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domingo, 27 de diciembre de 2015

Concentración en la Plaza Mayor de Burgos por el trágico suicidio de Alan


Por Burgos Dijital

En la ciudad de Burgos, en su Plaza Mayor, como en otras muchas ciudades de España, se ha recordado a Alan, el joven transexual de 17 años de la provincia de Barcelona.
Alan ha sido acosado durante mucho tiempo en el Instituto por sus compañeros de centro por su transexualidad, llegando al ingreso en el hospital por depresión.
El bulling le ha perseguido continuamente a pesar de cambiar de Instituto a la salida del hospital.
Había estrenado recientemente su DNI, con su cambio de nombre autorizado por un juez pese a que la legislación solo considera el cambio de nombre en el DNI a mayores de edad, y eran las primeras Navidades que vivía de acuerdo a su identidad.
Pero la presión y el miedo, la persecución continuada en el ámbito escolar por su condición sexual han podido con Alan, y esta noche se ha suicidado.

Para Eduardo Nabal, del colectivo LGTBI de Burgos, el trasfondo del trágico suicidio de Alan en Barcelona es una sociedad binaria y heterosexista que recorre el mundo y que cuesta romper, tras casos como este está la crueldad del bullyng estudiantil y la indiferencia de los mayores de colegios e institutos que mientras ensayan otros sermones se olvidan de la educación en la diversidad y de la diversidad en la educación, echando para atrás las iniciativas renovadores bajo presupuestos reaccionarios que refuerzan el acoso, o al menos lo dejan en un vacío, un entorno hostil e indiferente.
​Ese vacío irremplazable que ha dejado el joven Alan. No son suicidios, o no solo suicidios. Pueden evitarse.

El discurso del rey

Manifestación en Burgos en junio de 2014, tras la abdicación del rey Juan Carlos I 


Por Juan Vallejo

Voy a decepcionarme también en mi madurez: el trono del rey no rey; i-real. Como aquellos reyes de barro que posaban ante el portal de Belén. Herencia de sangres atardecidas, maderas deshojadas en un invierno con sol. Todo irreal, como el palacio descomunal que engulle al trono y al entronado para echar palabras en un suburbio sin luz. Palabras irreales, vacías, huecas como conchas de caracol fundidas en la ceniza. Mirando hacia otra parte vierte este rey ilegal las dudas y los números suicidas.

Muy joven y muy viejo con la estirpe descosida por el bienestar antiguo, con la vista cansada y sanguina, la mentira de alguien que a su lado lee. Todo vacuo, falso como la sombra del tiempo que va en dirección contraria. Con el olvido salvado del desahucio y la miseria en el camino, circulando.

Un no rey de cartón y barro que reúne los números de la indecencia, con olor amarillo y contrastes impuros surtiendo de cadmios y óxidos de amianto la incertidumbre. Por el carro de invierno uncido por la yunta de la miseria conduce el no rey su discurso en una catedral vacía, porque su intimidad la guardan las ranas del estanque entre lágrimas rosas de una princesa de secas hojas y pechos de colores. Tendidos los brazos a la nada, pretendiendo la desvalida y desnortada nación que te repeina. País difícil cual cristalería de Imperio que deshace la lluvia hasta ser tierra y sentirse cuerpo.

Se esconde la plebe tras los jarrones de palacio a punto de estallar la cerámica en el mármol, en tanto que las palabras se estampan contra los estucos por los que madejas de cabellos de concubinas y reinas rotas, hilan la primera mentira.

Por el curso de la luz embalan en cajas de cartón tu mirada de rey de trébol. Rueda por nosotros el no trabajo, la muerte aspirante, la codicia del futuro, el que urdes en tu reino imperfecto desde tu asiento reservado. Marcas destinos imposibles. Bebes los minutos en un vaso de agua en el que el solsticio de invierno ha atrapado el tiempo que te desnuda, dejando al oreo lo intangible de tu anatomía de juguete de hojalata que espera una limosna. En tus hombros el mudo viento posa las calladas sombras de los que reclaman su legítima: ésa que tú y tus cuaternarios ancestros licuaron en las estancias de ese palacio indecente donde posas.

sábado, 26 de diciembre de 2015

¿Una vida normal?

