Zapatero, se ha convertido en el mejor capataz de los mercados. En su falta de valentía e inteligencia Zapatero se erige como un nuevo Neville Chamberlain, aquel de quien Churchill diría después de ceder ante las pretensiones de Hitler: “os dieron a elegir entre el deshonor y la guerra, elegisteis el deshonor y ahora tendréis la guerra”. La liquidación total que el gobierno del PSOE está haciendo del modelo político y social de España no resolverá los problemas sino que supone una absurda huída hacia un abismo cada vez más cercano.
Ahora que la política económica impuesta por los que crearon la primera crisis está provocando que Europa se encamine con paso ligero hacia una segunda recesión y cada vez más economistas critican abiertamente la senda impuesta, Zapatero, de forma infame la consagra en una constitución devaluada. Ahora que hasta los multimillonarios, temerosos de que el edificio desde el que nos observan en sus áticos se derrumbe, piden una reforma fiscal más eficaz, el presidente de un país relativamente importante, el nuestro, claudica sin presentar batalla.
La única virtud del gobierno del PSOE es la de desenmascarar la realidad de las cosas. Ya nadie puede engañarse. La socialdemocracia no tiene sentido en las actuales circunstancias, se ha convertido en parte del problema y resulta un obstáculo para la defensa del estado del bienestar y de la democracia. Junto con el PP pergeñan un sistema en el que los las ciudadanos son súbditos, obligados a acatar las leyes que los mercados dictan en su contra.
Los mercados son Dios, España una colonia y el PP y el PSOE sus profetas, porque lo que se ha podido certificar en el atropello de la constitución es nuestra sumisión al Banco Central Europeo, y al Sacro Imperio Romano-Germánico. Al próximo gobernador de la Marca hispánica, en una puesta en escena patriotera lo recibirán banderas victoriosas sobre el pavimento de la calle Génova, pero él ya rinde pleitesía a otras.
En este adverso contexto político y económico, es más necesario que nunca que la oposición social y política busque y articule conjuntamente espacios y discursos de resistencia. La gente no va a poder entender que PP y PSOE constituyan una pinza anticiudadana y que los espacios alternativos se asemejen a un conjunto de sopas de letras. Desde Burgosdijital consideramos que defendiendo las singularidades de cada cual es preciso llegar a acuerdos para establecer estrategias a medio plazo. Este debe ser el primer paso para ganar una crisis que desgraciadamente va a durar, y que debe culminar con el fortalecimiento social y la reconquista de la soberanía popular.
La batalla la ganarán aquellos que sepan ilusionar a una sociedad deprimida y sin esperanza, y la izquierda tiene el derecho y la obligación de hacer valer sus argumentos. Lleva más de treinta años denunciando carencias e injusticias de un sistema neoliberal que ahora además nos desvela toda su ineficacia.
En estos momentos, es difícil saber que es izquierda y que no es izquierda. tal vez se perciba que es liberalismo y que no es liberalismo... Aunque la revolución global esta cada día mas cerca, mientras el 44% de los jóvenes de 18 a 30 años ( según las encuestas) no vayan a votar...no creo que se consiga mucho.
ResponderEliminarHecha la ley, hecha la trampa. Con el infame sistema D'ont (modelo que no han tocado cuando han hecho su modificación express a la sacrosanta Constitución que decían que no se podía tocar para no fastidiar el "consenso") aunque fueran a votar el 99% de la población que puede hacerlo y votaran todos los que habitualmente no lo hacen a un único partido, no serviría de nada, porque la derecha siempre va a votar PP y el PSOE sigue teniendo mucha gente enganchada a "mas vale malo conocido que bueno por conocer".
ResponderEliminarYo no puedo estar en contra de que en el ámbito público no se permita gastar más de lo que se ingresa, y espero que cuando se haga el desarrollo legal de esta norma quien la incumpla vaya a la cárcel. Pero no tendremos esa suerte.
ResponderEliminarQue vayan a la cárcel los que crearon esta crisis, los banqueros, los corruptos constructores y los políticos cómplices del PP y el PSOE que se beneficiaron con la gran estafa.
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