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viernes, 15 de enero de 2016

La muerte de España

Por Juan Argelina

"Yo... he visto cosas que vosotros no creeríais: Atacar naves en llamas más allá de Orión. He visto rayos C brillar en la oscuridad cerca de la Puerta de Tannhäuser. Todos esos momentos se perderán... en el tiempo... como lágrimas en la lluvia. Es hora de morir" (Blade Runner)


Busqué palabras que enmudecieran el terrible silencio de la muerte, pero no encontré más que confusión y angustia por un vacío indefinible. Sólo una sucesión de tiempos inconcretos empujando violentamente en la memoria, dejaba mi cabeza como un yunque amartillado, alejado de la paz que tópicamente deja la muerte. 

Mi padre
Los niños-duende parloteaban en torno a madres-clon mientras yo trataba desesperadamente de encontrar el sosiego imposible en un autobús de línea que me dejaba a toda prisa en un Madrid de resaca de fiesta. La muerte no está de vacaciones. Los fantasmas rodean invisibles nuestras vidas de mentira mientras sus cadáveres yacen expuestos tras las vitrinas de un tanatorio. No reconocí a mi padre, cáscara informe metida en un féretro, envuelto en un sudario brillante que contrastaba con su rostro inerte, amarillento, deformado por los químicos de la higiene funeraria. El llanto se resiste y las entrañas se remueven. Eso había sido mi padre. De pronto la sala se vuelve inmensa, solos mi hermano y yo, bajo la asepsia del aire acondicionado. ¿Que fue de la vida? Una sombra recorrió fugazmente el espacio del rabillo del ojo a las dos de la madrugada, me advierte un familiar desconocido, en su casa, donde durante los últimos años iba de visita para ver a su prima, hasta que la enfermedad le dejó postrado para siempre. 
Allí recordaba, recordaba, hablaba, hablaba, ... todo lo que no había podido sacar de si durante tanto tiempo, todo lo que no había podido compartir siquiera con sus hijos. Una vida perdida, recuerdos borrados, esfuerzos, sufrimientos, alegrías engullidas por la soledad y la impotencia. Mi padre. Muerto. "Aquí yace Juan Ramón. Tus hijos te lloran". 

Tópico lapidario. Pero no hay lágrimas. Solo el ansia de saber, de comprender por qué fuiste así, por qué te callaste siempre, por qué ocultaste su verdadero ser. 

Me hablaste al final de gentes perdidas en la guerra, de represalias abominables durante los años del frío, de un abuelo casi anónimo al que encarcelaron con falsas acusaciones en Ocaña, de un tío echado al monte del que nunca se volvió a saber nada, de hermanos linchados atrozmente en la plaza del pueblo, de una madre infeliz que llevaba comida a un hijo preso en los sótanos del ayuntamiento, de un mundo atroz marcado por la necesidad constante de la supervivencia, de la ignorancia, del miedo, de la emigración, del matrimonio obligado y de los hijos que tardaban en llegar, de una niña que no pasó del año de vida, a la que nunca llegué a conocer, de esperanzas frustradas, y por fin, del silencio del tiempo, o más bien, del tiempo del silencio. 

La Historia de ese tiempo muere contigo y con muchos como tú, que guardaron el silencio del miedo, el silencio de las fosas, como las de Villacañas, sobre las que están escritos los nombres de varios de tu sangre. Y todo eso, al final, rompe en mí, ajeno a esos recuerdos, pero heredero de la fatalidad, condenado a seguir sin tu carga de emociones, sin tu experiencia, sin tu memoria, como aquel replicante de Blade Runner. 
Solo queda una fotografía emocionante que llega a mis manos tras tu muerte. Y las lágrimas quieren salir al ver a un joven soldado sonriente que rodea con su brazo a un amigo inseparable, cuya vida tampoco fue fácil. 

Sin embargo, la magia de la imagen detenida evoca un momento entrañable con el que me detengo a soñar, porque la felicidad, si existe, está en un instante impreciso del que no somos conscientes mientras ocurre, y que solo se retiene en su captura fotográfica. 
Ahí sí te reconozco. Ahí eres tú. Vivo. Ahora queda el tiempo de limpiar, de desbrozar el camino que sigue a partir de aquí. Sé que el pasado se funde con el futuro, que la memoria se degradará, y que hasta el vacío más profundo acabará disolviéndose en la lógica de la interpretación. Por eso escribo esto ahora, mientras me envuelve el misterio de la muerte. Porque todo pasa, pero no el tiempo de haber amado, de seguir amando todavía, hasta ese aliento último, ya pronto, esa postrer palabra cercana y terrible.
Perder la cabeza, perder la memoria, borrar el tiempo pasado, ignorar la raíz, moverse en el vacío, temer el futuro, guardar las distancias, prohibir el paso, impedir que se investigue el crimen, pasar página, dejar a los muertos en sus fosas, cerrar los ojos, estar cómodo en la ignorancia, conceder impunidad al asesino, reírse de las víctimas, engañar, ocultar, someter, someter, someter siempre al vencido hasta su aniquilación en el tiempo y en el espacio, anulándole de la memoria colectiva, haciéndole creer que tiene lo que se merece, que debe vivir en un maltrato constante. 
Esta es la situación de la relación de España con su historia reciente.



