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lunes, 29 de febrero de 2016

Exposición "Cuerpo, territorio de Identidad" Sara Tapia y Flor Aldea


A partir del próximo martes 1 de Marzo se podrá visitar en el Bardebás la exposición Cuerpo, territorio de Identidad de las artistas Sara Tapia y Flor Aldea.

"La Identidad se construye a partir de experiencias interpersonales que implican un compromiso psíquico, pero también corporal.

Nuestro cuerpo es el territorio donde depositamos la esencia de lo que somos: donde nos reconocemos como yo.
Vivir no es sino restituir al cuerpo su valor como el territorio de lo humano, de la aceptación, del cuidado, del respeto; apropiarnos de él como espacio de bienestar, de armonía, de crecimiento, pero sobre todo de libertad."


domingo, 21 de febrero de 2016

El torso de Cristo frente al de Rita Maestre


 Por Juan Argelina                                                                 

"El lenguaje es la morada del ser y el hombre es su pastor". Estas palabras de Heidegger muestran el constante conflicto del ser humano con el poder. Un poder "pastoral", que le conduce como a un rebaño, sometiéndole a través del miedo a una culpa que paraliza cualquier intento de liberación. 

La Iglesia católica, como institución de poder, como Estado construido en base a la imagen de un Cristo torturado y juez de los delitos de la humanidad, va a considerarnos a todos pecadores, delincuentes, que, para poder evitar la condena fatal, debemos confesar. 
La confesión es la clave del poder porque, no solo interioriza el sentimiento de culpa, el desasosiego y la angustia del mal comportamiento, sino que obliga a transmitir el secreto individual de esa transgresión a un funcionario de ese poder, cuyos posibles pecados permanecen impunes. 
Este poder eclesiástico, este poder pastoral, ha ejercido así el control sobre los seres humanos mediante el temor a/de Dios. La confesión se produce por este temor, fuertemente condicionado por la tremenda imagen del cuerpo torturado del Cristo en la cruz. 
El católico asume de este modo el poder, y su miedo le impide pensar siquiera otra alternativa. El poder controlador de la Iglesia se extendió de forma dictatorial a lo largo de la Edad Media, y se va a prolongar en el Estado moderno, puesto que ahora mismo es el Estado el que está ejerciendo su poder pastoral. 
Es tanta la influencia en nuestro comportamiento de esa necesidad impuesta de la confesión, que ya no podemos librarnos de ella ante cualquiera de nuestras relaciones jerárquicas con las instituciones administrativas. 

Lo confesamos todo a nuestros profesores, al médico, al inspector de Hacienda, ... Asumimos la desigualdad en una situación en la que el Poder se adueña de nuestro conocimiento, de nuestras "faltas" y delitos, con nuestras mentes y nuestros cuerpos, disciplinados por sentencias médicas y agua bendita. Y, de hecho, nos convertimos igualmente en controladores de nuestros iguales, señalando culpables de transgresión a todos aquellos que ponen en riesgo su propio orden, o lo que ellos llaman “orden” . 

Así surge el "loco", al que se obliga a depender permanentemente del psiquiatra, que se arroga para sí mismo el poder de la razón. Una razón que "cura". Una razón que controla. Una razón que domina. Una razón ejercida por la policía y la justicia que incrimina al que viola la ley. 
El acusado es forzado a confesar las causas de esa "culpa", igual que la maestra hace con el niño indolente o conflictivo. El maestro es el pastor de sus alumnos. Consciente o inconscientemente les transmite la ideología del poder. 
La verdad del Poder es la verdad transmitida a través de los tiempos, la que se manifestaba en ese Cristo torturado y la que se revela en el orden moral de las instituciones del Estado. Si vas contra esa "verdad" estás perdido. Si transgredes ese orden eres subversivo. Si pides perdón también más por mal camino. Porque les concedes un poder que no te representa y además haces algo que la Iglesia Católica en su larga historia de asesinatos, genocidios, ofensas materiales y simbólicas, expolios, casi nunca ha hecho “pedir perdón a nadie” y menos obligada. 

El problema es que aunque la masa de ese colectivo al que representas puede estar contigo pero los que ya estaban en política se expresaron a media voz porque se temían que algo de esto podía suceder en una España donde no se juzgan los crímenes del franquismo, donde los estudiantes de derecho lo son también de doble moral  y donde ningún ministro de Dios o no pide perdón por ofender al colectivo LGTB.

A pesar de la "a-confesionalidad" del Estado, su poder no puede separarse de la necesidad de continuar con las mismas prácticas pastorales instituidas por la Iglesia católica desde hace centurias y reforzadas en épocas de dictaduras. Más aún en un país como España, constituido como tal en base al control inquisitorial.
La Inquisición unió las diferentes entidades políticas del Estado, formando un auténtico orden teocrático, en el que la religión fundamentaba el control social.

Ni siquiera la democracia pudo sustraerse a esa influencia, y por ello aún sufrimos la posibilidad del castigo por delitos referidos al "escarnio", "profanación" u "ofensa" de los "sentimientos" religiosos (artículos 524 y 525 del Código Penal), sobre todo si van dirigidos a la Iglesia católica.
Los citados artículos dicen proteger la libertad religiosa, unida al derecho a la libertad de expresión y de crítica. Pero ¿quién protege a los ciudadanos que quieren verse libres de la presión de la Iglesia y de sus excesos proselitistas o injerencias en la vida pública? ¿No es acaso la mera existencia de capillas en espacios educativos públicos una "profanación" de esos lugares, un "escarnio" a los sentimientos de quienes no nos consideramos católicos, una "ofensa" a los no creyentes? ¿Es más escandaloso el torso de una mujer que defiende su derecho a controlar su propia vida, su propio sexo, su propio cuerpo, que el de un Cristo torturado hasta la muerte, símbolo de los excesos de un Torquemada?

La concejal Rita Maestre es juzgada por expresar sus deseos de libertad en un lugar que no debería existir. Ahora, los que siempre se arrogaron el poder de ofender y subyugar a quienes no comulgaban con sus creencias, se sienten ofendidos por torsos libres de heridas y castigos. Supongo que el poder pastoral aún les protege. Y se sienten fuertes sólo con el hecho de ver a esa joven manifestante, que mostró la misma valentía que aquellos que subieron al altar de Notre-Dame de París en plena misa de Pascua el 9 de abril de 1950 gritando "Dios ha muerto. Vomitamos la agonizante estupidez de vuestras plegarias pues han sido el humo pringoso de los campos de batalla de nuestra Europa", siendo juzgada como si fuera una bruja medieval.

