Medio centenar de trabajador@s conforma
el piquete radicado en los accesos a Lennox, resguardad@s
a la sombra de un improvisado toldo azul, esperando el relevo por parte de un@s compañer@s que traigan, también, noticias frescas.
Y es que
las negociaciones se estancaron el pasado martes 24, durante el juego de
ofertas y contra-ofertas que lanzó la
dirección francesa, muy alejada de las demandas de l@s trabajador@s, centrad@s en la lucha por un convenio
por el que llevan peleando desde hace muchos años. No queremos perder todo por lo que hemos luchado, se lo quieren cargar
de un plumazo y no estamos dispuestos — afirma una joven sindicalista, que forma
parte del renovado comité de empresa.
El inmovilismo de la empresa socava la negociación
colectiva; amparándose en la lesiva reforma laboral, la dirección no quiere
negociar sobre la ultraactividad, lo que supondría la pérdida de convenio
propio con el consiguiente empeoramiento de las condiciones laborales. Por su
parte, trabajador@s de la fábrica, que secundaron dos jornadas de huelga
durante los pasados días 18 y 19 de este mismo mes, convocaron la huelga
indefinida con un seguimiento del 100% de la plantilla.
El pasado jueves 26, la tensión del tira y afloja llegó
a su punto más álgido. La dirección se negó, directamente, a seguir con las
negociaciones, alegando que la huelga acarrearía consecuencias. Aunque las
consecuencias de abandonar la lucha serían aún mayores, según recordaba el
comité de empresa (CCOO), que ha recibido el apoyo y la solidaridad de otros
comités así como de activistas vinculados a movimientos sociales y organizaciones
de izquierda, que se acercaron hasta el piquete para solidarizarse con l@s trabajador@s.
Llevo
siete años trabajando en Lennox, y me siguen llamando cuando me necesitan.
Tengo un contrato fijo-discontinuo y trabajo de peón, con el escalafón más bajo
de salario, y sin embargo aquí me tienes. Más voy a perder si no lucho — declaró
una trabajadora.
La fábrica está parada y los jefes comiendo en
restaurantes carísimos. ¡Esto va para
largo, pero aguantaremos! — dice un trabajador, ya vivió otras huelgas y
tiene experiencia. Los ánimos están altos y algun@s
conductor@s tocan el claxon en señal de apoyo.
Cae la
tarde en el polígono, mientras va llegando un relevo, esta vez sí, acompañado
de noticias frescas; l@s compañer@s
de ETM también están luchando.