viernes, 10 de julio de 2015

La memoria selectiva y las heridas del silencio

Fosa de Estépar donde fueron exhumados los últimos cadáveres en abril de 2015:
un clavel por cada asesinado

Por Basilio El Bagauda

Hace ya algunos años, cuando entré por primera vez en el antiguo monasterio de Las Bernardas que por aquel entonces ya era sede de la Escuela Municipal de Música, algo se me removió por dentro.

Si alguien ha entrado alguna vez allí y ha subido hasta la primera planta, habrá observado que en sus pasillos cuelgan carteles y cuadros relacionados con instrumentos y con músicos clásicos universales y de la tierra. También dentro de las aulas se aprecian los mismos motivos decorativos.

De una de las paredes en un aula situado al fondo cuelga un cuadro que, en su momento, me llamó la atención. En realidad no era más que una lámina enmarcada y ajada por el tiempo, con una pequeña imagen y una breve remembranza de un famoso músico burgalés: Antonio José.

A pesar de saber quién era y por qué estaba allí, me dispuse a leer los tres párrafos con los que alguien tuvo la osadía, como ocurría con el resto de músicos, de resumir su biografía: tengo la mala manía de leer todo lo que está a la altura de mi vista.


Cuál fue mi sorpresa, y rápidamente mi enojo, al comprobar que su vida había acabado sin más en los montes de Estépar: ¿un joven músico muriendo en medio de un monte, sin más explicación? ¿Fue allí a morir como los elefantes van a “su cementerio” cuando barruntan el final? ¿Estaba buscando allí la inspiración y al no encontrarla se marchitó como se marchitan las flores cuando su sustancia se consume?

Monte de Estépar. Al fondo, el encinar donde supuestamente asesinaron a Antonio José
Es evidente que no me hice esas preguntas pues bien sabía que Antonio José, como tantos otros españoles que habían puesto sus esperanzas en un cambio cultural, político y social tras años de dictadura y de una monarquía corrupta y desquiciada, fue asesinado por estar en el lugar y en el momento equivocado. Pero también y, sobre todo también, por haber defendido públicamente unos valores y unos principios éticos y estéticos alineados, seguramente con todas las reservas críticas que todo hombre y mujer libres deben tener, con el nuevo orden republicano que se habían dado para sí la mayoría de los españoles.

Por supuesto que toda persona tiene todo el derecho a reservar sus más íntimas confesiones y sus más arraigados valores. Jamás discutiré el derecho que todo ser humano tiene no sólo a ser libre sino también a sentir miedo, prisión de la mente, puesto que el miedo es libre pero contrario a la verdadera libertad personal.

Tampoco creo que nadie sea intrínsecamente mejor o peor persona por decir o callar lo que piensa, pero en tiempos duros y peligrosos como fueron los vividos por Antonio José o como los que ahora mismo padecen millones de personas arrojadas a la miseria y con cada vez menos derechos para ejercer la protesta, la valentía con la que se denuncian las injusticias eran y son una inestimable virtud que eleva a las personas que la ejercen por encima del resto.

Y llegados a este punto, todos deberíamos de reflexionar acerca de lo que significa el silencio y la ocultación tras 40 años de la muerte del caudillo criminal, del fondo y la forma del fin de la existencia de tantas y tantas víctimas que aún siguen sepultadas en paraderos desconocidos y escondidas en los sótanos de nuestras instituciones.

Nuestra democracia nació bajo el peso de una clase dominante integrada por los herederos de la victoria del 39’ - algunos en el búnker, unos pocos disidentes y los más disfrazados por conveniencia - y por la gigantesca red clientelar creada alrededor de jerarcas militares, religiosos y empresariales, los más fieles integrantes del Opus Dei.

Esta clase social conformó a lo largo de 40 años “de paz” una sociedad reprimida, hipócrita, tremendamente violenta y hermética donde los perdedores y su descendencia pagaron el precio con sumisión, producto del miedo a una violencia permitida y latente de clase y de género, y también con su libertad y con su vida si el miedo no los vencía.

El Estado se convirtió en una máquina de control social a través de la violencia institucionalizada y de la inexistencia premeditada de garantías jurídicas de ningún tipo. Con todo ello, en el cambio a un nuevo orden político, al producirse de manera dirigida, no se trató de acabar rápidamente con las enfermedades que arrastraba el país y algunas de ellas, quizá demasiadas, se han hecho fuertes en nuestro cuerpo social: el grito frente a la barbarie represiva no es más que una apelación a la justicia que aún no se ha hecho mientras otros pretenden seguir mirando para otro lado.

