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sábado, 5 de septiembre de 2015

El modelo del hospital de Burgos hace crisis en todos los sitios

Por Juan Antonio Ayllón Domínguez. 
SANIDAD PÚBLICA SÍ

Esta primavera pudimos conocer en detalle el desastre del Hospital francés CHSF construido con matemática similitud con nuestro HUBU. Esos días pudimos saber que en Gran Bretaña, Francia, Canadá,... el resultado de las experiencias era igual de nefasto lo que queda avalado por informes de instituciones imparciales incluidas universidades.

Hace unos días supimos del último capítulo, hasta ahora, del Hospital de Vigo donde los profesionales y la población vuelven a denunciar múltiples irregularidades y un enorme sobrecoste.

¿Les suena Concessia? Es un socio mayoritario en el Hospital de Vigo que arroja un sobrecoste de más de 300 millones de €. Y es la mayor accionista en el HUBU, participada por capital extranjero.

Hace dos días hemos conocido la confesión ante el juez de la entonces Consejera de Baleares sobre los chanchullos producidos en el procesode construcción del Hospital de Mallorca, con la misma fórmula que el nuestro. Por cierto, hoy el PP, como toda respuesta al bochorno, ha expulsando a la exconsejera que en su declaración afirma haber cumplido consignas superiores ¡! . Por otra parte, y también cierto es que en Mallorca el beneficiado fue OHL; uno de los grandes socios del HUBU.

¿Por qué la Junta de CyL no nos explica con luz y papeles la causa del increíble sobrecoste del HUBU? ¿Cómo fue el proceso, dónde fueron los dineros, por qué se recibió una obra con tantas carencias, tan mal hecha y tan cara? ¿Qué está pasando en el tormentoso funcionamiento diario de ese hospital? ¿Qué va a pasar económica y funcionalmente en los próximos 26 años de un contrato cautivo?

¿Se sumará el PP de CyL al compromiso que toda la oposición formuló antes de las elecciones para abrir un proceso de esclarecimiento de éstos hechos y RECUPERAR para el dominio público nuestro HUBU?


viernes, 4 de septiembre de 2015

CGT convoca huelga en RENFE el día 4 de septiembre


Por CGT Burgos


Desde CGT considerábamos urgente presionar mediante la unidad de acción sindical, máxime cuando se comparten todas las reivindicaciones y cuando nos encontramos en un punto crucial de defensa del empleo y la viabilidad de las empresas públicas ferroviarias, por lo que instamos a celebrar reuniones de forma urgente, y llegar a acuerdos de movilizaciones conjuntas para defender el empleo, la integración del personal de Ancho Métrico, la internalización de cargas de trabajo y planes de viabilidad para las empresas públicas ferroviarias.


Pues bien, ante las últimas noticias aparecidas en prensa en donde el Gobierno sigue con su apuesta de abandono del ferrocarril público:
• Abandono del resto de líneas convencionales y a cambio nuevas inauguraciones de tramos de Alta Velocidad.
• Nuevas externalizaciones de cargas de trabajo.
• Cierres de dependencias y abandono de negocios dejándolos en manos privadas.

Desde CGT hemos intentado realizar por unanimidad esta primera huelga el día 4 de Septiembre de 0.00 a 23.00 horas, a la que al parecer otras organizaciones sindicales del Comité General de Empresa “entienden que es pronto”.

En la provincia de Burgos la huelga afectará a 347 ferroviarios, radicados en su mayoría en Miranda de Ebro (talleres y conducción).


Para CGT es urgente y prioritario garantizar el empleo, la continuidad de la plantilla y las cargas de trabajo, y nos parece inaceptable que la dirección de la empresa aplique recortes, no integre plenamente al personal de ancho métrico y no tenga reparos en destinar una partida económica de 45 millones para destruir empleo.


Solo la implicación de todos los ferroviarios y ferroviarias en esta movilización puede hacer cambiar el paso a la Empresa y al Ministerio.
CGT garantizamos que seguiremos volcados en la unidad de acción sindical hasta conseguir estas reivindicaciones que compartimos, al menos hasta este momento.

jueves, 3 de septiembre de 2015

Cría guerras y nos sacarán los ojos


Entrevista a Gustavo Pecoraro, periodista y escritor argentino

Por Eduardo Nabal

Autor de "PALABRA Y PLUMA" (Editorial La Mariposa y La Iguana) 


Gustavo Pecoraro (Mar del Plata, 1965) es periodista, poeta, escritor y activista gay independiente. En enero pasado presentó en Madrid su colección de crónicas. "Palabra y pluma - textos políticos y otras mariconadas". Gustavo es militante en Argentina desde el programa de radio El Vahído de FM La Tribu y desde muchos otros ámbitos periodísticos como el Suplemento SOY de Página/12. También escribe sobre la realidad cambiante en que nos encontramos.

