domingo, 16 de marzo de 2014
sábado, 15 de marzo de 2014
La Marcha de la Dignidad columna del norte llega a Aranda de Duero
Haciendo camino a Madrid, etapa tras etapa, la Columna del Norte llegó
a Aranda y a las 8 de la tarde del viernes 14 se manifestó en el centro de la
ciudad.
Más de cien personas partieron de la Plaza del Trigo para circundar el
casco viejo, flanquear el río y volver al punto de partida donde una compañera,
sindicalista riojana, leyó el manifiesto “No es tiempo de lamentos, es tiempo
de lucha”.
Banderas, muchas banderas y muy variadas porque de un modo u otro,
todas eran nuestras: desde las rojinegras de los sindicatos CGT y CNT hasta las
tricolores republicanas y las rojas de Izquierda Unida, los comunistas y
también las amarillas de la lucha contra la fractura hidráulica.
Muestras de
solidaridad material de gentes sin partido y presencia variopinta de grupos
familiares entreverados por las camisetas verdes de la Plataforma defensora de
la Escuela Pública.
Comunicación, difusión de manifiestos, alegría del encuentro con
compañeros conocidos y estimados y la satisfacción de comprobar el empuje unitario
para asumir el reto del 22M VAMOS A MADRID.
Próxima etapa Honrubia y en el aire, aquel viejo lema siempre tan
nuevo y necesario:
Quien lucha, puede perder. Quien no lucha…ya ha perdido todo.
XII Edición del premio "Colectivo 8 de Marzo"
El próximo domingo 16 de marzo, a las 13 h en el Salón Polisón del Teatro Principal, se entregará la XII edición del premio "Colectivo 8 de marzo" a la asociación de mujeres Cineastas y de Medios Audiovisuales (CIMA).
El acto está abierto a todo el público. Adjuntamos invitación
Colectivo 8 de marzo.
El Colectivo 8 de marzo en esta edición quiere premiar a esta asociación por su apoyo y participación en el proyecto de la película "El Tren de la Libertad" y como reconocimiento al trabajo de las mujeres en la industria del cine.
El acto está abierto a todo el público. Adjuntamos invitación
Colectivo 8 de marzo.
Madres de la Leche de Burgos: charla a cargo de Cristina Silvente
Hoy SÁBADO A LAS 18H y hasta las 20.30 aprox. EN EL CENTRO CÍVICO RÍO VENA TENDREMOS EL HONOR DE CONTAR CON CRISTINA SILVENTE, psicóloga perinatal experta en el duelo gestacional o ya nacido
Tendremos servicio de cuidado de niños para quien lo necesite, todo es gratuito.
Anímate a venir o a DIFUNDIR A QUIEN LO HAYA SUFRIDO.
Asociación de apoyo a la Lactancia Materna y crianza con respeto Madres de la Leche de Burgos.
viernes, 14 de marzo de 2014
Lucha de clases y represión en Burgos
Por Víctor Atobas
En el siguiente artículo analizaremos la relación entre la lucha de clases que tiene lugar en Burgos, tomando como modelo el movimiento de Gamonal, con la represión política y social que imbuye las relaciones de la ciudad.
Burgos es una ciudad enraizada en el escabroso y autoritario legado franquista, lo que denominaríamos franquismo sociológico, con que suponemos también una escasa cultura política de la clase obrera, desorganizada y presa de contradicciones originadas, en numerosas ocasiones, por su propia condición de pequeña propietaria de tierras en el mundo rural, cuya propiedad habrían heredado de la generación anterior a la industrialización de la ciudad, al éxodo desde los pueblos.
Cuando nos referimos a franquismo sociológico hablamos, por una parte, de un modo autoritario en las relaciones sociales (y políticas) que se establecen no sólo en la lucha de clases sino también en el interior de una masa desorganizada que sólo ha demostrado involucrarse activamente cuando un movimiento social, como las luchas vecinales de Gamonal, se ha lanzado con todas las fuerzas a conseguir un objetivo concreto, vinculado a demandas obreras como empleo y servicios públicos, a la identidad de un barrio perfectamente capaz de auto- gestionarse.
Así mismo, nos referimos al propio funcionamiento de las oligarquías económicas, estrechamente ligadas al resto de aparatos ideológicos, que habiéndose desarrollado durante el franquismo, aún cuentan con los mismos núcleos, esto es, las mismas familias “de posibles”, cuyas redes empresariales se expanden configurando la agenda política.
La derecha se ha nutrido del modelo de familia tradicional impulsado por la Iglesia, apoyándose en un modelo aséptico de ciudad orientado hacia el aburguesamiento y la desaparición de espacios y experiencias colectivas; pretendiendo que el individuo quede aislado. Las sectas religiosas como el Opus Dei expanden sus redes por la ciudad, consolidando un entramado utilizado para transmitir las ideas dominantes, tejidos implantados en otros puntos de la ciudad: la universidad, las profesiones liberales y diversas asociaciones económicas, culturales o religiosas.
No obstante, Burgos sigue siendo una ciudad de obrer@s.