La separación entre la iglesia y el Estado queda en entredicho en este juicio. Y en esa mujer sentada en el banquillo nos reflejamos todos.
Walter Benjamin, en sus Tesis de Filosofía de la Historia, tiene una teoría muy especial sobre la presencia del Mesías en la sociedad. Argumentaba que no era necesario esperarle, porque podía aparecer por cualquier rendija de la Historia.
Quizás él estaba presente en esa capilla, y no precisamente en la forma del crucificado.


jueves, 7 de enero de 2016

·"Recuperemos La Engaña" 8 de enero: Charla informativa en Espacio Tangente



Viernes 8 de enero 2016
20 h / Entrada libre hasta completar aforo (Biblioteca)

Charla informativa
PROYECTO RECUPEREMOS LA ENGAÑA. Cuidador@s Construyendo
A cargo de Dunia Rossell Villá, promotora del proyecto


ASHEF
Asociación Social e Histórica de Economía Feminista

Sobre ASHEF 
Asociación sin ánimo de lucro, inscrita en la Junta de Castilla León, ámbito autonómico, domicilio social en Aranda de Duero, Burgos.
Nuestro proyecto está en La Engaña; Estación Ferroviaria que existió y estuvo viva aunque nunca llegara a pasar el tren por ella. 
Ubicada en la frontera Cántabro Burgalesa y en la Merindad de Pedrosa de Valdeporres, Burgos.

Qué reivindicamos
Vamos a reabrir con trabajo comunitario, la Colonia Obrera de La Engaña, para rehabilitar sus edificios dándoles el uso de diferentes servicios, 
homenajear la historia de los obreros que vivieron y trabajaron en ella y para acoger mujeres cuidadoras y a todas las personas 
que se apasionen por nuestra labor, preservando y cuidando el entorno natural y propiciando la conciliación familiar y laboral desempeñando un trabajo digno.

Nuestros objetivos son:
-Sociales,
-Socio Educativos
-Históricos
-Ambientales


martes, 5 de enero de 2016

¿Los géneros de la violencia?

Por Eduardo Nabal 

Más de uno y de una se salió de una conferencia escandalizada/o cuando el conferenciante preguntó ¿Si no hubiera género habría violencia? El debate sonaba demasiado filosófico. Pero también tenía un trasfondo interesante. 

La violencia de género existe desde el momento en que cuando nacemos se nos asigna un sexo por un médico, se nos premia o se nos castiga por ser más viriles o más señoritas, por cómo nos vestimos o actuamos, se nos aparta por amar a otros chicos u otras chicas, se nos margina desde el primer empleo o se nos paga la mitad por trabajar lo mismo. 
También dependiendo de nuestra procedencia podemos estudiar o no. Vemos ceder a nuestras madres y aprendemos lo que vemos. Vemos triunfar, o fingir que triunfan, a nuestros padres y el mimetismo también surge. 

La doble jornada está al orden del día. Las campañas que existen hoy, aquí en pequeñas provincias y universidades desinformadas, no desmantelan un ápice conceptos como el género, la raza, los discursos de la clase social o la inmigración. Y no lo hacen porque es más cómodo un 8 de marzo o un 25 de mayo, floral y de postín, apuntalado por los medios de comunicación oficiales, donde bajo estrategias lampedusianas ni las mujeres pobres, ni las no heterosexuales, ni las mujeres solas o ancianas tengan gran cosa que decir. Son festejos de la familia nuclear heterosexual y del salvémosla de su autodestrucción en sus violencias que van de lo real y sangrante a lo sutil y lo psicológico.

Violencia es tener que volver a casa porque se ha perdido un trabajo, trabajar para otras, trabajar el doble, cobrar la mitad, la falta de reconocimiento dentro de partidos y sindicatos.

Violencia son los discursos de la Iglesia (mantenidos por el PP y de otra forma por el PSOE) contra la educación en la convivencia y la educación sexual, contra el derecho a la autonomía y el empoderamiento de las mujeres, contra la división en buenas y malas, santas y putas y españolas y extranjeras, payas y gitanas, y la brecha cada vez más profunda entre pobres y ricas, entre feministas de calle y feministas de despacho… 

Para parar la violencia hace falta dar armas de seguridad, enseñar a pescar y no regalar peces, no victimizar sino empoderar, acabar con los esencialismos y abrir espacios de sororidad y compromiso sin matices ni exclusiones. 
Estamos en ellas, las de la foto, las flores y los maridos son las de siempre.

domingo, 13 de diciembre de 2015

La violencia de género, una cuestión de Estado

Foto Marcha Estatal contra la Violencia Machista celebrada en Madrid 07/11/2015

Por Asociación para la Defensa de la Mujer "La Rueda"

Desde la Asociación para la Defensa de la Mujer “La Rueda”, organización feminista que lleva casi 30 años trabajando en la prevención y erradicación de la violencia machista en nuestra sociedad, así como en la atención a las mujeres y menores víctimas de esta lacra social queremos mostrar nuestro estupor ante las propuestas que se están realizando en la materia en la campaña electoral, así como el análisis de las mismas que se viene haciendo en algunos medios de comunicación.

Nos congratulamos de que la violencia de género entre dentro de los programas electorales de los partidos políticos, algo que evidencia que el tema debe ser abordado como una cuestión de estado, tal y como las organizaciones feministas pedimos en la marcha estatal contra las violencias de género celebrada el pasado 7 de noviembre en Madrid. 
Demanda reiterada en varias ciudades del estado el 25 de noviembre con motivo del Día Internacional contra la Violencia hacia las Mujeres.
No obstante, el que esta cuestión entre dentro de la Campaña electoral está poniendo de relieve el desconocimiento existente sobre lo que es y lo que implica esta lacra social, por parte de quienes aspiran a dirigir el Gobierno de este país los próximos 4 años.

La propuesta de equiparar la violencia de género a la violencia doméstica, no es algo novedoso de un partido emergente que quiere hacer una nueva política, antes al contrario. Supone un retroceso a hace más de una década, es decir, a antes de la promulgación de la Ley Integral contra la Violencia de Género, cuando ya existía el tipo penal de violencia en el ámbito familiar, pero no existía en el Código Penal alusión alguna a la Violencia de Género.

Es necesaria una actuación decidida por parte de los poderes públicos, y el compromiso político de todos los grupos parlamentarios para abordar, de una vez por todas, esta lacra social. Lo mismo que se ha terminado con el terrorismo con el compromiso firme de toda la sociedad y reforzando la sanción penal, a través del agravamiento de las penas de los actos delictivos cometidos con fines terroristas, la violencia de género se combate también, junto con otras medidas, de la misma manera.

Existe una máxima en el feminismo que dice que lo que no se nombra es como si no existiera. La alusión explícita a la violencia de género emanada de la Ley de 2004 hizo visible una realidad invisible hasta poco antes, el eliminarla supondrá, sin duda, volver al ocultamiento e invisibilización de esta realidad.

Asimismo, el proponer meros consejos a las mujeres jóvenes para evitar situaciones de control nos retrotrae a aún más lejos en el tiempo... por lo que el compromiso político no puede quedarse ahí, sino que es necesaria la articulación de medidas concretas y la restauración de la financiación necesaria para el sostenimiento y desarrollo de recursos específicos de atención y protección a las víctimas.
En este sentido, no podemos olvidarnos que mientras la violencia de género “se colaba” en el debate político, 2 mujeres, que habían denunciado, han muerto a manos de sus parejas en las últimas 48 horas. 
Porque realmente un papel no protege de una agresión, sino que son necesarias otras medidas además de la denuncia y orden de protección y, la primera y fundamental es la prevención.

