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viernes, 24 de enero de 2014

Conferencia Ley de Seguridad Ciudadana por Mauricio Valiente

Por Burgos Dijital

Mauricio Valiente durante la conferencia
Conferencia de Mauricio Valiente, Diputado Izquierda Unida en la Asamblea de Madrid, Secretario de Migraciones del PCE, Abogado de Derechos Humanos, Licenciado y Doctor en Derecho por la Universidad Complutense y Carlos III de Madrid. Abogado especializado en Asilo, Inmigración y Derechos Humanos.
Activista de Movimientos Antirracistas, de solidaridad y de defensa de los Derechos de los Inmigrantes. 
Ha participado en misiones de observación en Colombia, Honduras, Mauritania, Cabo Verde, Malí y Marruecos.

"En Gamonal lo que ha molestado al Partido Popular es que ha sido una mayoría social  lo que le ha hecho retroceder, de ahí que se produzca una criminalización de las personas llamándolas terroristas, porque saben y temen que si se articula una mayoría social se vuelve algo imparable".

"El recorte de libertades no es la respuesta a un calentón por la protesta social, es un proceso político reflexionado y planificado mucho antes, que traerá consecuencias insospechadas para los ciudadanos".

A lo largo de los años y de la historia los derechos surgen siempre de la lucha, nunca han sido concedidos. La lucha social de las revoluciones burguesas constituyó un elemento de legitimación del sistema. En las democracias occidentales se identificaba la libertad como algo en contra del abuso de poder, algo que aseguraba la garantía de los derechos individuales. Estos principios también se mantuvieron durante la guerra fría, la libertad individual de las personas. Cuando llega la liberalización de las economías en los 70 - 80 con la vanguardia de Tatcher y Reagan comienza la gestación de un nuevo modelo económico, el Neoliberal.
Ese movimiento ha ido evolucionando hasta nuestros días.
Lo que debemos saber es que tal movimiento económico evoluciona en paralelo con un movimiento político, van de la mano. El movimiento político se ha encargado de erosionar la Democracia tal y como la conocemos. Es un proceso clarísimo si uno se detiene a analizar su evolución con perspectiva.

El poder ha ido ocultando mediante eufemismos como el terrorismo, la inmigración o el narcotráfico la existencia de dicho movimiento, que va avanzando paulatinamente hasta meterse en nuestros hogares. El 11 de Septiembre supuso un acicate más y una legitimación para el recorte democrático. Los países que hasta ahora eran el paradigma de la libertad de repente son el escenario del espionaje mundial, del rapto de personas y de las cárceles ilegales fuera del territorio nacional.
La máxima expresión de la represión estatal es Guantánamo, por lo menos que se conozca actualmente.

Los Estados aumentan hoy en día el gasto en policía y cuerpos de seguridad. Cuando la policía se parece más a un ejército es el síntoma de la militarización planificada de los cuerpos policiales.

El sistema se preocupa también por la construcción de un imaginario inconsciente. La presencia policial se vuelve un mensaje evidente de forma paulatina hasta que esa realidad forma parte de nuestra Democracia. Llega un momento que manifestarse se ve como algo criminal, a los manifestantes se les llama terroristas y la gente cercana acaba por verles como algo problemático. El problema social que mueve a las personas deja de ser importante para resaltar por encima de todo los contenedores ardiendo, los huevos contra la pared, y sobre todo los manifestantes como gente ajena a la sociedad, como criminales.
Amnistía Internacional en su último informe de 2013 denuncia que existe un patrón entre el uso desproporcionado de la fuerza policial y el uso calculado de la misma. Añade también que la violencia es muchas veces generada por aquellos que están obligados a mantener el orden y la paz. La policía al no estar identificada goza de impunidad.
La anticipación de respuestas legales organizada por el PP responde a una tendencia global. En una manifestación cuando vas a denunciar resulta que ya estás tú denunciado previamente o al momento surgen contradenuncias, por no hablar ya de las llamadas amenazadoras. Todas estas medidas y muchas otras que se están organizando, se basan en un análisis de las deficiencias que hay en la protesta social.

Se calculó todo observando al 15M, a la PAH, a los trabajadores o la lucha de los mineros. Sin todos ellos no se habría ideado la ley de Seguridad Ciudadana. Un caso a tener en cuenta es que el derecho de reunión no se ha regulado desde el 83, solo se ha reformado el código penal, lo que significa que han optado directamente por la respuesta represiva.
El paquete de medidas se basa en la reforma del código penal, la ley de seguridad ciudadana, y la ley de seguridad privada.

LA REFORMA DEL CÓDIGO PENAL
Es la medida más importante y se basa en la modificación de dos delitos: atentado contra la autoridad, y desórdenes públicos. La estrategia del Estado es disuadir el desarrollo de protestas populares dejando un margen para ampliar esta escalada represiva.

En el atentado contra la autoridad se amplía el ámbito subjetivo, y en los desórdenes públicos se centra en la actuación individual con independencia del resultado de lo ocurrido. También se crea un nuevo delito de opinión para quienes promuevan o jaleen este tipo de actuaciones delictivas de protesta independientemente de lo que se haya producido o produzca.
No olvidemos también la despenalización de las faltas, y aquí llega la ley de Seguridad Ciudadana, por la que se hace más caro todo. Al no ser falta aumenta la sanción, y al haber nuevas tasas de pago para recurrir al contencioso administrativo tienes que pagar, desconociendo si vas a ganar y evitar la sanción o lo contrario. El esquema es el siguiente: más represión, menos garantías y más margen de maniobra para el Estado.

Estamos asistiendo a una auténtica escalada represiva con agenda marcada, una respuesta muy medida y pensada a raíz del 15M, la PAH y los mineros y trabajadores.
Todo esto está ocurriendo por sistema global, porque no se trata de una respuesta a una perturbación de la paz social. Prueba de ello es que a pesar de la crisis a ningún Ayuntamiento se le ha impedido funcionar, como tampoco a ni una empresa o a ningún banco mediante la protesta social. En el anuario estadístico del Ministerio de Interior se recoge que en 2012 aumentó el número de concentraciones en España pero de la cifra total de varios miles  tan solo 11 manifestaciones tuvieron incidentes.
En 2013 hubo 7773 y tan solo 8 con incidentes. Por tanto estos datos, que se pueden encontrar en dicho anuario público, demuestran que no se ha roto ninguna paz social y que esta represión responde a la hoja de ruta de una estrategia represiva muy profunda, estudiada y auspiciada por el Sistema Neoliberal.

Llegará un momento en el que reclamar las libertades y los derechos que nos corresponden será subversivo, por ello nuestra respuesta debe de ser una respuesta de todos, desde la colectividad, Política con mayúsculas, y hay que convencer de que no es demagógico decir que el Estado pretende frenar la protesta popular, frenar la búsqueda popular de un canal de participación en la Democracia.
Aunque mejoren las perspectivas macroeconómicas los recortes no se irán nunca porque responden a una política planeada.
Recortar libertades es la única forma que tienen para garantizar los recortes sociales,  por ello desde la izquierda, necesitamos hacer una reflexión sobre las formas de lucha, necesitamos APRENDER COLECTIVAMENTE A DEFENDERNOS: ANÁLISIS, FIRMEZA Y MOVILIZACIÓN.


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