Por Carolina R. Tenaz.
Tratar
de refutar las delirantes encuestas del PP o a los argumentos de Lacalle o Ángel Mariano sobre la necesidad que la ciudad tiene de una nueva Plaza de Toros puede
ser una torpeza ¿Para qué refutar lo que es evidentemente absurdo? En una ciudad donde cada vez más personas
pasan hambre, en donde se cierra la principal biblioteca de la
ciudad porque no se cubren las bajas de trabajadores, donde los servicios
sociales se quedan sin fondos en septiembre o donde no hay dinero para alumbrar
las calles, la construcción de una Plaza de Toros no puede ser una prioridad.
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La Plaza de Toros de Burgos es utilizada unas 10 veces al año |
En esta infraestructura, además de espectáculos taurinos, se pueden organizar conciertos
y competiciones deportivas. Estas serían
las tres actividades en las que se basará la gestión de la
futura Plaza. En lo referente a los espectáculos
taurinos, nada hace pensar que se vayan a superar los siete u ocho que se
celebran anualmente en la actualidad. Serían posiblemente menos si Lacalle no
subvencionara con dinero público a ese apéndice del tardofranquismo que son las
peñas. En realidad este es un momento inmejorable para proponer el debate sobre si Burgos necesita una Plaza de Toros. La actual no ha sido utilizada más de 400 veces en toda su historia. En cuanto a los conciertos, resulta complicado pensar que se puedan
realizar muchos más de los que se ofertan, en primer lugar porque en la ciudad ya hay dotación para
conciertos de hasta 1.500 espectadores, y porque para “grandes figuras” que
conciten más público, Burgos no resulta especialmente atractiva. Nuestra ciudad no podrá competir con ciudades cercanas que aseguran más
público y mejores entradas como Madrid, Bilbao o San Sebastián. Apuesto lo que sea con quien sea a que ni los Rolling ni Beyoncé actuarán en la Nueva Plaza con boina de Burgos. Además, en los Sampedros, momento en el que podría haber más interés en organizar conciertos, la Plaza estará monopolizada por el mundo del cuerno. La única baza de que ese recinto pudiera
tener una ocupación constante es la de un equipo de baloncesto de la liga
ACB. De ese modo la Plaza de Toros, podría
ser utilizada unos 30 días al año. Sin
embargo, dudamos mucho que nuestra ciudad tenga la población suficiente como
para poder mantenerse en esa liga. La
mayoría de las ciudades asentadas en esa liga poseen unas áreas metropolitanas
que, en líneas generales, doblan la población de nuestra querida ciudad. Por otro lado, la ACB, ya ha dejado claro en
numerosas ocasiones el nulo interés que tiene en que una ciudad del tamaño de Burgos forme parte de ese club. Realmente creemos que los millones de euros
que se inviertan jamás harán de la Plaza de Toros una infraestructura rentable
ni social ni económicamente. Es una
frivolidad que nos va a costar un dinero del que hoy en día carecemos. Es además un ejercicio del más barato de los populismos: el electoralista.
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Lacalle: Posiblemente el peor alcalde de la historia de Burgos |
La
Plaza de Toros, o el Lacalle Arena no es una obra necesaria, ni deseada, ni
urgente para las y los burgaleses que la financian con sus impuestos. Cada vez somos más personas las que pensamos
que ni siquiera Lacalle y su banda pueden ser tan necios como para no darse
cuenta del dislate. La
Nueva Plaza de Toros de Lacalle no busca resolver un problema a la ciudad sino
crear otro. De esta forma se
crea el pretexto ideal para que la banda del alcalde siga
financiando con dinero de los burgaleses a algún empresario que gestione la
deficitaria infraestructura para que disimule, a toro pasado, lo absurdo de la obra.
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Lacalle sube los impuestos a las y los burgaleses para sufragar obras
al servicio de grandes empresarios. |
Para
Lacalle en particular y el PP e general las obras en infraestructuras han
dejado de ser un medio para resolver necesidades o para mejorar la calidad de
vida de quien las paga para convertirse en un fin en sí mismas. Las obras se convierten así en una herramienta
que sólo sirve para trasvasar dinero público a los constructores, gremio
especialmente generoso con el PP a decir de algún extesorero del partido. Dentro de esta razón de la sinrazón son
preferibles las obras completamente absurdas a las que digamos que, como efecto
colateral, acaban teniendo también una rentabilidad social y económica. Las obras completamente inútiles no son sólo
una herramienta para que quien las construye se forre sino que su falta de
utilidad y su absurdez intrínseca acaban siendo el mejor pretexto para que
algunos empresarios, en ocasiones los mismos que quienes las construyen sigan saqueando de forma perenne a base de subvenciones
las arcas públicas. En Burgos ya tenemos ejemplos de este tipo de
actuaciones a las que la Plaza de Toros con
boina va a emular. Me estoy refiriendo
al aeropuerto.
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Mendez Pozo, jefe del periódico DB y de la adjudicataria de
la obra de la Nueva Plaza de Toros. |
¿Se ha
beneficiado Burgos de los 100 millones de euros de dinero público despilfarrado
en el aeropuerto de Burgos? Por supuesto
que no. Más bien al contrario, lo
absurdo de su construcción, su fracaso flagrante y la responsabilidad en el mismo de las instituciones dirigidas
por el PP y PSOE hace que siga siendo un
sumidero de dinero público. El dinero de nuestros impuestos es utilizado
para disimular la ineficacia de las chapuzas al tiempo que sigue promoviendo la
estafa, el enchufeo y la corrupción.
¿Cómo se va a cerrar el aeropuerto?
Se preguntan algunos. Ya que está construido, habrá que darle una
utilidad argumentan otros, incluso de forma bienintencionada. Así
mientras el menú del PP para los más pobres se reduce a austeridad desahucios y recortes, el PP de Juanvi ha contribuido con 80 millones
de euros de nuestro dinero al enriquecimiento de los accionistas de Air
Nostrum. Todo ello para que no quedara
en evidencia la ruinosa, absurda y corrupta política aeroportuaria de Castilla
y León. Creemos que algo parecido puede ocurrir con la Plaza de Toros. La banda de Lacalle que dice no tener dinero
ni para las farolas, ha subvencionado las vacaciones a los burgaleses que aún
pueden permitírselas. En la ciudad en la
que se cierra la Biblioteca principal de la ciudad porque no se cubre una baja
laboral, o se echa a la calle a trabajadores municipales por aquello de la
austeridad, Lacalle sigue pagando con
nuestro dinero un sueldo a la impúdica María Jesús Lope, gerente del consorcio
del aeropuerto. Lope no vio
inconveniente en ser accionista de una de las empresas del dueño de Good Fly,
principal receptora de subvenciones del Consorcio del Aeropuerto que ella misma
dirige. Lo más cariñoso que se puede
decir de esta obscena enchufada de Lacalle es que es tan eficaz como decente.
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