La ciudad deportiva militar General Yagüe fue fundada a mediados de la década de los 40 del siglo pasado. En aquella época, los terrenos que hoy ocupa se situaban a las afueras de la ciudad. Aún no se había urbanizado el entorno de calle Vitoria y el pueblo de Gamonal era aún eso, un pueblo, al que le quedaban aún dos décadas para recibir el aluvión de inmigrantes del campo que marcarían su personalidad y su singularidad. Estamos hablando de la ciudad de posguerra, la capital de la cruzada. La de curas, monjas y militares. Esta tríada que ha perdido importancia relativa a lo largo de los años, sigue, sin embargo, marcando y a nuestro juicio desfigurando el rostro urbano de nuestra ciudad. En el caso del Ministerio de Defensa, los desmesurados terrenos que ocupa, son una prueba arqueológica de la importancia pasada de Burgos como capital de región militar y un sinsentido urbanístico en nuestros días.
Con el paso del tiempo, Burgos creció, sobre todo Gamonal que llegó a albergar a la mitad de la población de la ciudad lo que provocó que los terrenos que años antes se situaban en las afueras quedaron incrustados como cálculos renales en el plano. Hace unos días nuestros/as compañeros/as de
infoburgos publicaban un artículo acompañado de una imagen de satétile en el que se podía observar perfectamente el estrangulamiento urbano que suponen la antigua Academia de ingenieros, el Parque de artillería y la Deportiva militar. La calle Vitoria fue durante muchos años el único lugar de paso entre Gamonal y Burgos y si hoy esta vía sigue siendo un problema para la vecindad por la cantidad de tráfico que soporta se debe en parte al corsé urbanístico que supone la presencia de estos espacios. Este corsé que se extiende desde el Arlanzón al Vena, ha sido confeccionado a base de kilómetros de muros, garitas y alambre de espino. Es, por consiguiente un corsé espacial hostil a los/as burgalesas.
En más de tres décadas de democracia, ni PP ni PSOE principales gestores tanto del ministerio de defensa como del ayuntamiento de la ciudad no han mostrado ningún interés por solucionar este problema. En lugar de llegar a acuerdos para realizar permutas de terrenos que pudieran rehumanizar urbanísticamente una zona tan densamente poblada, han preferido defender intereses privados y aportar su granito de arena a la especulación inmobiliaria, como ocurrió con la venta de los terrenos del cuartel "Dos de mayo".
Para ilustrar lo dicho hasta el momento les invitamos a dar un paseo por los alrededores de la Deportiva militar. Los/as habitantes de Gamonal y Capiscol conocen sobradamente el itinerario pero a buen seguro que muchos/as burgaleses/as van a conocer lugares inéditos de nuestra ciudad, más propios de países tercermundistas, o en conflictos armados que los de una ciudad que hasta hace unos días se postulaba como candidata a ser la capital europea de la cultura. Advertimos a los lectores fieles del Planfleto urbanístico Plaza Mayor de que algunas imágenes pueden herir su sensibilidad.
El muro que rodea la Deportiva tiene una longitud de casi 2 km. ¿Se la imaginan en la Castellana o en Villaplar? Como se pueden suponer esta muralla constituye en sí misma un obstáculo importante para los vecinos de Gamonal y Capiscol. Pongamos un ejemplo pedestre, un chico que viva en la Avenida de la Constitución se encuentra a 200 metros de la entrada de las piscinas municipales, sin embargo tiene que caminar cerca de un kilómetro para darse un chapuzón en las únicas piscinas a las que le permiten entrar.
La superficie total de la deportiva es de 13, 104 hectáreas, es decir aproximadamente unos 15 campos de fútbol. Llama la atención la presencia de una pista de atletismo, dado que en nuestra ciudad sólo se cuenta con las de Purificación Santamarta eso sí en el otro extremo de la ciudad. Estas pistas de atletismo, creemos que se encuentran totalmente infrautilizadas.
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Comenzamos nuestro paseo. Esto a pesar de lo que pueda parecer, para los que no sean de la ciudad, no se trata de la frontera suiza,
es la entrada principal de la Deportiva militar.
