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domingo, 29 de marzo de 2015

El PP se opone a la recuperación del hospital de Burgos HUBU para la propiedad y gestión públicas


Por Plataforma por la Sanidad Pública de Burgos

La Plataforma por la Sanidad Publica de Castilla y León que agrupa plataformas de la mayor parte de las provincias de la Comunidad Autónoma incluida la PLATAFORMA POR LA SANIDAD PÚBLICA DE BURGOS, se han reunido ésta mañana con los Grupos Parlamentarios de Las Cortes de Castilla y León.

Los tres grupos parlamentarios (PPPSOE y Mixto han coincidido en asumir el compromiso de plantear en la próxima legislatura una iniciativa en forma de proposición de ley para recuperar el carácter universal del sistema sanitario en Castilla y León. 
Esta reunión se enmarca en la campaña que las plataformas están llevando a cabo las últimas semanas a lo ancho de casi toda la Comunidad. 
En Burgos comenzó con un acto público el pasado día 4 de Febrero (http://www.sanidadpublicasi.es/2015/01/charla-debate-sanidad-publica-burgalesa-en-peligro.html) y se ha continuado con recogida de firmas.
Todos se han comprometido a impulsar el final de las obras del Hospital De Salamanca.

También se les ha planteado a los tres grupos parlamentarios la reivindicación  de recuperar el Hospital Universitario de Burgos-HUBU para la propiedad y
 gestión públicas. Esta propuesta ha sido totalmente apoyada por PSOE y Grupo Mixto mientras el PP se ha manifestado claramente en contra.


Continuaremos trabajando para la consolidación de un Sistema Sanitario Universal y Gratuito basado en una Atención Primaria fuerte y resolutiva. Seguiremos exigiendo la Recuperación del HUBU. Seguiremos explicando a la ciudadanía estas reivindicaciones y reclamando de los partidos que concurren a las próximas elecciones que se posicionen inequívocamente y sin ambages sobre estos aspectos claves para nuestra sociedad.


martes, 10 de marzo de 2015

Entrevista a Juan Francisco Lorenzo : Médico internista del hospital de Burgos

Por Burgos Dijital

Juan Francisco Lorenzo es médico internista, Jefe de Sección de Medicina Interna en el hospital de Burgos y lleva trabajando con personas afectadas por el VIH-SIDA desde el inicio de los años 80.
En su libro "SIDA, relatos desde la pandemia" recoge una serie de experiencias y vivencias con personas que se han ido, cómo se han ido y le han dicho "adiós doctor".
Refiriéndose a la necesidad de una casa para personas enfermas de SIDA ya escribía : "....el sainete de la casa del SIDA en Burgos,....mientras los políticos hacen política con el asunto, que es lo suyo, los enfermos se mueren en la calle, hace 15 días el último...."señores gestores: ¿ cuántos muertos necesitan para tomar decisiones? "......

Por razones sin fundamento y según explica él, porque quizás no sea del "agrado de algunos políticos, o no caiga demasiado simpático", fue destituido en 2012 como jefe de Sección, recientemente una sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Castilla y León ha obligado a la Consejería de Sanidad a restituirle en su cargo.

En la entrevista el doctor Lorenzo nos habla de las motivaciones personales que le llevaron a trabajar en la prevención, detección y tratamiento del SIDA, del perfil actual de las personas afectadas, de las repercusiones de los recortes presupuestarios en materia de Sanidad y la opinión que le merece la apuesta de la Junta de Castilla y León, Consejería de Sanidad, por la implantación de las Unidades de Gestión Clínica. 


viernes, 27 de febrero de 2015

La realidad del hospital de Burgos

Hospital Universitario de Burgos 
Por CGT Sanidad Burgos

La Sección Sindical de Sanidad de CGT Burgos considera que las últimas declaraciones del Dr. Miguel Ángel Ortiz de Valdivielso, actual Gerente del CAUBU (Complejo Asistencial Universitario de Burgos, compuesto por los hospitales Divino Vallés, Fuente Bermeja y hospital universitario de Burgos HUBU),  no se ajustan a la realidad que diariamente sufrimos. 
Desde CGT criticamos que el Gerente niegue lo que es evidente para todos:

 • La existencia de enfermos del servicio de Medicina Interna, ubicados en plantas que no les corresponden, por cierre de Unidades Hospitalarias en el HUBU y en el Hospital Divino Valles. 