Por Eduardo Nabal
En un limbo electoral y de estupefacción generalizada -en el que todo es posible- no está de más recordar que la lucha no acaba ni empieza en ninguna urna, sino como dice Dan Spade, en su libro sobre la guerra contra las personas pobres, inmigrantes, trans, con discapacidad, sin cobertura médica. 
La lucha continúa en las calles y los barrios más desfavorecidos, ese espacio invisibilizado de la que sigue siendo la gran potencia del mundo occidental a costa de masacrar pequeños países donde tienen depositados sus intereses. Libros como “Una vida normal” (Ediciones Bellaterra, 2015) nos recuerdan que la lucha que empezó en Stonewall (la lucha por la liberación LGTBQI y particularmente de  los sectores con menos reconocimiento) tomó muchos caminos pero el camino del cambio radical de instituciones que se autoperptúan a costa del bien público sigue abierto por gentes dispares que continúan en la brecha contra el capitalismo heterosexista que el propio Obama se ha limitado a maquillar discretamente. 
Como en el caso de los derechos de las mujeres de pronto algunas ideologías se siguen difuminando, negociando a la baja, afortunadamente cada vez menos. Acaso todo el asunto de ser los “últimos de la fila” nos entristece un poco, esta inercia heteropatriarcal o ese olvido heterocentrado. 
Pero lo que cuenta el activista y profesor Dean Spade en su libro recién traducido “Normal Life” es la verdadera historia de los movimientos de resistencia al heteroracismo y el capitalismo feroz o sutil desde Stonewall a la sonrisa forzada de los EEUU de nuestros días y su temible política de emigración/inmigración, una historia de resistencia que no se enseña en las aulas, o en muy pocas. O no por estos lares. 
El autor, activista trans y ensayista vociferante nos acerca en su recorrido documentado a la historia dura y áspera de cómo en su país, el más poderosos del mundo, bajo una serie de concesiones-maquillaje legales y reformistas y tímidos llamamientos a la tolerancia se sigue excluyendo de muchos derechos básicos y libertades a medio conquistar (desde el ámbito laboral, la sanidad a la seguridad jurídica o el derecho a la vida digna) a mucha gente de otras razas y/o LGTB sin grandes recursos que no aparece en las series de televisión ni en los grandes bodorrios. 
Es la “otra Norteamérica” de la que hablaban Sylvia Riera o el propio Spade que sufrieron la violencia policial, el encarcelamiento, el ostracismo o el paternalismo de asociaciones benéficas y discretas dispuestas a camuflar bajo concesiones varias, ayudas esporádicas y reformas oportunistas las cada vez más profundas brechas que existían en su sistema socioeconómico, también en su sistema de binarismos de género, contribuyendo a disfrazar o atenuar las graves desigualdades y las exclusiones estructurales que condenaban  a amplios sectores de la población desde tiempos ancestrales a la pobreza o incluso la violencia institucionalizada, real y simbólica, la exclusión sociolaboral cuando no la prisión o los centros de internamiento para extranjeras/os.
Grupos de trans latinas se enfrentan aún hoy al Presidente de los EEUU y a otros muchos gobiernos occidentales porque sus políticas son políticas legalistas, de concesiones, políticas de poca monta que no van a la raíz de los problemas sociales ni a las causas de la violencia contra los pequeños delincuentes frente a la adoración de los grandes estafadores, que pisotean muchos derechos humanos en cárceles inhumanas y apuntalan a golpes las dicotomías sexo/género, el racismo ancestral, la xenofobia y la guerra declarada contra los sin techo y los y las sin papeles. “Una vida normal”, con prólogo de Lucas Platero, es el irónico título de este ensayo valiente y transgresor que, si realmente lo leyeran, escocería a muchos miembros de la comunidad LGTB conservadora (que, en el mejor de los casos, festeja lo que sigue siendo una jornada de lucha) o la izquierda perezosa y, esperemos que no demasiado, camino de lo institucional. 
Tal vez pudiera hablarles sobre ese sendero que abandonaron hace mucho tiempo en tantas y tantas luchas por algo mas que una serie derechos a favor de la lucha por la democracia real. Una bajada de guardia que tal vez les asegure un escaño pero que deja a muchos de sus compañeros y compañeras en la cuneta.


