No sé si será la necesidad imperiosa de parir este artículo para dedicarme a la plancha que me espera o la insoportable carga estomacal producida por tanto ladrón amoral campando a sus anchas mientras tanto borrego sigue pastando sin levantar la cabeza. Quizás sea lo segundo, y sinceramente prefería mi “helicobacter pylori” de la que ya me había hecho amigo. El caso es que no parece necesario viajar hasta Madrid, Barcelona, Valencia o Sevilla para que te den ganas de vomitar… o de poner bombas.
Ayuntamiento de Burgos |
Basta con quedarte aquí, en esta Caput Castellae a la que tanto le gusta mirarse a veces el ombligo. Aunque más bien eso era antes, cuando el Diario de Michel hacía apologías estadísticas de lo guapos y buenos que éramos en todo. Ahora, por un giro ¿caprichoso? de este medio impagable parece que día sí y día también sacan la mierda a relucir de alguno de los maravillosos concejales elegidos por un montón de tontos consentidores (¡allá ellos!). O quizás sea porque los lameculos y delincuentes funcionarios más cercanos (normalmente de carné) ya no les llega a ellos el reparto del botín, que la cosa está muy malita y ya sólo llega para pagarle la juerga al concejal. O quizás sea porque la mierda desborda de tal manera, que lo dijera o no el voceras de Don Miguel se sabría. O quizás sea porque el capo ya no tiene tanta obra pública donde hincar el diente, aunque espere como agua de mayo alguna jugosa decisión sobre el boulevard de Gamonal o la aluminósica Plaza de Toros. En cualquier caso, ¡me la pela!
Por desgracia podría tocar unos cuantos palos en el Hay Untamiento de Burgos, pero hoy el que me pone es González Braceras: qué sí, que ya lo sé, que ya le hemos dedicado algunos cuantos versos al constructor de 2ª B, al concejal compatible con familiares propietarios de una empresa subcontratada indirectamente por el Ayuntamiento, pero no puedo resistirme ante sus últimas declaraciones.
Es cierto que en este blog somos tendenciosos, parciales y nada objetivos. Incluso nos podrían tachar de “progres”, palabra que odio profundamente porque yo me defino como “rojo”, lo de toda la vida, sin medias tintas… sin hostias ¡vamos! Pero mira tú por dónde que hoy tengo el día leguleyo, y me apetece darle alguna idea a la oposición y a la Fiscalía de la Audiencia (aunque es de suponer que actuará, si lo hace, a remolque de unas cuantas denuncias) de por dónde meterle mano a este pajarillo ladrillero. Así, de gratis, porque me apetece.
Comencemos por el estado de la cuestión, que de algo me sirvió la Universidad. La oposición, no sé quién fue primero, acusa al Concejal de Obras y Servicios de utilizar vehículos oficiales del Ayuntamiento para su propio regocijo personal. El “Tala” se defiende diciendo que el único uso hecho por él y su amigo Angelito de semejantes recursos nada tiene que ver con eventos deportivos y juergas de fin de semana en la capi, y para abundar en su inocencia no sólo no lo demuestra sino que destruye las pruebas que lo han de demostrar: los ya famosos partes de vehículos. Pues bien, o estamos ante el mayor caso, hasta ahora, de ingenuidad e inconsciencia sólo producida por la ingestión continuada de potentes psicotrópicos o por una garrulada provocada por alguien que se cree más allá del bien y del mal. Es decir otro parásito más, producto de la inimitable forma hispana de elegir a los más inmorales y sociópatas para los puestos de mayor responsabilidad.
Y aquí es dónde paso a hacer un pequeño repasito legal para que nuestros lectores no piensen que vamos siempre de farol: los típicos listillos que van siempre de enterados haciendo creer a los demás que saben de qué hablan.
Como parece que es complicado en este país demostrar la malversación de fondos públicos, la prevaricación y el cohecho, habrá que hacer lo mismo que con Alfonso Capone que para meterlo en la cárcel después de mil y un fechorías, sólo pudieron hacerlo a través de los delitos fiscales que, parece ser, eran más importantes en USA que las vidas humanas que fue segando. Como entendemos que Braceras, hasta la fecha, aún no ha matado a nadie ni ha ordenado hacerlo, tampoco vamos a picar tan alto pensando en delitos fiscales, al menos que se sepa, y nos quedaremos en una infracción administrativa grave y en una sanción disciplinaria que le pueda dejar inhabilitado una temporada.
Pues bien ahí va la receta, en 4 pasos, así de sencillo. Y luego a probar el plato, que lo dudo.
Primer paso: según la Ley 6/1991 de Archivos y Patrimonio Documental de Castilla y León forman parte integrante del Patrimonio Documental de Castilla y León los documentos de cualquier época producidos o reunidos en el ejercicio de sus funciones por las entidades locales del territorio de la Comunidad Autónoma y los organismos de ellas dependientes. (Art. 4º)
Segundo Paso: los Ayuntamientos colaborarán dentro de su ámbito territorial con la Administración autonómica en la defensa y conservación del Patrimonio Documental de Castilla y León, adoptando, en el marco de lo previsto en esta Ley y en las normas que la desarrollen, cuantas medidas sean necesarias para evitar su deterioro, pérdida o destrucción y notificando a la Consejería de Cultura aquellas circunstancias que puedan implicar o provoquen de hecho daños a tales bienes. (Art. 9º)
Tercer Paso: Los documentos integrantes del Patrimonio Documental que sean de titularidad pública se conservarán debidamente organizados y a disposición de la Administración y de los ciudadanos en las oficinas que los hayan originado y reunido, hasta ser transferidos al archivo que corresponda (en este caso el Archivo Municipal). Las normas para determinar la conservación o eliminación de los documentos serán fijadas por la Consejería de Cultura, oído el Consejo de Archivos. No estará permitido en ningún caso suprimir un documento en tanto subsista su valor probatorio de derechos y obligaciones. (Art. 10º)
Cuarto Paso: Según el Decreto 115/96, de 2 de mayo, por el que se aprueba el Reglamento del Sistema de Archivos de Castilla y León, en su art. 33, la eliminación de documentación sólo procederá a los criterios establecidos en los calendarios de conservación que sean aprobados de acuerdo con lo establecido en el presente Reglamento.
Et voilà!, el menú está servido...
P.D.- Sí, los partes de vehículos y su registro son documentos que justifican los gastos y el control de los bienes del Común, concepto que queda claro todos los días y desconocen nuestros señores concejales.
Y....¿según se explica podríamos denunciar los ciudadanos de la calle normales, o los funcionarios del Ayuntamiento hartos de tan impresentable?
ResponderEliminarY...me sigo preguntando...¿si el propio Ayuntamiento no actúa, cometería, a su vez otra falta como institución?
las denuncias deben ir acompañadas de pruebas documentales...
ResponderEliminarLa evidencia aquí, Estas son mis cuentas
ResponderEliminarLlamadle Talilla, que le jode porque le menosprecia frente a su padre y señala su corta estatura.
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