Cada día se hace más patente que la erradicación de la violencia de género sólo se conseguirá con un mayor conocimiento, educación y concienciación social en la materia. Y esto debe empezar por la formación de la clase política, si quienes aspiran a construir el gran pacto social contra la violencia de género desconocen las características específicas de esta lacra social, será muy difícil que de él emanen medidas verdaderamente efectivas.

domingo, 6 de diciembre de 2015

El mundo y otros lugares

Por Eduardo Nabal

Jeannette Winterson, digna heredera de Wittig y la poesía feminista y lesbiana posterior, narradora de soltura increíble, de flema histórica, pluma sin género, raíces populares y modelada por la prosa poética reinventa algunos mitos y arremete contra otros en su última y subyugante colección de relatos: "El mundo y otros lugares” (Editorial Lumen). 

Un conjunto de piezas más o menos breves misteriosamente reunidas por una poderosa ironía, un lenguaje iconoclasta, una fantasía inagotable y un extraño sentido del viaje interior y exterior, poniendo el cuestionamiento del cuerpo como eje de una narrativa ágil y juguetona, irreverente y extraña (queer) . 

La autora de la negra y mordaz "Espejismos" vuelve a una prosa viajera e incatalogable, desbordando los códigos lingüísticos y, sobre todo, narrativos de la novela anglosajona clásica, de la que bebe de la forma mas particular, con referencias a personajes reales y de ficción, pasando del yo íntimo a un alejamiento sarcástico de paisajes y paisanajes, con una mezcla de suavidad, ligereza y capacidad renovadora, que tras un paseo ligero desnuda el cuerpo de sus criaturas con una tormenta de interrogantes llenos de escalpelo. 

De nuevo el amor y el desamor, los inventos de la sociedad moderna bajo el prisma del lenguaje, y aunque no estamos ante una novela inquietante como su anterior "La mujer púrpura" Winterson vuelve con toda su fuerza al campo de batalla contra los moldes narrativos convencionales, los lugares comunes de la historia y la geopolítica de la que provenimos, arremetiendo contra los tópicos patriarcales y lanzando un desafiante soplo de lenguaje en libertad, a través de una feminidad transgresora, inaprensible y lejos de los binarismos de género.


A continuación un breve fragmento de esa bomba de relojería lingüística feminista y queer que es “El mundo y otros lugares”.

PRIVADO: Es la parte que realmente desean ver los visitantes. Siempre hay alguien dispuesto a retroceder silenciosamente y esconderse entre las sombras. Se agachan para pasar por debajo de las cuerdas como si la casa fuera un cuadrilátero de boxeo. ¿Quién está en la esquina roja? Yo, siempre yo, esperándoles educadamente. La gente no cree que una casa como esta, está viva. Creen que es un circuito cerrado de televisión cerrado. No no, es la propia casa.

Winterson que nos contó su dificil infancia en la Inglaterra empobrecida e industrial de los años cincuenta en su autobiografía novelada “¿Por qué ser feliz cuando puedes ser normal? junto a su madre, una fanática religiosa y puritana, experimenta aquí al máximo con ese lenguaje mordaz y lírico con el que ha tejido novelas de la talla de “Fruta prohibida” (convertida en una serie de televisión), La chica del faro (levemente inspirada en Virgina Woolf), su obra maestra “Espejismos”, su novela de ciencia ficción “Planeta azul” o su historia de sexualidades divergentes en el espacio virtual “The Powerbook”.

Después de una novela histórica feminista sobre la persecución heteropatriarcal de las brujas en la Inglaterra Medieval vuelve al relato mitológico subvirtiendo los géneros sexuados y literarios con “El mundo y otros lugares”, un libro de relatos subversivos donde los símbolos se hacen evidentes, también los diosecillos a derribar y en la que en diferentes episodios se cuestionan iconos y máximas universalmente aceptados aún hoy por nuestra cultura patriarcal, inmovilista, violenta e inerte.

miércoles, 25 de noviembre de 2015

El Bloque Crítico se manifestará el 25 de noviembre


Hoy 25 de noviembre, día contra las violencias machistas el Bloque Crítico se sumará a la manifestación convocada. Dentro de este bloque actuarán conjuntamente varias organizaciones que han considerado la constitución  de un bloque que visibilice todas las violencias del sistema patriarcal y actúe contra ellas.

El Bloque estará conformado por IZAR (Izquierda Anticapitalista Revolucionaria) junto con la Asamblea Feminista, CGT (Confederación General del Trabajo), IU (Izquierda Unida), UJCE (Juventudes Comunistas) y Ecologistas en Acción.



COMUNICADO DEL BLOQUE CRÍTICO ANTE EL 25 DE NOVIEMBRE

Para nosotras existen factores simbólicos (falta de reconocimiento, falta de recursos educativos, desigualdad de salarios) y estructurales (las mujeres siguen ejerciendo doble jornada máxime si se encuentran en precariedad, no tienen capacidad de decidir sobre sus cuerpos, se les imponen cosas como el matrimonio de por vida o la heterosexualidad obligatoria, se ensalza a unas para estigmatizar a otras) cosas que ni el PSOE ni de lejos el PP no ha hecho más que apuntalar y aumentar con sus alianzas con la misógina Iglesia Católica, con las declaraciones machistas en público y en privado, oponiéndose a leyes más realistas, contribuyendo a los recortes sanitarios, sociales desde el principio en cuestiones referidas a derechos sexuales y reproductivos. 

Todo esto contribuye (aunque no justifica) que la violencia siga teniendo un espacio de existencia en nuestras sociedades, un grado de tolerancia invisible Creemos que estas campañas victimizadoras y electoralistas, hechas sin las mujeres sin recursos, dictadas desde despachos, excluyendo a muchas mujeres por su raza, orientación sexual, edad etc no son más que un elemento más de violencia más o menos invisible que llega a su extremo mas sangrante en la violencia física y psicológica contra la que, en principio, parece que hay un cierto consenso.

-No queremos compartir la manifestación del 25N con los partidos que fomentan las desigualdades sociales, invisibilizan el trabajo doméstico y la doble jornada, fomentan los despidos, retiran la educación sexual de los programas  escolares y ningunean a las feministas jóvenes porque muchas de ellas protestan desde su situación de precariedad social o por su corporalidad. Por tanto no creemos que ni el PP ni el PSOE ni sus acólitos representen la lucha de las mujeres contra la violencia cotidiana o extremada y todo lo que la rodea, la disculpa, la hace posible, la perpetúa. 

No queremos salir en su misma foto. Porque lo nuestro no es el oportunismo vergonzoso del flash  sino el empoderamiento y la llamada a la acción de todas las mujeres, todo el año, en todos los ámbitos.
Por ello nuestra aparición en esta manifestación será dentro de un bloque critico al que llamamos a sumarse a todas las personas y organizaciones cuyo discurso coincida con lo expuesto, porque no nos van a callar...

POR NUESTRAS MUERTAS NI UN MINUTO DE SILENCIO, TODA UNA VIDA DE LUCHA Y RESISTENCIA!

