El hartazgo de la ciudadanía de Burgos
se hizo notar en las calles de la ciudad en una de las
manifestaciones más multitudinarias de los últimos años. Más de
20.000 personas colapsaron las calles del centro de la ciudad para
exigir, tras cinco años de crisis y de medidas antisociales un
inmediato cambio de rumbo. Muchas de las personas que asistieron no
son de las habituales en estos eventos, y su presencia constituye un
principio de cambio de tendencia en el comportamiento de sectores de
la sociedad tradicionalmente pasivos.
Además de los sindicatos convocantes,
esta vez sí se dejaron ver otros colectivos como el de enfermería,
los policías. También abundaban las camisetas verdes de los/as
docentes, y las naranjas de los/as trabajadoras de los servicios
sociales. Hasta los trabajadores del moribundo aeropuerto burgalés
llevaban su pancarta. Entre los partidos políticos acudieron los de
siempre, Izquierda Unida, e Izquierda Anticapitalista, y algunos de
los que no aparecían cuando los recortes los aplicaban sus
correligionarios como Escribano.
A pesar de que el malestar en la
sociedad es cada vez menos latente no se sabía como iba a responder
Burgos al atraco gubernamental. Por un lado la tarde era propicia,
pero Julio no es un buen mes para grandes manifestaciones. Hacia las
ocho de la tarde se podía ver a lo largo de la Calle Vitoria una
riada de gente que se acercaba a la Plaza del Cid. Poco a poco las
aceras de la Plaza se fueron llenando y también el espacio entre el
Teatro Principal y la Diputación. A las ocho y media con una
puntualidad inusitada ¿alemana? salió la cabecera de la
manifestación, cuando aún estaban llegando personas en los
autobuses. El recorrido fue el clásico, aunque esta vez se quedó
corto. Prácticamente la cabeza llegaba a la Plaza Mayor cuando la
cola salía de la del Cid. Cerca de dos horas les llevó a los
últimos terminar el recorrido.
Aunque la manifestación, sobre todo la
cabecera fue en ocasiones extrañamente silenciosa, se oyeron algunos
lemas como: “esto nos pasa por un gobierno facha”, “el próximo
parado que sea un diputado”. Más animado resultaba el último
tercio en el que se encontraban la CGT la CNT y otros colectivos que
coreaban “se va acabar la paz social”, “obrera si no luchas,
nadie te escucha” y animaban a convocar otra huelga general. Entre
los comentarios de los grupos de amigos o de familias, se podían
escuchar comentarios como “salvajada” o “putada” para definir
los últimos recortes aprobados.
El éxito de las manifestaciones de
ayer en todo el estado, marca el pistoletazo de salida hacia la
respuesta social a las agresiones del gobierno del PP y de la gran
patronal. Tras las movilizaciones mineras y los nuevos recortes se atisba una insumisión ciudadana general. Siete meses después de acumular practicamente todo el poder institucional el PP ha perdido todo el crédito y la legitimidad democrática y la gente ha perdido la esperanza en la capacidad de los políticos para sacarnos del atolladero. Los y las trabajadoras han demostrado que no pueden ni quieren seguir haciendo esfuerzos que no sirven para nada mientras los responsables de la crisis: banqueros, constructores, grandes empresarios, y políticos cómplices y corruptos siguen campando por el país a sus anchas. El conflicto está asegurado.
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Pancarta y militantes de la CGT |
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Cabecera de la manifestación al comienzo de la Calle Vitoria |
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Pancarta de DRY Burgos |
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La gente de Izquierda Unida no faltó a la cita |
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Muchos ciudadanos aprovecharon para mostrar su indignación con los políticos |
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Los funcionarios reivindicando su trabajo |
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Esta vez los policías no sólo estuvieron controlando, también manifestaron su enfado y oposición |
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Unas 20.000 personas se manifestaron ayer en Burgos contra los recortes del PP |
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Una auténtica riada de gente. En primer término los/as enfermeras del SATSE |
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La CGT y militantes de la CNT finalizaron el recorrido en la Plaza de la Flora. |