Ahora voy a lo personal, aquello por lo que a cada uno le duele el alma o le trae simplemente recuerdos. Afortunadamente he de decir que entre mis antepasados no hay ningún ser querido al que le segaran su vida con una muerte violenta ni tampoco ninguno del que no sepamos dónde llorarle o simplemente recordarle. Entiendo que eso tiene que ser tremendamente doloroso…

Sin embargo una de mis dos abuelas, la madre de mi padre, recordaba con mucha lucidez los últimos años de la Segunda República y el infierno posterior. Nunca quiso transmitir angustia ni miedo cuando recordaba con exactitud matemática lo ocurrido ese 19 de julio del 36 en un importante pueblo de Tierra de Campos donde toda la familia vivía. Cuando unos cuantos señores de uniforme llamaron a la puerta de su casa y su madre respondió que el cabeza de familia  no se encontraba en ella. Tras el conveniente registro comprobaron que la mujer sólo estaba rodeada de niños y niñas y el marido “se había olido la tostada” y al quedarse sóla con sus hijos les repitió hasta el hartazgo que a nadie se le ocurriera gritar por la calle una buena ristra de expresiones inconvenientes.

De poco sirvieron sus precauciones y unas horas después el marido, mi bisabuelo al que yo no llegué a conocer, era apresado junto a otros tantos hombres que se dirigían a la capital conscientes de que era allí dónde se jugaba la batalla más a su alcance. Puestos a disposición judicial fueron juzgados por el asesinato de un conocido terrateniente y falangista de la localidad

Al final como no pudieron demostrar que más de 20 hombres estaban involucrados a la vez en un homicidio, todos ellos fueron juzgados de una manera o de otra por su pasado político: acudir a manifestaciones, ser afiliado, provocar a la autoridad... No fue necesario que el padre de mi abuela pegara un solo tiro para acabar con una pena de 20 años, como tantos otros…

Lo que más recordaba y le dolía a mi abuela era que en realidad eso sirviera, o a esa conclusión llegó, para intentar romper a las familias, acabar con su economía, destrozar su hábitat, aniquilar toda posibilidad de convivencia y de supervivencia. Tras ser despojados de todo hicieron su pequeña emigración a la ciudad, como tantos, para poder sobrevivir y seguir el camino presidiario de su padre. 

Tras ser despojados de todo, el sistema seguía funcionando para que estas familias no levantaran cabeza, para que la pobreza fuera un castigo trasmitido como herencia. Y a pesar de ello, y de todas las zozobras por las que pasó su familia y pasó ella al formar la suya nunca contaba todo esto con rencor, sino con orgullo y dignidad. Era consciente de que su España había hecho todo lo posible por maltratarla a ella y a los suyos y no lo había conseguido, no del todo.

Mi padre, de todos sus hermanos, era quizá el más consciente de las herencias y memorias de la familia y tenía en su alma alojada la rabia que mi abuela no había estado dispuesta a mantener para sí. El que más rabia sentía al no saber completamente el porqué de las desgracias de su abuelo, perseguido por el sistema hasta que dejó de ser molesto, ni como había empezado todo.

Mi padre era un hombre hermético y airado pero emotivo, poco dispuesto a la comunicación y aún menos al agradecimiento y pocas veces al cariño, para que vamos a engañarnos. Explico esto no por gusto sino para que se entienda mejor que el día que más feliz y más emotivo que yo le recuerdo a mi padre fue el día que aparecí por casa con unos cuantos papeles entre las manos y le expliqué que gracias a una serie de personas que trabajaban para una Asociación de Memoria Histórica había conseguido el historial de prisiones y los motivos por los que su abuelo había acabado entre rejas. Se acercó a mí y me hizo saber con las lágrimas que nunca se había permitido tener que era el mejor regalo del mundo que nadie le había hecho nunca.

Así de esa manera pude entender mejor la historia de la familia, los recuerdos de mi abuela y pude ver al padre humano y cercano que siempre se había ocultado.

Por eso creo que el silencio mata y que la ocultación deja heridas incurables que no ayudan a dignificar nuestra vida colectiva. Muy al contrario nos dividen, nos angustian y acaban con la empatía necesaria que toda persona debe de tener por las víctimas.
Hoy he sabido que el Ayuntamiento de Burgos, como al parecer en otras ciudades de España, celebraba un acto en conmemoración del asesinato de Miguel Ángel Blanco y de todas las víctimas de ETA. También que lo convocaba con gran solemnidad la concejala popular Gema Conde, la misma que forma parte de un grupo que nada quiere saber ni de la memoria histórica ni de recuperar de la ignominia del olvido a quien simplemente había defendido el orden democrático.
Es muy triste que haya una parte de los españoles que consideren que los vivos se merecen justicias diferentes y que  esto debe durar hasta más allá de su muerte. Pero es aún más triste comprobar como un grupo político cercano a mis valores, al memorialismo, y que se ha presentado como la candidatura popular, Imagina Burgos, se haya presentado al homenaje sin realizar ninguna acción política que deje en evidencia a los hipócritas y populistas populares: hubiera bastado con una rueda de prensa en la que el líder de la formación hubiera invitado a la concejala a hacer homenaje a las víctimas que siguen criminalmente sepultadas.