#NiUnaMenos

martes, 24 de noviembre de 2015

Comunicado de la Asociación de Mujeres Hypatia y la manifestación del 25N

Por Burgos Dijital

La Asociación de Mujeres Hypatia ha convocado, organizado y asistirá a la manifestación contra la violencia machista que tendrá lugar en Burgos el día 25 de Noviembre a las 20 horas y que saldrá de la plaza del Cid (También ha participado en el comunicado final).  Sin embargo no participará en la pancarta de la cabecera junto al Partido Popular.

Según dice el comunicado de la Asociación, el PP ha hecho retroceder, con sus recortes, en derechos a las mujeres hasta principios del siglo XX. La Asociación acudirá a la manifestación del 25N con su propia pancarta, como feministas, invitando a todas las personas que compartan los objetivos y reflexiones del feminismo, a caminar junto a ellas.






Comunicado Asociación de Mujeres Hyaptia

Como desgraciadamente todos los años el 25 de Noviembre, la ciudadanía junto con los grupos sociales, asociaciones, colectivos.....de la ciudad, se reúnen para hacer visible su repulsa por las violencias que se ejercen contra las mujeres. 

Nos sorprende que, como cada año, el Partido Popular acuda a dicha manifestación como un colectivo más, cuando es el partido político que con sus recortes más ha hecho retroceder a las mujeres en derechos: 

-Se han recortados los derechos sociales y sanitarios, dejando sin asistencia sanitaria a las personas más desfavorecidas. 

-Ha dejado sin efecto la Ley de Dependencia, tan importante para las mujeres cuidadoras, al recortar sin pudor el presupuesto destinado a la misma. 

-Ha modificando la Ley de Educación sexual y reproductiva, impidiendo la libertad de las mujeres para decidir sobre su propio cuerpo y su maternidad. 

Un Gobierno del P.P. que sigue manteniendo una relación "fraternal" con la Iglesia católica más acorde con otros tiempos, que con una sociedad igualitaria. Un Gobierno del P.P. al que las mujeres tenemos que agradecer el haber retrocedido en derechos y libertad a principios del siglo XX. 

Desde la Asociación de Mujeres Hyaptia, queremos denunciar esta hipocresía de nuestro Ayuntamiento del P.P. (por cercanía), para el cual lo único importante es una foto detrás de la pancarta. Foto y pancarta que no compartiremos.

25N: El Colectivo 8 de Marzo contra el terrorismo machista




Por Burgos Dijital


El colectivo 8 de Marzo ha realizado una rueda de prensa en la Plaza de Santa María para poner de manifiesto que a pesar de que pareció que iba a tenerse en cuenta la problemática y la situación de la violencia de género por parte de las instituciones y poderes públicos, ha habido un grave retroceso por culpa de la recesión y la Administración ha bajado la guardia. 
Las cifras de las víctimas de la violencia machista así lo reflejan y por tanto el colectivo asegura que la Administración ha bajado sin duda la guardia con respecto a la violencia machista.
Aluden a que cuarenta y ocho horas después de la festiva y multitudinaria celebración en Madrid del 7N, siete mujeres y un hombre murieron como víctimas de violencia machista.

Han dejado claro que la prensa tiende a eludir el término asesinato por la expresión "mujeres muertas" por lo que exigen mayor concienciación de los medios oficiales de comunicación y responsabilidad hacia estos feminicidios o asesinatos machistas.

Por todo esto y las intolerables cifras de víctimas, el colectivo hace hincapié en que este tema, de una vez por todas, debe de convertirse en una cuestión de Estado, y hacen un llamamiento a la participación este miércoles 25N a la manifestación que tendrá lugar desde la Plaza del Cid a las 20:00. 
Según han contado en la rueda de prensa, se necesita un pacto social con los partidos políticos, la prensa, la ciudadanía en general, las asociaciones, sindicatos, etc... para que la violencia machista sea considerada un tema de primera línea en la agenda política y pública.

Se han colocado velas y zapatos de mujer simbolizando a las
víctimas del machismo
El colectivo también apuesta por la Educación como clave para que desde una temprana edad se hagan talleres y asignaturas donde los jóvenes puedan analizar la situación familiar, el papel de su madre y padre, y se puedan detectar situaciones que garanticen un aprendizaje y detección del machismo y conductas adecuadas (pues la violencia machista no solo se da en forma física). 
Según han relatado, hace catorce años asociaciones de voluntariado responsables impartieron este tipo de talleres en los colegios. 
La Administración debe actuar con responsabilidad y facilitar recursos públicos para que la violencia machista sea eliminada de nuestro mapa nacional a través de este tipo de mecanismos de educación y concienciación. 
Han añadido también que actualmente los y las trabajadoras sociales carecen de recursos suficientes para garantizar una independencia a la víctima, que le garantice una seguridad física, psicológica y económica para poder alejarse de su maltratador.

Relacionado:
Multitudinaria marcha violeta en una cita histórica contra la violencia machista

sábado, 21 de noviembre de 2015

Entrevista a la profesora y ensayista de cine Barbara Zecchi

Por Eduardo Nabal

ENTREVISTA A BARBARA ZECCHI, CON MOTIVO DE LA PUBLICACIÓN DE “LA PANTALLA SEXUADA”. UN LIBRO SOBRE CINE Y FEMINISMOS. 

Entrevistamos a la profesora y ensayista Barbara Zecchi (italiana residente en los Estados Unidos, nacida en Londres en 1962) con motivo de la reciente publicación de La pantalla sexuada (Cátedra, Feminismos, 2014) donde la autora de Desenfocadas vuelve a analizar las relaciones entre el feminismo y el cine. 
Un ensayo sobre cine y mujeres, mujeres que hacen cine y mujeres que escriben sobre cine en el estado español. 

"Los géneros cinematográficos no son divisiones “naturales” o imparciales sino determinadas por cuestiones ideológicas, marcadas por el género sexual" 

-Conozco poca gente que tenga la suerte de enseñar cine. De todas formas supongo que el enseñar lo que te gusta no es siempre hacer lo que te gusta ni está al alcance de todo el mundo máxime cuando partes de enfoques erróneamente considerados minoritarios y ahora “en crisis”. 

Es verdad. Tengo muchísima suerte con mi trabajo y con poder ganar mi sueldo ocupándome de lo que más me gusta [se ríe]. Además, la Universidad de Massachusetts (UMass) es una institución abierta y progresista que me ha apoyado siempre en todas mis iniciativas: proyectos de investigación, creación de cursos, organización de congresos, festivales, etc. Por ejemplo, llevo siete años montando en la primavera un Catalan Film Festival (el único, creo, en los Estados Unidos), y hace tres años lo dedicamos exclusivamente al cine gay y lesbiano, con películas de Agustí Villaronga, Cesc Gay, Marta Balletbó-Coll y, por supuesto, de Ventura Pons, que vino a UMass para presentar su Food for Love. Sin duda fue la edición del festival de mayor éxito. Este año vamos a volver a cuestiones de género, y el festival girará sobre la obra de las directoras (Isabel Coixet, Laura Mañá, Neus Ballús, Teresa Pelegrí, Elena Trapé, Marta Balletbó-Coll, etc.). Estamos intentando traer a Neus. A ver si hay suerte. 