viernes, 25 de diciembre de 2015

"Manos de Mujer", el espectáculo del Colectivo Hestia


Fotos del tema "Loca"


Por Burgos Dijital

Manos de Mujer es el espectáculo que presenta Colectivo Hestia, compuesto por 8 artistas-creadoras, en el que recorren diferentes labores y oficios tradicionalmente desempeñados por las mujeres en el pasado, pero también en el presente. Los distintos momentos del montaje nos trasladan a épocas y lugares que  inspiran recuerdos e imágenes de la memoria colectiva.
Música tradicional, interpretación, danza, proyecciones de vídeo y creación plástica en directo, en un espectáculo completo y evocador.



Colectivo Hestia lo integran:
María Alba: voz, percusiones, Virginia Ferrero: voz, percusiones, Uxía López: voz, acordeón, percusiones, Tatiana Rodríguez: voz, violoncello, Irene López: voz, clarinete, dulzaina, Sandra Ruibal: voz, contrabajo, Verónica Alcácer: performance, live art, danza
Violeta Ollauri: interpretación, danza

Temas: Loca, Sachadeiras, Segadora, segadora , Cantos de cerner, Las panaderas, Nana, La lechera, A cribar el agua, Lavanderas, Filandón, La tejedora, El mandilín, Manos de mujeres.
En este primer video, se presenta el tema "Loca"

Perico Vidal, "el hombre que todos conocían"

Por Juan Vallejo

Perico Vidal, París, 1926 - Madrid, 2010.

No podía faltar en este recorrido por mis grandes amigos, el gran Perico Vidal, " el hombre que todos conocían", como titulaba el crítico de cine del diario El País el pasado 14 de noviembre de 2014, a raíz del libro de Marcos Ordóñez, Big Time: la gran vida de Perico Vidal.
Frank Sinatra, ahora 100 años de su nacimiento, le presentaba así: " My friend Pedro, The man who sabed my lifestyle in Spain" ( " Mi amigo Pedro, el tipo que me salvó la vida en España" ). 

David Lean le consideraba casi un hijo y le regaló 50.000 dólares tras su trabajo en Doctor Zhivago. Íntimo de Orson Welles que le pidió ser su asistente en Mr. Arkadin en España, de Sofía Loren. 
Ayudante de Joseph L. Mankiewicz, Carol Read, Terence Young, Sídney Lumet y Nicholas Ray y de un interminable número de directores.
Centenares de horas compartidas con Perico después y mientras se liberaba del alcoholismo. Murió sobrio después de más de veinte años de abstinencia. Él, el gran seductor, el pionero de aquellos excepcionales técnicos españoles que levantaron las grandes producciones hollywoodienses. 

Amante del jazz, de la fiesta ( conocidas eran sus bacanales en su casa de General Mola donde acudían en los años cincuenta Ava Gardner y Frank Sinatra entre otras celebridades.
Su lucha y contumacia, hizo que el alcoholismo no le matara. Juntos compartimos miles de horas en sobriedad. Él me enseñó en su Hostal Vidal, como le bautizó Christian Marquand, su  ático de Príncipe de Vergara, en donde se reunían los más  grandes de la cinematográfica americana, que vivir es saber parar. 