¡¡Qué pena!! ¡¡Para estas alforjas ya tenemos al PSOE!!

domingo, 5 de abril de 2015

Los asesinados del monte de Estépar: Ignorados por los políticos



Por Burgos Dijital

Ningún político gobernante ha encontrado hueco en su apretada agenda para tratar de conocer los acontecimientos o dirigir unas palabras sobre estos asesinatos.
Ya no tuvieron sensibilidad para derivar ayudas económicas hacia estos trabajos, mucho menos para desprenderse de un breve "gesto" de empatía con los familiares.

Como dice el refrán,  quizás se pueda decir que "quien calla, otorga".
En la tercera jornada de excavaciones en el monte de Estépar, se desentierran los cadáveres, y se ha pasado de la previsión inicial  de 17  a 27, lo cual está llevando mucho trabajo, aunque a última hora de hoy ya se estaban individualizando los cadáveres y guardando minuciosamente en cajitas junto a sus "pertenencias" que han podido superar el paso del tiempo ( en algunos casos, botones de camisa, peine o cremallera de pantalón...).

Se preve que mañana concluyan los trabajos de exhumación, y hoy a las 19 horas se ha celebrado un homenaje a pie de fosa para recordar a todas aquellas personas asesinadas, que previamente fueron apresadas y llevadas a la prisión central de Burgos, la mayoría procedían de esta prisión, y engañadas mediante las "sacas" llenaban el camión que les llevaría al monte de Estépar. La fosa ya estaba excavada.
Durante el trayecto se les pasarían por la cabeza muchos pensamientos, y el peor, cuando veían que la carretera que tomaba el camión no era la de su casa... carretera de Valladolid giro hacia la derecha y subida hacia el encinar.
Desconcertados en la parte de atrás del camión, a empujones bajaban, y en plena oscuridad en la mayoría de los casos, eran asesinados con tiro en la cabeza, y aunque en la prisión habían oído hablar de ello y decían "haber escuchado los tiros de los fusilamientos" no podían creer que acabarían asesinados y enterrados entre cal viva.


Peine Hercules-Kamm 1932  encontrado en la fosa




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jueves, 2 de abril de 2015

La exhumación de otra fosa en el monte de Estépar (Burgos)


Por Burgos Dijital

Hoy ha comenzado la exhumación de la fosa que quedó pendiente el año pasado en el monte de Estépar.
El "genocidio del franquismo" vuelve a desvelarse en la excavación de esta nueva fosa.
Han ido asomando los primeros cadáveres en un espacio de dimensiones menores a las otras tres fosas que se excavaron en julio de 2014.

La exhumación dirigida por el arqueólogo Juan Montero y el antropólogo Francisco Etxeberría con unas 20 personas voluntarias, algunas de la Sociedad de Ciencias Aranzadi, ha puesto en evidencia una vez más la barbarie cometida durante el franquismo, personas desaparecidas y asesinadas posteriormente en el monte, personas "presas", la mayoría procedentes de la prisión central de Burgos, eran engañadas mediante las "sacas" y una vez en el monte eran asesinadas.
En cada fosa hay aproximadamente el número de cadáveres correspondientes a las personas que cabían en un camión.
Han aparecido algunos casquillos de fusil Mauser y botones de la vestimenta de las personas asesinadas.
Hoy como bien se comentaba entre las personas que han asistido a la fosa "se trata de desenterrar, para volver a enterrar por sus familiares de una forma digna,  a aquellas personas asesinadas", y como decía un familiar "les asesinaron  por hacer solamente cosas buenas".
Cabe recordar que estas exhumaciones se están realizando sin el apoyo de las instituciones, ni Diputación ni Gobierno Regional, y están financiadas mediante crowfunding puesto en marcha por Espacio Tangente y la Coordinadora por la Recuperación de la Memoria Histórica de Burgos y la buena voluntad de Aranzadi.

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jueves, 26 de marzo de 2015

El terrorismo franquista en el monte de Estépar (Burgos)

Por Burgos Dijital

En julio de 2014 se procedió a la exhumación de las fosas comunes del monte de Estépar (Burgos), después de varios años de trabajo recopilando testimonios orales de familiares de las víctimas que se presupone fueron asesinadas en el monte, entrevistas a vecinos de la comarca y consulta de archivos de carácter civil y militar.

