Seguimos en Burgosdijital.net

Seguimos en Burgosdijital.net
Nos hemos trasladado a Burgosdijital.net
Mostrando entradas con la etiqueta LGTBQ. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta LGTBQ. Mostrar todas las entradas

viernes, 31 de julio de 2015

Entrevista a Jorge Luis Peralta sobre el libro colectivo "Masculinidades en la transición" (jorge L.Peralta y Rafael Mérida eds) Editorial EGALES; Punto G:

Por Eduardo Nabal

Jorge Luis Peralta es becario postdoctoral de CONICET (Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas) en la Universidad de La Plata (Argentina) y miembro del proyecto “Representaciones culturales de las minorías sexuales en España (1970-1995)”, dirigido por Rafael M. Mérida Jiménez, en el marco del cual se ha gestado Las masculinidades en la Transición. Próximamente, además, se publicará en Argentina otro volumen editado por Rafael Mérida y por mí mismo: Memorias, identidades y experiencias trans. (In)visibilidades entre Argentina y España.

-Hola: "Masculinidades en la transición" es una apuesta valiente por parte de una editorial y un país que no vive buenos momentos para la cultura, la lectura, el pensamiento sea o no LGTB. Como superasteis el temor a dirigiros a un público  todavía limitado.


-Con este libro se inicia una nueva colección de estudios universitarios LGTB en editorial Egales, que ojalá vaya incorporando nuevos títulos. Es cierto que es un momento complicado para la cultura en general, pero aspiramos a llegar al público que esté interesado en estos temas con una propuesta que, esperamos, resulte atractiva, por su enfoque y por la variedad de las diferentes contribuciones de los y las autores/as. 

-Masculinidades y transición, dos cosas muy interesantes de unir pero ambas han sido vistas (al menos desde algunos frentes) como ficciones o incluso fraudes. ¿Es vuestra intención entrar en el campo de la paradoja o dar una visión interdisciplinar?

-No hay intención de polemizar sino, como bien señalas, de ofrecer una visión interdisciplinar y lo más variada posible. “Masculinidades en la Transición”, como explica Dieter Ingenschay en las páginas introductorias, alude tanto a ese periodo histórico concreto de la historia española (más allá de los debates en torno a su delimitación exacta, o sus puntos débiles), como al hecho de que las identidades de género, en este caso las “masculinidades”, están en un proceso continuo de transformación continua: sería imposible fijarlas a un significado estable, definitivo. Y se habla de “masculinidades” así, en plural, para enfatizar que no hay un patrón unívoco o que funcione de la misma manera para todas las personas. 

-Gracia Trujillo que habla de lo todavía mal conocida "Masculinidad femenina".  Volvemos a encontrar análisis de las obras de Lucia Extebarria, Isabel Franc, y sobre el libro "La insensata geografía del amor". Parece que la cultura lésbica y trans se todavía encuentre algo más limitada o invisibilizada, dependiendo del espacio geopolítico.  Lo que plantea desafíos teóricos y prácticos que llevan a terrenos interesantes pero pantanosos. ¿Como os planteasteis la colaboración?

-Una de las propuestas del volumen es rechazar la interpretación unívoca del concepto “masculinidad” (asociado solo a hombres biológicos) y ampliarlo a lesbianas y trans, según queda patente en diversos capítulos, implícita y explícitamente. El libro es fruto de un grupo de investigación financiado por el Ministerio de Economía y Competitividad entre 2012 y 2014, en el que participaron investigadorxs españolxs y de otros países; cada unx aportó desde su campo específico y creo que ese intercambio enriquece las propuestas y trabajos que presentamos conjuntamente. A finales de este año aparecerá en Argentina otro libro que hemos preparado y que reúne, precisamente, estudios trans. 

-En el prólogo se habla del movimiento LGTB español como ligado a la izquierda revolucionaria, lo que llevó a cosas positivas (que hoy se están rescatando) pero también a una negación de lo identitario que parecía disolvernos en otras luchas, siendo "los últimos de la fila" ¿Cómo lo veis vosotros?