En sus visitas a mi estudio de Andrés Mellado por los años noventa, cuando todavía podía sujetar el pitillo con sus dedos alargados, asurados, amarillentos, hilados por la perlesía, repasaba mis cuadros con sus consejos, su sabiduría; un ánimo que compartíamos durante interminables horas en las que no se dejaba llevar por la amargura, por la acritud, por los ajustes de cuentas con el pasado. 
Por tantas traiciones en su caída en las garras del alcoholismo al que venció con la ayuda de todos los que le amábamos. Sujetaba mis dibujos mientras les criticaba, y me decía: "Juan: pintar es saber parar". Con qué humildad y serenidad prolongaba las frases, haciendo de la palabra la espera, como si aguardará el futuro previéndole.

Sus frases eran retratos de la gran vida que le tocó llevar, la que casi le destruye. Vivía como un noble arruinado entre los fragmentos que el alcohol respetó de su inteligencia. Su tiempo era el de la voz, el de la palabra que transportaba escenas sin rodar. Hablaba como si rodase. Un privilegio que teníamos muy pocos ese de "ver" las partes de una gran película aún por filmar. No queríamos que llegase el The End.

Alrededor de su voz dormitaba un profundo silencio; un sueño cuajado de visiones que nos deslumbraba. Fueron los años mas felices de mi vida, aquellos que compartí con Perico Vidal.
Entre el rostro de Clint Eastwood y Gregory Peck, su belleza podía muy bien seducir a cualquiera de los grandes actores, directores, actrices y gente de ese mundo tan complicado del cine. Su voz temblorosa, cuarteada y ronca, vertía escenas, sucesos, palabras cuajadas de experiencias, de pequeñas historias tan grandes, que los que teníamos el placer de gozar de su amistad nos llevábamos guardadas en el corazón para repasarlas con los nuestros. Este fascinante ser, dejó en mis sienes la manera de tejer el tapiz de mi vida. 
La biografía de Perico Vidal, la pueden ustedes encontrar en Libros del Asteroide, editada el pasado año. Escrita por Marcos Ordóñez como he dicho.
Hasta el cáncer final seguía trabajando con ochenta años . Su elegancia y simpatía, alegraba nuestras tertulias, las cuales trufaba de experiencias y secretos hasta el punto de tener que hacer virguerías para que las reuniones no fueran masivas, lo cual nos llevó a refugiarnos en un lugar secreto para la mayoría de los que le conocimos. Íntimo de Adolfo Marsillac, su hija Blanca estuvo a su lado en los últimos años, hasta su muerte sedada y digna. 
Fue el responsable de que Julie Christie actuará en Doctor Zhivago. Fumaba coyote con Robert Mitchum. Vivió en Harlem, Los Ángeles, Río de Janeiro, Cuernavaca, Miami, Barcelona...y Madrid donde le conocí . 

Su boda en las Vegas con Jane Fonda y Roger Vadim de padrinos, caviar en el hotel con el mejor champán. Hasta el amanecer del día siguiente; luego el mar.
En aquella España franquista, Vidal y sus amigos vivían en islas, fuera del tiempo y del lugar, confiesa en su biografía. Sus últimos días, su agonía, les seguí a través de Blanca Marsillac que le acompañó hasta el final. Yo estaba fuera de España y jamás me perdonaré no haber podido estar a su lado.
El Escorial de los años cincuenta, se transformó gracias a Perico Vidal en un Hollywood más. 

Era un documento permanente que escribía y describía cuando hablaba. Narraba cuanto decía. Era el hombre que todo el mundo quería conocer. Su lema, del cual aprendí lo poco que soy, era: "estar metido en algo plenamente, hasta el fondo". Pese a las apariencias, su vida individual era un espeso silencio con respuestas demasiado íntimas. Invocaba el pasado como si nunca hubiera existido, y la materia con la que le impregnaba, eran jirones de su propia vida. "Sé feliz todavía", se decía a sí mismo. 
Tantos secretos guardaba, que a veces utilizábamos las vivencias que nos había contado para intentar ahondar en lo que escondía. Discreto, profundamente solidario, jamás criticó a ningún compañero, ni hizo uso de las perversidades que conocía de muchos de ellos. 

