A
pesar de la resaca de pesimismo que se lleva consigo todo en lo que
uno cree y estima, de repente, y cuando uno menos lo piensa, se
encuentra motivos para ser feliz y sonreír a la vida. Hoy ha sido
uno de esos días en los que por fin tengo ante mi un increíble
ejemplo de austeridad y de inapelable conducta ética que pueda
servirme de faro entre tanta obscuridad. Estoy pensando en una
segoviana pizpireta, de pelo largo y rubio, con aires de moderna,
aguda voz y cara de no haber roto un plato en su vida. Si, es ella,
es Silvia Clemente Municio. Y como me he puesto tierno, voy a relatar
una breve semblanza de esta musa castellana que para sí bien la
hubieran querido los desconsolados comuneros.
Pues
bien, esta muchachita a los 25 años consigue aprobar con gran
distinción unas oposiciones al Cuerpo Superior de la Administración
y, a partir de ahí, su carrera es meteórica, aunque no por ello
merecida: un año después, dado su gran bagaje acumulado tras un
intenso año de trabajo es nombrada Jefa de la Gerencia Territorial
de Servicios Sociales de Segovia. Pasados tres años de profunda
dedicación a los intereses públicos siente la llamada seductora de
las sirenas del Pisuerga y abandona irremediablemente y muy a su
pesar la bella y misteriosa Segovia, su patria chica, para
convertirse en la nueva flamante Directora General de Calidad
Ambiental en la recién creada Conejería
de Medio Ambiente. A pesar de lo poco que le gusta el gran peso de
responsabilidad que tiene que soportar no puede rechazar, y parece
ser que lo intentó en innumerables ocasiones, la oferta de ser la
nueva Consejera de Medio Ambiente a sus treinta y un añitos. A
partir de ese momento pasa a ser la piedra filosofal sobre la que
giran los gobiernos de Lucas y Herrera, con lo que se convierte en
una mártir más de las servidumbres del poder. Así y por culpa de
la dichosa meritocrácia que tanto gusta por estas tierras esta
muchacha no sólo demuestra su capacidad intelectual convenientemente
compensada por estrictos criterios, sino que resulta ser una mujer
muy versátil: Medio Ambiente, luego Cultura y Turismo, y en la
actualidad Agricultura y Ganadería, y aún no se ha bajado de esa
burra…
Pero
como en todos los bonitos cuentos de hadas, hay también momentos
obscuros y trampas por el camino que quieren ensuciar la imagen de la
heroína, o para los bienpensantes verdaderas ordalías que hacen más
grande la esencia y estampa del personaje. Por eso un día alguien
mu´malo, mu´envidioso y muchos más muuusss´, no se le ocurrió
otra cosa que divulgar a algunos cuantos medios de comunicación, “si
se les puede llamar así”, un montón de facturas relativas al pago
de collares, pulseras, jerséis, bolsos, objetos de decoración,
gafas y otros complementos como gastos de la Consejería que ella
dirige. E incluso se hablaba de comidas en fechas festivas pagadas
con la misma tarjeta. Menos mal que consultado su Gabinete éste
explicó que la mayoría de las compras eran parte de los gastos de
protocolo. ¡Claro, si ya lo decía yo! ¡Si era imposible que esa
chica…! ¡Con lo honesta que es…, menudos sinvergüenzas!, decían
muchos ciudadanos aliviados. Y así fue como se pudo explicar la
inexplicable y alarmante situación en la que la pobre y desamparada
Silvia se encontraba. Pobre, con lo abanderada que es ella de la
AUSTERIDAD.
ERAN GASTOS DE PROTOCOLO, pero alguien me puede decir qué significa eso?
Continuará…
a Mi siempre me ha parecido que esta muy vuena
ResponderEliminarpues tienes muy mal gusto, aunque si está ahí es por esa apariencia de tia buena y calmar a agricultores y ganaderos, que se ponen tontorrones cada vez que van a negociar, desde que está ella como consejera, no ha habido ninguna movida por parte de estos sectores.....mueve más dos...que carretas....
ResponderEliminarLo que querais, pero León por un lado y Castilla por otro, ansina, separadines meior collacius.
ResponderEliminarPuxa Lleon!
Siempre burgalés
ResponderEliminarNunca castellano