miércoles, 22 de julio de 2015
martes, 21 de julio de 2015
Ley Mordaza, ley 1984
Presencia de la Policía Nacional en la calle. |
El 1 de julio, momento de la entrada en vigor de la Ley Mordaza y de la última Reforma del Código Penal, la monarquía española se convierte en un Estado policíal, culminando una etapa de populismo punitivo que arranca en la década de los noventa con la Ley de la Patada en la Puerta y el Código Penal “de la democracia”, el más duro de Europa y digno heredero del código franquista vigente hasta 1995. Lo que había sido hasta hoy un Estado partitocrático caracterizado por un autoritarismo rampante emanando de un “poder” legislativo que poco a poco iba conculcando derechos y suprimiendo libertades con la ayuda de un “poder” judicial dependiente de los partidos, ya es un Estado de excepción declarado gracias a un ordenamiento jurídico hecho a la medida del aparato represivo.
La diferencia no es sutil: hasta anteayer la partitocracia se apoyaba principalmente en el conformismo de las masas; ahora ante todo lo hace en “las fuerzas y cuerpos de seguridad”. Eso quiere decir que, bien por la irrupción incontrolable de la cuestión social, bien por la debilidad irrefrenable del régimen ante las consecuencias de la salida de Grecia de la zona euro, los problemas políticos se están contemplando cada vez más como problemas de seguridad, es decir, como problemas de orden público.
Al menos, a una parte significativa de la clase dominante le ha entrado pánico ante el peligro que conlleva el desarrollo de los conflictos sociales en las urbes y el territorio, consecuencia directa de la crisis económica y el descrédito institucional, y ha considerado que no era suficiente el refuerzo del sistema de partidos que ha supuesto la aparición de nuevas opciones políticas.
Una parte de la oligarquía dirigente confía más en la integración de los partidos y coaliciones emergentes gracias a una política de pactos; la otra, cree más en los cordones policiales con carta blanca para reprimir sin contemplaciones toda veleidad de protesta y de disidencia. En un caso bastaría con los mecanismos de vigilancia y control habituales del posfranquismo, fuertemente respaldados por la legislación de los anteriores gobiernos socialistas; en el otro, se trataría lisa y llanamente de volver a la política de orden practicada por la dictadura franquista.
La diferencia no es sutil: hasta anteayer la partitocracia se apoyaba principalmente en el conformismo de las masas; ahora ante todo lo hace en “las fuerzas y cuerpos de seguridad”. Eso quiere decir que, bien por la irrupción incontrolable de la cuestión social, bien por la debilidad irrefrenable del régimen ante las consecuencias de la salida de Grecia de la zona euro, los problemas políticos se están contemplando cada vez más como problemas de seguridad, es decir, como problemas de orden público.
Al menos, a una parte significativa de la clase dominante le ha entrado pánico ante el peligro que conlleva el desarrollo de los conflictos sociales en las urbes y el territorio, consecuencia directa de la crisis económica y el descrédito institucional, y ha considerado que no era suficiente el refuerzo del sistema de partidos que ha supuesto la aparición de nuevas opciones políticas.
Una parte de la oligarquía dirigente confía más en la integración de los partidos y coaliciones emergentes gracias a una política de pactos; la otra, cree más en los cordones policiales con carta blanca para reprimir sin contemplaciones toda veleidad de protesta y de disidencia. En un caso bastaría con los mecanismos de vigilancia y control habituales del posfranquismo, fuertemente respaldados por la legislación de los anteriores gobiernos socialistas; en el otro, se trataría lisa y llanamente de volver a la política de orden practicada por la dictadura franquista.
El pacto social que fundamentaba la partitocracia, representado por la ley Corcuera, parece haberse resquebrajado. Las fuerzas políticas partidarias de anteponer la “seguridad ciudadana” al estado actual de los derechos de intimidad, vivienda, acogida, reunión, manifestación y expresión, de por sí bastante recortados, piensan que la situación social amenaza con deteriorarse y derivar hacia coyunturas griegas pues el régimen es demasiado vulnerable a las especulaciones financieras y a medida que surjan nuevos agujeros en la financiación lo será todavía más. A fin de conjurar una crisis potencial con otro rescate en el horizonte complicado con un Syriza a la española, ellas han apostado por la línea dura.
Creen conveniente imponer un “marco jurídico adecuado” y una desregulación de la actividad policial que permita total impunidad a prácticas ilegales que se venían ejecutando sin demasiada cobertura, tal como hizo en su momento la anterior ley. Incluso se le autoriza a imponer sanciones que antes incumbían al juez.
Parece que la intervención arbitraria y desproporcionada de la policía contra “terceros” que protesten sea, oligárquicamente hablando, la única forma de garantizar “el normal funcionamiento de las instituciones” dentro de la crisis y asimismo, de mantener “la tranquilidad” de los ciudadanos que deciden en la economía y la política.
Para que la sociedad y el Estado continúen en manos de irresponsables y corruptos, la calle ha de quedar a merced de los verdaderos violentos: la madera.La ley Mordaza es la primera de su estilo en definir el concepto de “seguridad ciudadana”: es “la garantía de que los derechos y libertades reconocidos y amparados por las constituciones democráticas puedan ser ejercidos libremente por la ciudadanía”.
La redacción resulta más clara de entender cuando se tiene en cuenta que se refiere al derecho de estar de acuerdo con las disposiciones del Estado y a la libertad para obedecerlas.
La legislación securitaria amplía el muestrario de hechos “perturbadores” y figuras delictivas con términos suficientemente ambiguos como para abarcar a un sector importante de la población: aquél que se manifiesta, desobedece, grita a los políticos, se opone a los desahucios, convoca movidas por internet; aquél que forma parte de piquetes de huelga, okupa casas, corta el tráfico, fotografía las brutalidades de las fuerzas de orden; aquel que interfiere “en el funcionamiento de infraestructuras críticas”, es decir, que defiende el territorio, e incluso el hincha futbolero demasiado ruidoso y… aquél que hace botellón: la dipsomanía juvenil resulta ahora subversiva a la mirada beata de los dirigentes.
En el cesto punitivo cabe de todo, desde el yihadista fanático al modesto ciudadano que no se cree obligado a mostrar su carnet de identidad al primer esbirro; desde el pacifista que se encadena contra las líneas MAT al viandante que rehúsa un cacheo; desde el inmigrante indocumentado al insolvente que se resiste a abandonar su casa.