• El COLAPSO en los Servicios de Urgencias para ahorrar camas en plantas. 
• Las listas de espera más numerosas de la región a pesar de las derivaciones continúas a empresas privadas o concertadas. 

• La nula información pública y periódica sobre la actividad del Hospital. 

• La carencia de personal especialmente de enfermeras y auxiliares de enfermería en Servicios como Medicina Interna, Digestivo, Traumatología, Cirugía, Urgencias, Neurología o Neurocirugía. 

• La ausencia de sustituciones de permisos retribuidos y bajas del personal.

• La no consolidación de los Contratos Eventuales en Plantilla Orgánica.

• La disminución de los efectivos de Personal: hemos pasado de 3331 puestos de trabajo en junio de 2012 a tener actualmente 3025 puestos de trabajo, de los cuales 292 son Laborales, 2434 Estatutarios, 204 Funcionarios y 95 Eventuales. (Es el único Gerente del SACYL que en vez de solicitar aumento de plantilla ha aceptado su disminución). 

• El Hecho de que el Gerente presuma de transparencia, vendiendo continuamente humo electoral, no concuerda con la realidad ya que a los ciudadanos y a los representantes sindicales no les informa de la Memoria Anual de Gestión, de la situación periódicamente de las listas de espera, de las quejas y sugerencias de la Unidad de Atención al Paciente y de la actividad programada del Hospital. 

Un hecho claro de su actuación lo podemos comprobar con el CESE injustificado del Dr. Lorenzo como miembro de la Junta Técnico Asistencial del HUBU y como Jefe del Servicio de Medicina Interna del CAUBU en beneficio del Dr. Huidobro. 

CGT aplaude la Sentencia del TSJ de CyL que obliga al Gerente a reponer en su puesto al Dr. Lorenzo como Jefe de Sección de Medicina Interna y se siente satisfecha del varapalo Jurídico dado a esta política de actuación de la Gerencia, que en su día CGT ya denunció públicamente. 

Para CGT el buen funcionamiento del Hospital pasa por la supresión de puestos de libre designación, sobre todo en la Dirección de Gestión y Servicios Generales pues la mayoría de sus servicios han sido privatizados pasando su gestión a Eficanza y a las empresas subcontratadas por ésta, pasa también además por llevar a cabo un buen uso de los medios y servicios propios, no desviando la actividad asistencial a empresas privadas, y pasa por prestar una asistencia sanitaria de calidad contrastada. 

Queremos una Gerencia no dominadora, que no desprecie cuanto ignora, sino que sea democrática y transparente. Una Gerencia que respete y defienda a sus trabajadores y que nos devuelva la ilusión. 


domingo, 22 de febrero de 2015

La neosanidad: las Unidades de Gestión Clínica


Por Basilio el Bagauda y Sanidad Pública SI de Burgos

La semántica estudia y reflexiona sobre la correspondencia que existe en cualquier medio de expresión entre los símbolos, palabras, expresiones o representaciones formales y situaciones o conjuntos de cosas que se encuentran en el mundo físico y en el abstracto. Mientras que la retórica sirve para el estudio y sistematización de procedimientos y técnicas de utilización del lenguaje puestos al servicios de una finalidad persuasiva o estética.

Y en ello estamos pues de pronto nos hemos caído de un guindo y hemos vuelto a la realidad más cruda: los recursos no son ilimitados y cuando vienen mal dadas tras la enésima burbuja de deuda creada por el propio sistema, el capital nada y guarda la ropa, se hace aún más fuerte y presiona para hacer saltar por los aires los derechos universales, puesto que el derecho a la propiedad privada se antepone al resto y los entierra debajo de la alfombra.

Así los derechos universales, colectivos e iguales en su aplicación para todos por el hecho objetivo de la pertenencia a la misma especie, pasan a convertirse en derechos individuales, exclusivos de aquellos que “pueden” reclamarlos para sí y los suyos. Los principios rectores que aparecen en la mayor parte de las cartas constitucionales son derechos universales en la teoría pero individuales en la práctica. Ya no somos ciudadanos con derechos a servicios esenciales para nuestra mayor posible supervivencia sino clientes que acceden (=demandan en función del precio dispuesto a pagar) a servicios ofertados.

Por lo tanto volvemos, si es que alguna vez nos olvidamos, al viejo “tanto tienes tanto vales” pero eso sí, con mucho maquillaje por medio para evitar reflexiones éticas que produzcan violentas sacudidas políticas y económicas. Y ahí es donde juega su papel la semántica y la retórica.