“El papa Bergoglio fue colaborador de la dictadura, es misógino como todo cura y llamó a la guerra Santa contra el Matrimonio Igualitario.”


-Hola Gustavo. Acabas de presentar en Madrid “Palabra y pluma - textos políticos y otras mariconadas”. Es, entre otras cosas, una recopilación de artículos y entrevistas que reflejan tu posición de compromiso en medios como el periódico Página/12, el programa radial El Vahído así como tu lucha por la causa LGTB y la visibilidad. ¿Cómo ha sido la experiencia? ¿Y la acogida en estos malos tiempos para sacar un libro en este país?  

Gustavo Pecoraro: Todo emprendimiento editorial independiente cuesta mucho. Mi intención con el libro era alejarlo de los espacios comerciales de difusión, no me gustan las grandes cadenas de librerías que parecen shoppings. Con esas premisas elegí esta editorial (La mariposa y la iguana) que me garantizaba esa independencia necesaria y una distribución en casi toda Argentina. Luego llegó al estado español gracias a los contactos y las amistades que forjé en los diez años que viví allí, y va a Chile, Uruguay y Perú en los próximos días. La selección de los textos así como la escrituras de los colaboradores que presentan los diferentes capítulos, y la edición nos llevó seis arduos meses. Pero el resultado me hace muy feliz. Estoy recorriendo el país haciendo presentaciones, que es una de las cosas que más placer me trae.

-Hoy día libros como el tuyo suscitan mucho más interés porque los ensayos académicos siempre tienen algunas limitaciones empezando por el lenguaje empleado. También la variedad de temas y el desparpajo aparente con los que los tocas lo hace atractivo. Pero ¿has desechado cosas que te hubiera gustado incluir? ¿Por ejemplo hubieras hablado del significado de la muerte de Pedro Lemebel? Y sobre México y los asesinatos políticos, ¿qué puedes decirnos que no sepamos?

Gustavo P: Interesante tu reflexión porque casualmente yo no tengo mucho que ver con la academia, por no decir nada. Mi lenguaje es social, alternativo si se quiere. Soy maricón, antes que varón, antes que varón cis, antes que gay u homosexual, antes que queer, y sí, lo que escribo también son mariconadas. La reivindicación de “lo marica” atraviesa el libro como ya lo hacía el anterior en clave de poesía, y seguramente lo hará también el próximo. Tuve que hacer una selección muy apretada porque el libro se fue de tamaño varias veces (tiene 300 páginas) que para este tipo de ediciones era un problema. Deseché sobre todo algunos de los casi 200 editoriales que desde hace 5 años desgrano en mi programa radial El Vahído, creo que fue la tarea más dura ya que es mi voz, mi ideología y mi pensamiento lo que salen en esas editoriales. Pero dejé una muestra muy simbólica de mis posturas en contra o a favor de muchas cosas.

-Hablando de Lemebel, el escritor chileno denunció la homofobia persistente en un sector de la izquierda. Esto es un verdadero problema porque causa divisiones y malentendidos pero también una realidad histórica que han sufrido las feministas y las personas LGTB en partidos y sindicatos. ¿Crees que ha evolucionado mucho desde "Hablo por mi diferencia"?


G.P: Vivimos bajo el capitalismo y bajo el patriarcado y la izquierda también, aunque a veces parezcan de otro planeta. Y digo a veces, porque a pesar de lo crítico que soy con la izquierda, tengo ilusión en la izquierda. Cualquier activista LGTBI tendría que sentirse de izquierda, y la izquierda debería abrirse  a los nuevos tiempos y realidades.