Todos ellos son “infractores”, y como tales figurarán en un registro, cualquiera que sea la levedad de la infracción o el grado de culpabilidad, porque aunque ésta sea mínima, puede ser susceptible de considerarse contraria al orden constitucional, y por lo tanto, responsable de aportar su grano de arena a la desestabilización “de las instituciones políticas, de las estructuras económicas o sociales del Estado”.
La ley Mordaza nos indica que el régimen partitocrático evoluciona imparablemente hacia una sociedad orwelliana como la descrita en la novela “1984”, con la información unilateral, el control de masas, la represión del activismo social, la erradicación de la inteligencia crítica, las neolenguas y los ministerios de la opresión, donde cualquier muestra exterior de disconformidad puede comportar terribles humillaciones. Es evidente, el Gran Hermano de hoy no es el Partido, sino el Estado partitocrático, pero los lemas siguen siendo los mismos: “la guerra es la paz”, “la libertad es la esclavitud”, “la ignorancia es la fuerza”.
La Ley Mordaza es un producto típico de la Razón de Estado, pues con ella se persigue un aumento de poder que apunta a la conservación del régimen por encima de los súbditos denominados “ciudadanos”, sea cual sea el medio empleado. De preferencia, los inmorales, arbitrarios, violentos e ilegítimos, pues a los ojos de los expertos represores de la oligarquía dirigente, son los más eficaces.
La partitocracia desde el pasado 1 de julio es ya visiblemente lo que ya era esencialmente: un Estado policial que da la bienvenida a su “ciudadanía” con una expansión penal perfectamente regulada sin necesidad de recurrir al golpe de Estado.
lunes, 20 de julio de 2015
Las cláusulas abusivas de los Bancos y Cajas: La clausula suelo, el IRPH y las comisiones de Bancos y Cajas
Imagen cedida por PAH Burgos |
El viernes 8 del pasado mes de Mayo tuvo lugar de la mano de la PAH Burgos un completísimo taller sobre cláusulas abusivas donde se explicaron las diferentes formas de proceder abusivas de las entidades bancarias contra las personas. Fue impartido por José María Erauskin y Maite Ortiz, abogados de Stop Desahucios Gipuzkoa.
Los abusos bancarios, las artimañas y fechorías en los procedimientos de los bancos son la base del problema, que genera finalmente el desahucio como consecuencia. Estas cláusulas y engaños van desde el simple tamaño de la letra en los contratos hasta cláusulas como el tóxico IRPH o la cláusula suelo, el interés de demora así como la sucia transmutación de la figura jurídica de fiador a deudor solidario. Artimañas burocráticas que juegan con la ausencia de información y la situación indefensa de las familias para generar una deuda que no acaba o incluso atacar a los bienes de otros miembros de la familia.
El legislador español, también cómplice en estos abusos con la cláusula del interés de demora en contradicción con las leyes europeas, ha permitido a los jueces diferenciar lo que es abusivo de lo que no y, pese a los avisos de la Unión Europea, el estado español ha tardado años en cambiar esta realidad.
Desde el 1993 se instó a España para que toda cláusula abusiva quedase eliminada de la ley bancaria; sin embargo, hasta 2014 el interés de demora sigue siendo remodulado por los jueces y todavía hoy en día existen casos.
Por ello todas las políticas que se orienten tan solo a la solución del desahucio o la creación de un techo alternativo sin atajar el problema de los abusos y las cláusulas abusivas es seguir permitiendo que las entidades bancarias criminales sigan actuando con total impunidad obteniendo beneficios por medio del engaño a las personas y el empobrecimiento de las familias. La solución política definitiva pasa por acabar con las cláusulas abusivas y las prácticas de abuso por parte de las entidades que conllevan al desahucio entre otras consecuencias.
LAS COMISIONES QUE COBRAN BANCOS Y CAJAS
¿El Banco o la Caja te ha enviado una carta para comunicarte el cobro de una comisión de 30 euros por impago de una factura o por haberte quedado sin saldo en la cuenta?
LA CLAÚSULA SUELO
El IRPH
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De Charlie Hebdó a la ley contra la LGTBfobia: discursos de odio y censura estatal.(Parte 2)
Por Pablo Pérez Navarro
Libertad de expresión, homofobia y censura estatal.
Libertad de expresión, homofobia y censura estatal.
Al fin y al cabo, es muy cómodo defender la libertad de expresión cuando no es nuestra sensibilidad la que se ve directamente atacada por su ejercicio. Y nada significa esa “libertad” cuando se administra a voluntad en función de los intereses políticos concretos de quienes la enarbolan como bandera.
Si bien esto resulta evidente en el caso del cinismo de la derecha europea e internacional que se manifestó la semana pasada por las calles de París, la ocasión resulta más que propicia para arriesgarnos a pensar más allá, en relación con las llamadas a limitar la libertad de expresión que se hacen desde escenarios más próximos a la militancia de izquierdas.
Si bien esto resulta evidente en el caso del cinismo de la derecha europea e internacional que se manifestó la semana pasada por las calles de París, la ocasión resulta más que propicia para arriesgarnos a pensar más allá, en relación con las llamadas a limitar la libertad de expresión que se hacen desde escenarios más próximos a la militancia de izquierdas.
Preocupante resulta, en este sentido, el amplio consenso que goza, entre los colectivos LGTB, la recientemente aprobada ley contra la lgtbfobia en Cataluña.
Muy en especial respecto al valor de su parte punitiva –el resto, es decir, las medidas para fomentar el trato igualitario de la diversidad sexual en ámbitos diversos como el educativo, el del deporte, la salud o los medios de comunicación, podrían ser una gran herramienta en la lucha contra la lgtbfobia-, que tipifica como faltas administrativas, castigables con multas e inhabilitaciones para cargos públicos, el uso de expresiones vejatorias homofóbicas, bifóbicas y transfóbicas, además de cualquier acción que conduzca a la discriminación o menosprecio de las personas LGTB.
Acciones que incluirían la propia difusión de los discursos homofóbicos, y hasta la distribución de ciertos libros, como pone de manifiesto la denuncia –eso sí, aún por resolver-, a El Corte Inglés por vender el libro “Curar la homosexualidad”. Denuncia que gozará de las simpatías, muy probablemente, de muchas de las que ahora defienden sin paliativos el “valor occidental” de la libertad de expresión, empezando por la que concierne a las publicaciones más claramente islamofóbicas del Charlie Hebdó.