Las palabras no son sólo palabras. Son sofisticados instrumentos que utilizados con certera precisión conmueven masivamente sentimientos y emociones que pueden dar lugar a la transformación de la realidad o a su bloqueo.

Probablemente nunca como en este momento se ha utilizado y se le ha dado tantos significados interesados a las expresiones “servicios públicos” y “sanidad pública.

Parece obvio definir al menos que tanta una expresión como la otra hacen referencia a una serie de servicios prestados por la administración pública a sus administrados. Una serie de servicios sujetos a reglas específicas que tienen que ver con el conocimiento previo de todos los ciudadanos acerca de los procedimientos utilizados para generarlos y de los derechos para su acceso no sujetos a las leyes de la oferta y la demanda, fundamentalmente.

Y he aquí que en momentos de vacas flacas y de unos pocos lecheros que guardan codiciosa y miserablemente la leche, éstos nos quieran vender  gato por liebre.

Los neoliberales hoy en el gobierno vienen a decirnos en su neolengua que los “servicios públicos”, y también la sanidad, son servicios prestados o derivados de las prestaciones producidos por las administraciones públicas y pagados con el caudal de los impuestos. Desde ese punto de vista es obvio que ese paradigma no se ha extinguido puesto que ambas condiciones se cumplen.

En realidad tapan la Luna de la garantía universal de los servicios básicos para la supervivencia y la mejora de las condiciones de vida a la que deben de aspirar todas las civilizaciones con el dedo del “servicio público y del debate de lo que significa. Nos fijamos en el dedo olvidándonos de lo relevante: que todos los hombres y mujeres que nacen en esta Tierra deben de ser iguales en derechos y en deberes y que la condición económica de la que parten no debería ser una causa que pusiera en riesgo su vida y su felicidad presente y futura.

Por muchas veces que nuestros gobernantes digan una y mil veces que la sanidad pública como derecho universal no está en riesgo y respeta los cánones del mejor tratamiento posible para todas las personas, todos sabemos que a estas alturas no es cierto. Ni los más cínicos soportan ya esa idea…

Lo cierto es que las Unidades de Gestión Clínica son tal y como están diseñadas otra nueva expresión de la neolengua para avanzar en el “tanto tienes, tanto vales” y en el desmontaje del Sistema Nacional de Salud para convertirlo en una especie de “HealthCare”, el famoso sistema nacional de salud del faro que guía a todo el orden occidental que coloca a EEUU en el puesto nº 12 de los países con sistemas de salud públicos.

Las UGCs son creadas por profesionales del SNS que se agrupan “voluntariamente” para asumir empresarialmente la responsabilidad de la asistencia sanitaria en un proceso de “transferencia de riesgos” por lo que si hay beneficio residual (= ahorro), éste revierte económicamente en los trabajadores de la Unidad. Estas microempresas pueden a su vez competir con otras similares como si fueran tiendas, beneficiándose supuestamente así todo el sistema.

Pero tal y como se ordenan las condiciones de funcionamiento hay elementos suficientes para su
rechazo desde los puntos de vista del profesional, del sistema público y de los pacientes.

En lo que se refiere al profesional las principales medidas que definen este nuevo instrumento son éstas:

El director de cada UGC es “nombrado” directamente por el SACYL, y ya sabemos que el PP siempre se define por elegir los mejores en función de criterios técnicos, y nunca políticos ni filiales…

Nada se dice acerca de las funciones específicas, responsabilidades, condiciones profesionales ni de lo que puede ocurrir con los que no firmen la integración en esta unidades. Sin embargo sí deja expresamente la puerta abierta a la introducción de contratos laborales de derecho privado a través de acuerdos con organizaciones sanitarias.

De ello se deriva que las futuras contrataciones propuestas por el Director, no olvidemos nombrado a dedo, dejan en suspenso los habituales criterios de ingresos, promociones y traslados. Más de lo mismo…

En última instancia la propuesta de mejora que se le hace al profesional es la obtención de incentivos económicos en caso de superávit sin ningún tipo de normas, límites ni criterios.

En cuanto al sistema, el único objetivo de gestión es el ahorro, no la eficiencia. La preocupación es el gasto, no la calidad. Vista la premisa, no es extraño pensar que estos instrumentos sean un nuevo troyano para la destrucción desde dentro de un sistema verdaderamente necesitado de reformas.

