Por Matilde Tilde
Muchos recordaréis una estupenda película española que relataba la realidad de la falta de empleo en España: Los lunes al sol. Lo que no sé es si recordaréis el año en el que se rodó dicha película. Yo lo he tenido que buscar para escribir este texto y me he quedado helada al darme cuenta de cómo relativizamos el paso del tiempo. Me parecía más o menos reciente, pero resulta que es de 2002. ¡13 años han pasado!
Muchos recordaréis una estupenda película española que relataba la realidad de la falta de empleo en España: Los lunes al sol. Lo que no sé es si recordaréis el año en el que se rodó dicha película. Yo lo he tenido que buscar para escribir este texto y me he quedado helada al darme cuenta de cómo relativizamos el paso del tiempo. Me parecía más o menos reciente, pero resulta que es de 2002. ¡13 años han pasado!
Y es que, aunque nuestros sucesivos gobiernos PPSOE se han ido empeñando en decir que el problema del paro ya no es problema, porque baja y no sé qué, y las encuestas digan que la ciudadanía no se preocupa tanto del paro y demás, porque los telediarios nos van colocando otros "conflictos" delante (la pretensión de ocupar nuestras mentes con islamistas terroristas, asesinos descerebrados, pilotos con desequilibrios mentales, etc., etc.), la realidad es que el desempleo es uno de los mayores dramas que continuamos padeciendo en la actualidad (desde hace ya demasiados años, pues desde la desindustrialización no hemos levantado cabeza).
Digo bien continuamos padeciendo, porque es asunto de todos, no solo de las personas desempleadas. En nuestros círculos cercanos conocemos numerosos casos de personas desempleadas o en situación de precariedad laboral. El creciente número de familiares y amigos en situación de "inmigrantes en el extranjero" para trabajar en otros países (sí, porque los que se van de aquí, son inmigrantes fuera, aunque la tele hable de inmigrantes solo cuando son negritos que vienen en patera y que saltan vallas) se me escapa de contarlos con los dedos de las manos y de los pies. En mi caso concreto, me duele especialmente ir a mi ciudad de origen y no tener mucha gente a la que visitar porque no están; mi ciudad es cada vez un poco más fantasma. Más fantasma, más envejecida y más triste. Nos empobrecemos sin remedio.
Pero todo esto, que no es más que una reflexión para compartir con vosotros, porque lo sabéis igual que yo, viene a colación porque la Asamblea de Parados de Burgos tiene muchas cosa menos parados. La integran personas en situación de falta de empleo remunerado, eso sí, pero no son parados (de cuando en cuando algunos consiguen algún empleo, en precario y temporal). No paran de hacer actividades y de derrochar imaginación para ayudar a otros y para no tener esa horrible sensación de "no hacer nada". Porque son personas con inquietudes, en edad de trabajar y con ganas de hacerlo; pero la cosa está como está.
Una de sus últimas iniciativas, precisamente, ha sido poner en marcha "Los lunes al sol". Así, les encontraremos cada lunes por la mañana en la Plaza Mayor, durante los próximos tres meses, entre las 11 y la 1, con la intención de visibilizar la situación que atraviesan demasiados burgaleses que no encuentran empleo y, que de encontrarlo, cada vez con mayor frecuencia es en peores condiciones económicas y horarias. Además han comenzado a cultivar un huerto ecológico gracias a haber recibido unos bancales como donación. La idea es cultivarlo y obtener una pequeña producción con la que ayudar a aquellos que lo tienen más difícil, de la propia asamblea o de fuera.