Muy en especial respecto al valor de su parte punitiva –el resto, es decir, las medidas para fomentar el trato igualitario de la diversidad sexual en ámbitos diversos como el educativo, el del deporte, la salud o los medios de comunicación, podrían ser una gran herramienta en la lucha contra la lgtbfobia-, que tipifica como faltas administrativas, castigables con multas e inhabilitaciones para cargos públicos, el uso de expresiones vejatorias homofóbicas, bifóbicas y transfóbicas, además de cualquier acción que conduzca a la discriminación o menosprecio de las personas LGTB.
Acciones que incluirían la propia difusión de los discursos homofóbicos, y hasta la distribución de ciertos libros, como pone de manifiesto la denuncia –eso sí, aún por resolver-, a El Corte Inglés por vender el libro “Curar la homosexualidad”. Denuncia que gozará de las simpatías, muy probablemente, de muchas de las que ahora defienden sin paliativos el “valor occidental” de la libertad de expresión, empezando por la que concierne a las publicaciones más claramente islamofóbicas del Charlie Hebdó.
Por mi parte, y no sólo por las razones con las que argumentaba Judith Butler en Lenguaje, poder e Identidad que “la censura estatal [del discurso del odio] produce discurso del odio”, y que siempre merece la pena revisitar, creo que la homofobia, la bifobia, la transfobia y, ahora más que nunca, la islamofobia, exigen a la vez mucho más y mucho menos de nosotras.
Mucho más, porque ciertos discursos deben salir mucho más caros que la recepción de una simple multa, y no precisamente en términos penales o económicos. Debemos seguir siendo –o, mejor, serlo siempre más que nunca- capaces de organizar respuestas colectivas que, como la que está a punto de conseguir que la homofóbica y casposa letra que la murga Ni Fu Ni Fa preparaba para los carnavales de Tenerife sea retirada, no sólo desautoricen a quien nos pretende agredir con sus palabras, sino que tomen cada discurso de odio como punto de apoyo para señalar y combatir las mil y una formas de discriminación que conforman eso que llamamos “espacio público”.
Pero también exigen mucho menos, ya que reforzar el poder del estado para limitar la circulación de cualesquiera discursos, para decidir cuáles merecen, y cuáles no, la intervención de la censura en cualquiera de sus formas es siempre un arma de doble, triple o cuádruple filo. Una cultura de lo “políticamente correcto”, que no tolerase, por la vía penal o administrativa, ni Charlies Hebdós, ni obispos de Alcalá, ni Ni Fu Ni Fas, antes o después se volvería contra nosotras, en nombre de la defensa de las sensibilidades religiosas, de la paz social o de la seguridad ciudadana: contra las que se besan al paso del papa, contra las que se manifiestan en capillas como la de Somosaguas, contra las que hacen parodias del PP con capuchas etarras, contra las que cocinan cristos, contra las que se manifiestan frente al congreso, contra las que cuelgan pancartas en la fachada de cualquier edificio; y un largo etcétera que conocemos ya, por desgracia, demasiado bien.
Visto el consenso, la distopía en la que solicitaremos en respetuoso silencio multas administrativas mientras se nos prohíbe manifestarnos ante la sede de quienes publiquen sus revistas satíricas a nuestra costa o nos insulten desde sus púlpitos podría estar preocupantemente cerca.
Mucho más urgente sería, en la Europa que conocemos y en la que tan orquestadamente nos preparan, recorrer justamente el camino contrario. El de limitar el papel del estado a la hora de censurar el flujo de discursos –y de cuerpos- en el espacio público. Incluyendo los que nos ponen como objetivo a diversas minorías, ya sea que procedan de semanarios de izquierda o de derechas, de las murgas carnavaleras o de las jerarquías eclesiáticas.
Entre otras cosas para no tener que hacer recuento de leyes mordaza cada vez que salgamos a las calles para hacerles frente. Las políticas combativas y contestatarias pueden exigir más energía, pero tienen la ventaja de que su potencial transformador es de mucho mayor alcance que el de las políticas de la censura. Y quien crea que son compatibles, mal que nos pese a veces, se engaña.
Relacionado:
De Charlie Hebdó a la ley contra la LGTBfobia: discursos de odio y censura estatal. 1ª parte
Mucho más urgente sería, en la Europa que conocemos y en la que tan orquestadamente nos preparan, recorrer justamente el camino contrario. El de limitar el papel del estado a la hora de censurar el flujo de discursos –y de cuerpos- en el espacio público. Incluyendo los que nos ponen como objetivo a diversas minorías, ya sea que procedan de semanarios de izquierda o de derechas, de las murgas carnavaleras o de las jerarquías eclesiáticas.
Entre otras cosas para no tener que hacer recuento de leyes mordaza cada vez que salgamos a las calles para hacerles frente. Las políticas combativas y contestatarias pueden exigir más energía, pero tienen la ventaja de que su potencial transformador es de mucho mayor alcance que el de las políticas de la censura. Y quien crea que son compatibles, mal que nos pese a veces, se engaña.
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No constará en el expediente académico del alumnado que no hizo las pruebas de 3º de primaria
Por CGT Enseñanza Burgos
CGT se alegra de que la Consejería de Educación de Castilla y León haya decidido que no conste NOTA ALGUNA en el expediente de los niños y niñas que no realizaron las pruebas externas de tercero de primaria.
Desde el primer momento manifestamos nuestro rechazo a estas pruebas innecesarias, discriminatorias, antesala de la elaboración de rankings de centros y que han supuesto un coste económico importante, además de mostrar la falta de confianza de la Administración en la labor educativa del profesorado.
En su día, animamos al profesorado y a las familias a no tomar parte de este despropósito e iniciamos una campaña de BOICOT a las pruebas, informando a los centros, al profesorado y llevando nuestras protestas a la calle.
Agradecemos al profesorado que manifestó su rechazo, a las familias que decidieron que sus hijos e hijas no hicieran las pruebas, a pesar de la “presión” a la que se vieron sometidas, y animamos a que el curso que viene sigamos con esta campaña de boicot a TODAS las “REVÁLIDAS”.
Relacionado:
Campaña de boicot contra las pruebas de evaluación de 3º de primaria
CGT se alegra de que la Consejería de Educación de Castilla y León haya decidido que no conste NOTA ALGUNA en el expediente de los niños y niñas que no realizaron las pruebas externas de tercero de primaria.
Desde el primer momento manifestamos nuestro rechazo a estas pruebas innecesarias, discriminatorias, antesala de la elaboración de rankings de centros y que han supuesto un coste económico importante, además de mostrar la falta de confianza de la Administración en la labor educativa del profesorado.
