De erasmus a emigrante. Sonríe es... Canadá

La Concejalía de la Juventud de Burgos, en el papel de puta celestina, ha convocado una cita entre los jóvenes de la ciudad y funcionarios de la embajada de Canadá.  Más de 600 desesperados y desesperadas jóvenes dejaron pequeño el teatro Salinas en busca de una vida digna.   Probablemente se vivió una escena no muy diferente a la que hace unos años podría verse en ciudades de la República Dominicana, Ecuador o Argentina.  Recordé la canción de Juan Luis Guerra Visa para un sueño y se me agrió la mañana.  Los que ayer eran erasmus o hoy son emigrantes "mojados",  gran paradoja de los rumbos del país. Porque lo que andaban buscando los que allí acudieron es el sueño que nos han robado o que nos hemos dejado robar por los mismos que organizaban el acto.  Me parece impúdico que la Concejalía de la Juventud les muestre la puerta de salida a la juventud burgalesa.  ¿No debería tratar de ofrecer un futuro digno aquí en vez de en Canadá? ¿Es consciente del mensaje que encierra que la concejalía de la juventud organice este tipo de actos?  ¿Acaso sugieren que las y los jóvenes sobran? 

La concejalía de la juventud de Burgos siempre ha sido un florero cuyo objetivo ha sido quedar bien y  que la gente no mirara demasiado hacia donde se acumula la mierda.  Esa concejalía que inauguró y utilizó el actual alcalde de Burgos para proyectarse políticamente ha albergado a algunos de los jóvenes más idiotas e inmorales de la ciudad.  Auténticos Ninis porque no tienen ni talento ni vergüenza.  Repasemos:  ¿Recuerdan a un tal Diego Fernández Malvido? Una persona cuya soberbia y locuacidad eran proporcionales a su bajeza moral.  Era todo un emprendedor con una gran imaginación, eso sí mal aplicada, hizo del curriculum vitae un género literario.  Era todo un esteta, un amante, como bien saben, de los juegos florales.  El nivel de nini de Malvido fue superado por el sin par teleco Villanueva, que sin saber hacer frases subordinadas facturaba cientos de miles de euros en telefonía.  En este apartado aunque no fue nunca concejal de juventud  bien podríamos incluir a Ángel Mariano Ibáñez alias “el químico” ya que ha sido durante más de una década responsable de la unidad de desempleo de la UBU. Cualquier reacción en la que él esté envuelto origina la pérdida irremisible de dinero público: ¿Qué de decir del caso Espolón? ¿De la difunta Cajaburgos? ¿y del ayuntamiento?    Mientras miles de burgaleses anhelan un trabajo digno, Ibáñez  los ha tenido a puñados, y bien pagados, y a juzgar por los resultados, todos los ha hecho mal.  Los futuros emigrantes podrían haberse tomado la molestia de haberle ido a preguntar la fórmula del éxito, aunque hay quien dice que tendrán más posibilidades de encontrárselo en Calgary que en su despacho de la UBU.  Todas estas personas que han ocupado puestos de responsabilidad en relación con la juventud en Burgos estarían posiblemente en la cárcel en un país serio como Canadá.

A buen seguro María José Abajo, actual concejala de juventud se sentirá orgullosa, podrá mostrar como un éxito que cientos de jóvenes burgaleses hayan participado en una actividad promovida por su concejalía.  De hecho lo tienen puesto a modo de prenda en la web del ayuntamiento.  Se le debería caer la cara de vergüenza.  Ella que lleva en política unos cuantos años como concejala de un partido como el PP es responsable de que miles de jóvenes hayan perdido la esperanza en un futuro digno en su país y en su ciudad.  Podría al menos tener la decencia de no seguir promoviendo estos actos que  invitan a marchar a los que no tienen sitio en la ciudad que ellos han creado.  Su labor es la de crear un futuro digno para las y los jóvenes de Burgos aquí y no en Canadá.   Porque si de sugerir salidas y exilios se trata, yo propongo que vayan haciendo las maletas los Malvido, Villanueva, Ibáñez y Lacalle. 

Suerte a las y los que crucen el charco.

Carolina R. Tenaz