La discusión académica sobre este tema, desde una perspectiva histórica o sociológica, está empezando a ofrecer nuevas respuestas, de la mano de investigaciones recientes como las firmadas por Dieter Ingenschay, Geoffroy Huard y Kerman Calvo, de la USAL. Lo más importante es que durante las décadas de los 70 y 80 convivieron muy diversas realidades, que todas ellas no han sido igualmente analizadas y que este volumen arroja nuevas luces sobre aquellas luchas e identidades.

-Algunos trabajos de la Transición son muy interesantes porque reflejan obras o artistas que hoy no podrían o querrían expresar lo mismo ni de la misma forma. No obstante, en eso se nos han adelantado hispanistas en el mundo anglosajón. como Paul Julian Smith ¿Qué ocurre ahora en las universidades españolas y qué puede ocurrir?

-La universidad española ha sido una de las más renuentes a la incorporación de perspectivas LGTB. Si bien él número de publicaciones ha ido aumentando con los años, todavía queda un largo camino por recorrer. Actualmente son pocos los espacios académicos destinados a estas investigaciones –por ejemplo, el Centre Dona i Literatura de la UB o el grupo Cuerpo y textualidad de la UAB. Es significativo que muchxs de los investigadorxs que se ocupan de estos temas residan, de hecho, en otros países, como ocurre con varixs de lxs autorxs de nuestro volumen. Lo que puede ocurrir, no lo sabemos, porque es un momento de incertidumbre para las Humanidades en general. Es importante que los espacios que ya existen se conserven; sería deseable, además, que surjan otros nuevos. 

-¿Creéis que si algunos de los escritores/as o artistas/cineastas de los que habláis hubieran visto el presente en el estado español se hubieran echado a llorar o se hubieran llenado de gozo?

-Es imposible saber cuál hubiera sido la reacción de esxs escritorxs y artistas. Vivieron en una época muy diferente, en la que hubieran resultado inconcebibles muchos de los logros que se han alcanzado, por ejemplo, en materia de derechos para las minorías sexuales. Las comparaciones entre épocas siempre resultan enojosas; se puede caer  también en la tentación de “romantizar” o idealizar el pasado. Por otra parte, algunos de los creadores analizados en el volumen están vivos (caso de Ventura Pons, por ejemplo) y sabemos cuáles son sus apuestas en torno a los derechos civiles.

-Aún hoy hay que explicar que hablar de la sexualidad de los creadores en una sociedad  y una academia heterocentrada es todo menos frívolo o banal. He leído estudios feministas rabiosamente anti-queer y también discursos académicos sobre las masculinidades con cierto tufillo heterocentrado o rabiosamente anti-queer ¿Como situáis vuestro libro dentro y fuera de esas tensiones?

-Nuestro libro reúne colaboraciones de diversxs autorxs y como tal, ofrece miradas muy heterogéneas, de allí, como decía antes, que se haya insistido en el plural: “masculinidades”. No se trata, creo, de situarse contra o a favor de lo “queer”, sino, en el caso concreto de este libro, de abordar la problemática de la masculinidad a través de sus diferentes representaciones en un contexto histórico y sociocultural específico. La teoría queer aporta importantes herramientas teóricas y metodológicas, que se combinan con otras si es necesario, o que incluso se debaten y cuestionan, pero que sin duda resultan imprescindibles si queremos pensar las identidades, los géneros y las sexualidades más allá de los binarismos y de la lógica heteronormativa.

-La historia se escribe y reescribe de continuo. Unos libros pueden contradecirse con otros. En el estado español ha sido muy complejo y lo sigue siendo. Algunos personajes ya míticos que mencionáis como Nazario, Ocaña, Eloy de la Iglesia, Jesús Garay etc. fueron muy reales, y también muy contradictorios y controvertidos. ¿Creéis que la consciencia de estar haciendo algo de mayor o menor valor es siempre posterior?

-Es difícil responder por otras personas. ¿Sabía Ocaña que lo que estaba haciendo iba a tener la trascendencia que llegó a tener? Muy probablemente no. Vivió su época, hizo lo que en ese momento quiso y pudo hacer y hoy, retrospectivamente, le asignamos a su persona y a su obra una significación que deriva de importantes avances sociales y también en el ámbito de los movimientos y estudios LGTB. 