En su día, animamos al profesorado y a las familias a no tomar parte de este despropósito e iniciamos una campaña de BOICOT a las pruebas, informando a los centros, al profesorado y llevando nuestras protestas a la calle.
Agradecemos al profesorado que manifestó su rechazo, a las familias que decidieron que sus hijos e hijas no hicieran las pruebas, a pesar de la “presión” a la que se vieron sometidas, y animamos a que el curso que viene sigamos con esta campaña de boicot a TODAS las “REVÁLIDAS”.
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domingo, 19 de julio de 2015
Salarios y comisiones en Caja Burgos. "Corrupción y codicia de la mano del PP"
El sueldo de Jose María Leal, de Caja Burgos Fundation |
Salarios y comisiones
Caja Burgos Corrupción y codicia de la mano del PP (Última Parte)
Si entramos a hablar de los sueldos de los otros directivos, podemos comprobar que en medio de estos tiempos de crisis y recortes sus salarios no están a la altura del resto de la ciudadanía: su director general, Rafael Barbero, percibía en 2014 como presidente de la Fundación Caja Burgos la pequeña cantidad de 209.215 euros anuales; su secretario general, Andrés Carretón, que entendemos trabajará la mitad del tiempo de su Presidente, es “castigado” con 118.280 euros; la responsable de la Obra Social, Rosa Pérez, 128.471 euros, entendemos que parte de los mismos serán dirigidos a extender su inestimable labor “social”.
No contentos con estas retribución y mientras todo el país seguía tiritando, el señor Barbero subió las nóminas de la Fundación un 2%, ya que al parecer no les daba para pagar las facturas de la luz, de la misma manera que le ocurría a un ínclito político del PP gallego.
Por otro lado, el actual presidente de Caja Burgos, José María Leal Villalba, recibió de la nueva entidad dueña de esa caja 1,1 millones de euros para investigación universitaria sobre el cáncer - no el de la propia entidad, se entiende- a través de una sociedad ubicada en Santiago de Compostela, presidida por su mujer y dirigida por un par de colaboradores.
Al parecer, dos patronos de la Fundación Caja de Burgos denunciaron además que se les ocultan los sueldos de los empleados. E incluso han llegado a sospechar que con el beneficio de los ahorros de la mayoría de los burgaleses y burgalesas se pagan sueldos escandalosos, entre 30.000 y 60.000 € anuales.
También se denunció la percepción de dietas al margen de lo establecido en los propios estatutos a favor del expresidente de la caja, quien percibió en concepto de “trabajos de organización, preparación y coordinación” 61.056 euros entre febrero y junio de 2010. Parece que, por su parte, Ángel Ibáñez cobró 24.000 € por conceptos similares. Esto nos puede recordar a las famosas y recientes asesorías verbales del Diputado Pujalte y el embajador Trillo en la “trama eólica”.
Otros partidos no se libran tampoco de la quema. Por ejemplo, el exconcejal Luis Escribano (PSOE) cobró unos 12.000 euros anuales de 2004 a 2011. Quizás por eso de denunciar los escándalos anteriormente citados, nada. Quien sabe si el silencio no es más que un precio.
Para acabar con este ignominioso compendio de abusos, corrupción y despilfarro, citaremos el último escándalo. ¿Recuerdan las grandes controversias de la multimillonaria reforma de la plaza de toros, que originó duras movilizaciones y un conflicto por el que numerosas burgalesas y burgaleses tienen abiertos procesos administrativos y judiciales? Pues bien, para salvar la cara a Javier Lacalle y Ángel Ibáñez, los directivos de esta entidad han decidido dedicar cerca de un millón de euros a costear el diseño del proyecto e introducir mejoras adicionales.
Todo esto para que el Partido Popular pueda presumir de que el Ayuntamiento no tendrá que pagar más de lo inicialmente previsto (en total, unos ocho millones de euros, de momento). Una vez más, los fondos de la obra social van destinados a una obra especulativa, de la que se beneficia el inefable Antonio Miguel Méndez Pozo, para cerrar el círculo.
La historia de esta caja nos muestra, en fin, que en buena medida su función ha sido la de enriquecer a sus directivos y favorecer la especulación urbanística, con la que se lucran. Hipócritamente, tratan de justificar la existencia de la caja con la “obra social”, mientras la nave nodriza a la que pertenecen no tiene escrúpulos para dejar a familias en la calle, tapiar locales públicos o saquear los fondos de la entidad. Siguen, eso sí, financiando la cultura, a su manera. Ante la falta de oportunidades de esta ciudad, las personas creadoras y vinculadas al arte se ven forzadas a colaborar con esta Caja, aunque sea con la pinza en la nariz.
CSR de Gamonal tapiado en diciembre de 2011 |
Los y las representantes del Centro Social Recuperado de Gamonal anunciamos que no nos quedaremos de brazos cruzados, Seguiremos reafirmándonos en nuestra apuesta por la autogestión y el apoyo mutuo en el CSR de Gamonal, por mucho que los directivos de la Caja nos denuncien y quieran tapiar el espacio, que es de todos, de nuevo.
DONDE LAS DAN, LAS TOMAN
CSR –GAMONAL
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Rafael Barbero
sábado, 18 de julio de 2015
De Charlie Hebdó a la ley contra la LGTBfobia: discursos de odio y censura estatal.(Parte 1)
Por Pablo Pérez Navarro
“Sí, pero”. El valor de la políticas adversativas.
Mucho se ha escrito desde el atentado al semanario. Y mucho se ha criticado a quienes han aprovechado la ocasión para pensar en el papel de la política exterior de las democracias occidentales en la radicalización del terrorismo fundamentalista o en los escurridizos límites entre el uso legítimo de la libertad de expresión y la reproducción de los discursos de odio, islamofóbicos o de cualquier otra índole. Se les critica en ocasiones, a quienes plantean estas cuestiones, por utilizar la reprobable fórmula del “condeno el atentado, pero…”.
Como si cualquier cosa que sucediera al este “pero” viniese a justificar, de una u otra manera, lo injustificable: el atentado en sí.
Sin embargo, pero, no obstante, incluso una tragedia de esta índole debe convertirse, aunque sólo fuera por el enorme impacto social y mediático que la ha sucedido, en una ocasión para el ejercicio urgente del pensamiento crítico. No deja de tener gracia que quienes critican la fórmula del “sí, pero” pretendan limitar el espacio de lo pensable en esta ocasión a la defensa de la libertad de expresión en general y a la del Charlie Hebdó en particular. Aunque sólo fuera porque el humor satírico del Charlie Hebdó es un gran exponente de la fórmula del “sí, pero…”, incluso en su respuesta a atentados terroristas aún más sangrientos que el del propio Charlie Hebdó.