El índice industrial de la ciudad se sitúa por encima de Valencia, Bilbao o Sevilla. La lucha de clases es una realidad en nuestra ciudad y, para entender el movimiento antifascista, debemos atender al miedo y la reacción de una clase burguesa que advierte el estado de las condiciones materiales y que responde manteniendo la paz social, una ilusión construida sobre el velo que cubre las condiciones subjetivas, que permitirían la toma de conciencia.
El movimiento antifascista burgalés se ha caracterizado por intentar desentrañar las relaciones de poder que se establecen en la ciudad, esclareciendo las conexiones entre el franquismo sociológico que aún perdura en la ciudad, y los aparatos represivos que, dirigidos y ordenados por unas instituciones servidoras de los intereses e instituciones burguesas, han actuado como “cuerpos de choque” y expansión de la ideología dominante.
La oligarquía de la ciudad ha advertido que la represión y la criminalización de la protesta no han conllevado la desmovilización pretendida, continúan criminalizando a los movimientos sociales al tiempo que utilizan preceptos e ideas franquistas como que introducirse en política supone problemas personales; no te signifiques, no ejerzas tu libertad, parecen decir.
Las acusaciones vertidas contra l@s activistas del movimiento antifascista procuraron impedir sus actividades políticas, incurriendo en graves ilegalidades. Uno de los ejemplos más infames lo encontramos en el montaje policial orquestado en abril de 2010; detenciones arbitrarias y amenazas a l@s militantes, además de una persecución constante hacia el movimiento.
Un conocido escritor calificaba a Diario de Burgos como “un periódico que trata bien los temas sociales”; a este respecto sólo pude responder con cierta indignación, puesto que habían criminalizado a mis compañer@s y vecin@s. Diario de Burgos ha publicado, en multitud de ocasiones y negándose a rectificar, información falsa sobre los movimientos sociales, utilizando un lenguaje sesgado y autoritario que busca la reacción temerosa del lector ante imágenes o titulares que, vinculando el activismo de izquierda con el vandalismo o el terrorismo, sustraen el significado político de las protestas o lo desvían.
Pero la represión política la padecen también las mujeres, l@s compañer@s LGTB que han sufrido agresiones homófobas por parte de fascistas; la represión se palpa en el aparato escolar, que reproduce la ideología dominante sometiendo a l@s alumn@s a reglas autoritarias que califican la fuerza de trabajo según las necesidades de la economía y no del conocimiento. La censura también alcanza a aquellos discursos silenciados, sexualidades no normativas y formas de vida alternativas, desplazadas a círculos underground.
Cuántas veces he escuchado que lo mejor es callarse, tragar, interiorizando el miedo y la frustración como si fuera algo natural. Los burgueses se pasean por El Espolón, y distinguen su clase con altanería, desprecio y soberbia; nos miran mal, estamos maldit@s y resacos@s, somos abertxandals… y al final, quienes bajaron la cabeza fueron ell@s, recuerdas, cuando el barrio lo hizo.
Sobre la confrontación con los aparatos represivos: el enemigo es el burgués.
Es fundamental identificar al enemigo de clase. El burgués se apropia de la plusvalía y es quien, en definitiva, utiliza a los cuerpos represores según sus intereses, defender la propiedad privada y las relaciones dominantes, a cualquier precio.
La confrontación con la policía carece de sentido, en la mayoría de ocasiones. Sólo si las condiciones materiales desembocan en una estrategia revolucionaria con una hoja de ruta, esto es, con objetivos surgidos de la movilización contra la clase dominante (y no contra la policía), y dicha estrategia es respaldada. El derecho de rebelión es reconocido en la Declaración Universal de Derechos Humanos, que lo califica en su preámbulo como “recurso de la rebelión contra la tiranía y la opresión”. En los momentos en que la lucha de clases y la opresión económica se acentúan, en situaciones de sometimiento a la autoridad o estallidos revolucionarios, la confrontación con los cuerpos represores parece inevitable.
La función social de la policía es contrarrestar precisamente esa “ira” de la clase proletaria, que advierte a las fuerzas de la autoridad como enemigos directos cuando no lo son. Es este punto el conflicto es desviado hacia la policía, que se interpone como “cuerpo de choque” entre las relaciones antagonistas de la sociedad, entre los intereses de la burguesía y las demandas de la clase trabajadora.
En este sencillo esquema advertimos que los cuerpos policiales son insertados en el engranaje de la lucha de clases como una pieza que contrarresta los antagonismos y contradicciones mediante distintos instrumentos de represión y control. La sociedad disciplinaria ha sido hegemonizada por las ideas dominantes y, en última instancia, por preceptos autoritarios que perpetúan la sociedad clasista. La instalación de cámaras de vigilancia, una campaña impulsada desde el Diario de Burgos y la derecha burgalesa, supone un ejemplo del aumento del control social.
Las protestas de Gamonal acertaron señalando al verdadero enemigo, significado en la famosa pancarta de Méndez Pozo que rezaba: Ser rico me ha costado lo vuestro. Estas luchas han servido para desentrañar las relaciones oligárquicas de la ciudad, sustentadas de forma no democrática. Cabría preguntarse quién ha entregado Burgos a Méndez Pozo, Arranz Acinas o José María Arribas. La respuesta es que siempre ha sido suyo, a menos que la clase trabajadora se implicara en una lucha, apoyándola de forma determinante, consiguiendo victorias como la del Bulevar.