En otro orden de cosas, la fragmentación del sistema en múltiples unidades es el paso previo para el advenimiento del capital privado, pero eso sí, en aquellas que sea rentable. Con lo que sectores fundamentales del SNS como la atención primaria, tan olvidada ya por los directivos políticos y tan poco atractiva para el capital privado pero tan importante para conseguir la equidad, la justicia y la eficiencia económica, entrarán en peligro de desaparición.

Y qué decir del interés del capital privado en las unidades complejas de pacientes difíciles: con toda seguridad harían selección de riesgos. ¿Recordáis quién asumió  hace poco el tratamiento de los pacientes con ébola? ¿Dónde estaban en ese momento los Sanitas, Capio, los hospitales privatizados que anuncian sus excelencias hasta en televisión?

Por último los pacientes no tienen nada que ganar en todo esto y es posible que la búsqueda del ahorro por parte del personal sanitario en la UGC contamine las decisiones profesionales.


Es evidente que el sistema necesita mejoras pero son muchas las asociaciones profesionales médicas comprometidas con un verdadero SNS que alzan su voz con otros parámetros, priorizando la eficiencia sobre la actividad sanitaria.

En palabras del médico Juan Antonio Ayllón, miembro activo de la plataforma “Sanidad Pública Sí de Burgos”, “En medicina más no suele ser mejor y muchas veces es peor. Demos más protagonismo a los profesionales y a los pacientes, los grandes silenciados. Pongamos coto a la intromisión avariciosa de la industria farmaceútica responsable, con la aquiescencia de la Administración Sanitaria, de buena parte del gasto injustificado. Necesitamos buenos gestores que dirijan con efectividad, trasparencia y estilo cooperativo. Y en última instancia no presten o promuevan la utilización de la salud para el negocio, a veces fácil y siempre blindado. ¿Qué administración permitiría quebrar  a un hospital o a una UGC? ¿Se acuerdan de Alzira y su bochornoso rescate de la quiebra?

Señores Herrera y Rajoy no engañen con sus palabras vacías: el servicio público, la sanidad pública, son otra cosa que no está ni en sus planes ni en su cabeza.

Relacionado:

miércoles, 18 de febrero de 2015

Presentado Recurso de Nulidad sobre la Resolución que aprobó un modificado del proyecto del Hospital de Burgos


Por Plataforma por la Sanidad Pública de Burgos

Varias de las Asociaciones que participan en la Plataforma por la Salud Pública de Burgos presentan en el registro de la Delegación de la Junta de Castilla y León  un RECURSO DE NULIDAD sobre la Resolución de 9 de Octubre de 2009 por el que la Gerencia Regional de Salud aprobó un modificado al proyecto de ejecución del Nuevo Hospital de Burgos. 
Tal modificado supone un incremento del coste de la obra de más de 56 Millones de Euros sobre el presupuesto inicial de la misma. 
Para las asociaciones está totalmente probado que tal modificado se basa en NECESIDADES  INEXISTENTES y, en absoluto, está justificado. 
Así, se invoca la ejecución de obras contempladas y presupuestadas en el proyecto inicial (un helipuerto); otras ya previstas en 2008 y autorizadas entonces “sin que suponga incremento de los plazos de ejecución ni del plan económico” (cambio de ubicación de aparcamientos y del edificio industrial) y necesidades derivadas del carácter universitario del hospital o del hecho de ser hospital de referencia, circunstancias ambas que no implican coste alguno porque no supusieron ninguna nueva obra sobre las previstas en el proyecto.   
Se argumenta hasta la construcción en el Hospital de Burgos de un Instituto de Investigación Biomédica que jamás se materializó. 
Se alegan incluso obras de la envergadura de poner una pila para lavar a los bebés para tratar de justificar ese sobrecoste de casi 10.000 millones de las antiguas pesetas para el que en nuestras asociaciones no vemos justificación ninguna. 
Por tanto, acudimos a ésta vía administrativa para que la Junta reconozca la falta de fundamento de aquella Resolución y la declare NULA de pleno derecho.  

 Relacionado:
El negocio de las listas de espera en el hospital de Burgos 
Con el hospital de Burgos no tenemos un problema, tenemos dos    

jueves, 12 de febrero de 2015

Privatización del sistema sanitario. Lo que está en juego

Por Juan Antonio Ayllón Domínguez
Sanidad Pública SI

El afán privatizador que está intentando acabar con la esencia pública y universal de nuestro sistema de salud tiene una consecuencia dramática y un origen bastardo.  La consecuencia fundamental es la pérdida del papel de equidad y de cohesión social que un sistema sanitario público aporta a una sociedad. Toda sociedad es, en principio, desigual: hay pobres y ricos. La “calidad” de una sociedad concreta se puede medir muy ajustadamente por el grado de desigualdad que soporta. 