El jazz al que amaba, el mejor alcohol del que salíó derrotado, la sabiduría que con Juan Belmonte compartía, y las confidencias del Sinatra más golfo, le llevaron a ser un imprescindible en cualquier foro en donde hubiera cine o se hablase de cine. 
Su abuela Margaret, nació en Filadeldía , tocaba el arpa prodigiosamente desde los doce años y el piano desde los tres, estimulada por su padrastro, Samuel Zimbalist. 
Tocó a las órdenes de Toscanini, Stokowski y Bernstein. Colaboró con Liza Minelli, con Tony Bennet, con Bárbara Streisand, con Miles Davis, James Brown, Aretha Franklin, incluso con los Beatles que tanto amo. 
Durante muchos años se ganó la vida en las grandes cadenas de radio y televisión, especialmente en la BBC. Llegó a tocar como solista en la Casa Blanca para el presidente Eisenhower. 
Cuando Perico hablaba de su abuela Margaret Ros, a todos nos parecía verla enredada entre un arpa celestial.
Su hija Alana, prepara un libro sobre este maravilloso e irrepetible ser. Estaremos a la espera. La vida del ayudante de dirección más importante, más universal que ha tenido España, su enigmaática figura legendaria de hombre perdido en el pasado, su profunda sabiduría, hace que uno se sienta acompañado para el resto de este irrepetible ser que supo parar, no tomar el primer trago. Solo por hoy.

Autöctono: un mercado de productos locales y ecológicos


Durante algunos fines de semana de diciembre y de enero, podrán acercarse a este nuevo mercado al aire libre de productos locales, sostenibles y solidarios. 
La iniciativa tendrá lugar los sábados en el Parque Félix Rodríguez de la Fuente, en Gamonal, y los domingos en la Plaza de la Flora. 
En los puestos de venta, se podrán encontrar hortalizas, frutas y verduras, plantas, semillas y productos para el cultivo ecológico, productos de panadería, vinos, cervezas artesanas, quesos, aceites y otros productos de cercanía. 
Además, en paralelo, tendrán lugar conciertos de música folk, tertulias y charlas, talleres de huerta y cocina, catas y muestras de cocina o se pintarán graffitis en directo. 
El horario del mercado es de 11:00 a 17:00 horas.

jueves, 24 de diciembre de 2015

Después del 20D, ¿Cambiar la realidad o "cambiar la hora"?



Por Mariano G. Hernández y Acacio Puig

El 20D nos lega un nuevo mapa parlamentario que adecenta el campo de juego. Sin embargo no es prudente olvidar que mientras unxs juegan al balón y otrxs animan a sus equipos, el Estadio se mantiene sitiado por los amos del chiringuito: las instituciones internacionales –financieras, militares y políticas- esas instituciones que blindan los mercados es decir al sistema. Y es  ese blindaje el que fundamenta la  necesidad de las “labores extraparlamentarias”.
En cualquier caso “habrá partido” en las Cortes. Nuevas caras y puede que nuevas propuestas.
Nuestra aproximación a la nueva situación abierta el 20 D obvia los escaños (están en la prensa desde el 21D),  los programas (las amenazas climáticas, bélicas y sociolaborales, porque ya hubo ocasión de ilustrarse durante los calentones de campaña). También dejamos de lado un asunto que solo preocupa al poder: el de la gobernabilidad. De modo que apuntaremos en este artículo solo tres  de los aspectos que nos interesan, referidos a la gente (al enorme sector que apunta deseos de transformación social), a la vigente ley electoral (que rompe la igualdad política) y a la convergencia frente a la competencia suicida entre corrientes que se reclaman del anticapitalismo.