La legislación represiva.
El 15M planteó formas de protesta hasta entonces poco
conocidas, escraches y acciones de desobediencia civil que empoderaban
políticamente a sus participantes. La Ley Mordaza representa la adaptación
última del poder a las nuevas formas de protesta; el miedo es parte fundamental
en dicha mezcla, la nueva legislación represiva se entiende en imponer grandes
multas y castigos a unos pocos activistas, ateniendo a un posible efecto
contagio de desmoralización y miedo.
El poder se blinda por todos los frentes; nueva legislación represiva, acompañada de la privatización de la justicia y campañas de desmovilización como multas y detenciones arbitrarias, uso de las tecnologías de control, vigilancia a través de la red e intercepción de comunicaciones, infiltración en manifestaciones e inversión en antidisturbios y material represivo.
En Burgos, el 15M también sufrió la represión de los
cuerpos policiales. Produciéndose identificaciones arbitrarias en los accesos a
la Plaza Mayor, donde fue levantada una acampada que llegó a contar con
centenares de activistas, que plantearon iniciativas de ocupación, autogestión
y empoderamiento. Un mes más tarde, la acampada fue levantada dejando paso a
una caseta informativa con carácter permanente, que fue levantada por orden del
ayuntamiento sin dialogar ni comunicarlo. Durante la investidura del gobierno
municipal, dos compañer@s fueron detenid@s, llegando la policía
a personarse en el domicilio de una tercera persona.
La lucha de Gamonal: Claves de la victoria.
A continuación daremos algunos apuntes para entender la victoria de Gamonal, que no sólo supone haber doblegado los poderosos intereses de la clase dominante, sino también un modelo para futuras movilizaciones y un conjunto de lecciones que pueden ser leídas tanto por la izquierda, como por los movimientos sociales, sindicatos alternativos y, en definitiva, por el tejido social, tanto como por la derecha, desde la perspectiva de la derrota.
Entre las lecciones que podríamos mencionar:
Las formas de organización: La auto-gestión de l@s vecin@s, cristalizada en la decisión colectiva de que el Bulevar no se construiría, desbordó por completo a toda aquella forma de organización que no permitiera su empoderamiento, esto es, tanto la plataforma de asociaciones vecinales, como partidos y demás organizaciones, fueron desbordadas por la movilización de l@s vecin@s.
El movimiento asambleario y horizontal permitió agregar las demandas colectivas; defendiendo la necesidad material de aparcamiento, se consiguió paralizar el Bulevar (es visible puesto que están tapando la zanja). Construyendo espacios liberados, comunes, se podrá organizar la vida social del barrio.
Los espacios liberados permiten el empoderamiento de l@s vecin@s. La posibilidad de organizar su formación y su ocio, su lucha, no se sujeta a las normas y estructuras de organizaciones como partidos u otras organizaciones, sino que parte de su propia libertad, puesta en común en las asambleas y grupos de trabajo de forma que la práctica sea definida por l@s vecin@s y no por una dirección, así como la ausencia de disciplina que, en definitiva, es una idea dominante.
La disputa de la hegemonía: La hegemonía comenzó a disputarse en la propia composición de las protestas, secundadas por la juventud oprimida pero también por personas mayores y de mediana edad, en su inmensa mayoría de clase trabajadora, con la acción subsidiaria del pequeño comercio de Gamonal, que defendió a l@s vecin@s de la manipulación. En este sentido, debemos aplaudir la convocatoria de huelga estudiantil durante las movilizaciones, uniendo las luchas de obrer@s y estudiantes.
Señalaremos que la toma de la hegemonía fue posible gracias a la superación de los conflictos entre vecin@s. Los intereses corporativos de las asociaciones vecinales y de las peñas, cuya manipulación por parte del ayuntamiento quedó demostrada posteriormente, quedaron desbordados y diluidos. Así mismo, fueron superadas las distinciones generacionales. El liderazgo, en este caso de mediana edad, además de acertar leyendo los tiempos de la protesta, se preocupó por los cauces de comunicación entre las diferentes propuestas y formas de entender las protestas, intentado extraer elementos comunes y compatibles.
En los momentos en los que la hegemonía oscilaba del lado de l@s vecin@s, el aparato represivo incrementaba el empleo de la violencia. Las “virtudes” que los aparatos ideológicos asignan a los distintos roles sociales; para l@s obrer@s de Gamonal, sumisión, modestia y resignación, cambiaron en el momento en que la hegemonía se disputaba, l@s vecin@s de Gamonal respondieron según “las auténticas virtudes” de su clase; esto es, lucha, dignidad, rebeldía.
La solidaridad: La extensión de las luchas por todo el Estado español, supuso el refuerzo del discurso de l@s vecin@s, elevando la repercusión del movimiento.
La identidad (el barrio): Partiendo de que la identidad de pertenencia a un barrio obrero, se halla relacionada con la conciencia de clase de forma evidente, la capacidad de agregación con la que cuenta Gamonal se entiende en movilizaciones como las del Bulevar, de un seguimiento masivo por parte del barrio, o de al menos de ciertos sectores del mismo, quedando patente en la manifestación que reunió a más de 10.000 personas.