¿Y tus clases? 

Por lo que se refiere a la enseñanza, desde que soy profesora titular en el programa interdepartamental de Film Studies de UMass doy exclusivamente clases relacionadas con mi investigación: es decir, sobre cine con un enfoque de estudios de género. 
El semestre que viene, por ejemplo, voy a impartir un seminario de doctorado completamente dedicado a la producción fílmica de las cineastas españolas. Te aseguro que estos temas no están para nada “en crisis”. 
Los estudiantes —que pertenecen a la generación de “nativos digitales”, para usar la expresión de Mark Prensky— son cada vez más “visuales” y el cine habla la “lengua” que entienden mejor, “su” lengua. 

Por otro lado, los estudios de género siguen siendo fundamentales, por lo menos en la academia, y estamos ampliando nuestros horizontes. A los “Women’s Studies” se han añadido nuevos enfoques, así que ahora ofrecemos “Women, Gender, Sexuality Studies”, para poder incluir así perspectivas sobre las Nuevas Masculinidades y los estudios LGBTQ. Pero, sí, tienes razón. Fuera de la academia evidentemente las cosas no son así y se está presentando lo que se ha definido como “el problema del no problema”. Según Deborah Rhode en la actualidad hay tres patrones de actitud básicos: o bien se niega por completo que haya todavía discriminación contra las mujeres; o bien se niega que haya injusticia: se reconoce la desigualdad, pero se justifica como si fuera consecuencia de decisiones propias individuales de cada mujer; o bien, en caso de reconocer la desigualdad, no se piensa poder ser parte del problema, ni de la solución.
Aún así, hace poco, hemos visto la capacidad de la gente de despertar de la apatía y movilizarse cuando sus derechos se ven claramente amenazados (como ocurrió con la ley del aborto). Hablo de este tema en la introducción de La pantalla sexuada y, hace unos años, en el volumen de estudios culturales feministas que he coeditado con Jacqueline Cruz, La mujer en la España actual, ¿evolución o involución?, concluimos, con datos en la mano, que en casi todas las áreas, la situación de las mujeres ha sufrido una involución. Así que no podemos dar por asumidos los logros del feminismo. Y no se puede nunca bajar la guardia. 

-A pesar de décadas de fuera de campo las mujeres siempre han estado muy unidas al hecho cinematográfico aunque la ciencia la hayan creado los hombres. 

Sí, es cierto. Pero las mujeres “unidas” al hecho cinematográfico no son mujeres sino estereotipos, siluetas sin profundidad, significantes sin significado, la Mujer Eterna. Ser objeto del cine no es ser sujeto, ni mucho menos. De ahí la metáfora del fuera de campo. Para Teresa de Lauretis las mujeres verdaderas se encuentran en el off screen, el lugar simbólico de la representación de las mujeres como sujetos históricos. 

Ahora bien, las mujeres también han contribuido a la ciencia más de lo que la historia oficial del cine ha querido registrar. A Dorothy Arzner, por ejemplo, se le encargó la dirección de la primera película sonora de Paramount, The Wild Party (1929), para la cual inventó, por medio de una caña de pescar, el micrófono overhead. Y Elvira Notari experimentó con el coloreado de los fotogramas. En realidad no sabemos cuántas mujeres han participado en los principios del cine: sus nombres han desaparecido detrás de los de sus maridos (por ejemplo Anais Napoleon detrás de los Hermanos Napoleon, o Carmen Pisano detrás de Farrusini). 

-Llegó la teoría feminista sobre el cine, la objetualización de la mujer, el machismo de la crítica pero también el psicoanálisis como herramienta. Entonces unas y otras se mueven en un mismo campo semántico. No digo que no haya un campo importante en ese sentido ya que el cine tiene algo de onírico pero decía Audre Lorde “Que las herramientas del amo nunca desmontarán su casa”. Pero claro el psicoanálisis como la teoría fílmica no es patrimonio de nadie. 

No estoy del todo de acuerdo con el lema de Audre Lorde (que evidentemente tuvo su validez en los años 80), o mejor dicho con la extrapolación del lema para aplicarlo a otros contextos. 
Estoy firmemente convencida de que tenemos todo el derecho de desmontar la casa del amo con cualquier instrumento que esté a nuestro alcance, incluso si pertenece al amo. Sobre todo si no tenemos otras herramientas. Lo importante es desmontarla. ¿No se han hecho así todas las revoluciones? De hecho es muy poderoso apropiarnos del discurso misógino y heteronormativo del psicoanálisis para deconstruirlo. Piensa en el trabajo magnífico de muchas teóricas al respecto: Nancy Chodorov o Teresa de Lauretis, por ejemplo. 

Ahora bien, Lorde usó ese lema para atacar cierto feminismo que universalizaba la experiencia blanca. Eso es fundamental para no caer en lo que el mismo feminismo atacaba: la universalización del pensamiento hegemónico. 
De ahí la necesidad de reconocer formas de opresión y discriminación que van más allá del género, y superar así el binarismo hombre-mujer incluyendo cuestiones relacionadas con la raza, la orientación sexual, la clase social, la edad, y hasta con la salud, las discapacidades etc. Es decir: a menos que no seamos mujeres heterosexuales blancas, de clase media, jóvenes y sanas, sufrimos otros tipos de discriminación además del sexismo. 

-En “La pantalla sexuada” analizas mujeres españolas o catalanas que hacen cine y no son tan lejanas como Marta Balletbó-Coll (que ha dejado el cine por las matemáticas), Josefina Molina, Chus Gutiérrez etc. Me gusta mucho tu análisis sobre Pilar Miró, aquí muy impopular por los cargos que llegó a ocupar. 

La pantalla sexuada es el segundo libro de un proyecto (de tres volúmenes) enteramente dedicado a la producción cinematográfica española dirigida por mujeres. Cada estudio tiene un enfoque diferente. En el primero, Desenfocadas (Icaria, 2014), rescato del olvido y de la discriminación 4 generaciones de cineastas: desde la generación cero (las primeras sombras, como Helena Cortesina o Elena Jordi) a las directoras actuales. Ahí estudio más en detalle las autoras que mencionas: Josefina Molina, Balletbó-Coll y Chus Gutiérrez. 

En Desenfocadas (Icaria), como sabes, me centro en cinco temáticas fundamentales de la teoría fílmica feminista: el espacio, la autoría, el placer, el cuerpo y la violencia. Estoy casi terminando el tercer volumen, 
El género del género, en el cual voy a analizar el desarrollo histórico del cine dirigido por mujeres según sus géneros fílmicos. Reflexiono así sobre otra problemática que ha ocupado cierto sector de la teoría feminista, la que en inglés se define como “the gender of genre” y que en español se traduce con el juego de palabras “el género del género”: el género sexual del género literario (o, en este caso, fílmico). 
Los géneros cinematográficos no son divisiones “naturales” o imparciales sino determinadas por cuestiones ideológicas, marcadas por el género sexual; en otras palabras, categorías falocéntricas. 

