El pasado 21 de febrero, Izquierda Anticapitalista organizó un acto que reunió alrededor de 40 personas, que debatieron sobre la defensa de la sanidad pública, cuya situación ocultan interesadamente los medios de comunicación locales, contando con las intervenciones de trabajador@s y usuari@s, y con la experiencia de Javier Cordón, miembro de la Marea Blanca de Madrid.
Desde IA vimos la importancia de realizar este acto en el momento actual, con las recientes victorias de lxs Barrenderxs de Madrid, la Marea Blanca o el barrio de Gamonal (una oportunidad abierta por varias y consecutivas victorias de la clase obrera y los sectores populares) para volver a poner sobre la mesa la importancia de seguir reivindicando tanto una sanidad 100% pública como el Rescate del Hospital Universitario de Burgos.
El camino para privatizar la sanidad madrileña, cuyas sendas había marcado el PSOE, y habían continuado los gobiernos del PP, terminaba en que la atención sanitaria de dos millones de personas fuera transferida al sector privado. Javier Cordón rememoraba la victoria frente a estos plantes, remontándose a los orígenes; la movilización previa había sentado las bases.
La génesis de la Marea Blanca se encuentra en la auto-organización de los trabajador@s, un proceso horizontal y asambleario fundamentado en la coordinación entre los centros de trabajo, donde las huelgas indefinidas y los encierros, las marchas y manifestaciones, implicaron el surgimiento de un poderoso movimiento social de l@s trabajador@s, pero también de los usuari@s.
El punto fundamental fue cuando la auto-organización de l@s trabajador@s desbordó a las burocracias sindicales, que habían torpedeado el proceso. La victoria de la Marea Blanca supuso la defensa de 5.300 puestos de trabajo, que se habrían perdido.
Piedad Manjón, trabajadora sanitaria y afiliada de la CGT, que ha desarrollado una destacada labor como sindicalista, esbozó cómo se ha extendido el expolio y el pirateo de la sanidad, que se remonta a los años 80 y 90, cuando la ofensiva del capital impuso las nuevas formas de gestión; diferentes modalidades para privarnos a tod@s de algo, la sanidad, que antes era nuestr@.
Hospital Universitario de Burgos |
Ante la insoportable situación del antiguo hospital General Yagüe, las movilizaciones que habían exigido un hospital público para Burgos, nuevo y de mayor capacidad, se toparon con la Junta de Castilla y León, que firmó un contrato de concesión de obra pública (Ley 13/2003) con la UTE, en el que figura una cláusula que asegura una rentabilidad del 7% para dichas empresas, entre las que figuran bancos y constructoras como Arranz Acinas, Río Vena, Caja de Burgos o Banco Santander, entre otras.
El coste/cama del Hospital de Burgos es de 2.700€, una cifra muy superior a la de hospitales construidos durante la misma época; los casos del hospital Río Hortega en Valladolid (580€), o Asturias (504€).
La estrategia se fundamenta en descapitalizar la sanidad pública mediante el trasvase opaco hacia el sector privado y los recortes, así como terminar con las largas estancias, eliminando plazas en el medio rural y habiendo cerrado, además, el resto de hospitales de la ciudad.
El desorbitado sobrecoste y los problemas de gestión, así como el empeoramiento de las condiciones laborales de 300 trabajador@s que fueron despedid@s y recontratad@s con peores condiciones y menos garantías, el cierre de plantas y la derivación de pacientes a un sector privado que, en el Hospital de Burgos, gestiona una quincena de servicios .
Piedad Manjón destacó que, la privatización de servicios como la limpieza, se relaciona directamente con las infecciones hospitalarias, una de las principales posibles causas de infección post-operatoria. Por tanto, existe una correlación entre recortes en sanidad y aumento de la morbilidad hospitalaria.
Marti López, trabajador de este hospital y militante de Izquierda Anticapitalista, desgranó los problemas detectados desde la puesta en marcha de dicho hospital, pese al ocultismo de las instituciones y las entidades gestoras. La arquitectura del centro, agrietada y cada vez en peores condiciones, al hallarse cimentada sobre terreno arcilloso, y las consiguientes inundaciones y goteras. Los problemas con la comida, utilizada, como todo en el Hospital de Burgos, para el negocio contante y sonante. Entre las condiciones de EFICANZA – la UTE- se encontraban el negocio del aparcamiento y de las máquinas expendedoras, así como la zona comercial de 4.000 m2 impulsada por el Banco Santander, que tiene una sucursal en el complejo.
Durante el debate se trató el nuevo campo de batalla, que se traslada a la atención primaria.
La situación en la provincia comprende el recorte en urgencias, ambulancias y consultorios. Hablamos de poblaciones que, de facto, pierden la asistencia sanitaria. El ERE a la atención primaria supone la eliminación de plazas médicas y de enfermería. Así mismo, l@s usuari@s se interesaron por las unidades de gestión clínica, un mecanismo para dividir los centros públicos en toda una red de microempresas y fundaciones. Nos están robando la sanidad.
La experiencia de la Marea Blanca, fundamentada en la movilización y la auto-organización de l@s trabajador@s y usuari@s, nos recuerda una valiosa lección; las luchas de hoy, son los derechos del mañana.
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