Cartel de la charla organizada por Equo como miembro de la Red alternativa de Grupos |
Por Burgos Dijital
Vivimos un momento de esperanza. La ciudadanía está empezando a ofrecer mayores resistencias a las políticas de recortes de derechos que promueve la banca, la troika, el PP y el PSOE. La marea blanca de sanidad en Madrid, Gamonal en nuestra ciudad, las marchas de la dignidad y las últimas elecciones europeas han generado el sentimiento de que se puede pasar a la reconquista de los derechos perdidos, y a la ofensiva en pos de una sociedad en la que el ser humano prime sobre el capital. Las calles de la ciudad y del estado bullen con nuevas asociaciones, plataformas, y asambleas que dan paso a nueva gente que quiere participar en política para hacer otra política. Son victorias parciales aún, logradas con sacrificio, esfuerzo e incluso sufrimiento, pero que están dando alas a la esperanza de muchas personas. Y en este sentimiento de fuerza y de nuevos bríos las organizaciones sociales y políticas más comprometidas con el pueblo empiezan a hablar de cooperar, de unir fuerzas y de converger en lugar de competir entre sí. Burgos, nuestra ciudad, no es ajena a este movimiento. Bienvenida sea esta tendencia siempre y cuando se haga con la responsabilidad de subordinar los egos personales a la ambición de los programas. Sólo así se podrán reconstruir puentes sólidos. Si se habla con claridad y hay una coherencia entre lo que se dice y lo que se hace será posible. Sólo de esta manera se desterrararán desconfianzas estériles. Evitar errores pueriles y ambigüedades es lo mínimo necesario para que el tren de la esperanza no descarrile. Es lo que la gente ya no tolera. En otras palabras, las asociaciones y sobre todo los partidos que legítimamente pretenden erigirse en portavoces de la rebeldía creciente deben ser claros y coherentes. Por eso queremos manifestar nuestro desconcierto y manifestar nuestra crítica constructiva ante las disonancias protagonizadas por uno de estos partidos: Equo Burgos. Partido al que respetamos, más allá de los resultados que coseche, por el compromiso ecologista y social de la mayor parte de su militancia.
Vivimos un momento de esperanza. La ciudadanía está empezando a ofrecer mayores resistencias a las políticas de recortes de derechos que promueve la banca, la troika, el PP y el PSOE. La marea blanca de sanidad en Madrid, Gamonal en nuestra ciudad, las marchas de la dignidad y las últimas elecciones europeas han generado el sentimiento de que se puede pasar a la reconquista de los derechos perdidos, y a la ofensiva en pos de una sociedad en la que el ser humano prime sobre el capital. Las calles de la ciudad y del estado bullen con nuevas asociaciones, plataformas, y asambleas que dan paso a nueva gente que quiere participar en política para hacer otra política. Son victorias parciales aún, logradas con sacrificio, esfuerzo e incluso sufrimiento, pero que están dando alas a la esperanza de muchas personas. Y en este sentimiento de fuerza y de nuevos bríos las organizaciones sociales y políticas más comprometidas con el pueblo empiezan a hablar de cooperar, de unir fuerzas y de converger en lugar de competir entre sí. Burgos, nuestra ciudad, no es ajena a este movimiento. Bienvenida sea esta tendencia siempre y cuando se haga con la responsabilidad de subordinar los egos personales a la ambición de los programas. Sólo así se podrán reconstruir puentes sólidos. Si se habla con claridad y hay una coherencia entre lo que se dice y lo que se hace será posible. Sólo de esta manera se desterrararán desconfianzas estériles. Evitar errores pueriles y ambigüedades es lo mínimo necesario para que el tren de la esperanza no descarrile. Es lo que la gente ya no tolera. En otras palabras, las asociaciones y sobre todo los partidos que legítimamente pretenden erigirse en portavoces de la rebeldía creciente deben ser claros y coherentes. Por eso queremos manifestar nuestro desconcierto y manifestar nuestra crítica constructiva ante las disonancias protagonizadas por uno de estos partidos: Equo Burgos. Partido al que respetamos, más allá de los resultados que coseche, por el compromiso ecologista y social de la mayor parte de su militancia.
