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sábado, 5 de noviembre de 2011

Nueva expresión del Diccionario burgalés de la lengua: “Hacer un Ibáñez”

Parece  que en Burgos no teníamos suficiente con los vaivenes políticos de Europa ni con las millonarias indemnizaciones pagadas con dinero público a directivos de cajas que quiebran.  Necesitábamos un escándalo morcilleramente autóctono: “el caso Espolón”.
Así se dio en conocer  en medios periodísticos el que uno de los bares más próximos al consistorio no le pagara a éste, propietario del local, ni un euro en diez años.  Hoy sabemos que el ayuntamiento se aplicaba con el mismo celo en la gestión del dinero de todos con la mayoría de los bares que ocupan locales municipales, así que, aunque sólo fuera por abreviar quizás debería llamarse directamente: “Caso Ibáñez”.( ex-concejal de hacienda, vicealcalde, etc).

En este momento en el que se echa a miles de personas todos los días a la calle.  Cuando el lacallismo exhibe  una deuda municipal fastuosa , y el ayuntamiento nos castiga con unas subidas de tasas de hasta el 80%, descubrimos  que,  gracias a la buena gestión de Ángel Ibáñez, los burgaleses hemos perdido más de 600.000 euros.    Tal y como están las cosas el ex-responsable de hacienda no hubiera durado ni cinco minutos en cualquier otro puesto de trabajo, pero como es el vicealcalde, se permite el lujo de mirar hacia otro lado, como si el asunto no fuera con él.  Ya sea por negligencia o por posible corrupción, el responsable político, Ángel Ibáñez,  debe dimitir o ser cesado por el alcalde.  ¿Qué teme Lacalle para no haberlo hecho ya? Hasta en el Diario de el Jefe lo piden a gritos.

Dado que el asunto tiene bastante de entremés chusco no sería extraño que el común pariera alguna  nueva expresión con el nombre del tan valiente como eficaz vicealcalde.  Desde Burgosdijital queremos aportar  nuestro granito de arena:

La foto es de Diario de un Drockadicto
1.“Hacer un Ibáñez”. Podría equivaler a hacer un simpa.  No sería extraño que un sábado por la mañana se escuchara a un grupo de jóvenes decir que. “El viernes pasado nos hicimos un Ibáñez, tuvimos que salir por patas y el camarero casi nos pilla.” O que tomando el vermú, un amigo nos comentara que en determinado bar "ahora tienes que pagar la consumición por adelantado para evitar que la gente haga Ibáñez"

2. Visto lo visto tampoco se podría descartar que “Hacer un Ibáñez”  equivaliera a no pagar el alquiler o las deudas.  Imagínense el siguiente titular en el Diario de Burgos: “El número de familias burgalesas que hacen Ibáñez crece sin parar a causa de la crisis”.  Aprovechando la emocionante coyuntura actual también podríamos leer que “Grecia está al borde de hacer un gran Ibáñez.” 

3. Si se demuestra que el asunto no es más que una gran chapuza,  nos podríamos encontrar con que un día nuestro vecino nos dijera algo como esto:  “Me alicataron el baño hace una semana y ya se me han caído una docena de azulejos. Joder ¡Me han hecho un auténtico Ibáñez!”

4.  Dada la valentía demostrada por el personaje, echando la culpa a trabajadores del ayuntamiento, sin aceptar su responsabilidad política, no sería extraño que con el tiempo en la ciudad se acuñara el verbo Ibañear con el sentido de: escabullir el bulto, hacerse el desentendido y así podríamos oir a nuestra vecina “Juanito, que te conozco, deja de ibañear y devuélveme lo que has cogido”

5. Si se prueban responsabilidades penales, hacer algo a la Ibáñez también podría significar: hacer un chanchullo, por ejemplo:"Bueno podemos hacer con factura o a la Ibáñez"


A nosotros/as, como ya hemos dicho, nos gustaría que hacer un Ibáñez significara dimitir, y ya que  ha demostrado o incapacidad o desidia o corrupción, que al menos demostrara la decencia de no aferrarse al sillón cueste lo que cueste y le cueste a quien le cueste, es decir a nosotros/as.  Por cierto, Aparicio, ¿Otra vez Ministro de trabajo?



jueves, 3 de noviembre de 2011

Izquierda Anticapitalista celebra su I Escuela de Otoño


Se respiran aires nuevos. A pesar del desconcierto, bajo los escombros, y aprovechando algunos cascotes, florecerán las flores. Así lo sueñan las personas que conforman Izquierda Anticapitalista. Por ello los días 22 y 23 de octubre en Mozuelos de Sedano, provincia de Burgos, celebraron la I Escuela de Otoño, con el título: “¿Es posible la revolución en el siglo XXI?”

Su esfuerzo demuestra que quieren estar ahí y aportar sus reflexiones, su trabajo y su compromiso con los cambios que se están realizando y sobre todo con los que se avecinan. La soledad de Mozuelos y el paisaje desolado en sus inmediaciones, acompañado por el monótono y constante girar de las enormes aspas de los molinos eólicos que rodean como guardianes el escaso caserío, han representado el marco de discusión. Los colores del cuadro los ponen los curiosos/as, militantes, solidarios/as, que se han acercado hasta las viejas escuelas del pueblo, y han contribuido con su presencia, opiniones y trabajo a la construcción colectiva de un futuro político más digno que las costosas ruinas que a veces nos empeñamos en sostener. El presente ha de parir un futuro más digno, más solidario, en el que los bienes estén más justamente repartidos y la acumulación, per se, de los mismos no sea el principal objetivo de las élites que detentan el poder. Para ello, como los ilustrados dieciochescos que soñaron con la Revolución Francesa, pero que no llegaron a participar en ella, tenemos la obligación de proponer un nuevo reparto de ese Poder, abrir el melón de la participación a los ciudadanos corrientes, a los que corren para no perder el autobús que les lleve a su trabajo, a los que cuidan de sus familiares con cariño, a los que temen no poder hacer frente a sus responsabilidades: hipotecas, pagos, etc…, todos ellos tienen la responsabilidad de pensar y de construir en la medida de sus posibilidades y en la medida de su entorno inmediato. Esto va a suponer un largo y bronco aprendizaje y la Escuela de Otoño es solo un pasito en el camino.