- A algunos la experiencia, la trayectoria (además del enchufismo oportunista) nos ha alejado de la Universidad, o al revés, vemos en algunos estudios algo de repetitivo o, en ocasiones,  elitista. Aunque vuestro libro es bastante accesible ¿Hay campos que os hubiera gustado tocar que no habéis podido o sabido hacer del todo?

-La tensión entre la “universidad” y la “calle” resulta, en cierta forma, inevitable. Pero no son ámbitos incompatibles y, de hecho, muchxs académicos desarrollan también una importante labor en el activismo, es el caso, por ejemplo, de Gracia Trujillo, que colabora en nuestro libro. Por supuesto que es importante seguir acortando las distancias. Las masculinidades en la Transición es obra de un esfuerzo conjunto en el que cada autor/a ha hecho un aporte desde el campo en el que se desempeña, ya sean la sociología, los estudios literarios o los estudios sobre cine. Nos hubiera gustado, quizá, una mayor presencia de estudios sobre masculinidades femeninas o trans, pero este volumen solo pretende ofrecer una primera aproximación que, seguramente, abrirá las puertas a futuros trabajos.

- Algunos dicen que falta un espacio creativo (como un laboratorio cerrado y a la vez abierto) y sobra teoría pero hay teoría que puede ser muy creativa según se desarrolle ¿Como veis 
vosotros/as esa brecha?

No creo en la idea de la teoría por un lado y lo “creativo” por otro. Hay una necesaria retroalimentación entre los dos campos. Teoría, etimológicamente, significa “contemplar”, “especular”, y esa contemplación o especulación, cuanto más lúdica y creativa sea, mejor. Por otro lado, las creaciones artísticas también contienen sus propias “teorías”, como ha señalado Didier Eribon respecto de la literatura: vale la pena, por lo tanto, indagar cómo se imbrican, complementan o discuten entre sí las teorías “puras” y las teorías “artísticas”: un diálogo que sin duda tiene que ser muy fructífero. 

domingo, 26 de julio de 2015

El trabajo más sumergido

Por Venecio Almirante


Muchos desconfiamos del discurso del humanismo. Ya lo hizo Franz Fanon al afirmar "el negro" (debió haber dicho  también la negra  pero no lo hizo) "no es un hombre". 

Obviamente no se refería al  género sino al concepto de humanidad como algo que entró en crisis antes de Foucault y las post-feministas. 
El acceso a la ciudadanía no se hace nunca en igualdad de condiciones ni estas desigualdades se viven de la misma forma. Vamos, que eso de "todos somos personas", para los posters. 
Entre otros, los grandes perdedores en las batallas de los derechos civiles del siglo pasado (las mujeres e incluso el colectivo LGTB o multirracial hicieron limitadas conquistas pero las hicieron) han sido los y las enfermos mentales. Los grupos de psicología crítica son muy reducidos y han sido desautorizados porque ya desde el mismo núcleo en el que sobreviven los enfermos mentales (la familia) se ven objeto de posiciones muy delicadas. 

Que la asistencia sanitaria en este país nunca ha sido maravillosa -y ahora menos- no es ningún secreto. Pero los abusos psiquiátricos entran en una órbita en la que está permitida la ofensa y hasta la violencia, ya que determinados diagnósticos crean categorías de personas que no son tan personas como otras. Siempre es por tu bien.  Esto nos lleva al tema del oportunismo de las instituciones y los poderes públicos (o peor aún privados) con respecto a la atención a personas con cualquier tipo de discapacidad. 

A la explotación laboral se le llama por el terrible eufemismo de inserción laboral y que consiste en caer en las redes eternas de trabajar gratis para conseguir muy poco. No nos engañemos, pocos esperan mucho de los enfermos mentales en estos tiempos y por estos lares. Pero al mismo tiempo el deterioro de las condiciones de vida en éste y otros estados europeos ha llevado a un crecimiento exponencial de gente con problemas psicológicos y además mal atendida o, simplemente, no atendida. 