Esta capacidad de agregación se sustenta por una parte en la interpelación; cuando una movilización recibe el apoyo de la masa, “el barrio llama a la lucha”, esto es, todas las personas que viven allí son interpeladas como sujetos a “la voluntad del barrio”, a sus necesidades materiales de aparcamiento y de servicios públicos. Cuando los grupos de jóvenes eran perseguidos, hostigados y apaleados por los cuerpos represivos, esto suponía un efecto llamada al resto de grupos juveniles de Gamonal.
Aquí se advierte ya un tejido social, porque la identidad se construye sobre lo común y, los espacios de auto-gestión y participación del barrio, los grupos de amigos y la música rap, las bibliotecas liberadas y el deporte, en definitiva los campos políticos donde se desarrollan las relaciones cotidianas, resultan fundamentales para entender la identidad; qué defenderíamos, si no tuviéramos nada en común.
La politización de la juventud: La juventud es el objetivo primordial de la autoridad, y para liberarse debe tomar conciencia, enfrentándose a sus propias contradicciones.
L@s jóvenes suelen politizarse a partir de su ocio y el poder se ha preocupado, siempre, en sustraer el significado político de este. Si las Llanas o Bernardillas suponen espacios artificiales donde el sexo es cosificado, habiendo sido convertido en mercancía, el entrenamiento organizado de forma no democrática, orientado hacia las técnicas contra- limitativas, se vacía de significados.
El movimiento antifascista ha politizado un deporte tan importante para la clase obrera como el fútbol. En El Plantío pueden escucharse los cánticos habituales, pero también consignas en contra de la burguesía, representada por Méndez Pozo. Otro de los campos de socialización política se encuentra en los institutos.
Concluyendo, las protestas de Gamonal han supuesto la politización de jóvenes que se han acercado por vez primera a los movimientos sociales, y la represión se ha centrado precisamente en este perfil.
En el siguiente artículo analizaremos la relación entre la lucha de clases que tiene lugar en Burgos, tomando como modelo el movimiento de Gamonal, con la represión política y social que imbuye las relaciones de la ciudad.
Burgos es una ciudad enraizada en el escabroso y autoritario legado franquista, lo que denominaríamos franquismo sociológico, con que suponemos también una escasa cultura política de la clase obrera, desorganizada y presa de contradicciones originadas, en numerosas ocasiones, por su propia condición de pequeña propietaria de tierras en el mundo rural, cuya propiedad habrían heredado de la generación anterior a la industrialización de la ciudad, al éxodo desde los pueblos.
Cuando nos referimos a franquismo sociológico hablamos, por una parte, de un modo autoritario en las relaciones sociales (y políticas) que se establecen no sólo en la lucha de clases sino también en el interior de una masa desorganizada que sólo ha demostrado involucrarse activamente cuando un movimiento social, como las luchas vecinales de Gamonal, se ha lanzado con todas las fuerzas a conseguir un objetivo concreto, vinculado a demandas obreras como empleo y servicios públicos, a la identidad de un barrio perfectamente capaz de auto- gestionarse.
Así mismo, nos referimos al propio funcionamiento de las oligarquías económicas, estrechamente ligadas al resto de aparatos ideológicos, que habiéndose desarrollado durante el franquismo, aún cuentan con los mismos núcleos, esto es, las mismas familias “de posibles”, cuyas redes empresariales se expanden configurando la agenda política.
La derecha se ha nutrido del modelo de familia tradicional impulsado por la Iglesia, apoyándose en un modelo aséptico de ciudad orientado hacia el aburguesamiento y la desaparición de espacios y experiencias colectivas; pretendiendo que el individuo quede aislado. Las sectas religiosas como el Opus Dei expanden sus redes por la ciudad, consolidando un entramado utilizado para transmitir las ideas dominantes, tejidos implantados en otros puntos de la ciudad: la universidad, las profesiones liberales y diversas asociaciones económicas, culturales o religiosas.
Polígono Industrial de Burgos |
El índice industrial de la ciudad se sitúa por encima de Valencia, Bilbao o Sevilla. La lucha de clases es una realidad en nuestra ciudad y, para entender el movimiento antifascista, debemos atender al miedo y la reacción de una clase burguesa que advierte el estado de las condiciones materiales y que responde manteniendo la paz social, una ilusión construida sobre el velo que cubre las condiciones subjetivas, que permitirían la toma de conciencia.
El movimiento antifascista burgalés se ha caracterizado por intentar desentrañar las relaciones de poder que se establecen en la ciudad, esclareciendo las conexiones entre el franquismo sociológico que aún perdura en la ciudad, y los aparatos represivos que, dirigidos y ordenados por unas instituciones servidoras de los intereses e instituciones burguesas, han actuado como “cuerpos de choque” y expansión de la ideología dominante.
La oligarquía de la ciudad ha advertido que la represión y la criminalización de la protesta no han conllevado la desmovilización pretendida, continúan criminalizando a los movimientos sociales al tiempo que utilizan preceptos e ideas franquistas como que introducirse en política supone problemas personales; no te signifiques, no ejerzas tu libertad, parecen decir.