Hay muchas herramientas para reducir ésta desigualdad, naturalmente en manos del poder político que puede, a través de normas y leyes, establecer mecanismos para disminuirla: políticas laborales, salariales, fiscales, etc.  Pero hay un conjunto de “políticas” que, indirecta pero potentísimamente, crean por sí mismas equidad: son las Políticas Sociales, esas que hicieron de la Europa de después de la Segunda Guerra Mundial un espacio de igualdad y bienestar que no se ha vivido nunca en la historia; esa Europa que nos deslumbraba en la gris dictadura y que nos ofreció un modelo a seguir durante la transición. 

Un sistema educativo que garantice el acceso a todos es el mas potente cohesionador, así como un sistema de pensiones que posibilite una vida digna para todos cuando ya no se puede trabajar.   Un Sistema Sanitario público hace posible que, al menos frente a la mayor amenaza, como es la enfermedad, todos seamos iguales. Su pérdida, por el contrario, ahonda las diferencias y hace caer la igualdad a una sima de inmoralidad. 
En España conseguimos un sistema sanitario prácticamente universal y, por ende, con una notable capacidad de redistribuir la renta. Su pérdida tendría dramáticas consecuencias para nuestra sociedad, la fractura social se haría abismal. Una sociedad fragmentada, además de injusta e inmoral, es inestable e impredecible. Es difícil criticar razonadamente estas cuestiones pero cuando el interés común no es lo que guía la marcha de las sociedades, la razón no es atendida.

Respecto al origen de la privatización, hay que buscarlo en argumentos aparentemente razonables que, sin embargo, han sido construidos a base de falacias y axiomas falsos, como por ejemplo la iniciativa privada es mas eficiente o la competencia mejora las opciones de los usuarios que eligen libremente. La primera de ellas nunca se ha podido demostrar, al menos en el ámbito de los servicios públicos. La pretendida excelencia de la gestión privada se basa en la reducción de los costes a través de mermar la calidad y las prestaciones y, sobre todo, instaurar condiciones laborales tan abusivas como permita la ley. Debe recordarse a este propósito la reciente ola de demolición de derechos de los trabajadores que vienen introduciendo las recientes legislaciones laborales(1).

La otra gran falacia es la pretendida ventaja de la competencia. Inspirada en la libertad de elección, ha dado en este país, como en ningún otro, muestras más que evidentes de ser una enorme mentira. Pero, concretamente en el ámbito sanitario, la supuesta libertad de elección es rigurosamente inexistente. Un enfermo no tiene derecho a elegir entre ir al médico o no ir, entre tomar éste medicamento (se supone necesario) o no tomarlo. No tiene capacidad práctica de elegir un servicio de coronarias o de cirugía u otro que son, habitualmente, únicos en la provincia.   Un enfermo de Hepatitis‐C al que su médico le indica tratamiento con el famoso nuevo fármaco no tiene capacidad de elegir. De eso se aprovecha inmoralmente la industria sanitaria que, en ese paradigma de oferta‐demanda‐libertad‐de‐elección, impone precios de hasta el cuatro mil por ciento superiores al de costo(2) con la increíble anuencia de los gobiernos(3), como si unos y otro fueran una misma cosa (o al menos, cosas no muy separadas). La gran falacia de la libertad invocada por los mercados.  Esos mercados que nos extorsionan con precios inmorales son los que nos quieren despojar del Sistema Sanitario Público. Está perfectamente documentado el enorme movimiento que están desarrollando los capitales supranacionales para hacerse con la sanidad pública de toda Europa(4,5).