1.-Las propuestas conservadoras-involucionistas arrastraron a unos diez millones de personas en tanto que el resto, quienes apoyaron propuestas no conservadoras ni involucionistas, superan los 12 millones de personas: esa es la fotografía de la “lucha de clases institucionalizada” (aunque muy difusamente “antagonista”)…pero esa es la foto de las gentes que destacamos, porque son las que tienen más potencialidades transformadoras del futuro.
El malestar social traducido en votos ha sido pues la expresión de una mayoría de población. Habría que añadir además a otros cientos de miles, dadas las circunstancias en que casi dos millones de personas que viven fuera del país han visto obstaculizado (negado) su derecho al voto por correo por una legislación (instrumentada por el gobierno PSOE y mantenida por el gobierno PP) tan aberrante como defensiva del bipartidismo.

Y sin embargo, expresar el malestar mediante el voto, frente a las consecuencias de las políticas de derechas siendo formidable, es todo punto insuficiente para cambiar la realidad. Cierto que supone una ruptura con la inercia histórica del país, sacudirse el miedo “a señalarse” (una valentía que avanza también en el medio rural) pero  inercia que sigue apuntalada por la auténtica “mochila” que arruga al electorado: la escisión entre dirigentes y dirigidos, la oligarquización de la política y sus instancias, la fractura entre los actores que mandan y los espectadores que solo intermitentemente toman la palabra y pasan a la acción. Espectadores inmersos en el presente, tendentes a ignorar el pasado y con serias dificultades para  ser protagonistas del  futuro.

Por eso son tan magros los saldos organizativos de las luchas. Sin lecciones de las mismas ni objetivos, sus resultados no van a suturar la enorme brecha entre la organización estable del pensamiento para la acción (en sindicatos, asociaciones, partidos, grupos de afinidad…) y el pasional arrebato activista. Sin saldo organizativo, sin pensamiento transformador en la mochila, la involución acecha siempre.

2.-Tocará también pelear de otro modo contra una ley electoral que contribuyó a atar el pacto constitucional de 1978, una ley al servicio de la gobernanza y el bipartidismo.
Aunque legislatura tras legislatura partidos minoritarios como IU han integrado el rechazo a esa ley en su discurso institucional, su derogación sigue en mantillas y solo será posible si la crítica desborda el redil de las Cortes y se incorpora al debate social y la lucha por un nudo de la libertad  democrática como es la defensa de la igualdad política.

Los “restos” son de quienes los trabajan y constituye un robo al electorado el que votos rojos engorden grupos parlamentarios azules (como lo contrario, evidentemente). Esto es así porque los restos en cada demarcación se adjudican como premio a las primeras candidaturas.
Se trata pues de un derecho individual  que machaca la ley D’hondt y que hace desaparecer en la práctica el viejo principio válido tanto en democracia directa como en democracia representativa: una persona un voto. Y nadie desea regalar  su voto salvo a quienes decide votar.
De modo que frente a “la gobernanza” solo una representación  estrictamente proporcional en el legislativo, devolverá a la ciudadanía ese derecho básico, permitiendo que votos y candidaturas se armonicen…caiga quien caiga.

3.-La competitividad es una enfermedad capitalista.
Nos decantamos por el apoyo mutuo frente a la sobrevivencia de los más fuertes, es decir –en esto- optamos por Kropotkin frente a Darwin, porque el paradigma darwinista se generalizó para justificar la evolución del contexto político y económico del capitalismo (el “derecho” del pez grande a comerse al chico) con las constatables consecuencias catastróficas para la especie y la vida en el planeta.

Es esa malsana “competitividad” la que destruye el quehacer colectivo y solo las excepciones de En Marea, Es el Moment, En Comú y Compromis, ofrecen una vía para abordar otro futuro institucional. Es decir que la petulancia inicial de Podemos con “hemos venido a ganar” y las diatribas contra “la sopa de letras”, que gozaron de un potente apoyo mediático,  solo se vieron forzadas por la cruda realidad de los hechos al cambio sobre la marcha. Y solo gracias a eso el punto de partida de Podemos en 2016 son más de cinco millones de apoyos y 69 asientos en las Cortes. Todo lo cual no resta valor a esos millones de apoyos electorales a unos proyectos ni conservadores ni involucionistas y que objetivamente se sitúan en el campo de la izquierda.