El problema de este “doloroso amor” entre los movimientos sociales (en este caso hablo del colectivo LGTBI) y la izquierda, es que la izquierda siempre nos ha mirado con desprecio. O éramos “débiles”, o éramos “la decadencia burguesa”. O Castro no nos quería por “peluqueras”, o nos mandaban a los UMAPS. La creencia del “hombre nuevo” y su consiguiente “fortaleza” por la mayoría de la izquierda mundial en los años 60 y 70 colocó a las reivindicaciones LGTBI en un plano menor dentro de sus reivindicaciones, o en muchos casos en la más absoluta negación o desprecio.

Hace ya bastante que se viene articulando mejores experiencias, pero hasta que la izquierda no deje de ser una especie de “reserva moral” de lo social, las luchas de nuestro colectivo serán ninguneadas ante un clamor sindical o un paro.

Reitero, tengo ilusión en la izquierda, pero para confiar en ella aún debe demostrarme que mi lucha es también primordial para ella.

Lemebel fue una voz solitaria (o casi) en esta denuncia. Contó en Chile con un PC que luchó contra Pinochet. En Argentina el Partido Comunista apoyó a la dictadura de Videla (al igual que Rusia).

Ese “doloroso amor” aún no copula y mucho menos acaba.


D.P: Hay muchos personajes más familiares allí que aquí, otros son universalmente conocidos, escritores, realizadores. Tu conociste La Radical Gay. ¿Qué entrevista te costó conseguir más y cuál fue mejor acogida? ¿Crees que el Madrid de hoy ha cambiado mucho, o no tanto como parece?

G. P: Como te comenté, viví una década en Madrid y me relacioné con distintos grupos LGBTI del Estado Español. Yo también tenía mis deseos de ciertas entrevistas. Creo que en cada viaje que hago a Madrid a visitar amigos retorno con el grabador listo para seguir entrevistando personas que me nutren o a las que quiero interpelar. Las de mayor satisfacción son las entrevistas que rescaté de mi trabajo comunicacional en los 80-90, personas que en muchos casos ya han fallecido pero que fueron fundamentales para algo así como los cimientos culturales y sociales de la comunidad LGTBI de la Argentina: Cris Miró (la primera travesti pública y popular del país), Batato Barea (performer de extraordinario símbolo de la cultura de vanguardia y la resistencia en los 80), Américo Ortiz de Zarate (director de “Otra historia de amor” película pionera en tratar la temática gay adecuadamente), etc. También voces que interpelé en un discurso y con los años fueron deviniendo en otro. Y de la actualidad es muy difícil elegir porque hay entrevistas a muchas personalidades trans y travestis de la Argentina que me enorgullecen como Vida Morant, Lohana Berkins, Marlene Wayar, Susy Shock, u otras referencialidades como el burgalés Javier Sáez del Álamo, que es todo un lujo.

-“Palabra y pluma” tiene un calado político y una inmediatez desde el periodismo activo del que carecen otras recopilaciones de artículos publicados en castellano. En Europa vivimos momentos en los que no hay que tener pelos en la lengua, a pesar de que en España se acaba de aprobar la Ley Mordaza que impide registrar o grabar actuaciones policiales, entre otras cosas. ¿Cuál es el momento sociopolítico allí en Argentina? ¿Como ves la Europa de la Troika y el futuro de los disidentes?

G. P: Argentina está en un momento bisagra. O vamos a la derechización política con algún gobierno tipo el PP de acá, o vamos a la resistencia. Soy bastante pesimista en cuál será el futuro: veo más cercanos a los “peperos” que a alguna fórmula progresista. Y para ser consecuente cada vez que tengo un micrófono o un canal de mi comunicación a mi alcance, planteo que hay que prepararse para resistir. Que no nos cojan desprevenidos. Acá es claro que la Iglesia y los sectores conservadores han puesto pata en el gobierno de Cristina Kirchner (que fue la que promulgó la Ley de Matrimonio Igualitario y la Ley de Identidad de Género en una articulación inédita y aplaudible con el colectivo LGBTI que viene luchando hace casi 50 años) pero que ahora titubea, negocia con el Vaticano, no muestra claramente sus cartas a jugar, y lo que vemos que en el partido del gobierno aparecen candidatos conservadores como el gobernador Daniel Scioli u otros similares, y se alejan los que podríamos -amablemente- definir como la sucesión del proyecto kirchnerista del 2010 al 2012 donde el colectivo LGTBI tuvo su Edén (por darle una definición más o menos graciosa). Tampoco estamos inmersos en unos “Relatos Salvajes”. Sí en una sociedad que se descompone en creencia y donde el escepticismo crece y el chaqueteo están a la orden del día. ¿Cómo vamos a esperar que la sociedad se sienta optimista si cada día vemos en todos los espacios políticos ruptura, peleas, conflictos, luchas internas tremendas y lo más bajo de la más bajo de la política encarnada en los grandes políticos, diputados, gobernadores y fauna de todo tipo? 