Quedamos, pues, rehenes económicos y sin herramientas para disminuir la desigualdad. En un proceso como el actual, de desmantelamiento del Sistema Público, nos jugamos mucho más que listas de espera, comodidad en el hospital o capacidad de elección de profesional: nos estamos jugando la calidad de nuestra sociedad; de ahí su trascendencia.  Nuestros políticos están para defendernos de las extorsiones y para cohesionar nuestra sociedad. Con frecuencia se les olvida: los grandes poderes económicos están demasiado cerca de ellos, y los ciudadanos debemos estar recordárselo constantemente.

https://economistasfrentealacrisis.wordpress.com/2012/03/14/comunicado-de-jueces-para-la-democracia- ante-la-reforma-laboral/
http://www.eldiario.es/sociedad/hepatitis-puede-producirse-veces-barto_0_343316200.html 
http://www.vnavarro.org/?p=11474
4 http://sanidadpublicasi.blogspot.com.es/2015/01/el-hubu-y-el-mundo-de-las-finanzas.html 

viernes, 30 de enero de 2015

La nueva ola privatizadora sanitaria: las Unidades de Gestión Clínica

Por Burgos Dijital y Plataforma Sanidad Pública de Burgos

El Sistema Nacional de Salud (SNS) nació tras la Ley General de Sanidad de 1986 y rápidamente pasó a ser uno de los económicamente más eficientes sistemas universales de nuestro entorno. A pesar de esta eficiencia contrastada en diferentes indicadores de gasto medidos por organismos internacionales independientes, bastaron 5 años para que la maquinaria de los “tanques de pensamiento” neoliberales comenzaran a realizar su estrategia poniéndose en entredicho en el famoso Informe Abril que, en resumidas cuentas, recomendaba al Gobierno de España que introdujera la privatización de servicios porque el sistema era “insostenible”.

Abril Martorell presentó ante el Congreso de los Diputados el 25 de septiembre de 1991 un panorama desalentador para posteriormente invitar al Gobierno socialista, que había solicitado a su vez dicho estudio, a la subcontratación de servicios sociosanitarios, a la colaboración y a la complementariedad con el sector privado y a cambios en el régimen jurídico para que ciertas materias del sistema de salud pasaran a someterse al Derecho civil y mercantil, abandonando el Derecho público.

Por aquel entonces el SNS era uno de los “bienes comunes” más respetados y cualquier movimiento del Gobierno favorable al informe hubiera sido contestado duramente, por lo que se rechazó de pleno, pero esto no desalentó a los “lobbys” del sector que fueron poco a poco convenciendo a los políticos tras sus despachos para comenzar a dar el bocado al pastel, aunque lenta y sigilosamente.

Así, una de las primeras medidas que tomó el recién llegado Jose María Aznar a la Moncloa fue la Ley 15/97 que dio paso a nuevas formas de gestión sanitaria creando el armazón legal para diferentes fórmulas privatizadoras de los hospitales que se han ido conociendo. Desde entonces, y no lo olvidemos tras dos legislaturas del PSOE de Zapatero, las empresas privadas pasan de ser meras subsidiarias del SNS a considerar el sector público sanitario como su gran área de expansión, y se convierten a su vez en “colocadoras agradecidas” en altos puestos directivos de los políticos que ayudan a su abordaje en un indecente ejemplo de “puerta giratoria”.

Ya es un hecho contrastado y asentado en la conciencia política de los españolitos que si bien el PSOE y el PP tienen grandes diferencias en lo referente a la sensibilidad ante los derechos civiles, el modelo socioeconómico que pretenden es el mismo. Por lo que el PPSOE acepta de buen grado esta privatización, a pesar del discurso demagógico trasmitido por los socialdemócratas y el típico postureo de buena parte de sus representantes cuando un movimiento tiene a su alrededor todos los focos iluminándole.

Una de las ideas más peligrosas y sibilinas introducidas en las leyes autonómicas es la creación de las denominadas Unidades de Gestión Clínica que tienen el objetivo de “inocular” el espíritu empresarial en los servicios clínicos y dan la cobertura legal  para que los mismos responsables públicos sanitarios pueda convertir un servicio en una empresa dentro del corazón de los hospitales.

El instrumento es “importado” de Gran Bretaña, concretamente introducido en diversos documentos con el concepto de “Clinical Gobernance” en 1998 por el “Department of Health” del Reino Unido. Y, en fin, supongo que muchos habrán oído, leído e incluso sufrido el denostado y desastroso SNS británico.

El concepto traducido al español como “Gestión clínica” hace hincapié en la preocupación por el presupuesto y vendría a definir la práctica clínica de los profesionales utilizando los recursos con criterios de efectividad y eficiencia.

Evidentemente ante esta definición nadie puede cuestionar que el SNS debe de funcionar bajo estos criterios en los que se debe de implicar a los profesionales bien preparados y bien motivados.