Las acusaciones vertidas contra l@s activistas del movimiento antifascista procuraron impedir sus actividades políticas, incurriendo en graves ilegalidades. Uno de los ejemplos más infames lo encontramos en el montaje policial orquestado en abril de 2010; detenciones arbitrarias y amenazas a l@s militantes, además de una persecución constante hacia el movimiento.
Un conocido escritor calificaba a Diario de Burgos como “un periódico que trata bien los temas sociales”; a este respecto sólo pude responder con cierta indignación, puesto que habían criminalizado a mis compañer@s y vecin@s. Diario de Burgos ha publicado, en multitud de ocasiones y negándose a rectificar, información falsa sobre los movimientos sociales, utilizando un lenguaje sesgado y autoritario que busca la reacción temerosa del lector ante imágenes o titulares que, vinculando el activismo de izquierda con el vandalismo o el terrorismo, sustraen el significado político de las protestas o lo desvían.
Pero la represión política la padecen también las mujeres, l@s compañer@s LGTB que han sufrido agresiones homófobas por parte de fascistas; la represión se palpa en el aparato escolar, que reproduce la ideología dominante sometiendo a l@s alumn@s a reglas autoritarias que califican la fuerza de trabajo según las necesidades de la economía y no del conocimiento. La censura también alcanza a aquellos discursos silenciados, sexualidades no normativas y formas de vida alternativas, desplazadas a círculos underground.
Cuántas veces he escuchado que lo mejor es callarse, tragar, interiorizando el miedo y la frustración como si fuera algo natural. Los burgueses se pasean por El Espolón, y distinguen su clase con altanería, desprecio y soberbia; nos miran mal, estamos maldit@s y resacos@s, somos abertxandals… y al final, quienes bajaron la cabeza fueron ell@s, recuerdas, cuando el barrio lo hizo.
Sobre la confrontación con los aparatos represivos: el enemigo es el burgués.
Es fundamental identificar al enemigo de clase. El burgués se apropia de la plusvalía y es quien, en definitiva, utiliza a los cuerpos represores según sus intereses, defender la propiedad privada y las relaciones dominantes, a cualquier precio.
La confrontación con la policía carece de sentido, en la mayoría de ocasiones. Sólo si las condiciones materiales desembocan en una estrategia revolucionaria con una hoja de ruta, esto es, con objetivos surgidos de la movilización contra la clase dominante (y no contra la policía), y dicha estrategia es respaldada. El derecho de rebelión es reconocido en la Declaración Universal de Derechos Humanos, que lo califica en su preámbulo como “recurso de la rebelión contra la tiranía y la opresión”. En los momentos en que la lucha de clases y la opresión económica se acentúan, en situaciones de sometimiento a la autoridad o estallidos revolucionarios, la confrontación con los cuerpos represores parece inevitable.
La función social de la policía es contrarrestar precisamente esa “ira” de la clase proletaria, que advierte a las fuerzas de la autoridad como enemigos directos cuando no lo son. Es este punto el conflicto es desviado hacia la policía, que se interpone como “cuerpo de choque” entre las relaciones antagonistas de la sociedad, entre los intereses de la burguesía y las demandas de la clase trabajadora.
Intereses
de la burguesía -> Fuerzas de la autoridad <- Intereses de
clase trabajadora.
En este sencillo esquema advertimos que los cuerpos policiales son insertados en el engranaje de la lucha de clases como una pieza que contrarresta los antagonismos y contradicciones mediante distintos instrumentos de represión y control. La sociedad disciplinaria ha sido hegemonizada por las ideas dominantes y, en última instancia, por preceptos autoritarios que perpetúan la sociedad clasista. La instalación de cámaras de vigilancia, una campaña impulsada desde el Diario de Burgos y la derecha burgalesa, supone un ejemplo del aumento del control social.
Las protestas de Gamonal acertaron señalando al verdadero enemigo, significado en la famosa pancarta de Méndez Pozo que rezaba: Ser rico me ha costado lo vuestro. Estas luchas han servido para desentrañar las relaciones oligárquicas de la ciudad, sustentadas de forma no democrática. Cabría preguntarse quién ha entregado Burgos a Méndez Pozo, Arranz Acinas o José María Arribas. La respuesta es que siempre ha sido suyo, a menos que la clase trabajadora se implicara en una lucha, apoyándola de forma determinante, consiguiendo victorias como la del Bulevar.
La legislación represiva.
Foto de archivo: Plaza Mayor de Burgos Movimiento 15M- 2011 |
El poder se blinda por todos los frentes; nueva legislación represiva, acompañada de la privatización de la justicia y campañas de desmovilización como multas y detenciones arbitrarias, uso de las tecnologías de control, vigilancia a través de la red e intercepción de comunicaciones, infiltración en manifestaciones e inversión en antidisturbios y material represivo.
Foto de archivo :Movimiento 15M en la Plaza Mayor de Burgos: "La ciudadanía no es mercancía"
La lucha de Gamonal: Claves de la victoria.
