las razones de que estos criminales sean mucho más que 4 suicidas dispuestos a inmolarse, que no justifiquemos nuestra negativa a tener un relato único con el análisis de los antecedentes que nos han hecho llegar a esta situación. 

Yo, desde luego, no picaré este anzuelo porque para mí lo sucedido hasta ahora tiene que ver íntimamente con decisiones políticas, económicas y militares que han tomado las grandes potencias para proteger intereses ocultos a la mayoría.

¿O es que acaso tenemos que pasar por alto que el gobierno español y muchos medios de comunicación mintieron impúdicamente para acudir a una guerra con más del 80 % de la población en contra? ¿Es democrático que el pueblo no sea informado, ni si quiera en sede parlamentaria, de los movimientos y los compromisos concretos en los que está involucrado nuestro ejército? ¿Por qué hay una absoluta opacidad en la información sobre la venta de armas? ¿Por qué se mantienen los instrumentos jurídicos que amparan el secreto bancario cuando éste sirve para que los criminales llenen sus alforjas de odio para usarlo contra la población que dicen proteger?

¡Claro que todo tiene que ver! No se trata de una ansiosa obsesión antiimperialista aunque, mal que le pese, la izquierda que acepta valores humanos más profundos que la ideología liberal debe de estar siempre con los más débiles y eso incluye, a escala planetaria, a los pueblos de los países que luchan ante gigantes por defender su soberanía ante la violencia externa.

Aún resulta usted más grotesco y peligroso cuando afirma literalmente que “el problema de ir por el camino de que la culpa la tienen los gobiernos de Occidente es que propone como eje original del mal a aquellos que en el fondo defienden lo que el Estado Islámico desprecia (…): la libre expresión, la soberanía de la Ley y los demás elementos básicos de la democracia que permiten que los Corbyn, Sanders, Podemos, Siryza, incluso el Frente Nacional francés (…) puedan competir en el terreno político (…)”. ¡¡Cómo no habíamos caído antes!! ¡¡Los y las  trabajadoras no nos hemos dado cuenta que todos nuestros derechos y libertades se deben a la burguesía conservadora y liberal!!

Si repasamos la historia comprobaremos que el sufragio censitario fue impuesto por las hordas marxistas en el s. XIX, que la burguesía concedió maravillosas condiciones de vida y de trabajo al proletariado a pesar de las huelgas y boicots que algunos agitadores realizaban y que las mujeres aristócratas españolas se inmolaban en el Retiro de Madrid en los años 20’ para pedir el voto femenino.

Pues mire usted, sr. Carlin. Para mí tengo que las libertades se consiguieron con sangre, sudor y lágrimas, especialmente de l@s más débiles en la escala social, peleando tanto contra aquell@s que de sus privilegios extraían beneficios como con l@s custodi@s de la moral que imponían violentamente conductas y comportamientos. L@s primer@s ya sabe usted quienes son y l@s segund@s se parecen mucho a los islamistas que matan en todos los continentes en nombre de Dios.

Por cierto, también se me ocurre, que puede hablarle a los y las trabajadoras sin ingresos que tanto abundan si pueden expresarse libre y públicamente, como lo hace usted en los medios, si de ello depende poder acceder al trabajo y, por lo tanto, al salario que les permita su supervivencia

Por quedarme en casa, dé una opinión amablemente liberal sobre el hecho de que un trabajador que ha demostrado sobradamente su profesionalidad y su rendimiento no pueda seguir trabajando en un astillero por pertenecer a Izquierda Unida, organización política legal, de esas que gracias a gente como usted puede intentar gobernar como el resto. ¡Qué ejemplo maravilloso de libertad liberal!

Para  terminar, el último valor al que apelan ustedes ahora es la unión: la de todos los países de Europa para disponer de todos los medios económicos y militares en búsqueda de un objetivo común, acabar con el Estado Islámico, y en última instancia de tod@s l@s europe@s para que sean comprensiv@s ante la posible extensión de estados excepcionales como los que ya sufren franceses y belgas.

Burgos 2003

Ahora l@s liberales, que gobiernan con mano de hierro la Comisión Europea, si quieren la empatía de todos los habitantes de la Unión, fraternidad que van a tener complicada cuando han sido agitadores, desde el inicio de la crisis provocada, del discurso del frentismo: países trabajadores frente a países vagos y desidiosos (los “PIGS” nos llamaban); maravillosos emprendedores frente a funcionari@s acomodad@s; sociedades responsables frente a derrochadoras; trabajadores luchadores frente a individuos antisociales cuya precariedad se merecen.

La unión, en definitiva, será necesaria por una sencilla razón que usted apunta al final: la muerte, como la violencia integrista, no preguntasi eres de izquierdas o de derechas, progresista o neoliberal, imperialista o antiimperialista” y, apunto yo, rico o pobre. Cumplirá su objetivo sin prejuicio y sin piedad.

La pena es que la pobreza no nos alcanzara a todos por igual, como la muerte. Quizá sería la única manera de que nos uniéramos para evitarla y el debate sobre la superioridad de nuestros pensamientos socioeconómicos no serían más que tertulias de bar.

P.D.- Querido John, cuídese de consultar mañana con su asesor de banca privada. No vaya a ser que el fondo financiero que tan bien le renta, esté financiando alguna actividad terrorista sin que usted lo sepa. Que ya se sabe que la “mano invisible” de la competencia la carga el diablo.