Entre los argumentos más utilizados para su implantación destacan éstos:

·         El SNS es manifiestamente mejorable en lo funcional y en lo económico, que ésto es tanto como no decir nada puesto que las políticas públicas también pueden mejorar un servicio público.
·         Que el sistema supone una importante parte del gasto del Estado y es obligatorio garantizar el máximo rendimiento de cada euro que se gasta. A su vez alude a que la creación de 17 Servicios Regionales de Salud ha disparado el gasto. Aunque a la vez se reconoce que el SNS español sigue siendo de los más baratos.
·         Cualquier posibilidad de mejora parte del principio de que la clave está en los profesionales: argumento tan incuestionable como poco sólido, puesto que eso ocurre en cualquier servicio público o privado que requiera un alto grado de especialización.

Toda idea es buena para tratar de justificar una línea estratégica previa, y éste también es el caso de la privatización de la sanidad y de la condena de las personas más desfavorecidas a perder el derecho de poder vivir. Más tarde o más temprano vendrá algún cínico representante del nuevo fascismo liberal para recordarle a alguien necesitado del último fármaco que erradique su hepatitis mortal que “no puede usted vivir por encima de sus posibilidades”.

Con todo ello y esperando al aldabonazo definitivo del TTIP, que sólo lo podrán parar en las instituciones y en los despachos organizaciones políticas y sindicales rupturistas, se crea un entramado legislativo para encajar de manera más rápida y eficaz los próximos acuerdos internacionales. A destacar:

  • ·         La Ley 44/2003 de Regulación de las Profesiones Sanitarias, que introduce el modelo de las Unidades de Gestión Clínica.
  • ·         La Ley 2/2007 de Castilla y León, desgrana que las UGC desarrollarán sistemas de gestión autónomos y propios.
  • ·         6 años más tarde, en medio de la canícula, Ana Mato “nos mete un gol” en una “aséptica” ley de farmacovigilancia utilizando una Disposición final con la que se modifica el estatuto Marco de los profesionales del SNS permitiendo la laboralización y una amplísima movilidad forzosa, sin ningún tipo de conversación o acuerdo previo.
  • ·         Por último, y no hace demasiados días, nuestra comunidad publica el decreto 57/2014, de 4 de diciembre, que consagra definitivamente este nuevo modelo de gestión.
En el próximo artículo definiremos qué son exactamente las Unidades de Gestión y como este modelo puede afectar negativamente tanto a los pacientes como a los profesionales “menos ambiciosos”.

viernes, 23 de enero de 2015

Más reducciones de plantilla de enfermeras y peor atención al ciudadano

Situación laboral de los profesionales en los últimos seis meses
Por Sindicato de Enfermería SATSE

Un 80 por ciento de los profesionales de enfermería españoles aseguran que las plantillas en su centro se han reducido entre un 10 y un 50 por ciento en 2014.
El 60 por ciento de profesionales de enfermería afirma que la atención que recibe el ciudadano ha empeorado en el último año.


Una peor atención al ciudadano, nuevas reducciones de plantillas y material sanitario insuficiente son algunas de las conclusiones de un nuevo informe del Barómetro Enfermero, que ha recabado la opinión de los profesionales de enfermería de nuestro país sobre lo acontecido en los últimos meses en sus respectivos centros de trabajo.


El informe, elaborado por el Sindicato de Enfermería en base a los resultados obtenidos de una encuesta realizada a finales de 2014 a cerca de 2.400 profesionales de toda España, ofrece datos esclarecedores sobre la situación de la sanidad de nuestro país a lo largo del pasado año.
Así, preguntados sobre si en el último año se han visto reducidas las plantillas de enfermería en su respectiva unidad o centro de trabajo, cerca de un 80 por ciento de los profesionales aseguran que se han visto reducidas entre un 10 y un 50 por ciento.

En lo que respecta a la atención prestada al ciudadano, el 60 por ciento de los profesionales de enfermería afirman que ha empeorado en el último año, mientras que el 25,65 por ciento opina lo contrario, y en lo relativo al material con el que trabajan habitualmente los profesionales, el 40 por ciento considera que es adecuado pero insuficiente, y un 23,38 por ciento, inadecuado e insuficiente.