Entre los críticos jóvenes de ambos sexos, echo de menos una ruptura con esa sutil homofobia que permanece capaz de idolatrar a David Fincher y ni nombrar a Agustí Villaronga o Chantal Akerman. Creo que se obvia que la teoría queer y los Transfeminismos nos han dado nuevas herramientas para no caer en los tópicos de los gays misóginos o exploradores de terrenos ajenos. 

A lo mejor, más que de sutil homofobia hablaría de “mente hetero” (o lo que Monique Wittig había definido como la pensée straight). Pero en el fondo es lo mismo: la crítica heteronormativa tiende a no ver el discurso gay presente en mucho cine (hasta en el más comercial). De todas formas yo creo que las cosas están cambiando y más de lo que hace la crítica, a mi me preocupa lo que hace el cine. 
Nos lamentamos de que la mayoría de las películas de Hollywood no superan el Bechdel Test (es decir, 1. que haya más de una mujer, y 2. que hablen entre ellas 3. de algo que no sea el protagonista masculino). ¡Algo tan simple y tan poco logrado! Increíble, ¿no? Imagínate si hiciéramos un Bechdel test relacionado con lo queer. Las películas comerciales que incluyen personajes homosexuales se pueden contar en los dedos de una mano (con excepción de las comedias chabacanas, por supuesto, donde el gay y la lesbiana sirven para la burla y la risa). 
Esta ausencia de lo queer no es una preocupación fútil puesto que la fuerza de persuasión del cine es enorme. El cine comercial nos enseña comportamientos (y hasta los autoriza y los dicta). De ahí la grandeza del cine de Almodóvar que ha dado visibilidad y “autorizado” la homosexualidad en un contexto mainstream. 

Acabo de sacar un libro sobre cine europeo en una de esas editoriales que acaba siendo autoedición. Hablo sobre mujeres que hacen cine. Una de mis favoritas es Marta Balletbó Coll y “Sevigné”. ¿Podemos unirla por ejemplo, a pesar de las obvias diferencias, con otras como Valeria Bruni o Nadine Labaki porque las tres hacen un cine cálido y a la vez saben reírse de sí mismas? 

A mi también me encanta Sevigné: es una película muy lograda y espero que Marta Balletbó-Coll vuelva a hacer cine. Intenté traerla a UMass, pero al final no pudo venir. 

La comedia es un arma feminista muy poderosa. Además de las directoras que mencionas, en España hay muchos otros ejemplos: Inés París, Eva Lesmes, Laura Mañá, etc. 
En mi libro Gynocinededico un capítulo a la comedia como arma feminista. Si lo piensas, la mujer ha sido, y sigue siendo, el blanco preferido de las comedias: la solterona, la vieja, la fea, la gorda, la menopáusica, la cotilla, la beata, la bruja, la lesbiana, la arpía, la suegra, la viuda, etc. son sólo ejemplos de la galería de tipos femeninos que desde la antigüedad son objeto de la risa y de la denigración masculina. 

Es alrededor de los años 70 cuando el feminismo se apodera de la risa como transgresión, en un acto de insubordinación. Piensa en teóricas feministas como la italiana Adriana Cavarero, o la filósofa francesa Hélène Cixous, en su famoso ensayo manifiesto de la «écriture féminine», «Le rire de la Méduse». De una manera análoga, Luce Irigaray afirma que la risa es la primera forma de liberación de la mujer de una opresión secular, el equivalente femenino e intraducible de la seriedad fálica. 
Más aún, Mary Daly comenta que no hay nada como el sonido de una mujer que se ríe del patriarcado. El humor funciona como un gesto poderoso de deconstrucción del discurso del poder. 

Hay críticos/as que obvian la homosexualidad como un tema central en la mexicana “Y tu mamá también” o consideran una anécdota el lesbianismo en “Fuego” de Deepa Meta. ¿Existe un terreno trans que nos da miedo explorar en el cine más allá del lugar común o los límites impuestos ? 

Por supuesto. Hay muchos más ejemplos en Hollywood: superproducciones como Fried Green Tomatoes (Jon Avnet), Cold Mountain (Anthony Minguella), o Color Purple (Steven Spielberg), etc., admiten una lectura gay que la crítica se pasa por alto. Esta ceguera que invisibiliza la homosexualidad ocurre por las mismas razones que mencionaba antes. 

Se trata de la mente straight denunciada por Monique Wittig, la incapacidad de pensar fuera de un sistema heteronormativo y de “ver” la homosexualidad. Por eso creo que el trabajo de Adrienne Rich que explica, desde un punto de vista tanto psicoanalítico como sociológico, que la heterosexualidad es una imposición del patriarcado, me parece muy poderoso. A este respecto me siento muy optimista, porque las cosas están cambiando a pasos agigantados. 

El cine queer (y lo queer en el cine) se está haciendo cada vez más visible, hasta en las pantallas de circuitos tan acreditados (y mainstream) como los festivales de Toronto o del Sundance. De ahí que se esté hablando de una new wave que la teórica cinematográfica Ruby Rich ha definido como New Queer Cinema. No veo imposible que en un día (espero pronto) la expresión “salir del armario” deje de tener sentido. 


Tal vez, a pesar del interés de todos sus capítulos e inteligentes reflexiones, “La pantalla sexuada” no me pareció suficientemente alejado a otros libros sobre género y cine español. 
Muchos gay (cineastas o no) colaboran por activa o por pasiva con el machismo pero también veo visiones de mujeres tan limitadas que solo ven feminismo en cosas tan básicas como “Solas” o “Flores de otro mundo” (que conste que la segunda me gusta bastante). 
A mi me conmovió “La suerte dormida” (soy capaz de separar autoras y obras) y hace poco vi una vieja película de Eloy de la Iglesia “Gota de sangre para morir amando” y viendo el papel de Sue Lyon “pensé esto no es solo pre-queer es una bomba”. ¿Simplifico yo o simplifica la teoría feminista al uso? 

La pantalla sexuada no tiene ninguna pretensión innovadora. De hecho, con este libro, como te decía antes, me propongo dialogar con cinco temáticas centrales de la teoría fílmica feminista y ver si se aplican (y cómo) al contexto fílmico español. 

En mi opinión Solas y Flores de otro mundo son películas que a pesar de las buenas intenciones no salen del statu quo, glorificando la maternidad como realización de la mujer. 

En Solas la protagonista se “salva” gracias al nacimiento de su hija. Y Flores de otro mundotermina con Patricia embarazada y con la primera comunión (!) de su hija, como paso natural hacia la integración del inmigrante. Y con ambas películas lloramos de alegría y conmoción por la felicidad alcanzada por sus protagonistas….. [se ríe]. 
Gota de sangre para morir amando es genial y uno de mis doctorandos la está estudiando para su disertación, pero no la he incluido en Desenfocadas por el simple hecho de que el marco de mi libro es la producción cinematográfica dirigida por mujeres. 

Hay muchas feministas jóvenes-incluso que hacen cine-que se cuestionan la categoría mujer como un todo unitario. 

