Por Lucas Mallada
El 1 de mayo es un
día de fiesta. Una fiesta especial, de vieja raigambre reivindicativa de clase.
De la clase que suda, se esfuerza y transforma. Una fiesta que se enraíza en
ancestrales costumbres paganas celebradas en aldeas y villas europeas trasplantadas
por los humildes emigrantes del XIX al continente americano. Sí, es una
celebración bien antigua, transformada y transformadora, reinventada, que en
Chicago se convierte en símbolo y orgullo de los trabajadores y trabajadoras
del mundo. Es la fiesta de los que trabajamos
por un salario, de los que no engordamos con el sudor de los otros. Es la
fiesta de los que movemos el mundo. Si paramos todo se detiene. Es nuestra
fuerza. Y lo sabemos, aunque a veces nos cueste manifestarlo.
Y las fiestas se celebran, más aún
si tenemos tantas tareas por hacer. Derogar la contrarreforma laboral del
Gobierno Rajoy, la primera; después las normativas neoliberales del antiguo
gobierno Zapatero, y todo lo legislado en contra de los trabajadores por estos
dos últimos gobiernos al servicio de la élite extractiva.
Unos optaron por ocupar el espacio
público y hacerse visibles por la ciudad. Estar, mostrarse, plantear la agenda,
es importante. Manifestación por el centro: CCOO, UGT y sector crítico (a los
anteriores, cada vez más numeroso) y actos reivindicativos en la Plaza Santo
Domingo por CNT y bicicletada por la CGT. Otros optaron por una comida
militante y pasar la tarde juntos en Fuentes Blancas (CGT).
Es una fiesta, sí, para disfrutarla,
por supuesto, pero con mensaje, -todas lo tienen-, y el mensaje de esta es de
solidaridad, de reivindicación del orgullo de ser trabajador, con dignidad, sin
pleitesías.
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Dirigentes sindicales de UGT y CCOO con el presidente de la patronal de Burgos y el alcalde de la ciudad |
Respecto a esto último, al orgullo
de los trabajadores, una sombra afea la festividad. Algunos dirigentes sindicales:
Fidel Velasco y Roberto Gómez, se hacían la foto con la patronal (élite
extractiva de la ciudad) y el alcalde, a unos pocos meses de las elecciones.
¿Se trata de incompetencia? ¿Se trata de una felonía? ¿Qué reciben a cambio por
dar legitimidad a nuestros enemigos? En su defensa alegan que es un acuerdo que
beneficia a los trabajadores....pero no han explicado en que les
beneficia... Sabemos que en sus propias
organizaciones han sufrido furibundas críticas, la incomprensión es general....
Promecal, se apresuró a llenar su
portada con la foto, en el Fórum, un lugar gestionado por Ópera Prima, empresa
pertenciente a la familia Méndez Ordóñez.
Todo queda en casa, en la suya. Un gol en propia puerta. No necesitamos
traidores en nuestras filas. No necesitamos que nos vendan por un puñado de
caramelos o baratijas, como hacían los conquistadores con los indígenas del
Nuevo Mundo.
Fiesta, orgullo y dignidad en el 1 de
mayo y el resto del año......