Otros dos aspectos que afectan al trabajo de las enfermeras y que inciden también en el servicio que se presta al ciudadano son la formación o ayuda que reciben cuando se incorporan a un nuevo servicio, y la posibilidad de desarrollar sus competencias de manera autónoma.
Sobre el primero de los asuntos, el 10 por ciento señala que no han recibido ningún tipo de ayuda ni formación, siendo cerca del 70 por ciento los que apuntan que la única ayuda recibida ha sido por parte de sus propios compañeros, que han aclarado sus dudas, pero no por parte de los responsables del servicio o del centro.
De otro lado, el 58 por ciento de los profesionales creen que pueden desarrollar sus competencias de manera autónoma en el trabajo del día a día, aunque encuentran dificultades para ello, y el 20 por ciento de los encuestados refiere que no pueden desarrollar estas competencias y que en su día a día se limitan a realizar técnicas y trámites burocráticos.

La encuesta también se ha interesado por la situación laboral de los profesionales, y en torno al 40 por ciento de éstos considera que ha empeorado en los últimos seis meses. Sólo el 11 por ciento asevera que ha mejorado su situación en su respectivo centro de trabajo.

No obstante, y a pesar de la actual situación que sufre el colectivo, el 39,49 por ciento de los profesionales encuestados afirman rotundamente que, si volviesen atrás en el tiempo, volverían a elegir esta profesión y el 37,72 por ciento señalan que probablemente la volverían a elegir. Tan solo el 4,22 por ciento asegura que no volvería a elegir ser enfermero/a
Asimismo, para el 36,79 por ciento de los enfermeros encuestados es muy satisfactorio y gratificante ejercer esta profesión y el 51,05 por ciento lo encuentran satisfactorio en algunos aspectos, aunque reconocen que es una profesión dura.

Todos estos resultados coinciden con las principales reivindicaciones que ha venido realizando el Sindicato de Enfermería para mejorar las condiciones laborales de los profesionales y servirán de referente para la estrategia de actuación presente y futura de la organización ante las diferentes administraciones sanitarias.



Recomendado:

sábado, 25 de octubre de 2014

26 de octubre: cadena humana entrehospitales





Se han numerado las zonas y repartido credenciales para hacer más fácil la organización, la gente que no tenga credenciales puede acudir igualmente a la zona que prefiera.
A las 12:30 se leerá un comunicado en la campa del HUBU.

martes, 14 de octubre de 2014

Recuperar el Hospital de Burgos

Hospital de Burgos HUBU

Por Burgos Dijital

La construcción del Hospital Universitario de Burgos,  HUBU, tuvo un interés de beneficio privado y  no de lo que debe ser objeto un hospital, que es la mejora de la asistencia sanitaria de la población, garantizada por los servicios públicos.

La fórmula escogida por la Administración Regional de Castilla y León para financiar la construcción y equipamiento del HUBU establece un pago de un canon anual que no está prefijado sino que obedece a un cálculo en el que se computa una parte fija más una cuota por el uso de infraestructuras y equipamiento con los que la empresa adjudicataria dotó el hospital. En 2013 este canon se presupuestó en 71,25 millones de euros. El presupuesto de Asistencia Sanitaria Especializada para Castilla León en 2013 fue de 319 millones de euros, lo que supone que una cuarta parte de este presupuesto fuese destinado al pago del  canon.

El canon no es el único pago anual de la Junta de Castilla y León a Eficanza, empresa adjudicataria del hospital, sino que continuamente se facturan sobrecostes sin ningún tipo de control por la Administración pública. La Junta no dedica medios para registrar los desmanes del HUBU, como  por ejemplo, las obras de mantenimiento o los  problemas de construcción que deberían ser asumidos por la constructora.
En el contrato con el HUBU está especificado que Eficanza debe tener una rentabilidad de un 7,11 % anual. El negocio con el HUBU está asegurado por mucho que se incrementen los costes.

Ante esta situación, si se valora la posibilidad de un rescate, hay que tener en cuenta que un rescate del HUBU está contemplado específicamente en el contrato y significa pagar de nuevo el Hospital al indemnizar a la empresa Eficanza. Sin embargo, hablar de recuperación supone denunciar el abuso de los costes públicos que conlleva éste modelo de financiación y no  volver a pagar la indemnización a Eficanza. Recordemos la experiencia del hospital de Alzira. La concesión hubo de ser rescatada por la Administración y la Generalitat pagó varias decenas de millones de euros a la misma concesionaria a la que, a continuación, volvió a asignar la gestión del centro. 



Recuperar el Hospital es devolverlo a la Sanidad Pública. Denunciar el contrato del Sacyl con Eficanza es el camino de devolución del HUBU, pedir responsabilidades jurídicas, económicas y políticas  a las personas que corresponda, tanto de la Administración como de las empresas privadas por las irregularidades o presuntos delitos cometidos.