Se piensa que en el monte de Estépar y alrededores puede haber entre 300 y 400 víctimas.
Se lograron descubrir 70 cuerpos en las tres fosas excavadas, algunos cuerpos parece que estuvieran atados, en otra fosa no, recibieron tiro de bala, unos de fusil y otros de pistola, apareciendo la mayoría de los cuerpos con el cráneo fracturado, con orificio del impacto de los proyectiles.
Este breve reportaje es un resumen de los trabajos de exhumación de las fosas comunes realizado y el posterior homenaje rendido por familiares de los asesinados, personas y colectivos que se acercaron a estas fosas.
Está previsto que el día 1 de abril comiencen las obras de exhumación de otra fosa que quedó pendiente.
Todos los trabajos que realizados carecen del apoyo económico de las instituciones, gobierno estatal, regional y diputación.Han sido financiados a través de una campaña crowdfunding





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lunes, 27 de octubre de 2014

España es un país sucio

Persona con el "tiro de gracia" encontrada en las exhumaciones del monte de Estépar (Burgos)

Por Juan Vallejo

El pasado día 13 de este mes de octubre, en el Ateneo de Madrid sostuvimos un encuentro- charla los componentes de la Comisión de la Verdad, una plataforma que engloba a juristas de reconocido prestigio, asociaciones para la recuperación de la Memoria Histórica, grupos internacionales que luchan por los Derechos Humanos, como Amnistía Internacional, y sobre todo, familiares de los asesinados por el franquismo. Sería prolijo enumerar los entes representados en dicha reunión, simplemente hacer constancia de algunos nombres que pertenecen a la Comisión de la Verdad como el grupo Amesde (Asociación Memoria Social Democrática ), Martín Pallín, Jiménez Villarejo, Cristina Almeida.  En dicho encuentro, decidimos movilizarnos frente al Congreso de los Diputados, desde una serie de manifestaciones que tendrán lugar en el curso de estas semanas por todo el país, hasta el día 10 de diciembre, fecha en la que se conmemora el día mundial de los Derechos Humanos para recordar al Gobierno, que el próximo día 31 de este mes de octubre, concluye el plazo que la ONU le ha dado para resolver las exhumaciones de los miles de fusilados que yacen en los campos y cunetas, montes y barbechos de esta sucia España.  Las diversas amonestaciones y requerimientos que dicho organismo ha hecho al Gobierno, han sido desoídos cuando no despreciados. Hasta ahora, desde que gobierna el PP, han sido estas asociaciones las que han corrido con los gastos para recuperar a los asesinados. Zapatero aplicó débilmente la ley que entró en vigor el 26 de diciembre de 2007 para dignificar la memoria de las víctimas del franquismo. Esta ley fue atacada durísimamente por el PP y la derecha española, acusando al Gobierno socialista de revivir la Guerra Civil. Pusieron entonces en marcha una campaña para denunciar los crímenes de los comunistas. Las partidas miserables que destinó Zapatero hasta el 2010, apenas sí cerraron algunas heridas. Mientras tanto, las familias vagan entre fosas y collados, estepas y cunetas en busca de los seres amados que yacen en un brutal desasosiego infligido por un Gobierno lleno de rencor y venganza en cuyas filas están los hijos y nietos de muchos de los asesinos que llevaron a cabo el exterminio de los demócratas españoles, que el golpe de estado del General Franco propició con generales asesinos como Mola, Yagüe, Queipo de Llano y otros falangistas descritos perfecta y exhaustivamente por Paul Preston en su impresionante libro El Holocausto Español.

No tienen más que acudir a las hemerotecas y repasar los lugares de Estépar, Valdenoceda, Andaya o la Pedraja, donde, por cierto, el próximo día 1 de noviembre va a tener un acto en homenaje a los allí enterrados, con el traslado de los cadáveres exhumados este verano al cementerio de Villafranca Montes de Oca. Todo ello cubierto por la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica dirigida por ese hombre excepcional, Miguel Ángel Martínez Movilla.
“España es un país sucio, muy sucio” dice en su última novela “ Así empieza lo malo”, su autor Javier Marías: se la recomiendo vivamente; entrevera anécdotas en la posguerra que desvelan la gran corrupción, la delación, el daño y el dolor vertido al paisaje humano, así como las satrapías cometidas a las mujeres por los canallas cercanos al Movimiento, la Falange y ralea de esta naturaleza, pinochetistas incluidos.

El laboratorio que la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica (ARMH) tiene en Ponferrada (León), está abocado al cierre cuando finalice este año. Los cuatro voluntarios que allí trabajan sin cobrar, no pueden mantener las instalaciones. En ellas se efectúa la limpieza, identificación, documentación de los cadáveres que se encuentran en las fosas donde yacen los represaliados del franquismo. Ninguna institución pública o privada ha mostrado interés por la situación del laboratorio. Se fundó en el Bierzo, una de las zonas más reprimidas y violentas de la represión franquista. Más de 150 exhumaciones llevadas a cabo en cuatro años. Voluntarios de toda España y del extranjero, desinteresadamente lo han llevado a cabo, como en Estépar este verano, por ejemplo, con el grupo Aranzadi y Paco Etxeberria a la cabeza; o la Pedraja que antes hemos mentado.