Como sabemos que no somos los primeros en dar un paso adelante y que podemos y debemos aprovechar la experiencia acumulada por las generaciones anteriores, estos días de octubre, Izquierda Anticapitalista ha querido echar una mirada hacia atrás para coger impulso y marchar hacia adelante. Es por ello que han dedicado el evento al burgalés de origen: Wilebaldo Solano, fallecido en Barcelona el año 2010. Veterano militante del POUM en los años treinta, perseguido, exiliado, condenado a trabajos forzados por los nazis, guerrillero, clandestino en la España franquista, periodista en la Agencia France Press, pero siempre coherente en la lucha por lograr un mundo más igualitario.
Es por ello, también, por lo que han tratado de comprender fenómenos tan rabiosamente presentes como las revueltas en los países árabes y otros hechos coetáneos como el 15M, la resistencia griega, o la toma de espacios públicos en demanda de democracia real en lugares sorprendentes del planeta. Y eso, al trasluz del quicio histórico de la España del siglo XX, la revolución y contrarrevolución que se produjo tras el golpe de estado a la Segunda República. El análisis de los logros y de los fracasos de aquella ocasión que tantos ríos de tinta sigue provocando.
Sin embargo, probablemente lo mejor del fin de semana haya sido el encuentro humano, saberse acompañados en relaciones humanas que fomentan la resistencia por un lado, pero también que construyen tramas de solidaridad y justicia. Se dijo durante los descansos algo que merece la pena que resuene en nuestros oídos y cada cual lo interprete y lo adapte a su realidad:

 “Nos la estamos jugando, no sólo está la cuestión de la lucha de clases, o como se quiera denominar, que como afirma el multimillonario Warren Buffet, es su gente la que la está ganando, es que si ganan las propuestas de la élite plutócrata insaciable, no es que ellos se repartan las ganancias a nuestra costa, es que nuestras sociedades mismas como las conocemos se van a hacer gárgaras, y en ese momento va a ser indiferente la pertenencia a una clase social o a otra. Tenemos la responsabilidad de ofrecer salidas sostenibles para todos/as”




                        Unidad Móvil Burgos Dijital







miércoles, 2 de noviembre de 2011

Democracia 4.0.- Por encima de la representación, la participación. Una persona un voto.


Ante las declaraciones en contra del referéndum Griego, sobre el acuerdo con Europa para saldar su deuda pública y rescatar a los bancos Europeos, casi todas las fuerzas políticas tienen gran temor a que el Pueblo pueda tener una participación más directa en las decisiones comunes. 
Les dejo una propuesta que acaba de surgir y que, con el tiempo, puede ser ALTERNATIVA al actual sistema de votación vs representación. 

Democracia 4.0 se presentó el pasado 26 de octubre en Sevilla, como una alternativa más participativa, de nuestra actual democracia troglodita. Y quien dude de esta afirmación, que lea la definición de "democracia" y termine de leer esta redacción.
D 4.0 no es perfecto si no sustituye por completo  en su aplicación al actual sistema de votación. Pero aún empleando sólo los votos favorables o contrarios a una propuesta, sigue siendo mejor que el sistema representativo actual, ya que parte de datos reales. Y es aquí donde el desconocimiento del actual sistema por parte de muchas personas, está generando críticas negativas sin fundamento. Ignorancia que puede deberse a un auténtico analfabetismo democrático  o  a un malicioso interés.
Si D 4.0 tiene algún punto débil, es que no puede ser presentado sin explicar e intentar corregir a la vez el fraude subyacente de nuestra democracia representativa. Es decir, no se puede comparar un voto directo y real con otro "supuesto adjudicado a un partido", ya que el sistema electoral está viciado en varios puntos:

1º.   La desproporcionalidad que se da cuando a determinadas circunscripciones les corresponde sobrerrepresentación de escaños por territorialidad. Se sabe que la proporcionalidad se refleja mejor cuando la distribución de escaños entre las circunscripciones se efectúa en función de la población y no en razón de criterios territoriales.
        A pesar de ello, se opta por la distribución por unidad provincial (aunque no existe ninguna vinculación entre los diputados elegidos en cada provincia y los votantes de la provincia durante el mandato), en lugar de la circunscripción única, donde el electorado de todo el territorio estatal es considerado como única circunscripción electoral, (Israel y Holanda tienen circunscripción única, al igual que la mayoría de los países en las elecciones al Parlamento Europeo).
2º.   La aplicación del Cociente de D’Hondt, que inutiliza cientos de miles de votos. En lugar de aplicar el Cociente Hare (por ejemplo), cuyo efecto habitualmente es menos favorable a los partidos mayores ya que provoca que haya menos candidatos elegidos por cociente que escaños disponibles. Por lo que los escaños sobrantes se suelen repartir por un sistema como el método del resto mayor.
3º.   La aplicación del  rango de exclusión del 3%. Mínimo porcentaje de votos de una lista en una circunscripción para poder optar a representación.
4º.   Y por supuesto la abstención. Los escaños se establecen a partir de votos emitidos y considerados en el sistema D’Hondt, ignorando los millones de no votantes. Por cierto que atendiendo a este criterio, un diputado no podría abstenerse o debería ceder su escaño a los “diputados votantes”.

Tras esta argumentación muchas de las dudas expresadas con D 4.0 se redirigen hacia nuestro actual sistema. Es más, habría que preguntarse, ¿cuántos ciudadanos/as son tenidos finalmente en cuenta por el sistema representativo para designar representantes? ¿cuántos son ignorados? Pero muchas personas desconocen esta situación e intentan establecer una paridad imposible.
D 4.0 es perfecto si se aplica en su totalidad (incluyendo la abstención de ciudadanos como representación en el recuento). Y cabe recalcar que es la antítesis de la representación. Por lo que es la interacción con el actual corrupto sistema representativo lo que arroja duplicidades, desviaciones e incertidumbres en su aplicación.
Nuestro reconocimiento al esfuerzo desinteresado realizado por ciudadanos y ciudadanas, para sacar adelante una iniciativa que acercará la participación de la sociedad a la definición de democracia.


martes, 1 de noviembre de 2011

La ciudad de los muertos endeudados



            Una ciudad respiró aliviada, y sin embargo, otra, similar a la primera penó largamente las ambiciones desmedidas del Ego estrellado en el novísimo y carísimo asfalto del estrenado Bulevar.