Como si cualquier cosa que sucediera al este “pero” viniese a justificar, de una u otra manera, lo injustificable: el atentado en sí.
Sin embargo, pero, no obstante, incluso una tragedia de esta índole debe convertirse, aunque sólo fuera por el enorme impacto social y mediático que la ha sucedido, en una ocasión para el ejercicio urgente del pensamiento crítico. No deja de tener gracia que quienes critican la fórmula del “sí, pero” pretendan limitar el espacio de lo pensable en esta ocasión a la defensa de la libertad de expresión en general y a la del Charlie Hebdó en particular. Aunque sólo fuera porque el humor satírico del Charlie Hebdó es un gran exponente de la fórmula del “sí, pero…”, incluso en su respuesta a atentados terroristas aún más sangrientos que el del propio Charlie Hebdó.
Sin ir más lejos, una de las portadas más difundidas en estos días es la que representa, tras la matanza de cien militantes de los Hermanos Musulmanes en Egipto, la caricatura de una cualquiera de sus víctimas tratando de protegerse de los disparos con un ejemplar del Corán bajo la leyenda “este Corán es una mierda, no para las balas”.
De hecho, esta portada ni se molestaba en incluir la parte del “sí, condeno el atentado” –aunque la demos por supuesto, pues lo contrario sería moralmente abominable- para lanzarse directamente a señalar ese “pero” que ridiculizaba el componente religioso de la política de los Hermanos Musulmanes.
Al margen de la opinión que nos merezca esta portada, es crucial que nos demos cuenta de que, en la política de los “peros”, no importa tanto la fórmula en sí como lo que la sigue. Para muestra, ese chiste en el que una apacible abuela le comenta a otra “yo no soy racista, pero quienes más me han oprimido son los hombres blancos, heterosexuales y de clase media”, o algo por el estilo.
Y es que sin peros, incluyendo los más incómodos, nos quedaríamos de un plumazo sin pensamiento crítico y, por supuesto, sin sátira política. Sin peros, en definitiva, sólo podríamos pensar en blanco y negro, al estilo del peor de los fundamentalismos.
De hecho, esta portada ni se molestaba en incluir la parte del “sí, condeno el atentado” –aunque la demos por supuesto, pues lo contrario sería moralmente abominable- para lanzarse directamente a señalar ese “pero” que ridiculizaba el componente religioso de la política de los Hermanos Musulmanes.
Al margen de la opinión que nos merezca esta portada, es crucial que nos demos cuenta de que, en la política de los “peros”, no importa tanto la fórmula en sí como lo que la sigue. Para muestra, ese chiste en el que una apacible abuela le comenta a otra “yo no soy racista, pero quienes más me han oprimido son los hombres blancos, heterosexuales y de clase media”, o algo por el estilo.
Y es que sin peros, incluyendo los más incómodos, nos quedaríamos de un plumazo sin pensamiento crítico y, por supuesto, sin sátira política. Sin peros, en definitiva, sólo podríamos pensar en blanco y negro, al estilo del peor de los fundamentalismos.
La construcción de la mirada islamofóbica.
Uno de esos peros incómodos, y que más atención ha acaparado, es la cuestión de si Charlie Hebdó es o no, y de qué manera, una revista islamofóbica de izquierdas. No creo que lo sea, al menos, por el motivo aparentemente más obvio: por ser una revista blasfema. No por enseñar la cara –y hasta el culo- de Mahoma.
A la vista está que tampoco han escatimado golpes contra otras confesiones. Y, sin embargo, al poner en una balanza las blasfemias cristianas y las islámicas, bien pudiera ser, así a bote pronto, que el lado contra el fundamentalismo islámico pese mucho más que el del resto de religiones.
Sería incluso sorprendente si estuvieran, en realidad, todas a la par, dado que la revista se publica en un país donde la población islámica, y no digamos ya el fundamentalismo islámico, es obviamente muy minoritario.
Hablamos de una minoría, además, que tampoco ocupa cotas de poder que expliquen la fijación temática con la figura de Mahoma o con la cultura religiosa musulmana en general. Ni siquiera si pensamos en una hipotética influencia retrógrada en la cultura nacional: no fue precisamente el fundamentalismo islámico quien llenó las calles en las protestas masivas contra el matrimonio gay y lesbiano hace apenas un año, ni quien pretendía expulsar a los gitanos del territorio francés.
A la vista está que tampoco han escatimado golpes contra otras confesiones. Y, sin embargo, al poner en una balanza las blasfemias cristianas y las islámicas, bien pudiera ser, así a bote pronto, que el lado contra el fundamentalismo islámico pese mucho más que el del resto de religiones.
Sería incluso sorprendente si estuvieran, en realidad, todas a la par, dado que la revista se publica en un país donde la población islámica, y no digamos ya el fundamentalismo islámico, es obviamente muy minoritario.
Hablamos de una minoría, además, que tampoco ocupa cotas de poder que expliquen la fijación temática con la figura de Mahoma o con la cultura religiosa musulmana en general. Ni siquiera si pensamos en una hipotética influencia retrógrada en la cultura nacional: no fue precisamente el fundamentalismo islámico quien llenó las calles en las protestas masivas contra el matrimonio gay y lesbiano hace apenas un año, ni quien pretendía expulsar a los gitanos del territorio francés.
En cualquier caso, más allá de la quizá reveladora cuestión de las proporciones, y diga lo que diga el papa y nuestra ley española en defensa de las sensibilidades religiosas, una cosa resulta clara: la libertad de expresión resultaría un derecho bastante escuálido si no incluyese el derecho a la blasfemia.
Por lo que a la islamofobia se refiere, más preocupante parece el tratamiento de las víctimas de diferentes formas de terrorismo, en portadas como la ya citada sobre el atentado a los Hermanos Musulmanes, o esa otra, también muy discutida estos días, sobre las niñas nigerianas, negras y musulmanas, víctimas de abusos sexuales caricaturizadas en aquella otra portada en la que gritaban “no toquen nuestras ayudas sociales”.