A continuación daremos algunos apuntes para entender la victoria de Gamonal, que no sólo supone haber doblegado los poderosos intereses de la clase dominante, sino también un modelo para futuras movilizaciones y un conjunto de lecciones que pueden ser leídas tanto por la izquierda, como por los movimientos sociales, sindicatos alternativos y, en definitiva, por el tejido social, tanto como por la derecha, desde la perspectiva de la derrota.
Entre las lecciones que podríamos mencionar:
Las formas de organización: La auto-gestión de l@s vecin@s, cristalizada en la decisión colectiva de que el Bulevar no se construiría, desbordó por completo a toda aquella forma de organización que no permitiera su empoderamiento, esto es, tanto la plataforma de asociaciones vecinales, como partidos y demás organizaciones, fueron desbordadas por la movilización de l@s vecin@s.
El movimiento asambleario y horizontal permitió agregar las demandas colectivas; defendiendo la necesidad material de aparcamiento, se consiguió paralizar el Bulevar (es visible puesto que están tapando la zanja). Construyendo espacios liberados, comunes, se podrá organizar la vida social del barrio.
Los espacios liberados permiten el empoderamiento de l@s vecin@s. La posibilidad de organizar su formación y su ocio, su lucha, no se sujeta a las normas y estructuras de organizaciones como partidos u otras organizaciones, sino que parte de su propia libertad, puesta en común en las asambleas y grupos de trabajo de forma que la práctica sea definida por l@s vecin@s y no por una dirección, así como la ausencia de disciplina que, en definitiva, es una idea dominante.
La disputa de la hegemonía: La hegemonía comenzó a disputarse en la propia composición de las protestas, secundadas por la juventud oprimida pero también por personas mayores y de mediana edad, en su inmensa mayoría de clase trabajadora, con la acción subsidiaria del pequeño comercio de Gamonal, que defendió a l@s vecin@s de la manipulación. En este sentido, debemos aplaudir la convocatoria de huelga estudiantil durante las movilizaciones, uniendo las luchas de obrer@s y estudiantes.
Señalaremos que la toma de la hegemonía fue posible gracias a la superación de los conflictos entre vecin@s. Los intereses corporativos de las asociaciones vecinales y de las peñas, cuya manipulación por parte del ayuntamiento quedó demostrada posteriormente, quedaron desbordados y diluidos. Así mismo, fueron superadas las distinciones generacionales. El liderazgo, en este caso de mediana edad, además de acertar leyendo los tiempos de la protesta, se preocupó por los cauces de comunicación entre las diferentes propuestas y formas de entender las protestas, intentado extraer elementos comunes y compatibles.
En los momentos en los que la hegemonía oscilaba del lado de l@s vecin@s, el aparato represivo incrementaba el empleo de la violencia. Las “virtudes” que los aparatos ideológicos asignan a los distintos roles sociales; para l@s obrer@s de Gamonal, sumisión, modestia y resignación, cambiaron en el momento en que la hegemonía se disputaba, l@s vecin@s de Gamonal respondieron según “las auténticas virtudes” de su clase; esto es, lucha, dignidad, rebeldía.
Foto de archivo: manifestaciones contra la construcción del bulevar de Gamonal |
La solidaridad: La extensión de las luchas por todo el Estado español, supuso el refuerzo del discurso de l@s vecin@s, elevando la repercusión del movimiento.
La identidad (el barrio): Partiendo de que la identidad de pertenencia a un barrio obrero, se halla relacionada con la conciencia de clase de forma evidente, la capacidad de agregación con la que cuenta Gamonal se entiende en movilizaciones como las del Bulevar, de un seguimiento masivo por parte del barrio, o de al menos de ciertos sectores del mismo, quedando patente en la manifestación que reunió a más de 10.000 personas.
Esta capacidad de agregación se sustenta por una parte en la interpelación; cuando una movilización recibe el apoyo de la masa, “el barrio llama a la lucha”, esto es, todas las personas que viven allí son interpeladas como sujetos a “la voluntad del barrio”, a sus necesidades materiales de aparcamiento y de servicios públicos. Cuando los grupos de jóvenes eran perseguidos, hostigados y apaleados por los cuerpos represivos, esto suponía un efecto llamada al resto de grupos juveniles de Gamonal.
Aquí se advierte ya un tejido social, porque la identidad se construye sobre lo común y, los espacios de auto-gestión y participación del barrio, los grupos de amigos y la música rap, las bibliotecas liberadas y el deporte, en definitiva los campos políticos donde se desarrollan las relaciones cotidianas, resultan fundamentales para entender la identidad; qué defenderíamos, si no tuviéramos nada en común.
La politización de la juventud: La juventud es el objetivo primordial de la autoridad, y para liberarse debe tomar conciencia, enfrentándose a sus propias contradicciones.
L@s jóvenes suelen politizarse a partir de su ocio y el poder se ha preocupado, siempre, en sustraer el significado político de este. Si las Llanas o Bernardillas suponen espacios artificiales donde el sexo es cosificado, habiendo sido convertido en mercancía, el entrenamiento organizado de forma no democrática, orientado hacia las técnicas contra- limitativas, se vacía de significados.