            Tras el vuelo más acrobático que Francisco Javier hubiera dado en su existencia, y después de recoger y recomponer sus sesos y otras vísceras que habían quedado esparcidas por diversas partes del vial público más costoso de los últimos tiempos, nuestro protagonista se incorporó y renqueando se dirigió sin pausa hacia la Casa Consistorial, su destino final.

            Comprendió en seguida que en aquel extraño averno todos le conocían y esperaban, ya se comentaba acerca de él antes de su aparición, las lenguas de la avidez le precedían. Alguien, probablemente uno de esos lambiscones que tanto abundan, le entregó con una reverencia su oreja ensangrentada que se había quedado prendida de una aguja de pino -de uno de esos arbolillos que costarán, cuando se paguen, los 500 euros la unidad (¡la de pinos que tiene que haber en Cabezón de la Sierra!). Inmediatamente FJ se la colocó, dándose cuenta que no oía, de todos modos para lo que había que escuchar ...

            Cuando se aproximaba a la Plaza Mayor de aquella ciudad que tanto se asemejaba al Burgos que acababa de abandonar se percató de que le rodeaba un mar de fieles muñones, todos con los ojos grises inexpresivos y la risa de la muerte grabada en su rostro. Poco le importó, a fin de cuentas parecían más fieles y agradecidos que algunos de sus antiguos paisanos. Le abrieron paso y le vitorearon con las partes de su cuerpo menos laceradas por la enfermedad, la putrefacción y la envidia. Le miraban con las cuencas de los ojos vacías, le pasaban sarmentosas formas por la incipiente chepa –fruto, sin duda, de la carga de la responsabilidad y de la espectacular caída-.

            Para sorpresa suya, y en la mismísima puerta de su sancta santorum municipal, le esperaban sus fieles -y pacientes- escuderos, aquella mítica “generación Baeza”[1], marchitada, por lo visto, en su juventud: Ángel el Sucesor, un “mini yo cualquiera”, dueño del Cofre del Cid, que regalaba propiedades municipales u olvidaba cobrar 500.000 eurillos, como quien sostiene rectores con arteras estrategias; Gema, lanzada al estrellato, la segadora de funcionarios, de empleo anterior desconocido; Eduardo, pálido reflejo de la juventud y la cultura; Diego el cachorrillo juguetón cuya sagacidad innata le llevó a falsificar documentos varios y engordar currículos, protegido de Alguien, según barruntan los pitonisos del Círculo de la Unión.

Así, guarnecido por sus mejores escaladores sobre cadáveres humanos, se presentó en el balcón municipal, exhibiendo su herrumbrosa guadaña, expresión del mando en aquella plaza. Lanzó una mirada de despreció sobre la ingente masa humana en descomposición que atestaba el recinto y desgranó sobre ellos sus tormentos más sofisticados.

Aquel conciliábulo de espectros políticos, aquella bandada de carroñeros se lanzó sobre la multitud descarnada, desempleada, desahuciada y endeudada para proponer el mejor y más grande proyecto: el “Mausoleo Arena”, sí o sí, con un argumento irreprochable ... tenían la eternidad entera para pagar ...

Poco importaba que el desempleo hubiera hecho mella en el gremio de los sepultureros, que subieran las tarifas de los coches fúnebres, que aumentaran las tasas de los embalsamadores municipales, que los servicios municipales básicos se encarecieran, pero no se tocaba el IBI de los grandes panteones, los difuntos de las beneméritas familias de Burgos podrían seguir descansando en paz con Francisco Javier...

Pero no, decididamente no, en el Más Allá o en el Purgatorio o donde diablos estuvieran no iba a ser diferente. ¡Qué mejor que labrar el buen nombre de FJ en alabastro eterno, como intentaron los Condestables! Aunque los mismos cimientos de la urbe se tambaleen, aunque las deudas ahoguen como mortajas futuras e hinches los cadáveres, una página brillante y perdurable en la historia de la Necrópolis propia sólo se logra con una gran Obra, ¿Qué fueron si no la Catedral, Las Huelgas, la Capilla de los Condestables o en los últimos tiempos el prisma tendido que denominaron Museo de la Evolución Humana?

Con este convencimiento, Francisco Javier, escoltado por sus secuaces, portando el ataúd de la participación ciudadana –barruntaban con perfidia un decreto que eliminaba las preguntas incómodas de los espíritus más inquietos en el Pleno Municipal-, se lanzó a las monótonas rúas donde se extendía su reinado. En su rostro falsamente bonachón se agazapaba el deseo irrenunciable de pasar a la Historia de los Muertos Ilustres reconocidos en el Panteón de los Patricios de la ciudad, quería en definitiva brillar con luz propia. Hasta el momento, y a pesar de su gran batacazo, seguía sintiendo en su nuca el gélido aliento del Gran Amortajador de la ciudad, el Padrino Innombrable, propietario de la Hoja Parroquial donde aparecían las esquelas, últimamente algo afectado por unas malas inversiones realizadas en unos camposantos que incluían aeropuerto, tirando al mediodía. Ya se sabe que algunos prohombres se han proyectado en el progreso, en el ascenso propio sostenido por las generosas aportaciones públicas en recalificaciones multimillonarias de ducas, o nichos, de la mano de esbirros como nuestro amado Francisco Javier y sus acólitos.

Francisco Javier tenía que mostrar mano de hierro y obsesión enfermiza en su MAUSOLEO ARENA, con su techo rotatorio y el mejor mármol jaspeado, las lápidas más memorables, siempre a mayor gloria de la Vanidad, pero también al servicio de los Amos, demostrando eso sí, que se puede ser más papista que el Papa y avanzar en la agenda dictada por los Sepultureros de la Construcción…

(Continuarán las Crónicas del Ayuntamuerto …)
 
En Burgos, a catorce de abril de 2012

Lucas Mallada
                   
PD.: Reconocemos humildemente cierta inspiración en el ambiente de la novela creada por Óscar Esquivias: “La ciudad del Gran Rey”, que sus lectores podrán percibir fácilmente.