Hay que dejar claro, eso sí, que pese al aire quasi fascista que emanaría de una lectura precipitada de esta última, el efecto buscado sería justamente el contrario, esto es, el de ridiculizar ese discurso arquetípico de la derecha para el cual muy diversas minorías precarizadas y discriminadas no tendrían mayor aspiración que la de convertirse en parásitos del estado por la vía de las ayudas sociales.
En este caso, llevando al absurdo del razonamiento, el semanario hacía escarnio del muy conocido discurso xenófobo para el que hasta la situación más invivible no sería más que un medio para obtener la ayuda de los servicios sociales.
Hay que dejar claro, eso sí, que pese al aire quasi fascista que emanaría de una lectura precipitada de esta última, el efecto buscado sería justamente el contrario, esto es, el de ridiculizar ese discurso arquetípico de la derecha para el cual muy diversas minorías precarizadas y discriminadas no tendrían mayor aspiración que la de convertirse en parásitos del estado por la vía de las ayudas sociales.
En este caso, llevando al absurdo del razonamiento, el semanario hacía escarnio del muy conocido discurso xenófobo para el que hasta la situación más invivible no sería más que un medio para obtener la ayuda de los servicios sociales.
Pero, no obstante, sin embargo, más allá de los objetivos políticos rastreables en portadas como esta, no es baladí la cuestión de la representación paródica de según qué víctimas. No tanto porque las víctimas del terrorismo, ya que no la blasfemia, deban ser, en cuanto tema, un límite natural de la libertad de expresión.
Lo preocupante del caso es, más bien, con la sensibilidad de qué víctimas, y de qué audiencias, se permite entrar en conflicto directo, y con cuáles no. De hecho, no parece tan fácil encontrar las viñetas del Charlie Hebdó que hagan sátira política, por ejemplo, a costa de las cuarenta víctimas del terrorista fundamentalista cristiano de Oslo.
O de las víctimas de ETA. O de las del atentado del 11S. La portada tras la caída de las torres gemelas, por ejemplo, no recurría a la caricatura de sus víctimas, sino a la de Bin Laden.
Nada que ver, por ejemplo, con aquel videoclip electropop de Alma-X, que se burló del poder simbólico, fálico y económico de las torres con un diálogo en el que una le pedía sexo anal a la otra en los momentos que precedían al atentado, y que yuxtaponía las imágenes de los saltos al vacío desde las torres con la “reflexión” de que miles de puestos de trabajo se habían venido abajo.
Ni con aquellas drag queens cuyo nombre no recuerdo pero que, en el epicentro del clímax patriótico, bélico y de recorte de derechos civiles tras el atentado, hicieron el tan manido play back de “It´s raining men” mientras proyectaban las imágenes reales de los mortales saltos desde las torres en llamas. La caricatura de Bin Laden pertenecía, sin duda, a un terreno mucho más seguro en lo que al uso de la libertad de expresión se refiere, a una distancia inconmensurable de la portada dedicada a las víctimas del atentado en Egipto.
Lo preocupante del caso es, más bien, con la sensibilidad de qué víctimas, y de qué audiencias, se permite entrar en conflicto directo, y con cuáles no. De hecho, no parece tan fácil encontrar las viñetas del Charlie Hebdó que hagan sátira política, por ejemplo, a costa de las cuarenta víctimas del terrorista fundamentalista cristiano de Oslo.
O de las víctimas de ETA. O de las del atentado del 11S. La portada tras la caída de las torres gemelas, por ejemplo, no recurría a la caricatura de sus víctimas, sino a la de Bin Laden.
Nada que ver, por ejemplo, con aquel videoclip electropop de Alma-X, que se burló del poder simbólico, fálico y económico de las torres con un diálogo en el que una le pedía sexo anal a la otra en los momentos que precedían al atentado, y que yuxtaponía las imágenes de los saltos al vacío desde las torres con la “reflexión” de que miles de puestos de trabajo se habían venido abajo.
Ni con aquellas drag queens cuyo nombre no recuerdo pero que, en el epicentro del clímax patriótico, bélico y de recorte de derechos civiles tras el atentado, hicieron el tan manido play back de “It´s raining men” mientras proyectaban las imágenes reales de los mortales saltos desde las torres en llamas. La caricatura de Bin Laden pertenecía, sin duda, a un terreno mucho más seguro en lo que al uso de la libertad de expresión se refiere, a una distancia inconmensurable de la portada dedicada a las víctimas del atentado en Egipto.
Charlie Hebdó no llega tan fácilmente a según qué extremos cuando las víctimas en cuestión no son las de “los otros”. Probablemente porque, para empezar, el contexto ideológico más inmediato se lo impide.
Pensemos, si no, en un ejercicio de imaginación, en el revuelo diplomático, o hasta jurídico, que se podría haber producido ante una portada que caricaturizase con cualquier fin a las víctimas del atentado del 11M en Madrid. O en el humorista Dieudonné –ideológicamente alineado con la extrema derecha antisemita- que acaba de ser imputado por un tuit en el que decía “Je suis Charlie Coulibaly”; es decir, en el que reclamaba para sí el nombre del terrorista que había acabado con la vida de varios judíos en un mercado Kosher.
Pensemos, si no, en un ejercicio de imaginación, en el revuelo diplomático, o hasta jurídico, que se podría haber producido ante una portada que caricaturizase con cualquier fin a las víctimas del atentado del 11M en Madrid. O en el humorista Dieudonné –ideológicamente alineado con la extrema derecha antisemita- que acaba de ser imputado por un tuit en el que decía “Je suis Charlie Coulibaly”; es decir, en el que reclamaba para sí el nombre del terrorista que había acabado con la vida de varios judíos en un mercado Kosher.
Mi posición no es, desde luego, la de que cualquiera de estos ejemplos, empezando por Charlie Hebdó, debiera ser imputable, por indefendibles que puedan resultar. Al contrario, ese camino parece un billete en primera clase hacia el totalitarismo ideológico.
Pero sí creo que deben servirnos para reflexionar hasta qué punto al participar, sin cuestionarla, de esa construcción de la mirada en la que las víctimas de ciertos terrorismos son intocables, mientras que otras no lo son en absoluto, no sólo no desafiamos el régimen de representación eurocéntrico, islamofóbico y racista en el que unas víctimas cuentan más que otras sino que lo estaríamos, además, alimentando, justificando y, en definitiva, consolidando.