El movimiento antifascista ha politizado un deporte tan importante para la clase obrera como el fútbol. En El Plantío pueden escucharse los cánticos habituales, pero también consignas en contra de la burguesía, representada por Méndez Pozo. Otro de los campos de socialización política se encuentra en los institutos.
Concluyendo, las protestas de Gamonal han supuesto la politización de jóvenes que se han acercado por vez primera a los movimientos sociales, y la represión se ha centrado precisamente en este perfil.
jueves, 13 de marzo de 2014
¿Qué pasa con las urgencias sanitarias en Burgos?
Cartas de los lectores
7 horas en urgencias: desventuras de un ojo
Son las tres de la tarde. Fuera hace un sol despampanante por fin. Y yo aquí metida, jodida, viendo pasar a la gente por las cristaleras: yendo a comer, paseando al perro, volviendo de correr un rato...
Llevo desde antes de las doce. Hay mucha gente. Tenía el número 24, pero la señora que iba delante, harta, se ha marchado y me ha cedido su número y ahora tengo el 22. ¿Que dónde estoy? En Urgencias. Curioso, ¿eh? Algo que se llama así y hay pacientes que llevan esperando cuatro horas.
¿Son muy lentos? ¿Se les ha roto el ordenador? ¿Faltan médicos? No tengo ni idea, pero el hecho es que llevo tres largas horas aquí, no voy a comer y me está entrando una mala ostia que para qué. He puesto una reclamación. Otras cuatro personas también. ¿Servirá para algo? Quizá para calzar la mesa del despacho del Consejero de Sanidad de la Junta, al que se le llena la boca diciendo que la sanidad en Castilla y León va de puta madre.
Hospitales de vanguardia tenemos, sí. Que han costado más del doble de lo que decía el presupuesto. Hospitales con helipuerto, pero que para bajar la camilla en el ascensor el médico tenía que bajar andando porque no cabía. Hospitales que en su inauguración tenían toneladas de sillas de hierro de varios metros de altura en la puerta, qué bonita ¿escultura? que no sé cuánto costaría, pero en los que no había sillas en la sala de espera... Sí, los hospitales de Burgos o Valladolid. Cojonudo.
7 horas en urgencias: desventuras de un ojo
Son las tres de la tarde. Fuera hace un sol despampanante por fin. Y yo aquí metida, jodida, viendo pasar a la gente por las cristaleras: yendo a comer, paseando al perro, volviendo de correr un rato...
Llevo desde antes de las doce. Hay mucha gente. Tenía el número 24, pero la señora que iba delante, harta, se ha marchado y me ha cedido su número y ahora tengo el 22. ¿Que dónde estoy? En Urgencias. Curioso, ¿eh? Algo que se llama así y hay pacientes que llevan esperando cuatro horas.
¿Son muy lentos? ¿Se les ha roto el ordenador? ¿Faltan médicos? No tengo ni idea, pero el hecho es que llevo tres largas horas aquí, no voy a comer y me está entrando una mala ostia que para qué. He puesto una reclamación. Otras cuatro personas también. ¿Servirá para algo? Quizá para calzar la mesa del despacho del Consejero de Sanidad de la Junta, al que se le llena la boca diciendo que la sanidad en Castilla y León va de puta madre.
Hospitales de vanguardia tenemos, sí. Que han costado más del doble de lo que decía el presupuesto. Hospitales con helipuerto, pero que para bajar la camilla en el ascensor el médico tenía que bajar andando porque no cabía. Hospitales que en su inauguración tenían toneladas de sillas de hierro de varios metros de altura en la puerta, qué bonita ¿escultura? que no sé cuánto costaría, pero en los que no había sillas en la sala de espera... Sí, los hospitales de Burgos o Valladolid. Cojonudo.
A todo esto, mi úlcera corneal tenía que haber sido revisada a las 24 horas. Para cuando me la revisen, que habrán pasado más de 28, quizá me haya salido otro ojo. O me tengan que atender también porque me haya dado una lipotimia... (las cuatro y pico y sin comer) Eh, pero he escrito este artículo, que no todo iba a ser malo (nótese la ironía que el creciente cabreo me va provocando). Y no. No conseguirán que renuncie a la sanidad pública, a pesar de las putadas que nos hacen pasar, a pesar de las dificultades que nos ponen. Porque hay grandes profesionales. Porque sale de nuestros impuestos. Porque costó mucho conseguir un sistema como éste.
Aprovecho para recordarles a nuestros dirigentes: jugar con la salud de los ciudadanos es de ser unos criminales...
P.D. A las 4 y 20 fui atendida. Fui derivada al HUBU. Y después de otras dos horas de espera allí, y tras suplicar que por favor me atendieran, que llevaba ya 7 horas danzando por los servicios de urgencias, recuerden, con mi ojo sin tratar, una oftalmóloga me examinó. Muy buena profesional, por cierto.
Revista Tiempos Modernos presentación marzo 2014
Un puñado de sombras refugiadas del frío alrededor del resplandor de un bidón con fuego de las calles de Kiev, una sensible mirada junto unas hoscas facciones que chocan con esa brisa húmeda que oxida gigantescos barcos en el puerto de Moynaq, dunas de lugares malditos y chatarra, protestas populares y testimonios en Escocia, la mirada de los que no tienen voz en los medios, la heladora visión de la sociedad de trabajadores y personas en paro...