Una de las cosas más tremendas que vive la Argentina es la poca capacidad de autocrítica que tenemos como sociedad, incluso en las cosas más pequeñas como la ayuda solidaria, y la decadencia de muchos sectores políticos que se construyen desde un lugar partidaria y que se pasan al otro bando luego de haberse fortalecido en otra. Me da mucho asco esa clase de política. Pero también, para hablar de la otra cara: hay espacios alternativos, nuevas corrientes políticas no-partidarias, lugares de encuentro, espacios culturales y otros, que discuten futuro. Y eso es muy alentador. Hay una juventud entusiasta y que quiere hacer las cosas bien, o al menos no hacerlas como las hicieron todos los que no son ejemplo para nadie. En esa juventud pongo mi esperanza de futuro, y confío.

-Hablas del "matrimonio igualitario". Algo que se consiguió hace unos años en España y que ha garantizado ciertos avances y visibilidad. También ha suscitado, en algunos sectores, una parálisis política cuando algunos pensaron “ya hemos conseguido lo fundamental” o, peor aún, “Ya somos iguales”.


G.P: Considero al matrimonio igualitario una conquista muy buena del colectivo LGTBI, sobre todo por cómo se consiguió que fue luchando duramente y públicamente contra la Iglesia de Bergoglio (que hoy se olvida que nos declaró la guerra) y la derecha política. Pero no la considero la mejor conquista de nuestro colectivo, ni mucho menos. Me parece algo más, que está ahí. Es nada más y nada menos que hay un derecho que no teníamos y que nos ubicaba como ciudadanos de segunda. Pero como todo derecho, el utilizarlo a no, es cosa de casa uno. Igual que votar, por ejemplo. ¡Y mira que es importante votar! No creo en el matrimonio igualitario para regular mi vida sexo-afectiva ni amorosa-legal, pero debo reconocer que sí solucionó y dotó de ilusión a muchas parejas del mismo sexo. Por eso mismo, lo aplaudo. Por eso mismo, aunque parezca contradictorio, digo sigamos pensándonos como diferentes, como disidentes, y no nos quedemos normalizados ni diluidos en una igualdad con los heterosexuales, que nos borre como seres diferentes con identidad y orientación diferentes y que nuestra sola existencia, nuestro sólo ser, sirva para enfrentar las normas de patriarcado, que para no hacerlo tan queer, son varón y mujer, celeste y rosa, mama plancha papa trabaja, mama cría hijos para fuma en pipa. Somos diferentes, tenemos formas de relacionarnos diferentes, y debemos discutir –una vez que tengamos todos los derechos- qué somos, hacia dónde vamos, y cómo nos construimos.


Ahora se ha dado en la Argentina (y creo que en muchas partes del mundo) una especie de personas LGTBI vueltos al rebaño del Pastor Francisco ¡qué horror! La Iglesia es nuestra máxima enemiga, la que nos condenó, condena y condenará maquillada por los propios putos, las lesbianas y las trans para que creamos que Bergoglio dejó de ser Bergoglio y es ahora Francisco. Mucho ojo con las normalizaciones que nos impone desde dentro del colectivo con la anuencia de los enemigos de afuera.

-Tu nuevo libro es un espejo de una transformación social, la voz de un espectador privilegiado. ¿Pretendes dar herramientas nuevas o no tan nuevas para que tengan una utilidad y un compromiso sociales más allá de la crónica?


G.P: Pretendo abrir canales de diálogos desde mis posiciones –claro- sobre todo con el nuevo activismo de jóvenes gays, lesbianas, bisexuales y trans.
Las herramientas nuevas no existen, lo que hay que hacer es leer, estudiar, escribir, pensar, dudar, y dejar de creer que hay discursos puros a los que debemos rendir obsecuencia.Duden, es lo mejor que le puede pasar a la juventud. 
Dudar, repensarse y generar nuevos argumentos, nuevas organizaciones, nuevas propuestas políticas, nuevos caminos. Es el tiempo para que la Juventud dé un paso al frente y se saque de encima a las dinosaurias y los dinosaurios del colectivo LGTBI. Incluso a mí (risas).