La Junta de Castilla y León ha desvelado ser un ente afín a estos asesinos con su pasividad y desdén. Pero Atapuerca hará danzar sus huesos en el ballet de la ignominia con el oro vertido por los vividores de la Junta y sus muñidores. Una sinfonía esta de los huesos de la prehistoria que insulta gravemente a los huesos de la libertad.

Este daño, esta vileza instalada en el olvido por el Gobierno de España, que se ríe de los dictados de la ONU, no es otra cosa que la recolección que los crímenes del franquismo sembró en la Guerra Civil y la posguerra, nutridos sistemáticamente por una Iglesia cómplice y sádica en la que el perdón y la reparación no entran en su catecismo de delatores. Bien se ha precipitado este atrabiliario, cínico y teatral Papa en glorificar a sus represaliados, en tanto que ni una mísera oración ha salido de su boca para los demócratas españoles asesinados por el fascismo. Otro tanto cabe decir de los reyes pretéritos y presentes cuyos labios tampoco han pronunciado una palabra de consuelo para todos los afectados por esta miserabilidad de su Reino donde ellos cunden la corrupción.

Hay heridas morales que no cicatrizan jamás. Hay mujeres valientes, sufridoras, ejemplares que fueron violadas y ajusticiadas por estos canallas que palpitan en las sienes de tantos hijos y nietos españoles, que tenían que refugiarse en el regazo de padres y abuelos para no oír aquellas tenebristas noches de gritos y disparos y que ahora resuenan ecos de destierro, de odio. No resuelve el duelo España con esta calaña de gobernantes entretenidos en pudrir la libertad con sus mafias y corruptelas, sembradas por doquier. En tanto que esto no se resuelva, España seguirá siendo un país sucio, despreciable, cainita. Mujeres que tuvieron la heroicidad de sacar adelante a sus pequeños en unas precuelas y secuelas plagadas de dolor: un feminicidio, un desvalimiento, un río de lágrimas enlutadas, mujeres que lucharon en el frente de la libertad y que tantas veces obviamos y condenamos al silencio, son nuestra sangre más preciada.

Me decía el compañero de fatigas ya fallecido, el gran Juan Gelman, fallecido el pasado año, acaso uno de los más grandes poetas contemporáneos, que en las fosas anida el desasosiego. Que en tanto no se abran, las heridas que allí yacen y las trasladadas a los familiares no se orean, no cicatrizan. Por ello estos crímenes no prescriben jamás.  Pero ya ven el escarnio que usa este país maldito con todo aquel que osa abrir este asunto. Lo hacen inaccesible para la memoria, lo destierran o desuellan si me permiten el término. La cólera se incuba en estas osamentas que laten desde que fueron precadáveres y la manifestaron a sus queridos. Tal vez los monólogos en esa intratierra donde esperan los asesinados su testimonio, emerjan un día con un lenguaje factual que nos hará estremecer, pues la historia nos la relatarán en puridad, con las palabras que el silencio han ido pergeñando en ese fascinante laboratorio del silencio. Un lenguaje omnisciente que nos inquirirá qué hemos hecho, por qué tantos años de pereza, de desamor.

La lucha es larga. Los asesinos permanecen. El dolor está en nosotros. Compartirlo es imprescindible para que el desasosiego encuentre la serenidad; por ello hay que seguir peleando ya que la verdad está en tumbas de tierra.

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lunes, 1 de septiembre de 2014

Las cárceles infantiles : los Preventorios del franquismo

Por Burgos Dijital 

El documental "Los Preventorios del franquismo" entrevista a Angela Fernández y Alicia García, y narran sus vivencias en el preventorio del Doctor Murillo de Guadarrama, en la época del franquismo, calificándolo como auténtica cárcel para niñas.


Preventorio de Guadarrama
" Era un régimen militar, desde el momento que nos bajábamos del autocar que nos había trasladado desde Madrid al pueblo de Guadarrama nos dejaban muy claro que no éramos nada, menos que seres humanos, nos desposeían de todas nuestras referencias, la ropa que llevábamos, todos los objetos, cualquiera que fuera una pertenencia personal..."
" La pretensión de esta gente era formar una población que no tuviera valoración como ciudadanos, un número más en la obediencia, en resignación y en el terror, y nada mejor que instaurar todo esto en la más temprana edad."

"Todo esto acompañado de insultos, vejaciones, malos tratos, abusos continuos y referencias a que éramos escoria, que éramos unas muertas de hambre, éramos guarras, nuestras madres eran unas putas que nos habían abandonado allí para poder ejercer de putas."