En cuanto a Unidad Popular-IU (que en apoyos reales y diputados ha obtenido un aceptable resultado si añadimos a los dos representantes por Madrid otros dos por En Comú y uno más por En Marea) sigue siendo un proyecto político a considerar (y reformular) desde las propias novedades introducidas en su propuesta electoral porque, al menos por la letra y el entusiasmo de su militancia, no solo no han sido barridos del mapa sino que forman parte del arco anticapitalista en sentido amplio (nos gustaría que con  decisión y coherencia, a pesar  de las justificadas reservas derivadas del pasado político de esa formación y de su reciente “experiencia” andaluza).
Un arco, dicho sea de paso, que entendemos se extiende también por derecho propio, al espacio anarcosindicalista y libertario que como sabemos, sigue siendo oficialmente contrario a la política electoral.

Nos parece pues que las convergencias en debate y propuestas de acción común son, además de una necesidad, una saludable demanda social. Sin mestizaje de pensamientos, propuestas y acción, no hay futuro (ni social, ni institucional).
Se trata pues de ponerse manos a la obra, desde la diversidad-fraternal. Porque hay dos modos de disentir: desde el apoyo mutuo y desde la  competitiva supervivencia del más fuerte y llevamos tiempo comprobando que la segunda opción solo nos conduce a  catástrofes.
Para concluir hablaremos de “la pequeña izquierda”, la que por programa y voluntad política se autodefine como izquierda revolucionaria (y de la que  procedemos quienes esto escribimos aunque hoy formemos parte del archipiélago de anticapitalistas sin partido).

Hemos estudiado los manifiestos ante el 20 D de numerosas organizaciones de matriz comunista revolucionario (que apoyaron candidaturas distintas o se abstuvieron en estas elecciones)  y entendemos que siendo todas básicamente coincidentes en el análisis de las luchas de los últimos años y en los ejes esenciales de sus alternativas, nada justifica su dispersión ni  tampoco su “competitividad”. Menos aún, su resignado refugio en aquello de “lo que habría que hacer”. 

Los programas tienen la función de ser “guías para la acción” y no solo manuales de propaganda destinados a complacernos, dormir en los libros, webs y folletos. De modo que “lo que habría que hacer” urge hacerlo junto a otrxs, aunque eso suponga eliminar barreras autodefensivas y liderazgos anquilosados, porque en definitiva del análisis concreto de la situación concreta debe nacer la voluntad, la lucidez y la pedagogía que amplíe el espacio social de acción. 
Crear ámbitos de encuentros estables, permeables y con incidencia ante los avatares del resto de organizaciones, nos parece la mejor tarea del período para  la pequeña izquierda militante. Para eso deben servir las denostadas “mochilas”, al menos, cuando llevan herramientas útiles para ayudar a escalar la cima. Y para nosotros, la cima sigue siendo una sociedad de libres e iguales, en un mundo vivo y habitable.