Por supuesto. Lo explicaba antes hablando de Audre Lorde y de la interseccionalidad. La categoría mujer en oposición binaria a hombre es simplista. De ahí que, por lo que se refiere al corpus en que trabajo, he propuesto un neologismo y llamarlo «gynocine» para evitar las limitaciones inherentes a los conceptos de cine feminista, cine de mujeres o cine femenino. 
En primer lugar, gynocine evita las limitaciones implícitas en el adjetivo feminista y las desplaza desde el texto a su interpretación. 
El gynocine no es necesariamente feminista: pero su lectura sí lo es. 

En segundo lugar, este término prescinde de una vinculación directa con lo estrictamente biológico, porque sus productos no tienen por qué ser única y exclusivamente filmes dirigidos por mujeres. Son textos que demuestran que hemos llegado a otro nivel de sofisticación dentro del feminismo y que como diría Judith Butler, el género está en disputa. 

En tercer lugar, si no todo el cine es gynocine, todas las películas dirigidas por mujeres pertenecen al gynocine, porque todas las mujeres, incluyendo las que se desmarcan explícitamente del feminismo y/o las que han entrado en el mundo de la dirección en condiciones aparentemente más favorables, pertenecen a un sistema social marcado por las relaciones de género del cual no se puede prescindir. En otras palabras, ninguna mujer es inmune a un sistema de prácticas y de instituciones que discriminan y oprimen en términos de sexo-género. 

¿Nuevos proyectos? 

Un artículo sobre Almodóvar, en el que estudio la evolución de su cine de gay a queer para un volumen sobre nuevas masculinidades. Un libro colectivo sobre Isabel Coixet. Quiero también seguir en mi proyecto de rescate y preservación de Digital Humanities, Gynocine:History of Spanish Women's Cinema. Y a lo mejor, si tengo suerte, hacer un documental sobre las pioneras del cine. Vamos a ver.


sábado, 10 de octubre de 2015

Adiós a Chantal Akerman

Por Eduardo Nabal

La mirada secuestrada

Chantal Akerman, hija de  familiares judíos represaliados por el nazismo de los que sólo sobrevivió su madre nació  en Bruselas hace sesenta y dos años en Bélgica y se suicidó hoy en París donde ha ambientado algunos de sus trabajos más interesantes. 

Como otros autores a la vez pequeños y grandes, experimentales e intimistas  esta belga de corazón errabundo, mirada profunda  y alma feminista es una de las secuelas más perturbadoras y productivas de la “nouvelle vague”, una directora que se enamoró del cine viendo a Godard, pero que ha centrado su obra en el cuerpo, la sexualidad, las relaciones de pareja, sus eternas desavenencias y la consideración  de lo fílmico como prisión de la condición femenina, de la condición humana. 
Akerman parecía obsesionada por las arterias de la ciudad, por los espacios cerrados, por las paredes desnudas en las que las mujeres tratan de  dar sentido a sus vidas, de escapar a los prejuicios heredados y  a las construcciones de su cultura, a buscar el otro lado del otro lado…
Su obra comienza dentro del cine experimental y de vanguardia cercana a gente como Jonas Mekas , pero se ha dió a conocer gracias a obras aparentemente destinadas a un público más amplio aunque  igualmente descarnadas, irónicas y destructivas en su visión de las relaciones humanas. 
Historias de amor, sexo y desamor, de inclusión-reclusión femenina están presentes desde sus primeros cortos hasta sus últimos largometrajes. Entre ellas destaca “Jeanne Dielman 23 Quai du Comerce 1080 Bruxelles”, donde dos prostitutas combinan con desconcertante naturalidad la actividad de amas de casa con el ejercicio de su oficio en un pequeño apartamento. 
El filme fue rodado en 1975 y llamó la atención por su atrevido uso de los interiores y el fuera de campo, los pequeños ruidos y los grandes silencios.

 En el mar, con un grupo de muchachas en flor bañándose despreocupadamente,  comienza  el que resulta ser uno de los filmes franceses más extraños de los últimos tiempos: “La captive”, rodado por la directora en 1999. Y en un mar oscuro y devorador concluye esta inquietante fábula ¿moral? 
El voyeur es un varón de noble cuna que desde su posición activa/pasiva/agresiva  nos hace pensar en Hitchcock y también en el peeping tom de Michael Powell, intentando apresar esa forma femenina, matando lo que ama, o “El coleccionista” de William Wyler que con su alma de entomólogo y su personalidad psicótica secuestra a una joven para que se enamore de él  El síndrome de Estocolmo, La campana, el silencio, la ópera, el encierro, la mirada masculina, la resistencia a desaparecer y el silencio de las mujeres viendo cine hecho por una industria hasta hace poco bastante varonil. 
Una reflexión femenina y hasta cierto punto feminista sobre el cine como aparato fílmico, que originariamente se construye para el disfrute escopofílico del varón y del varón heterosexual, inquieto por la libertad de una mujer y por su capacidad de mirar a otras mujeres y sentir algo distinto por ellas


Las imágenes del comienzo, con la joven jugando en la playa junto a otras jóvenes,  están rodadas por un mirón que, a la manera del Scottie en “Vértigo” (De entre los muertos)  de Hitchcock  la  persigue con paciencia,  en coche y a pie, por las calles de París, como el héroe de Hitchcock seguía a “la mujer” por las calles de San Francisco … 
El protagonista vigila meticulosamente el trayecto exterior de una joven a la que, como luego descubriremos, mantiene cautiva en un lujoso palacete parisino. De nuevo la mujer en la cama. Simon (Stanislas Merhar), sospecha que su idolatrada y algo inane  Ariane ( la gélida e inconfundible Sylvie Testud) -una joven que, misteriosamente, se deja custodiar en esa alcoba en la que es una bella durmiente y una muerta viviente-  se siente atraída por otras mujeres. 
Esta mujer supone  para él un misterio y quiere tenerla controlada las veinticuatro horas del día. Una jaula de oro que también puede ser la “campana de cristal” de Sylvia Plath, la casa de la colina de las hermanas Brönte, las casas de “Sospecha”,  “Atormentada” o  “Encadenados”  de Hitchcock   o el palacio de lujo y falsedad  de “La prisionera” de  Marcel Proust. Nunca “La habitación propia” de Woolf ni el taller de poesía de Adrienne Rich, la reivindicación atraviesa la búsqueda de formas de contar poco convencionales aun  a costa de alejarse del gran público.

Akerman ha sido una de las directoras más reivindicadas no sólo por la crítica feminista, de la que ella también forma parte como ensayista y teórica,  sino también por una franja de la crítica especializada que ha seguido su  titubeante, desigual, y  prácticamente desconocida entre nosotros, trayectoria fílmica. Una carrera misteriosa, en ocasiones hermética, ahora truncada para siempre.