[1] Se denomina “Generación Baeza” a aquellos militantes de determinado partido de gobierno de Burgos, que sin más experiencia laboral que la propia militancia y los cargos que les iban asignando a medida de su fidelidad desde el propio partido se vieron encumbrados a puestos de auténtico poder municipal, tras el descalabro de la candidatura de su partido propiciada por el denostado Baeza, un huracán deslenguado y venenoso que barrió a una generación de fachillas veteranos para propiciar la llegada de estos arribistas ambiciosos.

viernes, 28 de octubre de 2011

Propuestas de solución para la Deportiva Militar (VI)

Durante varias semanas y a través de sucesivos artículos hemos ido tratando en Burgosdijital la problemática que supone la persistencia en su carácter y estado actual del complejo que conforma la Deportiva Militar para la ciudad de Burgos.

Para ello hemos tratado de acercarnos inicialmente al origen de estas instalaciones que nacen dentro de la voluntad (fascista) de la época de dotar a la Capitanía General de la VI Región militar de una serie de equipamientos de formación, acuartelamiento y, en el caso concreto de la Deportiva Militar, de un lugar para la confraternización y el esparcimiento del estamento militar. Encuadrado todo ello, mientras, en un contexto de carestía generalizada emanada del desgaste ocasionado por la fratricida contienda que había sumido al país hasta hacía pocos años antes.

Desde esos controvertidos orígenes, con un carácter castrense y emplazada entonces en una ubicación periférica de la ciudad, no hemos tenido por menos que aproximarnos al carácter singular que adquiere la Deportiva Militar en la actualidad; muy diferente a la de otros centros de naturaleza similar existentes por todo el país, tanto por su ubicación, dimensiones y modelo de gestión.

Hoy en día la Deportiva Militar se encuentra plenamente absorbida (junto con otras instalaciones militares aún existentes) por el crecimiento urbanístico experimentado por la ciudad en las últimas décadas, suponiendo con ello un obstáculo al desarrollo y comunicación principalmente de los barrios de Gamonal y Capiscol.

De la misma forma y en base a sus particulares criterios de admisión y utilización, las instalaciones que conforman la Deportiva Militar suponen un agravio y una distorsión en la utilización de un espacio de titularidad pública, así como un inadmisible desaprovechamiento de un inmenso espacio dotacional (13 ha.) muy necesario en pleno corazón del barrio más populoso de la ciudad.

Esta es la razón por la que desde Burgosdijital hemos creído necesario recuperar de nuevo la atención sobre este asunto que otros en su momento, como Luis Castro desde su calidad entonces de concejal en el Ayuntamiento, ya plantearon infructuosamente.

Son muchas las soluciones que pueden plantarse con el fin de solventar la controversia y la problemática real que supone la persistencia inalterable de este enorme complejo lúdico-deportivo, de uso privativo, ubicado en plena ciudad. Creemos que este asunto no sólo debería de haber sido ya seriamente planteado, sino que tendría que haberse incluso definitivamente resuelto por las administraciones implicadas, con la normalidad propia que se debe de exigir a las tareas de planificación responsable y ordenada de los espacios urbanos.

Así pues desde aquí apostamos por una serie de medidas mínimas e imprescindibles que permitan poner en valor “social” estos terrenos de titularidad pública escasamente aprovechados y que a su vez permitirían mejorar el tránsito y la comunicación de los barrios de Gamonal y Capiscol con el resto de la ciudad; en ese sentido proponemos:

- Habilitar un paso (no rodado) como prolongación de C/ San Bruno que permita la conexión del barrio de Gamonal con las instalaciones municipales de El Plantío y Fuentes Blancas.

- Desaparición de las caballerizas que permitan una “digna” comunicación del barrio de Capiscol con el centro de la ciudad a través de la adecuada prolongación de la C/ Villafranca.

- Cambio de titularidad de los terrenos situados en el sector más oriental del complejo de la Deportiva Militar en los que se ubican entre otros: el molino, pista de atletismo, picadero, caballerizas y campo de fútbol.

- Cambio de titularidad de la ribera del cauce molinar que linda con la C/ Infantería para su conversión en parque público, de los que tanto adolece el barrio de Gamonal.

- Eliminación en su totalidad de las barreras arquitectónicas existentes (muros y tapias) y sustitución por tipos de cerramiento menos agresivos.




Mediante la aplicación de estas medidas (entendemos nada pretenciosas y perfectamente razonables) se conseguiría una mejor configuración de la trama urbana, solucionándose los problemas de comunicación de estos dos importantes barrios con otras zonas de la ciudad. Además debemos de tener en cuenta que el mantenimiento de las caballerizas supone de por sí una "vulneración" de la normativa sanitaria en la materia que impide el alojamiento en suelo urbano de este tipo de establecimientos, por lo cual su desaparición debería de materializarse independientemente de que se pudiesen o no llevar a la práctica estas medidas que aquí proponemos.

Asímismo y mediante la obtención municipal de la propiedad del terreno señalado (bien mediante compra y/o permuta) se lograría dotar a estos populosos barrios de nuevos espacios de esparcimiento y de uso deportivo de los que tanto carecen actualmente, pudiéndose aprovechar, tal y como ya existen, la pista de atletismo y un campo de futbol.

Como ya indicábamos en artículos anteriores resulta inadmisible que se mantenga para unas instalaciones lúdico-deportivas un cerramiento (de casi 2 Km.) de tipología "apartheid" mediante muros de 4 metros, alambres, espinos y cristales rotos que no resultarían permisibles por parte de los técnicos municipales para cualquier otra instalación cuyo propietario no fuese el del gremio de la guerra. Así pues y a este respecto apostamos por la sustitución de los cerramientos actuales por tipos menos agresivos y más humanizados como ya existen a la entrada del mismo complejo o en las instalaciones deportivas municipales próximas.

No obstante a todo ello, la solución definitiva que creemos más adecuada, aunque también somos conscientes de que resultaría menos factible a corto plazo (sobre todo teniendo en cuenta la actual coyuntura económica), sería trasladar la totalidad de las instalaciones a un emplazamiento fuera del núcleo urbano como ya se hizo con otras dependencias militares (Castrillo del Val) o como ocurre con otros clubes de carácter recreativo ubicados a las afueras de la ciudad (Club de Tenis, El Soto, etc.).