-Tú conoces algunas formas nuevas de hacer política en todo el mundo nacidas a raíz de la lucha contra el VIH o al amparo de la llamada “teoría queer”. Tu libro intenta no obstante llegar a un público amplio y ser variado, dentro del rigor. ¿Te interesa el contacto con lo que se hace fuera?

G.P: Todos los días leo los periódicos más importantes de la Argentina, también El Mundo, Público, y muchas revistas y artículos que me llegan desde España. Leo a autores y autoras que sé que escribirán cosas que me ayudarán a pensar, leo a periodistas que me complementan, que me ayudan a crear mis ideas. Y escribo mucho. Constantemente estoy siendo como una especie de alquimista de mi propio pensamiento, incluso con los textos con los que –a priori- no coincida. Es vital para mí ver lo que pasa en todos lados, a veces me pierdo de cosas por los idiomas diferentes en que están escritos, pero siempre hay un alma buena que lo traduce. Vuelvo a mi obsesión con la juventud, si se dieran cuenta de lo importante que es leer y crear idea, y no sólo escuchar y repetir, cambiarían mucho más las cosas. Pero parece que hay un cómodo acostumbramiento a repetir lo que repite el otro, sin ningún tipo de actitud crítica o al menos de reflexión, algo que me aterra.

-Hablas del Papa Argentino que tenemos ahora. ¿La gente progresista en general, y el movimiento LGTB en particular, hace tiempo que negó todo tipo de credibilidad a la Iglesia Católica como institución o allá es algo matizable?

G.P: Como todo, el marketing ha hecho de las suyas. Bergoglio, cómplice de la dictadura, llamó a una guerra de Dios cuando el matrimonio igualitario, misógino como todo cura, protector de la pederastia en los más altos niveles de la jerarquía católica, ahora parece un señor noble, bienintencionado, preocupado por todas sus ovejitas. Para describir esto nada mejor que un argentinismo: “Algunos “putos” se mastican cualquier cosa… (risas)”


miércoles, 2 de septiembre de 2015

Burgos, sí es ciudad para bicis

Por Carolina Rueda Tenaz

Burgos no es ciudad para las y los ciclistas.  Autoridades y demás caspa local parecen decididas a declarar la guerra a un medio de transporte limpio, barato, seguro y rápido. Diario de Burgos, como no podía ser de otra manera, no ha perdido la oportunidad para poner en solfa a todo un colectivo aprovechando una desgracia.  ¿Habrá conseguido atenuar su imparable caída de ventas?

Hace aproximadamente un mes, una anciana fue atropellada por un vehículo cuando se disponía a atravesar un  paso de peatones.  Por si esto no fuera suficiente, el desaprensivo se dio a la fuga… Ah! Se me olvidaba un pequeño detalle clave en esta historia,  el presunto delincuente, no conducía un coche como en la mayoría de los accidentes mortales, sino una bicicleta.   En lugar de tratar el asunto con un mínimo decoro, el Diario Corrupto, decidió poner  en el punto de mira a todo el mundo que se mueve en bicicleta en la ciudad. Un colectivo cada vez más variado y numeroso pero que sigue siendo despreciado por el PP burgalés.  

El Diario Corrupto fue más allá de lo esperado al publicar una entrevista al desgraciado viudo. Nunca me hubiera imaginado que el Diario Corrupto fuera capaz de hacer una demostración tan chabacana de sensacionalismo barato, falta de profesionalidad y populismo rastrero… Se trata sin duda de una de las jugadas más deshonestas de la prensa de la ciudad. El buitre acudió al olor de la sangre.  Quizás porque a estas alturas todo el mundo pasa de Atapuercas y Atapuercos, nada mejor que una tragedia para vender ejemplares mientras se pone en la picota a un medio de transporte sospechoso de perroflautismo.  Miel sobre hojuelas.   Ana Rosa no lo hubiera hecho mejor. 