Nunca acabó de resultar una realizadora al uso, y su cine, sobre todo en sus primeros trabajos, se plantea como cine de combate desde un aparato, el fílmico, que viene históricamente determinado por la preeminencia del varón y su forma de concebir y limitar el mundo

 Aspectos como la reclusión femenina y su relación con los objetos, los muebles y el espacio ya habían sido tratados por la autora en algunos  de sus filmes como en la cinta   experimental “Je tu il, elle” (rodada en 1974 y destinada, sobre todo,  a las salas de arte y ensayo y posteriormente a los festivales de culto de cine lésbico experimental ) o en la más lúdica y accesible, pero no menos perversa,  Nuit et jour”, y aquí se insertan en una narración que avanza con inquietante languidez. 
Teóricas feministas del cine como Annette Kuhn o Laura Mulvey  han querido ver en algunos de los trabajos de Akerman una reinvención-deconstrucción del concepto tradicional del placer fílmico partiendo  de romper con  premisas narrativas tan básicas como la sutura o  el plano/ contraplano al insertar largos planos secuencia de mujeres en actividades y rutinas humanas y conyugales que rara vez suelen presentarse con realismo, y menos aún en tiempo real, en la gran pantalla. 
En esta ocasión Akerman se decanta por la ficción y el trasfondo literario (Proust, Barnes, Colette, Leduc Duras,  Sagan,  Wittig, Bolieau-Narajeac,) pero mantiene algunas premisas reflexivas sobre el placer-displacer del cine clásico y moderno, de ver y no ver y de la posición de las mujeres como objetos y sujetos en espacios abiertos y cerrados, en construcción o semiderruidos, domésticos y sin domesticar. 
Un espacio que volveremos a encontrar en su última comedia dramática sobre la desintegración de una casa y un matrimonio “Demain on déménage”, sin estrenar en carteleras españolas,. 

Junto a  la sombra de Alfred Hitchcock,  la de  Marcel Proust (“La prisonière”)  planea sobre “La captive”, un filme cadencioso y contemplativo, una obrade cámara” en que la autora reflexiona sobre la pareja, el amor, el sexo y sobre el cine mismo buscando, de nuevo, desconcertar al público. Estamos, pues, ante una obra que, al margen de sus influencias literarias y cinematográficas, entra plenamente en el universo de una autora, Chantal Akerman, que ha alternado el cine experimental,  el político, la reivindicación de la condición  de mujer -aquí convertida en muñeca, fetiche y finalmente en suicida- y la reflexión colectiva o individual sobre la identidad geopolítica  europea y sus cambios. Incluso ha hecho alguna incursión en el cine comercial (“Un romance en Nueva York”, una discreta, menor  pero agradable comedia romántica protagonizada por Juliette Binoche y William Hurt). 


“La captive”, filme de ficción que  se desarrolla con elegante y deliberada  parsimonia ante el espectador, con un ritmo contemplativo y  con claros  referentes literarios y resonancias de clásicos del cine, no escapa a esta rareza que  casi nunca busca la complacencia del público, sino más bien su máxima incomodidad. 
Una de las secuencias más irónicas y a la vez estremecedoras de un filme de sabor decimonónico, aunque ambientado en la actualidad, es aquella en la que Simon  interroga a una pareja de lesbianas intentando entender qué es lo que encuentran en una mujer que no exista o pueda existir en un hombre. Y una de las más hermosas es aquella en la que Ariane, que permanece casi todo el día en la cama, sale al balcón para dar la réplica vocal a una vecina que se arranca a cantar un aria de ópera, ante la mirada perpleja de Simon en la calle, al pie del edificio. Su cautiva tiene vida propia. 
La musicalidad de las voces femeninas es una constante en el cine irónico y trasgresor de esta mujer belga fascinada por las calles de París y los secretos que esconden sus casas, sus parejas, sus palacetes, sus barrios. 
Akerman no resuelve el misterio, y todo el filme tiene ecos del Hitchcock romántico, con esa banda sonora que alterna la música clásica y la imitación de los acordes evanescentes de Bernard Hermann, o la atmósfera  de las novelas francesas de amour fou, no eludiendo la cursilería, aunque siempre con el toque de una mirada corrosiva que,  sabiéndose de algún modo domesticada por los sistemas de representación imperantes,  se resiste a permanecer en silencio.

Akerman se consideraba entre las cineastas europeas más innovadoras de su generación, pues jamás cuenta las historias tradicionales, y mucho menos en la forma en que el público lo espera, sino que emplea el lenguaje cinematográfico y el estilo minimalista para explorar personajes y espacios cotidianos e ignorados. Sobre su filmografía se  ha dicho que se proponía  “trabajar exclusivamente con el lenguaje del cine, sin apelar a ningún tipo de elemento narrativo o sentimental... es el lenguaje en sí mismo la esencia de mis películas, que no quieren recurrir a las posibilidades de la identificación. 

Según sus propias palabras:
“Comparado con las instalaciones, el cine es un trabajo heroico, enorme, pues en las instalaciones puede verse el resultado de inmediato, pero en cine solo te enteras de lo que hiciste mucho tiempo después. La mayor parte de las veces, incluso en filmes experimentales, tienes que escribir una historia, si es que pretendes ganar algún dinero. Trabajos como A couch in New York son enteramente comerciales. 
Pero a pesar de todo me gustó escribirla, como diferencia. En los documentales, nunca sé lo que voy a hacer antes de filmarlos, y por tanto no puedo escribirlos, pues carecen de planes y de alguna manera son aterradores, pues pueden terminar de cualquier modo. 

“Siento que mi estilo está más cerca de Carl Dreyer que de Warhol, Bresson o Snow, con los que frecuentemente se asocia mi trabajo en el cine. En Dreyer está esa tensión entre las emociones que puede proyectar un rostro, o las cosas que el espectador cree ver en ese rostro. 

“Cuando era joven mi sueño era convertirme en una gran escritora. Escribí mucho, pero los grandes escritores me seguían impresionando. Siempre me digo que en algún momento pararé de hacer películas y me dedicaré de veras a escribir. Aunque parezca tonto y caprichoso escuchármelo decir, creo que la literatura es el medio que más me interesa. 

“Nunca he tenido carné de ningún partido y siempre me ha sido difícil adherirme a conceptos macropolíticos. Pertenecí unos meses a un grupo feminista y salí desilusionada. No soy una “cineasta feminista”. Pero siempre he tenido una conciencia muy clara de las situaciones injustas, soy incapaz de aceptarlas. Cuando de niña veía a mi madre, en casa, hacer todo el trabajo... el caso es que toda mi obra nace de experiencias muy íntimas, difícilmente comunicables, no de grandes ambiciones ni postulados teóricos. Pero, sin duda, el resultado final acaba por ser, de algún modo, político, universal. 

“En mi obra hay una voluntad de silencio, un deseo de callar para decir más en otra ocasión. En una de mis películas, Sur, trataba un linchamiento en una ciudad del sur de EE.UU. La policía había trazado círculos en la calzada para señalar dónde habían quedado esparcidos los restos del asesinado. Yo los filmé y creo que aquellos círculos resultaban más elocuentes, más traumáticos, que la visión del cadáver, algo que al fin y al cabo aparece hoy en cualquier película. 
Hoy todo se muestra de forma absolutamente literal, las imágenes bullen, pero nada sucede. Estoy muy de acuerdo con Proust cuando dijo que hacen falta nuevas estrategias para hablar de lo importante”.