Por Burgos Dijital
- La cobertura
del Servicio de Urgencias Pediátricas, durante los martes y
miércoles de cada semana, reduce su dotación a un 25%. Para atender
la prestación y reducir las listas de espera, debería cubrir el
100%.
- La
administración se niega a asignar delegados de prevención de
riesgos, y los sindicatos acuden a la vía judicial.
- El conflicto
laboral de las enfermeras: la movilidad entre unidades, el cambio de
turnos y la falta de personal.
Las informaciones que llegan desde
el Hospital de Burgos apuntan un incremento de la conflictividad
laboral, producido por la privatización de servicios, con la
consiguiente falta de personal y dotaciones, como denunciaban los
sindicatos en la Junta de Personal. Esta situación afecta tanto a la
salud de l@s pacientes, como a las condiciones laborales de l@s
trabajador@s.
Las urgencias hospitalarias se
colapsaron recientemente y las listas de espera son las mayores de
toda la comunidad. Los sindicatos, habiendo señalado la
imprevisibilidad del impacto de epidemias como la gripe, denunciaron
la situación de las enfermeras en el Servicio de Urgencias
Pediátricas. Durante los martes y miércoles de cada semana, el
personal de enfermería de dicho servicio se reduce al 25%.
El colapso del Servicio de Urgencias
del HUBU se saldó con la contratación de una enfermera en turno
nocturno, lo que a todas luces parece insuficiente.
La Dirección de Enfermería se
excusó con la “autocobertura” de los servicios, pero las
urgencias no son cuantificables ni previsibles. Según CGT: la
autocobertura supone una merma de los cuidados de enfermería en esa
Unidad, no el hecho de tener personal especializado en las bolsas de
trabajo. La autocobertura esconde una falta de atención para los
niños.
La autocobertura de los servicios
supone la movilidad, en numeras ocasiones sin haberse ajustado a los
procedimientos, entre las distintas unidades, según las “necesidades
temporales” de personal. Para cubrir las necesidades en la
prestación de la sanidad pública, deberían contratarse más
enfermeras, como aprobó exigir la Junta de Personal.
Los traslados encubiertos de las
enfermeras, la eliminación de plazas y de categorías, así como el
incremento de la carga de trabajo relacionado con el aumento de camas
de observación, se unen a la falta de personal.
Los sindicatos denunciaban la
ausencia de criterios y protocolos en los cambios de turno (y de
puesto) de las enfermeras, habiendo apuntado que las carencias se
deberían cubrir con recursos de la sanidad pública y no derivando
al sector privado, exigiendo la contratación del personal necesario.
En este sentido, la administración no cumpliría con su función
gestora. Las privatizaciones y derivaciones de pacientes suponen el
transvase de capitales al sector privado, esto es, el expolio de la
sanidad pública de la que depende nuestra salud. Encontrándonos, al
mismo tiempo, con la desidia y la permisividad de una administración
relacionada con la UTE que gestiona catorce “servicios de
explotación” y la zona comercial.
Si hablamos de las enfermeras del
Servicio de Cardiología, los sindicatos solicitaron los calendarios
laborales con un máximo de 222 jornadas a 7,5 horas, y no 235-238
jornadas a 7 horas como ocurre en los turnos diurnos.
La siniestralidad laboral.
La Gerencia de Área se negó a
asignar delegados de prevención de riesgos laborales. CGT había
reclamado tal asignación, correspondiendo un delegado por cada
organización sindical, ante el Presidente del Comité de Seguridad y
Salud del Área, que ni siquiera contestó a tal reclamación. Ante
esta perspectiva, CGT citó al resto de sindicatos para emprender la
vía judicial.
La lucha sindical.
La Gerencia de Área se ha
caracterizado, desde antes de que se construyera el Hospital de
Burgos y comenzara el traslado desde el viejo centro, por la
ocultación de información, sobre todo la referente a la gestión de
servicios privatizados, y la desatención de servicios y unidades
hospitalarias.
Los sindicatos echaron para atrás
el reglamento de la Junta de Personal, después de múltiples
problemas de procedimiento e interlocución con la administración.
El acta dice: Al no alcanzarse la mayoría de 2/3 de sus miembros
(según el reglamento actualmente vigente), no se aprueba el citado
reglamento.