A pesar de ser terrenos públicos y no estar su entrada vedada a los civiles (a algunos al menos) para otros muchos burgaleses y burgalesas es más sencillo entrar a algunos países de fuera de la Unión Europea, que atravesar esta entrada cuidadosamente vigilada por los celosos guardianes de la garita. Los jardines cuidados y el arbolado nos remiten a un Edén privativo de militares y escogidos civiles.
Caminando hacia la entrada de las piscinas municipales, empezamos a ser acompañados/as por un majestuoso muro de unos 4 metros de altura. Los juveniles árboles plantados después de la urbanización de los terrenos del cuartel dos de mayo,
no ocultan la monotonía y la desmesura de este muro cuyo único rasgo amable es el color pastel.
Este es uno de los espacios desastrosos y típicos que genera la presencia de la Deportiva. Esta parcela se encuentra bordeada al este y al norte por el gran muro. Suele ser utilizado los días de partido del Autocid como improvisado aparcamiento, función que comparte con las aceras de los edificios recientemente construídos y que está provocando la queja de los vecinos del barrio. El ayuntamiento de momento hace mutis por el foro, y se limita a poner en determinados días multas a los desesperados aficionados que no tienen ninguna posibilidad de aparcar decentemente.
Al fondo Gamonal, los edificios de la Avenida de la Constitución, realmente próximos pero obstaculizados por la Deportiva.
Gran ejemplo de buen urbanismo. Calle a ninguna parte. Es un auténtico culo de saco formado por la calle Cascajera y el muro de la Deportiva. Definitivamente estas imágenes nunca salen en la revista Plaza Mayor pero dan muestra de la dejadez del ayuntamiento hacia Gamonal y Capiscol.
Como se puede observar, la incomodidad para los vecinos es evidente en la foto. Pero acerquémonos un poco más para ver estos espacios al detalle.
Esto no es una calle de Bamako (Mali) o de una favela, es Burgos, el pasadizo de la Calle el Plantío hacia Capiscol. Hace años el hedor de las caballerizas era francamente incómodo, hoy sigue sigue siendo desagradable . Sabemos que el ayuntamiento conoce de la existencia de este espacio porque como se puede ver la brigada antipintadas ha pasado por aquí. Está muy bien que nuestro ayuntamiento se preocupe por mantener limpia la ciudad para que así pueda lucir en toda su belleza. He aquí un ejemplo.
La entrada al pasadizo desde la Calle Villafranca.
Cuando pasamos el pasadizo nos empezamos a encontrar con alambre de espino.
Otro espacio absurdo por gentileza de la Deportiva , en este caso se trata de una zona verde de Gamonal-Capiscol. Lo que se ve es el cauce molinar.
La forma más inmediata de llegar a la Avenida de la Constitución desde la Calle Villafranca es mediante este otro singular espacio, que se llama Calle camino negro. Sobran más comentarios.
Ya estamos en la Avenida de la Constitución. Contrariamente a la zona que mira hacia el centro de Burgos o las piscinas el muro aquí aparece en peores condiciones, ahora bien, como anteriormente vemos la mano del ayuntamiento en las sucesivas manos de pintura empleadas para borrar grafitis o pintadas.
Esta tapia se encuentra en las traseras de la Avenida de la Constitución. Volvemos a presenciar la amigable presencia para los vecinos del alambre de espino.
Entre las cicatrices urbanísticas con que agrede la Deportiva al barrio de Gamonal-Capiscol encontramos estos tres ejemplos, también situados en las traseras de la Avenida de la Constitución. Aquí el alambre de espino se conjuga con los no menos amenazantes vidrios rotos. ¿Por si a algún chiquillo se le ocurre saltar? Realmente son imágenes que nos evocan, sin querer vanalizar la cuestión, a Palestina o a otras zonas en conficto, pero se encuentran en pleno centro de Burgos, ciudad que hasta hace unos meses se postulaba como capital europea de la cultura.
Finalizamos nuestro paseo cerca del edificio de telefónica. La placa nos recuerda que en ocasiones el callejero tiene resabios de humor... De humor negro porque a lo largo de esta avenida hemos sido testigos de un buen puñado de espacios con el más profundo sabor a otra época.