Tanto en la adopción de una solución como de otra (puede que una más factible y otra a más largo plazo), la iniciativa debe en cualquier caso partir del "Ayuntamiento" en su convencimiento de la problemática que supone la persistencia en su emplazamiento y fisonomía actual de la Deportiva Militar y de los inconvenientes que suponen para la correcta articulación de la ciudad en general y de los barrios de Gamonal y Capiscol en particular.

Así pues, desde aquí instamos al Ayuntamiento de Burgos a que inicie las gestiones con el Ministerio de Defensa, de la misma forma a como ya se realizaron anteriormente para otros casos, con el fin de buscar parcial o de forma integral una solución a una situación que desde hace décadas debiera de estar ya resuelta para el beneficio de toda la ciudadanía; salvo por el posible motivo que “no” se nos escapa de que la Deportiva Militar (preferiblemente con el mismo esplendor con el que la conocemos hasta ahora) pudiera ser precisamente destino accesible y predilecto por parte de los mismos que han venido hasta ahora dirigiendo el Ayuntamiento, sus más queridos familiares y entrañables colegas.

jueves, 27 de octubre de 2011

Homenaje a las Brigadas Internacionales en el 75º aniversario del campo de concentración de San Pedro Cardeña.


Programa:

Exposición: del 25 de octubre al 11 de noviembre 
Lugar: Espacio Tangente
C/Valentín Jalón 10, bajo
Horario: 
18:30-21:30h (Lunes a Viernes)

Charla: 4 de Noviembre de 2011
Lugar: Salón de actos del edificio de sindicatos
C/San Pablo 8 - Burgos
Horario: 20 horas.

Homenaje a las Brigadas internacionales.
6 de noviembre 2011
Lugar: Monasterio de San Pedro Cardeña
12 horas


Para más información sobre los actos y sobre el campo de concentración de San Pedro 
Cardeña recomendamos visitar este interesante blog burgalés.
http://thejailynews.blogspot.com/

martes, 25 de octubre de 2011

Hacemos un añito.

Hace ya un año comenzó a caminar el proyecto de Burgosdijital.  Las frías cifras: más de 200 entradas, y casi 60.000 páginas visitadas, dejan entrever que se ha realizado un trabajo con más tenacidad y responsabilidad del que nos imaginábamos cuando empezamos.  Haciendo camino al andar, hemos avanzado y hoy, al ver  la aún breve senda, sentimos orgullo por el trabajo realizado.  

Empezamos esta aventura con la huelga general del 29 de septiembre de la mano de los sindicatos que no pactaron la reforma de las pensiones, y desde entonces hemos tratado de estar presentes en todos los acontecimientos sociales que se han desarrollado en nuestra ciudad, al lado de ecologistas en acción en contra de las obras en la Isla, junto a la CGT contra del pensionazo, con los antinucleares exigiendo el cierre definitivo de Garoña...  En este apartado, mención aparte, merece nuestro respaldo desde el principio a toda la gente que tomó las calles y las plazas de Burgos reclamando una democracia real y otro mundo, más justo.  

También hemos sido livianos altavoces de ese otro Burgos al que el poder temeroso se empeña en amordazar.  Hemos hablado con los vecinos de Gamonal, con los inmigrantes con problemas con la hipoteca, con los representantes de los gitanos, con los nudistas que defienden nuestro derecho a no avergonzarnos de nuestros cuerpos, o con la gente de la Despensa ecológica, que se organiza para consumir y alimentarse de una forma más saludable personal y socialmente. 

Finalmente , hemos sacado a la luz debates encerrados bajo siete llaves, como es la privatización del uso de los terrenos públicos de la Deportiva militar, y hemos denunciado las negativas consecuencias sociales y urbanísticas que genera este apéndice del franquismo.
Si en Burgos se ha tomado la calle, Burgosdijital ha tomado la palabra.  En esta labor, ni somos los primeros ni hemos estado solos.  Después de un año de esfuerzo, es un placer reconocer el valor y el trabajo de los que empezaron antes que nosotros:  la gente del Diario de Vurgos, la de Onda expansiva, y a los perdigones herederos de Virgilio Mazuela.  En este año, la familia ha crecido no sólo por nuestro alumbramiento.   Sombras en la ciudad e Infoburgos también han dado un paso al frente.  De este modo, comienza a establecerse en la ciudad una red, que esperamos siga creciendo y robusteciéndose  este año.  

Queremos agradecer a todas las personas que siguen el blog la atención prestada, y muy especialmente a quienes han escrito artículos o han sido entrevistados/as.  También queremos mandar un afectuoso y fraternal abrazo a todas las personas que sufren la injusticia de la crisis en un año que ha sido especialmente voraz: a las que no encuentran trabajo, a las que temen perderlo, a las que los bancos les roban la casa, a los trabajadores precarizados, a las personas que son reprimidas por la policía por exigir derechos y justicia.  A todas ellas, les enviamos un abrazo cargado de ánimo, resistencia, y optimismo.  Más temprano que tarde se abrirán nuevas alamedas.

Burgosdijital es  hijo de la indignación que,  como un torrente subterráneo,  va erosionando las entrañas del  páramo yermo.  Fruto del compromiso con nuestra ciudad, Burgos, y con nuestra patria, la humanidad.  El próximo año, pretendemos que nuestra voz siga la senda  de aquellas que se rebelaron contra el discurso ideologicida del poder.  Haciendo camino al andar queremos seguir diciendo con la humildad y convicción de un Galileo: Eppur si muove a nuestra inquisición, y con  inocencia infantil, a veces proscrita,  seguir gritando a pecho partido que el rey va desnudo.

domingo, 23 de octubre de 2011

Asamblea Universitaria.

Este Martes 25 de Octubre, se celebra la III Asamblea Universitaria en el Tablero de Ajedrez, dentro de los Jardines de la Facultad de Derecho Burgalesa.
Nos parece interesante destacar la unión de profesores y alumnos para el análisis y debate, dentro del centro docente, con el fin de exponer al conocimiento general del alumnado, las formas y maneras de generar más participación activa en la vida universitaria.

viernes, 21 de octubre de 2011

Réquiem por los muertos en la N-1


Más de 250 personas han perdido la vida en esta carretera, los políticos quieren ignorarlo y no hacer nada.
La Nacional 1, una de las carreteras más transitadas de España, sigue siendo el mayor punto negro de accidentes.

miércoles, 19 de octubre de 2011

La Ciudad deportiva de Gamonal, episodio de la militarización de Burgos en la posguerra (V)

Artículo de Luis Castro
Profesor de historia , escritor y
ex-concejal del ayuntamiento de Burgos por IU.

