Todos
sabemos lo poco que da de sí la cotidianidad de Burgos en
verano. Entre lo que no ocurre y lo que
no se puede contar no queda mucho… Ni lo de Atapuerca emborrona las páginas estivales como antaño. Los tres tenores no están en su
mejor forma, y eso se deja notar en los periódicos. Por eso, no nos sorprende que algunos periodistas decidan darse una vuelta virtual por los blogs de la ciudad, a ver que se puede pescar. Esto quedó en evidencia el pasado 23 de julio
cuando DB publicó que los trabajadores de la Fundación Lesmes llevaban cuatro meses sin cobrar sus nóminas por impagos del ayuntamiento, dos días después que este blog.
Nos alegramos de este hecho. Al fin y al cabo lo que buscamos, es crear debates que rompan los silencios interesados de la ciudad. Es más, podemos decir, por si los periodistas de la ciudad carecen de inspiración o inventiva a finales de agosto, que los trabajadores de la Fundación Lesmes, no habían recibido paga alguna hasta hace al menos tres días, con lo que el periodo sin cobrar se acerca al medio año. También podemos decir que no son los únicos trabajadores relacionados con la administración local que no cobran. Los de Equalbur y Promoción Gitana también están sufriendo irregularidades y retrasos en el cobro de las nóminas. Ahí dejamos el hilo por si alguien quiere tirar de él.
Este asunto, nos ha llevado a plantearnos varias preguntas relacionadas con el hecho de que este blog haya dado la primicia de esta noticia. Evidentemente las víctimas no han querido denunciar los hechos, razón por la que se han cuidado mucho de acudir a los medios de comunicación arcaicos. No se han producido comunicados de prensa, ni protestas, ni nada de nada. El silencio, o al menos la discreción han sido la estrategia seguida. Dos años después del comienzo de las irregularidades en el cobro de nóminas, se sigue apostando por un Dontancredismo difícil de comprender. En el mejor de los casos, la ineficacia en la estrategia de los trabajadores podría llevarnos a pensar que padecen una especie de Síndrome de Estocolmo. Esto explicaría la sumisón y empatía de las víctimas y sus intereses hacia los de su victimario, en este caso, el gobierno de Lacalle y la concejala Lopidana, entre otros. El gobierno del PP, como todo el mundo sabe, tiene una sola política, la de hacer juegos de manos, para disfrazar la situación de ruina absoluta a la que sus políticas han abocado a la ciudad.
Otra explicación aún menos amable y más maquiavélica consistiría en pensar que el silencio de las víctimas tiene que ver con lo que en otras partes del Mediterráneo llaman Omertá. Es decir, de que el asunto del retraso en el asunto de las nóminas es un problema de familia, y como todo el mundo sabe, los trapos sucios de la familia se lavan en casa, o en cualquier caso lejos de los medios de comunicación que tanto daño pueden hacer al débil Lacalle. ¿Habrán aparecido en las mentes de las víctimas-cómplices verosímiles hipótesis de represalias laborales en el caso de levantar la voz? Posiblemente. ¿Habrá mala conciencia por participar en un sistema que tiene todos los visos de ser clientelar? Tampoco se puede descartar.
Lo que parece cada vez más evidente es que desde los últimos gobiernos del PP se ha puesto en marcha toda una red de fundaciones que no son sino una privatización de la administración pública. Han creado así un sistema clientelar en el que se relegan los intereses de la ciudad, a los de la coyuntura política del partido que gobierna. En este sistema perverso, las y los trabajadores, son corresponsables y cómplices con el patrón de la precarización de sus condiciones laborales, acaso porque le deban a alguien el puesto de trabajo del que llevan medio año sin cobrar.
Deseo que los trabajadores de la Fundación Lesmes así como los de Equalbur, y Fundación Gitana cobren con presteza el dinero que les corresponde. Es una vergüenza que, por la irresponsabilidad del gobierno Lacelle, haya trabajadores y trabajadoras que no cobran con puntualidad sus nóminas, poniendo en grave peligro a muchas familias. Pero se les debe exigir también, como trabajadores del ámbito social que son, que no se hagan cómplices con su silencio del mismo ayuntamiento que les ningunea las nóminas mientras anuncian obras absurdas de Plazas de Toros, bulevares, o subvenciones de vacaciones a Mallorca. Dicho silencio dice muy poco a favor de las víctimas. El que calla, otorga.
Carolina R. Tenaz
Este asunto, nos ha llevado a plantearnos varias preguntas relacionadas con el hecho de que este blog haya dado la primicia de esta noticia. Evidentemente las víctimas no han querido denunciar los hechos, razón por la que se han cuidado mucho de acudir a los medios de comunicación arcaicos. No se han producido comunicados de prensa, ni protestas, ni nada de nada. El silencio, o al menos la discreción han sido la estrategia seguida. Dos años después del comienzo de las irregularidades en el cobro de nóminas, se sigue apostando por un Dontancredismo difícil de comprender. En el mejor de los casos, la ineficacia en la estrategia de los trabajadores podría llevarnos a pensar que padecen una especie de Síndrome de Estocolmo. Esto explicaría la sumisón y empatía de las víctimas y sus intereses hacia los de su victimario, en este caso, el gobierno de Lacalle y la concejala Lopidana, entre otros. El gobierno del PP, como todo el mundo sabe, tiene una sola política, la de hacer juegos de manos, para disfrazar la situación de ruina absoluta a la que sus políticas han abocado a la ciudad.
Otra explicación aún menos amable y más maquiavélica consistiría en pensar que el silencio de las víctimas tiene que ver con lo que en otras partes del Mediterráneo llaman Omertá. Es decir, de que el asunto del retraso en el asunto de las nóminas es un problema de familia, y como todo el mundo sabe, los trapos sucios de la familia se lavan en casa, o en cualquier caso lejos de los medios de comunicación que tanto daño pueden hacer al débil Lacalle. ¿Habrán aparecido en las mentes de las víctimas-cómplices verosímiles hipótesis de represalias laborales en el caso de levantar la voz? Posiblemente. ¿Habrá mala conciencia por participar en un sistema que tiene todos los visos de ser clientelar? Tampoco se puede descartar.
Lo que parece cada vez más evidente es que desde los últimos gobiernos del PP se ha puesto en marcha toda una red de fundaciones que no son sino una privatización de la administración pública. Han creado así un sistema clientelar en el que se relegan los intereses de la ciudad, a los de la coyuntura política del partido que gobierna. En este sistema perverso, las y los trabajadores, son corresponsables y cómplices con el patrón de la precarización de sus condiciones laborales, acaso porque le deban a alguien el puesto de trabajo del que llevan medio año sin cobrar.
Deseo que los trabajadores de la Fundación Lesmes así como los de Equalbur, y Fundación Gitana cobren con presteza el dinero que les corresponde. Es una vergüenza que, por la irresponsabilidad del gobierno Lacelle, haya trabajadores y trabajadoras que no cobran con puntualidad sus nóminas, poniendo en grave peligro a muchas familias. Pero se les debe exigir también, como trabajadores del ámbito social que son, que no se hagan cómplices con su silencio del mismo ayuntamiento que les ningunea las nóminas mientras anuncian obras absurdas de Plazas de Toros, bulevares, o subvenciones de vacaciones a Mallorca. Dicho silencio dice muy poco a favor de las víctimas. El que calla, otorga.
Carolina R. Tenaz