Una familia de Burgos pierde su hogar en un chantaje del Banco de Santander

Por Burgos Dijital

Los bancos, con la excusa de no desahuciar para lavar su imagen, colocan a los afectados en situaciones de desamparo y desprotección para conseguir sus intereses al mismo tiempo que dicen respetar códigos de buenas prácticas.

La historia de Ahmed y su familia es una historia de supervivencia, vileza y chantaje digna incluso de guión cinematográfico de película hollywoodiense de gángsters.  La familia compró un piso en el barrio de Gamonal en 2006. Ahmed trabajaba en la construcción y tenía suficientes ingresos para pagar la hipoteca hasta 2009 cuando estalló la burbuja inmobiliaria y el sector cayó. Siguió pagando su hipoteca hasta 2011 mientras cobraba la prestación por desempleo pero llegó un momento en que no pudo seguir haciéndolo.  Son una familia numerosa con seis hijos, cuatro de ellos menores, y el banco les exigió que abandonaran su hogar. Banesto en un primer momento, y actuando de forma interesada, evitó realizar una ejecución hipotecaria y llevarles al juzgado, que suele ser lo normal en estos casos, y decidió realizar una subasta notarial (sin duda algo que debió parecerle más rápido y efectivo). Al no ser la subasta notarial un juicio, Ahmed y su familia se encontraron totalmente desprotegidos sin posibilidad de defenderse, oponerse o hacer frente a cláusulas abusivas en su hipoteca. 

El banco compró la casa a Ahmed por un 60 por ciento de lo que él le debía y una vez en su propiedad, sí acudió al juzgado para conseguir que se echase a la familia fuera de la vivienda; sin embargo al juez no pareció convencerle ese tipo de título de compra-venta y el banco no consiguió su próposito.

El Banco ha pedido cortar la electricidad

El Banco ordenó vaciar la vivienda de muebles 

Al hacerse el Banco de Santander con Banesto llegó un nuevo actor en esta historia mucho más cruel. Tras perder Ahmed un juicio por el impago del alquiler, el Banco de Santander recurrió al chantaje enviando una carta donde fueron advertidos de que si no entregaban las llaves del piso, el día 16 de abril la policía les echaría de su casa. La familia aceptó para evitar un mal trago de esas características y entregaron las llaves al mismo tiempo que se fueron del piso. Al banco esto le vino muy bien porque fue una entrega voluntaria. Da vergüenza pensar cómo se aprovechan del desconocimiento y la falta de información de las personas para sacarles el dinero y dejarles con una mano delante y otra atrás.  Es ahí cuando el banco se dio mucha prisa en cambiar la cerradura, poner la pegatina de la inmobiliaria en la puerta, cortar el cableado eléctrico y encima tirar todos los muebles y las pocas pertenencias que quedaron. Lo que la familia no sabía es que según la moratoria que estableció el ministro De Guindos, bajo algunas características, familia numerosa, hijos menores de tres años, la familia podía haber optado a un derecho de dos años de alquiler de esa vivienda si el banco hubiese optado por la ejecución hipotecaria, algo que no hizo. Por ello se han dado cuenta de que el banco ha jugado con ellos y encima han sido chantajeados.

La familia compró la vivienda por 108.000 euros; lo que llevan pagado y la deuda de 70000 euros (incluidos los 42000 euros de intereses de demora) es lamentable si se compara con la cifra que la Plataforma de Afectados por la Hipoteca (PAH) sospecha que va a ser el precio de salida de la vivienda. Están seguros de que saldrá a la venta por menos de 80.000 euros, por lo que se deduce que el banco habrá cobrado dos veces por lo mismo...  Ahora sabemos cómo el  Banco de Santander no solo ha sorteado perfectamente la crisis sino que encima obtiene beneficios de ella.

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