Los reportajes de Burgosdijital reflejan bien con sus fotos y comentarios la aberración que supone la Ciudad Deportiva Militar en términos urbanísticos y sociales: el uso privativo y acotado de amplios terrenos de ocio junto a Gamonal, barrio masificado sin apenas espacios públicos; el estrangulamiento de la comunicación de esta zona con el centro urbano y con el pulmón verde de Fuentes Blancas; la soberbia falta de respeto a los vecinos y a la más elemental racionalidad urbanística. Es cierto que, cuando se construyó, la Deportiva ocupaba una tierra de nadie alejada de la ciudad e incluso de Gamonal, que era un minúsculo arrabal en torno a la iglesia de la Antigua. Pero parece increíble que a lo largo de cincuenta años, cuando la instalación ha resultado una especie de quiste urbanístico cada vez más infecto, no se haya abordado alguna solución o paliativo, como si los asuntos que tienen que ver con el ejército siguieran siendo tabú, al igual que en tiempos de la dictadura.

Pues no se trata solo de la Deportiva, si hablamos de las instalaciones militares ubicadas en Gamonal y sus alrededores (como refleja el plano de Infoburgos). Estas campean por los cuatro costados de este atribulado barrio, ejemplo de “explotación urbanística rayana en la barbarie”, al decir del urbanista Chueca Goitia. Hay que hablar también de la cercana residencia de oficiales (“solteros”, se dijo inicialmente, pues los que tenían familia iban a la contigua barriada militar), de la Academia de Ingenieros con el anejo Parque de Intendencia, del Gobierno Militar y de la ampliación de 30 hectáreas de los aeródromos de Gamonal–Villafría, cuyas pistas fueron operativas durante la Guerra Civil gracias a la Luftwaffe y se usaron para bombardear el País Vasco y Cantabria. Sin olvidar la larga persistencia de instalaciones castrenses anteriores: el parque de automóviles de Capiscol, el cuartel de Intendencia “Capitán Mayoral” y algún almacén de pólvora. (No muy lejos estaban los campos de tiro y maniobras de Vista Alegre y de Santimia, que sirvieron como lugar de fusilamientos durante la Guerra Civil).

La mayoría de estas instalaciones fueron obras de nueva planta propiciadas por Juan Yagüe durante su largo mandato como capitán general de la VI Región Militar (1943-1952), siguiendo directrices del propio gobierno de Franco.  “Hay que dotar a la ciudad –decía en 1945– de unos servicios de los que estaba necesitada en el orden castrense: residencias y viviendas, además de instalaciones deportivas que, con carácter cívico-militar estén prioritariamente al servicio de las necesidades del ejército (cuadros y unidades)”. La Ciudad Deportiva no estaba concebida para adiestramiento de tropas (y en esto corrijo un poco el reportaje de Burgosdijital ), sino para el mantenimiento físico de oficiales y suboficiales, en sintonía con la mentalidad del nazismo, para el que el soldado era o debía ser el exponente más refinado de la raza, tanto en lo físico como en lo espiritual. Yagüe, como ministro de aviación (el primero que tuvo Franco), había visitado la Alemania nazi y visto de cerca cuáles eran las pautas de la Luftwaffe y de la Wehrmacht a ese respecto.

La Deportiva se diseñaba también dentro de ese espíritu clasista y señoritil que tanto gustaba a los militares españoles de otras épocas; de ahí que inicialmente no solo se discriminaba a los civiles en ella, sino que las instalaciones de los oficiales estaban separadas de las de los suboficiales (lo mismo que las viviendas militares contiguas).  De ahí también las anacrónicas competiciones hípicas, cuando los caballos hacía tiempo que habían perdido la batalla ante los carros de combate. ¿Qué importaba que la Deportiva invadiera un cauce molinar y varios caminos locales?  Se trataba de lograr un ambiente ”distinguido”, cosa que sin duda se conseguía sobre un trasfondo social de muertos de hambre y rojos escarmentados.

Es necesario recordar el contexto histórico de la época para entender el trasfondo de esa militarización del territorio burgalés, que se remonta al siglo XVIII, cuando la ciudad fue “designada” como capital militar (por no recordar las fazañas y guerras civiles medievales). Conviene saber que Franco, de la misma promoción que Yagüe, había sido nombrado en Burgos, seis o siete años antes, Jefe del Gobierno y del Estado, Generalísimo de los tres ejércitos, capitán general y Jefe Nacional de FET de las JONS. Tanto Yagüe como Franco mantuvieron una especial relación con la “capital de la Cruzada”, cuyas fuerzas vivas habían acogido al llamado Movimiento Nacional con especial entusiasmo y luego albergado y sostenido la mayor parte  de las altas instituciones del Nuevo Estado (todas no, pues no cabían), empezando por el Cuartel General y la residencia oficial del flamante Jefe de Estado y Caudillo.

La situación del país en 1939 hubiera exigido por parte del Nuevo Estado una atención prioritaria a la reconstrucción de las infraestructuras, a las necesidades básicas de la población civil y, en lo posible, a paliar los terribles desgarrones en la convivencia de la sociedad española. Pero en esa época la dictadura no pudo ni quiso atender como debía esas exigencias, ya que seguía en pie de guerra y vigilante frente a sus enemigos interiores y exteriores. Resulta dolorosamente significativo que el primer Desfile “de la Victoria” se celebrara el 19 de mayo de 1939, la misma fecha en que aparecía en el Boletín Oficial del Estado el decreto de racionamiento de recursos básicos, que se prolongó hasta 1952. Esa fue, en esquema, la antinomia con la que tuvo que bregar el pueblo español durante lustros: una dictadura militar “ostentórea” y opresiva, por un lado, y la penuria y el hambre, por otro. El estado de guerra siguió operativo en España hasta 1948 y buena parte de los militares profesionales de la contienda siguió en nómina (entre ellos el 90 % de los alféreces provisionales), creándose además la Policía Nacional y los Tribunales de Responsabilidades políticas y de Represión de la masonería y el comunismo.

