Por primera vez va a haber gente ahí arriba junto al gran escudo de la ciudad de Burgos, que va a tener que ganarse su sueldo, llegamos a una época donde el "hacer lo que me salga" va a costar stress, alguna úlcera que otra, disminución del apetito y noches de insomnio.
Y es que el otro día el pleno del ayuntamiento no fue como los de siempre, no fue de esos donde los mismos de siempre, esa mayoría acostumbrada a imponer sus "leyes" a golpe de mayoría absoluta, sacan siempre adelante sus votaciones, fue diferente.
Lo que sucede es que los excelentísimos de esta ciudad cuando se topan con alguien que opina de otra forma empiezan a ver contenedores por todas partes, todos son contenedores, ustedes también son contenedores y hasta los que miran se convierten en contenedores, contenedores de esos... los que nos preocupan más que el derroche, más que la corrupción. No es que el contenedor cotice en la bolsa burgalesa pero parece ser que es lo único que preocupa a nuestros políticos.
Es normal, el contenedor es multifuncional.
El alcalde de la ciudad, Javier Lacalle, empezó a tener pesadillas, desasosiegos, malhumor, pánico, stress, calambres y hasta alucinaciones....
Tiene contenedores la cosa, mira que salir adelante una propuesta de un partido emergente en la ciudad, con 6 concejales, en contra de los excelentes de toda la vida.
Manda contenedores...
Este alcalde ya tiene juguetes de Reyes, y la oposición tiene idea para regalar: el dvd del pleno.
Y es que el otro día el pleno del ayuntamiento no fue como los de siempre, no fue de esos donde los mismos de siempre, esa mayoría acostumbrada a imponer sus "leyes" a golpe de mayoría absoluta, sacan siempre adelante sus votaciones, fue diferente.
Lo que sucede es que los excelentísimos de esta ciudad cuando se topan con alguien que opina de otra forma empiezan a ver contenedores por todas partes, todos son contenedores, ustedes también son contenedores y hasta los que miran se convierten en contenedores, contenedores de esos... los que nos preocupan más que el derroche, más que la corrupción. No es que el contenedor cotice en la bolsa burgalesa pero parece ser que es lo único que preocupa a nuestros políticos.
Es normal, el contenedor es multifuncional.
El alcalde de la ciudad, Javier Lacalle, empezó a tener pesadillas, desasosiegos, malhumor, pánico, stress, calambres y hasta alucinaciones....
Tiene contenedores la cosa, mira que salir adelante una propuesta de un partido emergente en la ciudad, con 6 concejales, en contra de los excelentes de toda la vida.
Manda contenedores...
Este alcalde ya tiene juguetes de Reyes, y la oposición tiene idea para regalar: el dvd del pleno.