El Partido Popular ha hecho una reforma para criminalizar determinados tipos de trastornos, o sea que la enfermedad mental puede, según dónde y cuándo, dejar de ser un eximente para ser un agravante. Esto, claro está, no está aprobado pero está entre sus proyectos más temibles como el volver a echar para atrás los derechos sexuales y reproductivos de mujeres y ¿minorías sexuales? 
Muchas veces al no marcar la casilla de la Iglesia estamos marcando la de un montón de asociaciones que todavía dependen mucho de la iglesia, más en la Castilla profunda. Atravesados por mentalidades paternalistas, los enfermos mentales de Burgos tienen suerte si pueden trascender la categoría decimonónica de "tonto del pueblo". 

Si uno es un marica en Madrid tiene un sentido, si es un gay en Burgos se puede dar por satisfecho.  Con el concepto de discapacidad o la todavía patologizable transexualidad la cosa empeora. 
Por supuesto hay muchos tipos de discapacidades y enfermedades mentales. El mismo concepto de enfermedad mental precede al enfermo. Pero esa es otra historia. El caso es que a la hora de buscar un trabajo encuentran una (al menos hasta hace poco) cierta facilidad si se trata de trabajos ínfimos y pagados, en el mejor de los casos,  a mitad de suelto que los "capacitados". 
No vamos a entrar en detalles clínicos pero sí en algunos relativos al sueldo y las condiciones de trabajo que uno se encuentra en fábricas o empresas que luego se llevan lucrativas medallas por su labor humanitaria. De nuevo lo humano es un concepto a negociar. 
Así, trabajar todos los días de la semana más un sábado sí y otro no y cobrar como mucho el salario mínimo es la oportunidad que ofrecen a las personas con discapacidad las asociaciones premiadas por dar mano de obra barata a las empresas. 
En estos tiempos poca gente se atreve a quejarse cuando bajan los sueldos y los millones están depositados  en paraísos fiscales. 
No tiene nada de paradisiaco el ambiente donde se trabaja, no solo en LÓreal-Aspanias donde, al fin y al cabo, acabas malcobrando un sueldo sino en asociaciones por todas conocidos (como Prosame, Apace, Fundación Lesmes etc) donde se puede llegar, en algunos casos, a no cobrar absolutamente nada por hacer un trabajo completo y hasta complejo para una empresa con nombres y apellidos y, por supuesto, grandes beneficiarios que, en ocasiones, ni siquiera están en Burgos. 

Y como en los viejos manicomios se junta todo tipo de "maladies" (incluyendo el dolor de espalda junto a la esquizofrenia, la diversidad funcional o los miles de patologías nuevas que se han creado bajo la etiqueta de trastornos) para una misma labor que puede consistir en hacer cables para frenos a cambio de nada o en meter botes y tapones de champú o desodorante a velocidades de fábrica decimonónica bajo los gritos de gente que (dada tu condición) te trata como a niños díscolos. Es aquí donde entra la deshumanización del enfermo mental como persona a la que se ayuda pero también se explota y se considera que mentalmente es bastante manipulable. Esto lleva a un descontento que se aplaca cuando las familias están hasta agradecidas de que sus bichos raros tengan la mañana y parte de la tarde ocupadas. Pronto pagarán para que vayan o puedan ir a engordar las filas de las  fábricas de desodorantes. 

Un certificado de discapacidad te puede abrir las puertas para un trabajo pero conlleva una condena. Es como si a falta de empleo los condenados hicieran cola para ir a galeras, exagerando la nota. Uno se da cuenta de que los únicos enfermos peligrosos están en el poder o camino de él (con "la crisis" crece el oportunismo y la insolidaridad). 


Con esta estafa bancaria crecen estos enfermos, pero para quitarle la pelota a la explotación capitalista hay que confiar en los médicos. Ellos dirán: eso es genético, cada vez tenemos más claro que es genético. Lo cronificarán con medicación, así tendrán una raza genética de robots que son recluidos cuando les aprietan demasiado las tuercas y se atreven a gritar en la cinta transportadora.  Lo malo del Hospital de Burgos - aparte de su carácter laberíntico y ostentoso- es que no se puede fumar y que hay cámaras de vídeo en las habitaciones de los enfermos mentales, pero dicen que se come de miedo. Así que el que se queja, como yo,  es porque quiere o porque no tiene cura.

miércoles, 15 de julio de 2015

Entrevista a Pablo Peinado compilador de trans




Por Eduardo Nabal

- Hola Pablo. No eres nuevo en el tema. ¿Qué te lleva y como ha sido tu trayectoria en el universo trans y en el festival Visible? 

