En la manifestación del 22M en Madrid |
El PP no ha digerido bien el ridículo hecho en los acontecimientos de Gamonal. Está violento, enrabietado. Ha sido pillado in-fraganti y se ha quedado con las corruptelas al aire. La gente del barrio, sin embargo, se siente mayoritariamente orgullosa de que el nombre de Gamonal y el de Burgos se haya escuchado por todo el país. No cabe duda de que tanto el barrio como la ciudad se han ganado el cariño de muchas personas que han visto en la lucha de los y las vecinas un ejemplo de valentía, determinación y unión en la defensa de los derechos frente a la agresión de un gobierno prepotente. Sin embargo el PP y muy particularmente el dúo Lacalle-Ibañez , en vez de reconocer los evidentes errores y corregir el rumbo, padecen una especie de síndrome del maltratador, y quieren seguir hiriendo y lastimando al barrio por sus propios errores.
Una de las principales evidencias de que Lacalle busca escarmentar al
barrio rebelde son los más de dos meses que le ha llevado al
ayuntamiento cerrar la zanja que abrió en apenas unas horas. Mientras las obras de la Avenida Cantabria continuaban con
normalidad, durante semanas no se vio ni una sola máquina en la Calle Vitoria,
provocando, de esta forma, incomodidades, molestias y más de un accidente de
tráfico por la deficiente señalización.
En el mismo sentido, las huestes del PP, de una forma un tanto macarra amenazaron con una persecución policial a los conductores de Gamonal
que parecen haber comenzado a cumplir. No fue la única amenaza del equipo de gobierno de Lacalle: el PP amenaza con discriminar a Gamonal condenándola al ostracismo de las inversiones y repartirlas entre el resto de
barrios. Vuelve de esta manera a mostrar
toda su arrogancia y menosprecio hacia quien no piensa como él. El
barrio no necesita un bulevar pero sí tiene necesidades y así se lo ha dicho,
pero Lacalle está dispuesto a jugar con los presupuestos con la misma elegancia
con la que un proxeneta reparte
bisutería. Premia el silencio, y la sumisión mientras castiga a
quien se rebela en todo su derecho.
El PP de Lacalle, mediante las amenazas más o menos veladas está tratando
de maltratar psicológicamente al barrio sin que, afortunadamente, esté
surtiendo efecto. Por otro lado, hay otros hechos que relacionan
a Lacalle con Gamonal que dejan entrever la incomodidad y el desprecio que
siente ante cualquier cosa que tenga que ver con el principal barrio de la
ciudad. Lacalle se siente incómodo porque
le falta arrojo. El alcalde que envió a
cerca de 200 policías a violentar a los vecinos ha tardado más de dos meses en aparecer por Gamonal. Lo ha hecho a hurtadillas, sin presencia vecinal, sólo
con la complicidad de periodistas. Lacalle muestra de esta forma además de una falta de respeto, una cobardía que empieza a ser conocida en la ciudad con la que degrada
el cargo que ocupa hasta la parodia o la caricatura.
Sin embargo, la más grave de las medidas con las que el PP maltrató al barrio fue la brutal represión policial.
Esta es la principal agresión sufrida por Gamonal. Los vecinos que sólo
querían ser escuchados encontraron porras en lugar de oídos receptivos. La
letra con sangre entra, así es la democracia del brutal alcalde. La consecuencia es que casi cincuenta
familias del barrio han sido humilladas al tener miembros golpeados y
detenidos. Estas familias viven con angustia
a la espera de un juicio al que han sido enviadas en muchos casos únicamente por ser vecinos de Gamonal y vivir
en las inmediaciones de la Calle Vitoria. Otros veintiséis vecinos, muchos de ellos en
paro, han recibido multas de hasta 3.000 euros por haber organizado manifestaciones
en las que participaron multitud de personas. Por si fuera poco DB se ha unido a la fiesta para promover la hostilidad judicial
contra las víctimas. A pesar
de todo, el barrio resiste. El PP debe saber que es muy complicado gobernar
Burgos cuando el principal barrio se siente maltratado y herido. Ya ha dicho basta una vez, pero el barrio tendrá que conseguir alejar a unos políticos brutos y vengadores de los puestos de responsabilidad municipal, le va el futuro en ello.
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