¿Por qué la Caspa local sigue teniendo esa animadversión hacia uno de los medios de transporte más eficaces? Huyamos a este respecto de teorías conspiranoicas o de lobbys feroces del motor. Haberlos haylos pero eso sería dar un crédito inmerecido a su inteligencia.  La negativa neanderthalesca que el peperismo local tiene a  la promoción de la bicicleta en Burgos, se debe más al poblerinirismo, la pereza intelectual, y la  incapacidad política de la élite de la ciudad que a los amores que  Lacalle tiene por Julianín el concesionarios.

En España, el mundo de la bicicleta no ha gozado de buena prensa.  Hasta los los 80, la bicicleta era considerada un juguete, algo exclusivo de la infancia.  Un cacharro que caducaba con la pubertad cuando era desterrado por la motocicleta.  Creo recordar algún capítulo de Verano Azul que tocaba transversalmente este trasunto.  La bici, no sólo tenía connotaciones pueriles, sino que estaba relacionada con el subdesarrollo y el comunismo.  Mientras el paradigma del desarrollo occidental eran los atascos de New York City, de tanto en tanto en Informe Semanal salían imágenes de países como China, Cuba o Vietnam, con ciudades plagadas de subdesarrollados rojos afanados a sus pedales ¡Carajo, los pobres van en bici y no en BMW!  Por si fuera poca desgracia, en los 90 descubrimos que el ciclismo, uno de nuestros deportes fetiche estaba plagado de drogatas y que posiblemente hasta Induráin se ponía hasta las cartolas… Así que las bicicletas, para algunos han están relacionadas, con inmaduros, subdesarrollados, comunistas, y drogatas... Así que nada de concesiones que por la caridad entra la peste. 

Bien es cierto que allá por el 73,  coincidiendo con la primera crisis del petróleo los holandeses empezaron a romper esquemas: a pesar de ser más ricos, más rubios, más altos que nosotros utilizaban la bicicleta como medio de transporte.  Para rizar el rizo en Amsterdam no son comunistas, llueve más que en Bilbao y hace más frío que en Burgos.  Los holandeses fueron  los primeros en ver la eficacia de la simplicidad de las dos ruedas.  Además sus instituciones trataron de seguir el ritmo que les marcaba la gente, así que protegieron tanto a los peatones como los ciclistas, restringiendo el uso del coche por contaminante y caro.

Es Cierto que los holandeses constituyen un paradigma complicado para las mentes forjadas por la contrarreforma católica, y no lo digo porque sean protestantes. ¿Se puede acaso confiar en la gente que fuma porros tranquilamente en cafeterías, y donde las prostitutas están dadas de alta en la seguridad social? … Seguramente sí, pero aunque no lo fuera el caso es que hoy en día, desde Francia hasta Suecia, todas las ciudades de nuestro entorno apuestan sin ambages por la promoción de medios de transporte sostenibles y alternativos al coche.  Bueno no todas. Burgos corre el riesgo de seguir haciendo el troglodita si no ocurre algo extraordinario como que Arsuaga y Carbonell encuentren con premura una bicicleta de sílex asociada a un resto de Antecessor. 

Cada vez más gente elige la bici en lugar del coche para desplazarse por la ciudad, pero a la mayoría les sigue dando miedo hacerlo por la calzada.  Por eso invaden las aceras.  La inhibición del PP está creando un conflicto innecesario entre ciclistas y peatones al obligarlos a competir por un espacio insuficiente.  El gobierno de la ciudad debe dar soluciones a los problemas de la ciudadanía que le conciernen como la movilidad y dar respuestas políticas que eviten los conflictos absurdos. La oposición tiene la oportunidad defender un modelo de movilidad urbana que ponga a Burgos a la altura de Europa, con un reparto del espacio público respetuoso con la ciudadanía y que refleje una apuesta por los medios de transportes, sostenibles, limpios y saludables.  Al menos tendrán la ocasión de presentar el debate de una forma útil y seria, lejos del sensacionalismo a lo Sálvame de Luxe que promueve ese diario que se vende cada vez menos en los quioscos de la ciudad.

martes, 1 de septiembre de 2015

Las mentiras de los taurinos

Por Basilio el Bagauda


Lo confieso. No soporto ver la muerte violenta de un animal, especialmente si es mamífero, y sin embargo no tengo ningún remilgo en llevarme al estómago un buen trozo de carne, provenga de donde provenga.