Cartel de la CGT contra la reforma-recorte de las pensiones del PSOE. |
Octavio Granado promovió, suscribió y colaboró de
principio a fin con la política de los gobiernos de Zapatero. Es el burgalés con más responsabilidades en
la aplicación de las políticas neoliberales del
gobierno del PSOE que puso al país a los pies de la troika. Ni dimitió ni se le conoce crítica pública
alguna a ninguna de las decisiones que tomó ese gobierno. En ocasiones manifestó sin rubor la adhesión a las tesis de la patronal como cuando en mayo de 2011 dio los premios FAE de oro en Burgos. En otros casos calló. Esos silencios debemos entenderlos como
complicidades con las políticas de recortes en sanidad y educación, con las
bajadas de sueldo de trabajadores y trabajadoras que auspició el PSOE, con los cientos de miles de desahucios que se produjeron sin admitir la dación en pago, con las reformas laborales
que abarataban el despido y debilitaban la negociación colectiva con la reforma Exprés de la constitución para subordinar las necesidades de las personas al pago de una deuda más que cuestionable, en
fin. Entendemos que Octavio Granado colaboró y fue responsable de todas esas políticas que Equo Burgos señala como las causantes de la pérdida de equidad y bienestar durante los
gobiernos del PSOE, ¿A qué se refiere si no? Es muy importante que expliquen este tipo de cosas antes de pretender "converger" con otros grupos. Porque hay que converger sólo si es posible y si hay acuerdos programáticos.
Pero es que además de la responsabilidad más o menos
indirecta de Granado en el conjunto de las políticas de recortes del PSOE de
Zapatero fue el máximo responsable de la Seguridad Social cuando se produjo la
reforma de las pensiones que subió la edad de jubilación hasta los 67años. Esa reforma de las pensiones suponía además una bajada generalizada de las
pensiones futuras al aumentar el cómputo de años necesarios tanto para hallar su cuantía, como para poder acceder al cobro de las mismas. La banca, desde entonces, ha hecho pingües
beneficios al multiplicar el negocio de los planes privados de pensiones. Granado con su reforma-recorte castigaba a los pensionistas futuros mientras favorecía el negocio de los responsables de la crisis, anteponiendo el capital al ser humano. Por consiguiente ¿A qué viene invitar a una persona que recorta derechos y pensiones a dar una charla sobre el futuro de las pensiones en
Europa, en el contexto de los derechos humanos? ¿Qué sentido
tiene esa charla en el contexto de una Red Alternativa de Grupos que siempre ha
luchado contra las políticas neoliberales y los recortes? ¿Se trata de humor de
mal gusto? ¿Sólo de torpeza política? ¿De una tomadura de pelo? Creemos que la reforma de las pensiones aprobada por Zapatero siendo Granado su principal responsable provocó la inequidad social a la Equo Burgos dice querer combatir en su nota de prensa. Estamos dispuestos a que Equo Burgos nos explique alguna de estas cuestiones públicamente siempre que lo haga desde el respeto.
Humildemente intuimos que lo único que consiguen acciones como la descrita, además de favorecer una imagen de normalidad e impunidad de las políticas de recortes de Zapatero. Generan confusión a la hora de determinar al adversario y desconfianza entre
los grupos sociales y políticos que se presuponen afines. Es una de las cosas más inoportunas que se
pueden hacer para lograr pergeñar
alianzas sociales contra la pinza PP-PSOE que se anuncia amenazante. Como hemos dicho Equo Burgos, como cualquier colectivo, tiene derecho a elegir
su camino y su política. Tiene derecho a suicidarse políticamente o seguir incurriendo en incoherencias, pero le invitamos con ánimo constructivo a que sea
más claro en este momento tan importante y efervescente. Antes de elegir compañeros de viaje lo primero que hay que saber es adónde
se quiere ir. No creemos que sea compatible defender la reforma de las pensiones del PSOE de Zapatero y Granado y pretender converger con los grupos citados por Equo Burgos en la nota de prensa. Espanta imaginarse este tipo de "errores" en otras escenarios. La gente quiere una nueva forma de hacer política. No acepta ni entiende, errores de bulto, incoherencias flagrantes, y mucho menos la privatización de siglas respetables y respetadas para satisfacer deseos y afectos particulares. Ese es el gran reproche que se hace a la vieja política. Pagaríamos caro perder esta oportunidad por este tipo de errores. La gente no lo entiende, no lo entenderá. Nosotras y nosotros tampoco.