Bueno realmente sí soy nuevo en el tema trans. Llevo años colaborando con el colectivo Transexualia organizando exposiciones para ellos y llegó un momento en que quería saber más. Por eso decidí editar un libro sobre el tema, una mirada pluridisciplinar sobre la transexualidad y el transgénero. 
Ahora va a salir otro con el título de Vidas Trans que es un libro que recoge quince entrevistas con hombres y mujeres trans de muy diferentes edades, orígenes, niveles culturales… creo que aportará una nueva mirada hacia este colectivo. 

 -Vivimos un momento difícil para publicar. Supongo que esto ha influido un poco en la forma o el concepto que hay detrás del libro. 

Bueno en este caso no me ha resultado difícil porque es un libro editado por Transexualia con una subvención. La tirada es pequeña y el coste ha sido mínimo. Confío en que mucha gente me pida el pdf para enviárselo y que el libro se mueva mucho por todo el mundo. Y tenga una larga y fructífera vida. 

-Gays y lesbianas hablando de transexualidad. Uno se siente algo incómodo así de entrada, como ha dicho José Luis Serrano, porque siente que le unen muchas cosas y separan otras. ¿Crees que esta distinción es necesaria o algo a superar a la larga con las nuevas ideas sobre los géneros y los cuerpos? 

Creo que todos somos diferentes, incluso dentro de un mismo colectivo. Yo comparto muchas cosas con otras gays y otras no me gustan en absoluto y viceversa. 

Trabajé en Zero y sufrí discriminación por no ser un gay como los demás, como los demás que trabajaban allí quiero decir. Por eso yo siempre defiendo que cada uno sea como sea y que viva la diversidad. 
Yo me metí en un territorio que no es cien por cien mío pero que me resulta cercano y que tiene que ver con no ser como los demás, con no sentirse aceptado ni respetado, con cuestionarme mi propio género y mi orientación sexual… por eso creo que mi actitud es adecuada para enfrentar un proyecto de este tipo. 

-Estos días se habla mucho de mercantilización, y no sin razón. No obstante, si vives en un pueblo o en una ciudad pequeña el poder desplazarte a una gran capital sigue siendo algo que anima, oxigena, aunque el precio sea más o menos alto. ¿Ves esto aumentado o acentuado en el caso de las personas trans? 

No sé si te refieres a venir a Madrid a la manifestación del Orgullo o venir a vivir a Madrid. Si es a lo primero pues sí, hay mercantilización, pero hay que separar lo que hay de negocio y enriquecimiento por parte de algunos y lo que hay de espíritu reivindicativo, de apertura de una ciudad. 
No me molesta que algunos ganen dinero con el orgullo mientras haya transparencia en estos negocios y no sean propiedad exclusiva de unos pocos, de una mafia. El negocio es inevitable cuando se reúnen cientos de miles de personas, pero lo importante es reunirse y reivindicar... 

-La transfobia viene de lejos pero uno de los elementos más difíciles de sortear sin espinas es el terreno médico. ¿Cómo ves el paso adelante a la medicalización o crees que cada persona transexual tiene su trayectoria y sus aspiraciones?

Creo que España es un país avanzado en todo lo que tiene que ver con el tratamiento a personas trans, otra cosa es que esto sea mejorable y criticable, que lo es. Creo que hay que avanzar en el respeto a las personas trans, en no obligarles a hacer cosas que no les gustan o dar pasos que no desean dar. 
Creo que hay que avanzar en el respeto a sus procesos y en parte desmedicalizar todo lo relacionado con sus vidas y sus cuerpos y dejar la parte médica lo más escueta y ajustada posible. 
Una persona trans, como cualquier persona, tiene capacidad para decidir por sí misma y saber lo que quiere hacer con su cuerpo o hasta dónde quiere llegar. Sólo necesita información objetiva y clara para poder tomar sus propias decisiones, pero sin quererles vender ninguna moto. 

-El libro es bastante completo y heterogéneo. Has conseguido puntos de vista muy diferentes y hasta opuestos. ¿Ha sido deliberado o ha ido surgiendo así? 

