Hoy parece casi normal que medios de comunicación? e incluso jueces y policías coincidan en lo inaceptable de la situación, sin embargo no hace demasiado tiempo la situación no era así. Antes
de la aparición de la Plataforma de Afectados por la Hipoteca y otras organizaciones como el 15-M, el problema de
los desahucios era observado tras el prisma neoliberal. Las víctimas eran las culpables de haber tratado de acceder a un derecho básico como el acceder a una vivienda, y no poder cumplir un contrato privado. El problema era particular, privado e individual lo que abocaba a las
víctimas no sólo a la miseria sino a una culpabilidad y soledad terribles. No entraba en el análisis de la situación todo el tinglado mafioso político constructor y bancario que hizo que una minoría se enriqueciera a costa de encarecer el precio de las viviendas un 20% anual y que ha llevado al país a la mayor crisis de su historia reciente. Hoy, si se reconoce a las víctimas como tales, es por el esfuerzo, determinación y astucia de las organizaciones que están todos los días en la calle defendiendo a las familias que se quedan sin un techo. La clave está en que están consiguiendo cambiar el discurso dominante y que los desahucios no son un problema individual, sino un problema social con unas víctimas que conocemos, y unos culpables que también conocemos.
Hoy los principales partidos colaboracionistas con el poder financiero, PP y PSOE parecen haber descubierto una realidad que ha dejado en la calle a más de 400.000 familias. El único objetivo que han perseguido con las precipitadas reuniones y el miserable decreto-ley del gobierno la semana pasada es el de desactivar a la sociedad en marcha. Creo que lo que han conseguido no es sino alimentar al mismo tiempo el enojo y la determinación de quienes desde hace más de dos años llevan luchando por un cambio real en la ley hipotecaria española, y la política de vivienda en general.
Esta batalla, que va a ser ganada, además de resolver problemas reales a miles de personas y familias posee un valor simbólico enorme porque va a ser la primera en muchos años. Esa victoria va a dar una inyección de esperanza, y confianza en un pueblo en el que cunde el miedo y la resignación. Va a revitalizar la fe en el poder de las luchas colectivas. Están demostrando que la movilización en la calle funciona, da resultados, transforma las conciencias, en definitiva, cambia paisajes simbólicos y reales, consiguiendo que los partidos de la banca vayan a remolque de las transformaciones sociales.
Quiero aprovechar la ocasión para reconocer, agradecer y homenajear a la Plataforma de Afectados por la Hipoteca de Burgos y a la Asamblea de Gamonal, su tesón y su lucha en la defensa de nuestras y nuestros vecinos. Son las y los héroes reales de la ciudad. Ánimo en la lucha, hasta la victoria.
Carolina R. Tenaz.
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