Con estos y otros ingredientes llega el número 10 de la revista de fotografía documental Tiempos Modernos. Este mes cuenta con reportajes de diversos lugares de interés actual como las calles de Kiev en pleno conflicto entre Ucrania y Rusia. También podemos disfrutar de diversas e inauditas imágenes de Uzbekistán. Destacamos un espacio para España donde encontrarmos "Tras las cifras", reportaje en el que se cuentan testimonios y frases clave de ciudadanos pertenecientes a la Asamblea de parados de Burgos.
La Asamblea de Parados de Burgos denuncia amenazas de corte de suministro por Aguas de Burgos.
Por Asamblea de Parados de Burgos
SS El colectivo
solicita una moratoria en el pago de impuestos y de otros servicios municipales
para personas sin recursos ni empleo
“De
no presentarse en nuestras oficinas en un plazo de 3 días hábiles,
lamentaríamos tener que iniciar el procedimiento de corte de suministro”.
Así de contundente reza la notificación que recibió Marcos (nombre ficticio),
un parado de larga duración y sin ingresos, a finales del pasado mes de
febrero.
Notificación del Servicio de Aguas |
“Recibes este tipo de cartas y se te
congela la sangre. ¿Ahora a quién le pido yo dinero?”, confiesa el desempleado,
que recibió la notificación en su casa a través de un técnico del Ayuntamiento
por una deuda que ascendía a 70 euros.
Para evitar este tipo estrés innecesario
a personas sin recursos económicos como Marcos, la Asamblea se ha reunido
varias veces con las concejalas de Empleo y Servicios Sociales reclamando una moratoria en los pagos de
impuestos y otros servicios municipales hasta que las personas desempleadas de
larga duración tengan empleo, demanda que actualmente está siendo objeto de
estudio.
“Yo me comprometo a pagar hasta el último
céntimo que debo, pero es que hay que elegir entre comer y el resto de
obligaciones”, lamenta el compañero.
Asimismo, la Asamblea de Parados defiende
que las personas que han contraído deudas con el Ayuntamiento y otros
organismos públicos por circunstancias similares puedan optar a la totalidad de
ayudas del Consistorio, y no sean rechazadas por arrastrar impagos.
Finalmente, la agrupación hace un
llamamiento público para que personas que se encuentren en situaciones tan
frágiles salgan de sus casas y acudan a colectivos sociales como el suyo para
que comuniquen los hechos y se pueda poner remedio. Gracias a las vivencias
personales de las personas que acuden al grupo, la Asamblea está demandando a
las administraciones “medidas concretas” que se desconocían, y que se ajustan a
las necesidades de los más desprotegidos.
miércoles, 12 de marzo de 2014
XVI Ciclo de Cine y Derechos Humanos de Amnistía Internacional
ASIER
ETA BIOK
(ASIER Y YO)
E
S T R E N O
Director:
Aitor Merino y Amaia Merino
Guion:
Aitor Merino y Amaia Merino
Intérpretes:
Aitor Merino y Asier Aranguren
Nacionalidad:
España –Ecuador
Año
de producción: 2013
Duración:
94 minutos
Genero:
Documental
SINOPSIS
Documental autobiográfico
donde el actor y codirector Aitor Merino, junto con su hermana Amaia, tratan de
ofrecernos, desde la óptica de la
amistad, una visión distinta del conflicto vasco. Aitor Merino expone en
primera persona su larga relación con Asier, crecieron juntos, fueron a la ikastola y se hicieron grandes
amigos. Sin embargo, esta unión se desequilibra, aunque no llega a romperse , cuando
Asier Aranguren en el año 2002 se
compromete ideológicamente con la banda terrorista ETA, posteriormente es detenido y condenado a ocho
años en una cárcel francesa. El film comienza con la salida de Asier Aranguren
de la prisión. El pasado 8 de enero, Asier Aranguren volvió a ser detenido en Pamplona en el marco de la operación policial contra los
interlocutores del EPPK (Colectivo de
Presos Políticos Vascos)
COMENTARIO
Aitor Merino (San Sebastián. 1972) fue aquel actor
que nos sorprendió en los noventa con “Historias
del Kronen”, ahora se pone tras la cámara ayudado por su hermana Amaia para
narrar un documental acerca de la amistad en un entorno dominado por la
violencia.
La
película describe la amistad que les une como principal vínculo emocional. Aitor Merino parte del deseo de comunicar las
vivencias afectivas con Asier sin caer en la hagiografía hacia el amigo etarra.
El director intenta buscar un difícil equilibrio
basado en el respeto, aunque no exento de cariño, donde su amigo de
infancia le explique los motivos y los porqués de la decisión de militar en ETA.
CICLO DE CINE Y DERECHOS HUMANOS organizado por el grupo de Burgos de Amnistía Internacional que se proyectará el jueves 13 de marzo a las 8,30 en los Cines Van Golem.
CICLO DE CINE Y DERECHOS HUMANOS organizado por el grupo de Burgos de Amnistía Internacional que se proyectará el jueves 13 de marzo a las 8,30 en los Cines Van Golem.
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