Si la democracia tiene sentido es porque cada uno tiene derecho a decir lo que piensa, aunque sea lo contrario de lo que piensa su vecino. Creo que en este libro hay opiniones contrapuestas y quiero pensar que el lector será lo bastante inteligente como para sacar sus propias conclusiones, pero me parecía importante dar voz a todo el mundo. Los que piensan que las cosas están bien como están tienen sus razones: venimos de la nada y hemos alcanzado muchas metas. Los que piensan que las cosas están mal y que tienen que cambiar también tienen las suyas: ellos quieren mejorar lo que hay –que es mucho y bueno- porque todos los sistemas necesitan gente que los cuestione y que los haga avanzar. El equilibrio casi siempre está en el término medio… 

-Yo me ocupo del cine y algo de literatura, donde lesbianas y trans han ido detrás de los gays en visibilidad a pesar de los indiscutibles avances. ¿Cómo ves el futuro del mudo LGTB en un país en plena “recesión” y convulsiones políticas que afectan a todas pero no de la misma forma? 

Creo que el concepto cultura LGTB todavía está por asumirse. 
Que todavía queda mucho por entender, aceptar y respetar. 
Creo que las personas LGTB tenemos que construir cultura, para tener presencia social y cultural, para hacernos visibles. 
Creo que aún está por escribirse la memoria LGTB, nuestra memoria histórica está aún por construirse y cada día que pasa se pierde una memoria individual y la suma de muchas memorias es nuestra memoria colectiva. Sin memoria del pasado no se puede construir un futuro. Por eso reivindico la creación en España de un espacio cultural LGTB que incluya un museo. 
Para ello llevo más de diez años reuniendo una colección de arte –la Colección Visible- que reúne a día de hoy más de mil quinientas obras de arte de creadores de todo el mundo. Una colección de arte LGTB. Y me gustaría encontrar algún día una administración, un ayuntamiento que se interese por crear este espacio y que en él puedan quedar depositadas y bien cuidadas estas obras de arte que con tanto cariño llevo años y años reuniendo para que tengan un futuro. Y desde el futuro ofrezcan una mirada hacia nuestro pasado, ese pasado de falta de derechos, reivindicaciones y lucha. 
Ese pasado de LGTBfobia, pero también de matrimonio igualitario, de igualdad de género, de lucha por el derecho a decidir sobre nuestro propio cuerpo, sin que sean otros lo que decidan por nosotros.

martes, 7 de julio de 2015

Entrevista a Lara Hernández, de ALEAS-IU Madrid



Por Eduardo Nabal

"Los feminismos son cristales nuevos para ver el mundo"
-Aleas-IU estuvo a punto de formarse en Burgos pero no llegó a suceder. Mi experiencia personal es que suelen ser  las lesbianas las que tiran de este carro. Claro que cada ciudad tiene sus peculiaridades, divergencias y limitaciones. ¿Como ves el tema del exilio rural de la gente LGTB a las grandes capitales? ¿Y el futuro del feminismo y las luchas LGTB en los partidos de izquierdas?

Lara Hernández : Veo que se paga un doble precio con el exilio. Una juventud nueva pero que todavía busca espacios de libertad, encuentro y anonimato.  Y no solo el exilio rural sino también el exilio hacia el extranjero por motivos laborales. El tema es que no debería ser así. En cada lugar tendría que haber su lucha. Las lesbianas sufren una doble discriminación. Yo misma, como mujer, me he sentido menos relevante que la palabra de los hombres dentro de mi formación política. Eso se traduce en que, como ha ocurrido en Grecia, se piense que las cuestiones de género son secundarias, no transversales. El feminismo es una forma nueva de ver el mundo. Percibes, como a través de unos cristales nuevos, que "otro mundo es posible", pero también en el que las mujeres no solo intervengan sino que conquisten espacios de los que han sido alejadas.

-¿La llamada "crisis" ha alejado a  la academia, la universidad de  la calle o, por el contrario, la ha acercado? Sin caer en victimismos como explicar que los recortes se llenan de ideología.

L. H: Es arriesgado generalizar pero ni siquiera la academia se ha librado de estos recortes llenos de ideología. Creo que sí se están empezando a articular cosas muy interesantes, también desde la Universidad, pero todo el mundo quiere garantizar su estabilidad o continuidad. En ocasiones hay endogamia y amiguismo pero eso se va superando al igual que se van reciclando algunos dinosaurios de la docencia tradicional. 