"...nos prohibían hablar de todo esto, y eso funcionaba, cuando las niñas salíamos de allí, muchas niñas no hablaban de lo que habían pasado."

"... se utilizaban técnicas nazis y todo esto estaba orquestado por el psiquiatra de cabecera Vallejo Nájera..." 

Otros artículos :
"Niños robados, de la represión franquista al negocio"
Los Preventorios del franquismo: centros de terror y castigo

jueves, 31 de julio de 2014

Méndez Pozo, los huesos de Atapuerca y los asesinados en el monte de Estépar

Méndez Pozo mirando unos huesos descubiertos en Atapuerca
con los directores Arsuaga y Bermúdez
Por Juan Vallejo
Hiere ver a Méndez Pozo, delincuente del Caso de la Construcción, cacique por excelencia de Burgos: el Jefe  (así le apodan todos los que saben de sus tropelías), encarcelado y amnistiado, tocado con un casco de obra, en las páginas de su diario, con gran profusión de datos y fotografías, rodeado de los tres directores de Atapuerca, manejando los huesos de la prehistoria como jefe de la excavación. Esta vergüenza, impregnada del oropel que sobre ella vierte el gobierno, la Junta de Castilla y León, el Ayuntamiento de Burgos y un montón de instituciones como la misma Diputación burgalesa, patinando las osamentas de bruñido oro que deslumbra por doquier, atapuerquizándolo todo, es un insulto para los ciudadanos que pagan con sus impuestos estas satrapías.  Estos vividores de Atapuerca, de los tres artefactos ubicados en el mejor solar de la ciudad, no son otra cosa que el exponente más preclaro de la miserabilidad que suele la Prima Voce et Fide.

El Méndez y su tropa, ya no tienen jefatura en donde hincar su desvergüenza: Cámara de Comercio, Abadía de Silos ( flaco favor a los monjes benedictinos hace este elemento, que han aceptado su presidencia como Jefe de los amigos de la abadía ) y tantas instituciones que creen que con la presencia de este codicioso personaje, van a encontrar las prebendas necesarias para formar parte del club de los despreciables con mitra, báculo o título de Príncipe de Asturias sí viene al caso.


Al lado del muermario burgalés, en sus páginas, los huesos de los asesinados en Estépar. Fotografías de los niños mayores despertando las miradas de los fusilados ( que bello despertar el de estos demócratas acribillados por el franquismo vil, al encontrarse con la ternura y la luz circular de los ojos de estos chavales de Aranzadi ). Qué admiración destilan Paco Etxeberría, su compañera antropóloga Lourdes Herrasti, el director de la excavación Juan Montero, los componentes de Espacio Tangente, los criberos de los adminículos aparecidos entre los restos.  
Tantos compañeros que, sin cobrar un duro, han padecido el sol de justicia de estos diez días; la maravilla de encontrar un paisaje humano comprometido con la libertad, la justicia, la reparación después de la noche eterna. Igual que los vividores de Atapuerca que trincan todo lo que se menea. Un solo fragmento de estos asesinados nos dice sin tanta parafernalia y laboratorio y publicaciones mundiales, cómo somos, de dónde venimos, lo que somos capaces de hacer: herencias criminales de un dictador asesino, rodeado de generales asesinos cuyos hijos todavía pregonan sus crímenes como necesarios para la vida de ciudades como esta Prima Voce et Fide, donde ni una sola oración de los herederos que sacaron bajo palio al genocida generalísimo del refugio de estos hechiceros. Ni una visita de los responsables institucionales de la Camera Regia a Estépar, ni un euro para los gastos: pareciera que son hijos de los fusiladores. Con su silencio corroboran la masacre. Entretenidos en extirpar las morcillas de las sinecuras e inaugurar chatarra bronceril por cualquier esquina, desprecian la Democracia obnubilados con la tarea de poner a sus familias en los pesebres municipales y en la indigna Diputación.

Pero el arte es largo y la vida corta; el oficio tan difícil...y el relevo de los asesinados en Estépar ya está en las sienes de los jóvenes de Tangente, de Gamonal, de la Universidad, de las asociaciones, de tantos hombres y mujeres, que entienden que la mafia de Burgos ya está en el desolladero.



Las personas eran asesinadas con arma de fuego y  algunas presentan el cráneo destrozado 

Fueron asesinados. Este crimen no prescribe nunca. Nunca les encontraremos a todos. En el momento que aparece un camarada ya sabemos de la vileza de su muerte, con qué bala le fusilaron, que tipo de individuo le mató, su edad, cómo le ejecutaron y remataron a culatazos, cómo la misión de todo asesinato de estas características es hacer desaparecer el cadáver. Por ello no les visitan, porque son hijos de los asesinos. A ellos la cal viva les delata como cómplices de tanta desolladura.