El contexto internacional tampoco invitaba a bajar la guardia. Hacia 1943 las cosas se estaban poniendo muy difíciles para el Eje Roma-Berlín en la II Guerra mundial, y en más de una coyuntura el régimen de Franco temió que su previsible derrota les arrastrara al basurero de la historia. Sin embargo, Yagüe, que era un “echao pa’lante”, como se dice vulgarmente, no descartaba una intervención española en el conflicto.  Algo de eso podemos ver en este pasaje de su discurso de toma de posesión como capitán general: “Preparaos y preparad a vuestros hombres, físicamente, técnicamente y, sobre todo, moralmente, para estar en todo momento dispuestos a lanzar si fuera preciso el Arriba España que levante nuevamente  en vilo a los españoles (...) Sé también que, si sonase el clarín, formaríais en filas con el mismo entusiasmo que en el año 1936, y una vez más enseñaríais al mundo de lo que son capaces los hombres de España”.

En el plano interior, los trabajadores eran mirados aún con desconfianza (de ahí que las barriadas obreras, como Illera y Yagüe se localizaran lo más lejos posible del centro) y la actividad guerrillera, si no un peligro, fue una fuente de preocupación, al menos durante los años de la II Guerra Mundial y tras la derrota de los fascismos.

Cuando Franco se despidió de Burgos, en octubre de 1939, prometió a las autoridades locales un futuro de desarrollo industrial como premio a sus sacrificios durante la guerra. Pero no estaba el horno para demasiados bollos en ese momento y el único “premio” que hubo –así se presentó el asunto– fue la concesión de la academia de ingenieros. Aunque en la inmediata  posguerra se implantaron en la ciudad empresas de cierta envergadura (la Sedera, INDUPISA, Campofrío, la FNMT, etc), pronto se decantó el crecimiento urbanístico hacia lo castrense, respondiendo a ese contexto histórico que hemos apuntado, a la vieja inercia de ciudad cuartelaria y a la concepción de las fuerzas armadas como controladoras del territorio y de la población civil, algo propio de regímenes dictatoriales. Como ocurriera en el siglo XIX, las fuerzas vivas locales consideraron que, mientras llegaba el tren de la industrialización, cabía basar la prosperidad y el prestigio de la Cabeza de Castilla en su proyección como base militar de envergadura.

El plan de ordenación urbana encargado por el ayuntamiento al ingeniero José Paz Maroto en 1943 respondía a esa idea. Identificaba  la expansión de la ciudad con un ensanche moderno situado al este del casco histórico consolidado, en la zona de las Calzadas y los Vadillos. Para su plasmación eran necesarios, entre otras cosas, el encauzamiento de los ríos Pico y Vena y el traslado de los viejos cuarteles regimentales de la calle Vitoria y sus alrededores (no muy lejos estaba la casa cuartel de la Guardia Civil). Estos irían desplazados a una gigantesca área militar que se preveía al este de la ciudad, ocupando la mayor parte del término de Gamonal –entonces aún no anexionado– desde la Barriada Militar, ya parcialmente construida, hasta los aeródromos de Gamonal-Villafría, a lo largo de unos seis kilómetros longitudinales Allí había terrenos más que suficientes, cuando la palabra especulación aún no figuraba en el argot de los constructores cuatreros, tan característicos del panorama social posterior.

Es cierto que estos planes no se realizaron en su integridad (¿cuándo se han cumplido los planes urbanísticos en la ciudad del Juicio de la Construcción?), pero marcaron en buena medida ese destino castrense que hemos señalado para Gamonal (y que caracteriza también al conjunto de la ciudad hasta los años sesenta). Luego vino otro problema: al no cumplirse el plan Paz Maroto en esa zona, ni haber una orientación alternativa para el desarrollo urbanístico de Gamonal en los años decisivos de su militarización y de su industrialización (desde los años 40 a los 70),  la construcción de grandes edificios residenciales respondió casi únicamente a los intereses crematísticos de propietarios de suelo y constructores, con el desastroso resultado que tenemos a la vista. En esa época está el origen del Gamonal actual: cuando se integró en Burgos (1955) y multiplicó vertiginosamente su población (de unos 2.000 habitantes a más de 30.000). Como diría el entrañable Virgilio Mazuela, “a Burgos le ha salido un bulto en un costado, a modo de tumor disforme, al convertirse un pueblo, un grupo de casitas dignas y acogedoras, en un barrio improvisado”. Con los cuarteles y la deportiva a un lado y el polígono industrial –gran dispensador de puestos de trabajo en los años del desarrollismo– al otro, Gamonal bulle como una colmena creciente “... y hoy es el día en que, –añadía Virgilio– con casi 50.000 almas, anda buscando una identidad dentro de esa cultura de aluvión, hija de distintos padres y de distintas circunstancias”.  Virgilio no residía en el barrio, pero lo conocía bien, por sus amigos y sus reuniones en el Ateneo Popular; podía testificar también que, al menos, los vecinos y sus asociaciones plantaban la cara y luchaban cuando los agravios eran demasiado abusivos (av. Eladio Perlado, 6º instituto, etc).

Por lo que se refiere a las instalaciones militares de la época de Yagüe, no solo hacían falta terrenos, que el ayuntamiento era propenso a ceder gratuitamente –incluso en el caso de que hubiera que comprarlos–; había que urbanizar, dotar de accesos, construir los edificios, amueblarlos, sostener sus gastos ordinarios... En circunstancias normales, todo ello debería haber ido a cargo de las arcas del Estado, pero no fue así en este caso, algo que, por otro lado, tampoco resulta especial dentro de las ciudades sostenedoras de grandes infraestructuras militares (por ejemplo, las sedes de las capitanías generales). No podemos dar demasiados detalles, pero podemos afirmar que todo ello supuso una gravosa carga para las arcas locales, muy castigadas ya durante los años de la guerra, y debió de redundar muy negativamente en los planes de rehabilitación de la ciudad y en sus servicios asistenciales, justo en el momento en que eran más necesarios.