Pero sí creo que deben servirnos para reflexionar hasta qué punto al participar, sin cuestionarla, de esa construcción de la mirada en la que las víctimas de ciertos terrorismos son intocables, mientras que otras no lo son en absoluto, no sólo no desafiamos el régimen de representación eurocéntrico, islamofóbico y racista en el que unas víctimas cuentan más que otras sino que lo estaríamos, además, alimentando, justificando y, en definitiva, consolidando.
viernes, 17 de julio de 2015
SACYL cierra camas este verano en los hospitales mientras aumentan las listas de espera
Hospital universitario de Burgos HUBU |
Por Burgos Dijital
El sindicato SATSE denuncia que SACYL ha cerrado camas en todos los hospitales de Castilla y León, recientemente se ha contabilizado el cierre de 688 camas este verano:
- en el hospital del Bierzo, tras las elecciones municipales y autonómicas se cerraron las 36 camas, que se habían reabierto este invierno debido a las necesidades hospitalarias, contrariamente a las informaciones del SACYL en los medios de comunicación.
- en Segovia se mantiene el cierre de 48 camas desde hace ya varios años.
- en Medina del Campo la planta de Cirugía se encuentra cerrada desde junio, con 26 camas.
- en el complejo Asistencial de Avila se prevé que haya unas 100 camas menos.
- en el hospital universitario de Burgos unas 89 camas
- en León un total de 95 camas
- en Palencia se espera una disminución de 38 camas para este verano
- en los hospitales Clínico y Virgen de la Vega de Salamanca se cerrarán 64 camas
- la planta de Urología de Soria con 28 camas quedará cerrada también
- y en Valladolid se contabilizan unas 208 camas menos para estos meses.
- en Zamora aún no se tienen datos
Con esta denuncia SATSE pretende al mismo tiempo desmentir las informaciones difundidas por SACYL a los medios de comunicación respecto al cierre de camas para estos meses de verano. SATSE se opone a este tipo de políticas de recortes y alza la voz porque se está intentando engañar a la ciudadanía con cifras que no son ciertas.
Con este recorte de la asistencia de los pacientes sólo se consigue un aumento de la carga asistencial de los profesionales sanitarios que trabajan en verano y en un deterioro de la calidad asistencial, con un aumento de traslados de pacientes entre centros y unidades que no son las que les corresponden por sus dolencias o patologías. A costa de todo esto se pretende un ahorro económico, en contraposición de los despilfarros que se efectúan en otras Consejerías.
Este sindicato "niega que se produzca una reestructuración de camas por que se reduzcan las necesidades asistenciales", sino que esta reducción en el número de camas disponibles "sólo obedece a criterios económicos" cuando los pacientes en listas de espera cada vez aumenta más y aumenta el tiempo de espera, concluye SATSE.
Recomendado:
"Todo lo cría la tierra" ARTIM 2015
Se celebra estos días en Espinosa de los Monteros el ARTIM 2015, un encuentro que apuesta por el fomento del desarrollo sostenible, las tradiciones y el compromiso con el medio rural.
La Asociación ÁBREGO ha trabajado durante el último año en la preparación de la segunda edición del Encuentro Internacional de Medio Ambiente y tradiciones rurales, ARTIM “Todo lo cría la Tierra”, que empezó el pasado viernes 10 de julio y continúa hasta el domingo 19 de julio en el municipio de Espinosa de los Monteros.
Durante 10 días, la localidad acoge una amplia oferta de actividades formativas, culturales, artísticas y sociales. Este ambicioso proyecto cuenta con una columna vertebral de 12 cursos de formación continua y 60 talleres prácticos, varios seminarios, actividades, conciertos y espectáculos nocturnos.
Más de 230 participantes y 100 colaboradores entre organizadores, voluntarios y profesores internacionales componen el conjunto del mayor encuentro natural de la península. Ámbitos como la construcción con materiales naturales, la agricultura ecológica, la producción artesanal de alimentos y cosméticos, la música tradicional, el teatro y la dinamización rural, o la gestión de los recursos naturales son los temas que se trabajan estos días.
La gran acogida del primer ARTIM 2014, cuando unos jóvenes amigos apostaron por recuperar las enseñanzas tradicionales de nuestros mayores, ha hecho que este año sean más las expectativas y las ganas de ofrecer lo mejor de la tierra, lo mejor de cada una de las personas y el mayor compromiso social por aprovechar los recursos que el medio nos regala. Esta segunda edición se desarrolla con muchas novedades respecto al año anterior.
Entre los más de 70 versados ponentes que se reúnen en Espinosa de los Monteros durante esos días, cabe destacar la presencia de Ana María González-Garzo y Augusto Krause, con más de 35 años dedicados al estudio de las plantas silvestres y sus aplicaciones, Carlos Taibo, referente nacional en la teoría de decrecimiento, Jaime Olaizola, Doctor Ingeniero de Montes y Director de IDForest, Rafael Navarro, Doctor Ingeniero de Montes y especialista en Ecología, dinámica de bosques y desarrollo forestal en países tropicales, Jaime Martínez y Alejandro Cano, Arquitectos y organizadores del Festival Internacional de Arte y Construcción IFAC, Gerardo Moreno, Doctor en Ciencias Biológicas y profesor e investigador en la Universidad de Extremadura, e Investigació Canyera, grupo de estudiantes y arquitectos que desde hace años trabajan y estudian la caña como material de construcción. Además, profesionales y expertos en diferentes materias comparten sus conocimientos con más de 300 personas interesadas que se han acercado hasta la villa de Espinosa.
Así, todas aquellas personas que se acerquen podrán disfrutar gratuitamente de pasacalles, conciertos, obras de teatro, cuentacuentos, exposiciones, excursiones, DJ ‘s, y actividades educativas y de ocio para niños todos los días. Así mismo, los seminarios también están abiertos a todo el público.
Por otro lado, se pretende fomentar el consumo consciente y las técnicas de producción responsables, por lo que el sábado día 18 se celebrará, dentro de la programación del encuentro, una feria de pequeños productores en la que se contará con artesanos y productores locales que podrán exponer y vender sus productos.
La iniciativa se pretende desarrollar en un sitio estratégico para ello.
Espinosa de los Monteros, enclavado en la comarca de Las Merindades, ofrece un lugar clave para asegurar una riqueza cultural excepcional por su gran patrimonio histórico, cultural y tradicional.
Para llevar a cabo esta importante labor, se cuenta con el apoyo del CEDER Merindades, La Diputación Provincial de Burgos, el Ayuntamiento de Espinosa de los Monteros, la Fundación Caja de Burgos y la Universidad de Burgos, que aportan financiación, infraestructura y medios técnicos y materiales. Así mismo, también cuentan con el respaldo de colectivos que llevan a cabo ejemplos de acciones sostenibles en el medio rural, como es el caso del Demandafolk.