Emergen con el sueño fresco de una República fascinante en estas fosas de Estépar que a tantos nos indica que el ser humano puede mejorar la vida. Entre estas jóvenes encinas brotadas desde sus restos, cuyo dendros relata la edad interminable de la democracia, la metamorfosis del viento, del verde viento que aroma este deletéreo paisaje de sangre y tenebrismo por el que la razón expresa su locura y la función clorofilica hace posible nuestra-suya respiración.


Gracias incontables gente de Aranzadi, de Espacio Tangente, gamonaleros y componentes de la Memoria histórica, periodistas de este medio "dijital" que con tanta diligencia mostráis la información adecuada al tiempo que nos toca vivir. Y a tantos visitantes familiares de los fusilados, cuyo olvido y perdón, jamás formarán parte de vuestra-nuestra libertad.


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miércoles, 30 de julio de 2014

31 de julio: Clausura de la exposición " Monte de Estépar"

Por Espacio Tangente

Este próximo jueves 31 de julio 2014, tras 49 días, clausuraremos la Exposición "Monte de Estepar", sin ninguna duda, la muestra más ambiciosa , compleja, colaborativa y apasionada en la que nos hemos embarcado en los 13 años de la intensa programación y recorrido de Espacio Tangente.
Espacio Tangente lleva trabajando desde finales del pasado año y fue conformando esa idea inicial planteada, necesaria y urgente, y que confiábamos en que supondría la iniciativa que prendería la llama de la activación y confluencia de tantas y diversas energías, fuerzas, ganas y empeño en comenzar a recuperar y desenterrar entre tod@s una primera parte de tanta y tan cercana dignidad arrebatada y ocultada infamemente, durante tanto tiempo.

Así ha sido, al margen del arduo trabajo inicial de coordinación, sustentado desde los tres pilares organizativos:  Espacio Tangente, la Coordinadora por la Recuperación de la Memoria Histórica de Burgos y la Plataforma de Artistas Antifascistas, sumada a la agitada movilización de artistas, colaborador@s, amig@s, camaradas y público en general, estos 49 días, han supuesto una altruista unión de sinergias mucho mayor y productiva de lo que nos esperábamos.

"Contra la impunidad franquista"  cuadro de Acacio Puig
El goteo (cual nombre de la plataforma digital que gestiona el micromecenazgo) constante de aportaciones, interés, expectación y difusión de la iniciativa por parte, como siempre de las fuerzas mas cercanas en sensibilización de base, ha ido in crescendo hasta alcanzar y superar con creces los objetivos planteados, a pesar, también como siempre, de la indiferencia, cuando no, de invisibilización de quienes desde la su sumisión a los poderes, ven dibujada una amenaza que hace peligrar sus intereses, en el objetivo de recuperar nuestra historia, nuestra lucha y nuestra dignidad.

Una vez más se ha demostrado que seguimos siendo pueblo y lucharemos por dignificar su nombre.

El admirable trabajo, ya en el terreno, que, de sol a sol y codo a codo, han mantenido l@s voluntari@s coordinados por Juan Montero y Francisco Etxeberría de la Sociedad de Ciencias Aranzadi, durante esta última e intensa  semana, ha logrado desenterrar, no solo los primeros 70 cuerpos de nuestros más honrados y nobles antecesores, familiares y camaradas asesinados en el Monte de Estepar, sino el sonrojo de tanta ignominia.
Gracias a tod@s por creer en nuestras propias fuerzas y unirlas, en una causa tan imprescindible y necesaria en estos tiempos de tan insoportable simulación.
Gracias por estar, ser, sentir y visiblizar tantos sentimientos enterrados.
En la memoria colectiva de nuestro contexto más cercano, estos 49 días, han supuesto un antes y un después, especialmente un después por el que continuaremos luchando entre tod@s .

El próximo jueves 31 de julio 2014 a partir de las 19.30 h, nos convocamos en Espacio Tangente, tod@s los que podamos y nos sintamos implicad@s, de nuevo para informar de los trabajos de exhumación y los objetivos a corto y largo plazo que se han abierto en el proyecto; charlaremos, mostraremos y compartiremos imágenes, anécdotas, sabores y sin sabores de este empeño, logrado en su primera fase… y antes daremos el último recorrido guiado por la Exposición, junto a algun@s de los artistas que han participado, y que ha supuesto la parte visible de ese iceberg de conjunción de fuerzas que ha levantado esta iniciativa. Posteriormente tendremos una merienda.

Nos esperamos, pues, este jueves, para lo dicho, lo que diremos y lo que nos queda por decir, para celebrar que por fin podemos desenterrar parte del olvido y empezar a dotar de algo más de cierto sentido a nuestros contextos cercanos, al verdadero significado de las grandes palabras, que como un eco vacío, nos rodean: … dignidad, democracia, apoyo mutuo, lucha colectiva…y otras tantas que nos quedan por ir recuperando.