Foto cedida por R.F. |
A raíz del accidente en carretera de dos ciclistas ocurrido en Valladolid el pasado Jueves, donde un hombre perdió la vida y otra persona ha resultado grave, publicamos la carta recibida por un lector.
Se oye en las noticias: ciclistas atropellados en nuestras
carreteras, han atropellado a dos personas que circulaban en bicicleta. Esta
vez han sido dos chicos, uno de ellos perdió su vida en el arcén, el otro
está luchando por recuperar su vida.
En numerosas ocasiones, pasa casi desapercibida la
información. Pero si has vivido la carretera, si has sudado los puertos, si has
reído sentado en un sillín, y si este deporte te apasiona y para ti es una
forma de ver el mundo, esta noticia se cuela muy dentro.
Si eres de aquellos que ha experimentado la carretera, ha
vivido momentos tensos, ha visto caídas y ha dejado algún conocido o compañero
sin vida en el suelo, es un dolor que se cuela en lo más hondo de tu interior.
Sensaciones que es difícil compartir ni se pueden digerir fácilmente.
En los comentarios de la noticia, la sensación es diferente,
se pueden escuchar críticas a este deporte, ¿por qué van en bici por esas carreteras?
, ¿No pueden hacer otras cosas?; ¡ya sabían que era peligroso!, ¡que se vayan
los ciclistas de la carretera, solo estorban!, ¡seguro que iban invadiendo todo
el carril!
Esta sociedad está diseñada para los coches, para la
rapidez, para no respetar lo pequeño, para quitar de en medio lo que molesta.
Estas líneas pretenden ser un pequeño recuerdo a aquellos que no podrán saborear más las sensaciones de este deporte, a todos aquellos que se fueron disfrutando encima de una bicicleta, a todos los que acompañan a los ciclistas en la carretera deleitándoles una sonrisa, un saludo, un pitido amable.
Estas líneas pretenden ser un pequeño recuerdo a aquellos que no podrán saborear más las sensaciones de este deporte, a todos aquellos que se fueron disfrutando encima de una bicicleta, a todos los que acompañan a los ciclistas en la carretera deleitándoles una sonrisa, un saludo, un pitido amable.
A todos los que “amamos” este deporte, animo a continuar
saliendo a disfrutar del ciclismo sin miedo. La carretera es de todos.
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