ARTIM 2015 aboga por una conexión directa con la población local y su conocimiento. Es un encuentro de mentes creativas y activas, donde se forja una gran red de aprendizaje entre los actores rurales de todo el continente. Además, la conservación de las tradiciones de los pueblos es uno de los pilares de ARTIM, por lo que la música, el teatro, el folklore y la sabiduría popular tiene una presencia notable. Para los comprometidos organizadores, el encuentro significa “preocuparse por el actual abandono de los pueblos, el deterioro del medio ambiente y el alto índice de desempleo que azota a nuestro país”.
En este panorama, ARTIM 2015 pone los medios para que sea posible el desarrollo local sostenible como dinámica de creación de empleo, ayudando a crear mentes y redes que luchen por continuar con objetivos similares en todas las partes del mundo.
ARTIMUSIC
El ARTIMUSIC es un festival de música que se desarrolla en el mismo encuentro durante los dos fines de semana. Este evento pretende rescatar la tradición folclórica. Es por ello que, durante el pasado fin de semana se llevaron a cabo conciertos de diferentes estilos de música.
El viernes se contó con la presencia del grupo The Dawlins, estilo folk-country, y reggae con el conjunto Blueskank, finalizando la jornada con los DJ Wise y Tatanka Sound.
El sábado, las voces de Yesca rescataron la canción tradicional castellana y, sin apenas parón, siguió la fiesta el jazz de María Sedano y Maldataskull, la música balcánica del grupo Ecra Ed Otorkse y el Dj Bilbao Balkan Beatz.
Para este fin de semana, el ARTIMUSIC cuenta con la presencia de artistas como Carlos Herrero, los músicos Fumany Dj´s, el referente burgalés Diego Galaz, The Lugh´s Shamrock con su música celta y los Djs Jamaika in the Jungle.
Todo un panorama de verdaderos profesionales que ayudaran a que otro de los objetivos del ARTIM esté más presente: recuperar los sonidos del pasado.
Para obtener más información y apuntarse pueden visitar la web del encuentro, www.todolocrialatierra.com.
Quedan todos invitados. Accede a todo el material del encuentro en el siguiente enlace: http://1drv.ms/1K4RZTy
jueves, 16 de julio de 2015
La competencia desleal de la venta de cupones ilegales de la OID
Dice
una canción de Sabina que cuando menos te lo esperas el diablo va y se pone de
tu parte, algo así he pensado cuando he visto que trabajadores de la ONCE en
Burgos se manifestaron el pasado día 13 contra la competencia desleal que les
hace la venta de cupones ilegales de la OID (Organización Impulsora de
Discapacitados). Pues bien, aunque no les quito la razón, esto me plantea
varias cuestiones como persona con discapacidad. Al mismo tiempo, como
militante de Alternativa Socialista, no puedo más que cuestionar algunas
acciones de excompañeros. Pero vamos por partes.
Esa
concentración fue realizada por trabajadores de la ONCE, según se dice durante
toda la noticia publicada en la prensa local, pero el caso es que estos
trabajadores hablan prácticamente como empresa, interviniendo en un conflicto
empresarial, de hecho, la campaña federal es una campaña contra el juego
ilegal, no tanto en favor de los
derechos laborales.
Como
persona con discapacidad que ha “trabajado” en la OID, me hubiera gustado que
la defensa hubiese ido más encaminada a defender los derechos de las personas
con discapacidad que, efectivamente, “trabajan” sin contrato, sin seguridad social
y por una comisión de 30% por boleto, exponiendo la imagen personal, incluso la
salud en una ciudad tan fría como Burgos. Pero, aunque el culpable es quien
hace esto, la OID, quien esté libre de culpa que tire la primera piedra.
Por
un lado, mi pareja y yo llevamos años en una bolsa de empleo de la ONCE, viendo
el poco resultado de esta petición de empleo, por probar otras posibilidades,
empezamos a vender los boletos de la OID en las condiciones antes mencionadas.
El sentimiento de humillación y el daño a la imagen personal fue grandísimo,
por aproximadamente 100€ al mes de ganancia. Afortunadamente, nuestra situación
económica no es del todo mala, tenemos ayuda de nuestras familias cuando la
necesitamos y pudimos dejarlo sin problemas, pero, al igual que Karlos Marx
cuando vivió en el barrio londinense de El Soho, vimos, de primera mano a
personas que realmente vivían de esa miseria y que no se podían permitir
dejarlo.
En
segundo lugar, aunque me complace ver que finalmente UGT ha reaccionado a esta
explotación laboral salvaje, hace ya algunos años, mi compañera y yo nos
afiliamos a este sindicato, como socialistas que éramos, somos y seguiremos
siendo. Una vez afiliados/as, les comentamos el caso de explotación laboral que
sufríamos y nos dijeron que ya habían recibido quejas, pero que no podían hacer
nada al no poder demostrar la relación laboral. Hasta
aquí mi opinión basada en mis experiencias personales y las de mi pareja.
Hablemos ahora del error, espero que bien intencionado, del Gobierno de PSOE
que concedió una excepción en el monopolio del juego del Estado a la ONCE.
Como siempre,
cuando algo se ilegaliza, su actividad se realiza de forma insegura y sin
ninguna regulación. Yo creo que en estos temas no debe haber privilegios y como
socialista creo que es el Estado quien debe tener el monopolio del juego y
reinvertirlos en Servicios Sociales, y no hacer supuesta filantropía con una
organización que se ha convertido en una empresa, una empresa que, entre otras
cosas, hace campaña por un copago “justo” en dependencia, en vez de decir que
no hay copago justo en esa materia.
En
resumen. Pediría a los trabajadores de
la ONCE que actúen centrándose en los derechos de las personas explotadas, en
vez de centrarse en la competencia ilegal, que también es bueno. Una buena
forma de hacer esto sería buscar mejores salidas profesionales a esas personas
y sus familias. Creo que lo primero es reparar el daño hecho a las víctimas.
En
segundo lugar. Pediría que no se diese ningún trato de favor a una organización
empresarial como la ONCE, ya que el Estado debe asumir sus propias
responsabilidades sociales o, como la propia ONCE diría en su spot, asumir su
papel. En cuanto a la creación de empleo, hay otras formas de potenciar ese
objetivo y de manera más equitativa para todo tipo de discapacidades.
Relacionado:
Milagros Marcos y la ONCE, irresponsables sociales
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