miércoles, 23 de diciembre de 2015

El Hospital de Burgos niega las vacaciones a una enfermera tras su baja maternal

Hospital de Burgos de gestión privada
Por Burgos Dijital

El sindicato de Enfermería SATSE Burgos ha hecho pública la denuncia y así la ha dado a conocer, que la gerencia del Hospital de Burgos HUBU, ha negado las vacaciones a una enfermera tras su baja maternal que finaliza en enero.
La denegación de las vacaciones está basada en que las necesidades de servicio no estarían cubiertas, y que ya fueron contratados los sustitutos de vacaciones en verano, lo cual parece ahora imposible.
Esta denegación vulnera la normativa vigente y el derecho de la profesional a la conciliación de la vida laboral y familiar.
Por otro lado la enfermera tiene intención de solicitar una excedencia en su trabajo tras las vacaciones, a lo que según SATSE, la gerencia del hospital ha respondido que disfrute ahora de la excedencia tras la baja maternal.
Planteamientos contradictorios de una gerencia hospitalaria que solo busca el ahorro.
Una vez más están vulnerando los derechos recogidos en el Estatuto de los Trabajadores y además la gerencia del hospital parece no conocer que existen sentencias favorables a la petición de la enfermera, que podría disfrutar de las vacaciones tras la baja, aunque sea en diferente año natural.
Según SATSE, tiene conocimiento de más casos con problemas para disfrutar de las vacaciones tras la baja maternal, lo cual es intolerable.


                                   

                                   




El papel de las mutuas en las bajas médicas por enfermedad común.

Por M. Pérez

Desde Burgos Dijital nos parece conveniente profundizar en la nueva regulación de las incapacidades temporales o bajas por enfermedad común y profesional y accidente de trabajo (Real Decreto 625/2014, de 18 de julio que ha entrado en vigor el 1 de diciembre de 2015). 

Un extracto de la ley, de forma literal, dice que: “las Mutuas pueden emitir propuestas de alta en Contingencias Comunes”, cuestionando así las bajas emitidas por los médicos del sistema público y poniendo en entredicho su profesionalidad. 

También prevé que las Mutuas puedan “celebrar convenios y acuerdos con las Entidades Gestoras de la Seguridad Social y con los Servicios Públicos de Salud, para realizar en sus Centros de reconocimientos médicos, pruebas diagnósticas, tratamientos sanitarios y rehabilitadores, incluidas intervenciones quirúrgicas. Los convenios y acuerdos autorizados fijarán las compensaciones económicas a la Mutua”. 

Teniendo en consideración la ley y la corriente privatizadora de nuestro gobierno, hemos de analizar hasta dónde se puede llegar con esta normativa. 


Consideraciones de la norma y posibles consecuencias

La norma podría cuestionar la profesionalidad de los médicos del sistema público de Salud. Se considera a los profesionales de las mutuas, que no son funcionarios públicos, al mismo nivel que a los funcionarios públicos del sistema de Salud. 
Cabe la duda de si esto no es otro planteamiento de desmantelamiento de la sanidad pública ahora desde la reducción de funciones de los sanitarios públicos. Sin olvidar el posible conflicto entre profesionales. 

Las Mutuas ganan poder en detrimento de los médicos de atención primaria y los inspectores de los Servicios de Salud. Unas mutuas contratadas por los “empleadores”, que ponen la salud en manos privadas. ¿Quién garantiza la salud a los trabajadores y ciudadanía en general? El artículo 43 de nuestra Constitución dice: “compete a los poderes públicos organizar y tutelar la salud pública a través de medidas preventivas y de las prestaciones y servicios necesarios"

Se tiene que tener en consideración que esta legislación encubre un control externo y privado de la gestión sanitaria. La baja médica no es obligatoria que la realice el médico de familia. 
Con la pérdida de centros de salud y médicos de familia en la población rural, además de la pérdida de competencias sanitarias por parte de la Administración Local, pueden darse consecuencias perjudiciales para la asistencia sanitaria en el ámbito rural. 
Las Mutuas pasan a denominarse “Mutuas Colaboradoras con la Seguridad Social”. La palabra clave de un concepto que promueve la privatización de servicios.


La norma ha salido a la luz sin acuerdo de los agentes sociales, pues los consensos no parecen tener importancia desde hace tiempo en nuestro país. No olvidemos que esta medida se aprueba con la excusa de reducir burocracia y evitar el absentismo laboral. Pero será necesario preparar “las carteras de los contribuyentes” para pagar a directivos de Mutuas, abogados, personal, etc… Porque el coste económico de esta norma no se sabe, ni interesa a priori.