El domindo 11 de septiembre más de un millar de personas se manifestaron frente a la central nuclear de Santa María de Garoña para exigir su cierre definitivo. A la cita acudieron familias de la comarca, grupos ecologistas, partidos políticos de izquierda, sindicatos y colectivos anarquistas provinientes de Burgos, Euskadi y la Rioja a los que se sumaron la Plataforma anticementerio nuclear de Tierra de Campos y un grupo de extremeños/as que mantienen su lucha para el cierre de la central nuclear de Almaraz. En un ambiente de fiesta se denunció, una vez más que la de Garoña , hermana gemela de Fukushima, es la central nuclear más obsoleta del Estado, que ha superado con creces el límite de vida con que fue programada y que su presencia supone un serio riesgo para la salud de las personas y el medio ambiente, como ha quedado demostrado recientemente.
energía peligrosa en la que el beneficio económico de unos pocos se antepone a la seguridad de toda la sociedad, confundiendo lo improbable con lo imposible. Además de sucia y peligrosa, la energía atómica no es renovable, con lo que nos hace dependientes de países productores de Uranio, y genera residuos igualmente tóxicos. Por otro lado, la central de Santa María de Garoña ha sido incapaz de dinamizar la comarca en la que se encuentra y ha podido suponer un lastre económico para el desarrollo de las Merindades.
Diversas fuentes señalan que las prespectivas sobre un final de la central son positivas ya que a la falta de coraje y voluntad política expresadas por el PP y PSOE se impone un cambio de tendencia a nivel internacional que va a exigir una puesta a punto en Garoña que limitará o eliminará su rentabilidad. Si esto fuera así, las campañas pronucleares no irían encaminadas hacia un mantenimiento de la actividad sino a presionar al gobierno de turno para obtener beneficios empresariales, algo que, a nuestro parecer es de todo punto inaceptable. Sí que apostamos porque las instituciones pongan de una vez en funcionamiento un plan que sirva para dinamizar social y económicamente no sólo el Valle de Tobalina sino todas las Merindades.
Un millar de personas han pedido el cierre definitivo de la central nuclear en la misma puerta. |