Sólo a título ejemplo diremos que en 1939 el presupuesto del Ayuntamiento de Burgos rondaba los 3,5 millones de pesetas, la tercera parte del cual se iba en amortizar una deuda que se había multiplicado durante la guerra. Pues bien, en esa situación los ediles se apresuran a negociar un préstamo con la Caja de Ahorros municipal de 1.100.000 pesetas para financiar la construcción de la Academia de ingenieros. Paralelamente, la asignación de casa baratas pasó de 10.000 a 50.000 pesetas, lo cual nos da una idea de cuáles eran las prioridades del momento. Es cierto que el régimen construyó barrios de casas “ultrabaratas” (así se llamaban oficialmente), como los de Yagüe e Yllera, pero muy lejos de las que se necesitaban. No llegaron a 1.000 viviendas en esas dos urbanizaciones, siendo así que hacían falta más de 2.500. 

Y es que en Burgos, a pesar de haber sido “capital de la cruzada”, la cosas no iban mucho mejor que en el resto de la “España nacional”. Hacia 1940 el 60 % del parque de viviendas de la ciudad eran “sórdidas” y se hallaba en malas condiciones (falta de sanitarios, agua corriente, etc.), según el arquitecto municipal, el falangista José Luis Gutiérrez. La miseria era tal que en algunos barrios periféricos, sobre todo al sur del río y en San Pedro de la Fuente, la mortalidad infantil superaba el 150 por mil. Algunas familias vivían en cuevas y tugurios del extrarradio, periódicamente visitados por la policía. A pesar de todo, las autoridades locales se afanaban dando prioridad a las obras militares y prodigando actos y monumentos laudatorios del Nuevo Estado y de sus caudillos. La compra del Palacio de la Isla por el ayuntamiento y la diputación de Burgos para obsequiar a Franco es un ejemplo señero de esa actitud servil. Pero no podemos extrañarnos de ello, viendo la nómina de los personajes políticos locales de esa época.  ¿Qué crítica o reserva ante los planes oficiales podían hacer los alcaldes Florentino Martínez Mata o Aurelio Gómez Escolar, ambos “camisas viejas” falangistas, a un Yagüe, carnicero de Asturias y de Badajoz, miembro del Consejo Nacional de Falange y uno de los pocos que alguna vez había sacado los pies del tiesto franquista sin que ello le costara la vida?, ¿qué podía decir el entonces teniente coronel Carlos Quintana –sucesor de Gómez Escolar en la alcaldía– a su capitán general cuando este le reprochaba con malos modos su poca atención a las obras militares, él, que ya había sido servidor de la dictadura de Primo de Rivera y luego juez especial en los consejos de guerra y primer gestor de las Comisiones de incautación de bienes?, ¿qué objeciones técnicas podía poner el arquitecto municipal, camarada José Luis Gutiérrez, quien había pedido días de permiso en julio del 36 para dedicarse al “Alzamiento”?, ¿qué podía alegar un Honorato Martín Cobos, presidente de la Diputación Provincial, cuya hoja de servicios al régimen comienza siendo enlace de la guarnición de Burgos con el general Mola, director de la conspiración?, ¿qué, en fin, un Alejandro Rodríguez de Valcárcel, gobernador civil y Jefe provincial del Movimiento, que inició su cursus honorum en la “batalla de Pancorbo” (en la que un grupo de falangistas y guardias civiles acorraló en la Casa consistorial a algunos vecinos armados de escopetas) y lo terminó tomando juramento a Juan Carlos I como rey, siendo él presidente de las Cortes franquistas? Todos ellos habían colaborado decisivamente en la gestación de esa criatura monstruosa que ahora les seguía exigiendo sacrificios patrióticos, siempre a la espera de algún reconocimiento más sustancial que los títulos honoríficos, los milenarios de Castilla o las periódicas estancias del Caudillo en el palacio de la Isla.

Ese es el contexto histórico de las instalaciones militares del Burgos de la posguerra. Pasan los años, y ya a finales de siglo viene el momento de la desaparición de las capitanías generales y de la desafección de muchas dependencias militares por todo el territorio nacional. Es la época de los convenios de los ayuntamientos con el Ministerio de Defensa. O, mejor dicho, con la Gerencia de Infraestructuras, que actúa con un criterio siempre –o casi– aplicado a rajatabla: las enajenaciones de terrenos militares siempre serán onerosas. Dicho en plata: que esos solares, en su mayoría cedidos al ejército en otros tiempos gratis et amore (amor a la Patria, claro), carecen de derecho de reversión, no vuelven sin cargas a la institución que los cedió, sino que son objeto de una tasación según los valores de mercado y vendidos al mejor postor. De ahí que los solares del parque de automóviles se vendieran como si hubiera petróleo debajo de ellos, de ahí la astronómica cifra que el ayuntamiento hubo de pagar (en incremento de aprovechamientos urbanísticos) por la recuperación del aeródromo de Gamonal. Sin embargo, la literatura oficial habla de la “cesión” del aeropuerto al Ayuntamiento, que luego lo transfiera al Estado (AENA).

Pero, al parecer, la Deportiva Miliar no se desafecta, sino que sigue dando un agradable servicio de esparcimiento y relax a la guarnición posmoderna y a sus amiguetes. En su momento, hace bastantes años, el que suscribe propuso obras de remodelación de la Deportiva que, al menos, paliaran esa aberrante situación que hemos descrito. Por ejemplo, la prolongación de la calle San Bruno hasta Fuentes Blancas, o la de Villafranca (calle que, por cierto, puede ser considerada como tramo del camino de Santiago entre los montes de Oca y Burgos), eliminando las caballerizas. Todo con el fin de facilitar la conexión del barrio con los paseos y frondas de Fuentes Blancas y del Arlanzón. Del mismo modo se planteaba la prolongación de la avenida de Obdulio Fernández, que viene a morir ignominiosamente ante las tapias de la Comandancia de Obras. Y tantas otras cosas. Está de más decir que estas propuestas recibieron la callada por respuesta. Pero quizá lo peor de todo es que el tema de las relaciones del ayuntamiento con el ministerio de Defensa en torno a cuestiones urbanísticas nunca fue objeto de debate público, de modo que los acuerdos y convenios solo eran conocidos por la opinión pública cuando ya se habían firmado. Eso está en el haber de los partidos mayoritarios, PP y PSOE, así como de la inefable SI, tantos años liderada por el inolvidable Peña.

No está mal que el asunto salga ahora a la calle; más vale tarde que nunca, aunque la tardanza en abordar los problemas casi siempre deriva en su agravación.
Pero ojalá me equivoque en esta ocasión.

Luis Castro