-Las leyes del PSOE no suelen ser muy completas. Pero hay temas que en una ciudad como Burgos no se han conseguido. ¿Crees que hay partidos que solo se acuerdan de nosotros y nosotras, o de las personas discapacitadas o los inmigrantes, cuando llegan las elecciones?

L.H. En Aleas IU creemos que no se ha legislado contra la homofobia y poco contra el machismo. Aún así las leyes solas no solucionan casi nada. Nosotros creemos que ante la violencia homofóbica y lesbofóbica, hacia todo el colectivo LGTB y a las mujeres, es necesario primero Denunciar, luego Visibilizar y definitivamente Educar. La visibilidad es importante, especialmente si hablamos de mujeres y además lesbianas. No es victimismo, es que hay que partir de dos luchas comunes.

-Existen muchas chicas jóvenes que no se sienten representadas por el feminismo tradicional y menos por el que llegó al poder, el institucional. ¿Qué opinas del término transfeminista?   


-Sí siento ese alejamiento de las feministas jóvenes del feminismo tradicional. Sin olvidar la importancia de  su herencia la realidad actual demanda nuevos sujetos mujeres en plural  dispuestos a estar en todos los campos de la sociedad, empezando por la política. Entiendo que nuevos feminismos busquen entrar donde el feminismo institucional nunca ha llegado, y a gente a la que nunca se han acercado o lo han hecho con bastantes prejuicios.

jueves, 30 de abril de 2015

La sangre diferente de los gays

Por Eduardo Nabal

LA "JUSTICIA EUROPEA" RATIFICA LA DECISIÓN DE PROHIBIR DONAR SANGRE A LOS GAYS.

Las palabras "justicia" y "europea" no suenan muy bien en estos tiempos y menos las dos juntas pero lo de prohibir donar sangre a los gays (ellos dicen "homosexuales" pero nosotros nos llamamos como queremos) es una de esas cosas que nos ratifican en la idea de que las llamadas "crisis" del capitalismo, como decía Monik Round, traen consigo un aumento de la homofobia, el racismo y el machismo. También la serofobia, el sexismo y la islamofobia. 
De la Francia de LePen a la España de Rajoy este tipo de ofensas no levantan mucho revuelo, ni siquiera entre un sector de la izquierda, pero construyen al "otro" a partir de supuestos abstractos, llenos de ideología, ansiedades imprecisas, temores que vienen de arriba y falsedades pintorescas. En lugar de vetar a Rusia por sus leyes antigays ahora el tribunal de justicia europeo se acuerda vagamente del colectivo LGTB por la cuestión de la sangre. No para hacer campañas mejores contra el VIH sino para seguir el ejemplo de los países ideológicamente más nefandos. 
Para fomentar el involucionismo y señalar a grupos sociales para despistar al personal. O sea que los que nos gobiernan, por si quedaba alguna duda, son los peores de la clase, los tontos con poder. De nuevo -esto ha pasado ya en algún hospital burgalés- no se especifica qué entiende la justicia europea por "homosexuales". Se refiere en principio a hombres o también incluye a las lesbianas? ¿Estas existen? ¿Y los bisexuales? En fin, sin comentarios.

Sé lo que se siente cuando estás solo ante tontos juntos y con poder (soy de Burgos) pero se han propuesto que a través de agresiones, difamación, vuelta al armario, a los trabajos etc. seamos nuevamente mujeres, maricones, trans, moros y otras ¿minorías? que ¿molestan? los que, además de los jóvenes exiliados y la gente en precariedad, paguemos los platos rotos de su crisis bancaria y de su estafa organizada. Lo más doloroso de este asunto es, como ocurrió, cuando los asesinatos en Rusia, no hay partidos a los que acudir cuando ocurren estas cosas. 
Esperamos que las nuevas fuerzas políticas se hagan eco de la noticia porque van a conseguir a este paso que el voto de esas supuestas minorías que están tampoco pueda entrar en las urnas. Aún así tengo fe en que se puede. No demos ideas a esta Europa que se va pareciendo cada vez más a aquella que dejamos atrás. Si no que se lo digan a Clement Meric, Juan Andrés Benítez, a las femen pisoteadas por la policía o a las lesbianas agredidas en Madrid. 
La incitación al odio y la violencia se articula de forma sutil bajo discursos vaticanos o, en este caso, bajo sentencias vergonzosas. 



