Por Girolamo Savonarola
¿Qué ha podido ocurrir
en España para que cientos de miles de ciudadanos sean calificados
de radicales y antisistema por reclamar: pan, trabajo y justicia? ¿Qué les sucede a los
periodistas que son incapaces de comprender estas demandas y repiten
como un mantra las consabidas consignas que culpabilizan a las
víctimas? ¿Ustedes entienden que un sistema social encarcele a quien ha sufrido un robo, sancione al que ha sido violado, y penalice al
que ha sido atropellado,...?
Quizá necesitemos, en
el día del fallecimiento de Adolfo Suárez, políticos capaces de
romper con la fidelidad a un régimen agotado y explorar nuevas
fórmulas capaces de incluir a los expulsados durante la última
década.
Seguramente no tengamos en nómina a políticos o líderes que tengan el valor de nadar contracorriente, por eso tenemos que ser nosotros, con nuestros recursos los que saliendo a la calle nos visibilizamos y gritamos juntos, que también somos España, que también somos Europa, que formamos parte de una sociedad que nos niega el pan y la sal...y que encima nos incrimina.
No sé si son conscientes de que la paciencia se termina, que las oportunidades pasan, y que si no nos abren las puertas y nos permiten participar de las libertades, derechos de los demás españoles o europeos, del pedazo de tarta que nos corresponde, perderemos la confianza en una élite de poder que hasta el momento nos ha dado la espalda.
Seguramente no tengamos en nómina a políticos o líderes que tengan el valor de nadar contracorriente, por eso tenemos que ser nosotros, con nuestros recursos los que saliendo a la calle nos visibilizamos y gritamos juntos, que también somos España, que también somos Europa, que formamos parte de una sociedad que nos niega el pan y la sal...y que encima nos incrimina.
No sé si son conscientes de que la paciencia se termina, que las oportunidades pasan, y que si no nos abren las puertas y nos permiten participar de las libertades, derechos de los demás españoles o europeos, del pedazo de tarta que nos corresponde, perderemos la confianza en una élite de poder que hasta el momento nos ha dado la espalda.
Queremos ser ciudadanos.
Queremos tener las mismas oportunidades para vivir en esta tierra que
es de todos. Queremos que la justicia sea igual para cada uno.
Queremos que no nos echen de nuestras casas. Queremos tener la
oportunidad de desempeñar un trabajo digno.
¿Es tan difícil de
entender? No permitiremos que nos sacrifiquen como a Isaac por su
propio padre Abraham en el altar del neoliberalismo económico y el
neoconservadurismo moral.
Reprobamos la violencia,
queremos ser ciudadanos libres en un país que garantice la igualdad
de oportunidades, independientemente del apellido, de las amistades o
de los favores debidos.
Tenemos la esperanza de
contar con nosotros mismos y nuestra capacidad para transformar una
sociedad atenazada por mediocres corporativos que compran el poder
político y el poder mediático con dinero y un falso status. Os lo
recordamos: cada vez somos más, lo tenemos más claro y estamos más
unidos. Y sabemos quiénes sois cada uno de vosotros y vuestros
voceros, tanto en los medios de comunicación, como en la política.
No lo olvidéis. Aún tenéis tiempo para reaccionar, mañana puede
que sea tarde.....será vuestra responsabilidad.
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