miércoles, 8 de abril de 2015

Poesía lesbiana y queer. un desafío pendiente


Por Eduardo Nabal

El libro Elena Castro "Poesía lesbiana y queer" (Icaria, 2015) viene a llenar un hueco en el que las mujeres lesbianas reivindican su historia y su trayectoria vital  a través de la poesía escrita en castellano. 
Aunque esta presente -en las más contemporáneas- la herencia de la francesa Monique Wittig (escritora, ensayista  y poetisa comprometida con su tiempo) el libro se remonta a las  primeras manifestaciones de poesía lesbiana en el estado español desde Lucia Sánchez Saornil ( anarquista de tiempos de la república) a Cristina Peri Rossi y otras contemporáneas menos conocidas que han convertido el lenguaje en un laboratorio maravilloso contra la invisibilidad y, también, contra los binarismos de género. 
En medio nombres silenciados en la dictadura como Gloria Fuertes (vista como una solterona en su época)  o ya en transición la obra de gente como Ana Maria Moix, que se movieron entre la poesía y la prosa poética.

Llegamos por fin a la uruguaya Cristina Peri Rossi y a algunas nuevas poetisas españolas como  la contemporánea Txus García que huyen del esencialismo y la corrección política. 

El libro, desde su brevedad pero erudición, llena un hueco enrome que en otros países ocupan u ocuparon nombres como Adrienne Rich,  la propia Wittig, Jeannette Winterson, Nicole Brosard, Cherrie Moraga, Patty Smith   o Audre Lorde. 

Estamos ante un ensayo nada académico pero riguroso y documentado que recorre la historia de las mujeres que plasmaron en papal y versos de arrebatadora sinceridad su diferencia o su amor por otras mujeres, su exaltación del cuerpo femenino desde la mirada y la pluma femeninas. Peri Rossi articula una voz contra el acomodamiento de la gente LGTB en instituciones capitalistas y  heterocentradas.

Si ya desde la primera mitad del siglo se empieza a hablar del cuerpo como lugar de escritura estas nuevas poetas van a problematizar el sexo y el género. 
Algo que se remonta a San Juan de la Cruz o Santa Teresa pero que ellas realizan con clara intención performativa y de vindicación del sexo , la carne y la existencia lésbica.  También poniendo en la picota el sexo del hablante o el oyente así como cuestionando los regímenes sociales de "Lo normal"


A los cincuenta
ya nadie es romántico
todos han aceptado el matrimonio
gay o hetero, que mas da
y la hipoteca de por vida
solo algunas locas llaman a las dos de la madrugada
para gritar "Haría el amor hasta morir"
C. Peri Rossi

Si los poetas gays de Lorca a Panero, pasando por Cernuda, alcanzaron reconocimiento casi universal algunas de estas mujeres todavía se encuentran en un terreno impreciso redefiniendo, reivindicando o cuestionando aquello que se ha dado en llamar "escritura femenina" y que aquí acaba siendo además de un elegante recorrido histórico por una serie de autoras en el tiempo que les toco vivir una maquina de guerra contra el binarismo hombre/mujer hetero/homo sin abandonar la pasión de contar aquello que se silenció en nuestro país durante tantos años: el amor, el desamor, la lucha, la soledad y la fuerza de las mujeres lesbianas que cuentan sus historias e interpelan a nuevos sujetos lectores y potencialmente creadores que se empoderan en un nuevo espacio público y privado.

A la espera del último poemario que María Castrejón (escritora incansable) podemos leer y disfrutar de principio a fin  este ensayo lúdico, ameno y bien documentado sobre las poetas que hicieron historia en un mundo de mentiras, secretos y silencios.

Unos versos de Txus García

Aquí estoy me llamo Txus y soy transgénero
Llevo años siéndolo
Mi madre me trans-vestía como a una señorita
[...]
Hice la primera comunión trans-vestida de blanco
era una pequeña gordita y folclórica.
Era Marika.