El homínido omnívoro que aquí escribe no se atrevería a descerrajar un tiro a un corzo en pleno monte, pero bien a gusto me lo comería si me lo ofrecieran a la carta. Y qué decir de los gritos y espasmos que el pobre cerdo soporta hasta su muerte por degollamiento al son de dulzainas,  procuro no asistir a tal acto pero luego lo devoro. Tampoco quiero recordar los tremendos golpes en la nuca con los que una tía mía sacrificaba a sus conejos y sin embargo me los comía.

He de reconocer que ésta es una debilidad moral que llevo en mi mochila, pero que disculpo en cuanto huelo un buen guiso o veo un buen embutido. Vaya por delante esta pequeña intimidad para que nadie me tenga por hipócrita, al menos en este asunto.

Traigo todo esto a colación porque cada vez que discuto con alguna persona el espinoso debate de la “fiesta nacional”, yo preferiría que la misma no fuera identificada con la matanza del toro de lidia, y siempre atacan mis ganas de abolición o bien con el discurso economicista sobre la tauromaquia o con la típica frase “si comes carne, alguien tendrá que matar el animal”.

Y sí, es cierto: si yo como carne o pescado y no mato, alguien tiene que hacerlo por mí. Pero evidentemente este argumento no se sostiene para defender la tauromaquia como tradición necesaria a proteger porque la oferta provocada por la muerte del toro bravo en las plazas es nula en el mercado. De hecho, el único plato similar que aparece en las cartas de los restaurantes o en alguna carnicería es el famoso “rabo de toro” que por supuesto, de toro sólo tiene el nombre.

Salvado este argumento tan débil, todos sabemos que detrás de esta tradición cultural típicamente ibérica, que lo es, se esconde un insoportable acto de dominio a  través de una violencia descarnada, una ritualización más del triunfo del ser humano sobre una naturaleza harta de la depredación de nuestra especie.

Lo que me enciende el alma, si de valores hablamos, es que el sacrificio cruento de un animal se convierta en un espectáculo público, una suerte de orgía colectiva que encuentra el placer en la sangre derramada. Por mucho que la tradición hable de ritual de fertilidad, el sufrimiento de cualquier animal como mera diversión es sin duda una mala pedagogía.

Es curioso también comprobar cómo las élites de este país defienden con uñas y dientes el asunto taurino, y quizás por eso la tradición perdure, siendo soportado al menos en las Castillas por una parte importante de la población que pueden llegar a “echarte al pilón” al mínimo gesto crítico de desaprobación mientras el animal es destrozado en la típica becerrada peñista de turno.

Pero si uno lo piensa bien, y por supuesto, con ánimo de ser un “demagogo, esta afición que demuestra la clase capitalista del país en las Ventas, la Maestranza o en Vista Alegre de Bilbao y que se repite con los caciques locales en las ferias de cada ciudad, no es muy diferente a la que tienen por los “encuentros de caza mayor” o por los clubs de prostitución: ¡Cuántas veces habremos oído de un contrato bien cerrado entre vapores etílicos y fluidos corporales!

En el fondo, la plaza de toros, el coto de caza y el prostíbulo no dejan de ser tramoyas de una misma escena que se repite hasta la saciedad: un espacio donde se ritualiza el dominio violento de unos seres sobre otros, donde se obliga a la parte más débil a defenderse hasta su exterminio, a salir huyendo o a venderse y callar.

En cuanto al discurso economicista, basta con atender al informe elaborado recientemente por la Asociación de Veterinarios Antitaurinos contra el Maltrato Animal. En él se apunta entre numerosas cifras y estadísticas el hecho extraordinario de que mientras los datos hablan claramente de la decadencia del sector, sigue aumentando paulatinamente el número de profesionales taurinos año tras año. Así, entre 2007 y 2014, el número de festejos taurinos ha pasado de 3651 a 1868, y ello a pesar de que el Ministerio de Trabajo incentiva el sector con exención de cuotas a la seguridad social y aportes económicos directos a los profesionales por cada festejo. Sin embargo, durante ese periodo cronológico se ha pasado de 7397 a 10194 profesionales taurinos.

A poquito que uno haga cuentas verá como en el año pasado el 92% de los inscritos en el sector no participaron en ningún festejo. Es más, el informe apunta a que en el 2015 sólo 106 profesionales pueden vivir de la tauromaquia, por lo que se puede afirmar que la precariedad laboral alcanza al 99% de los trabajadores.

En cuanto a las explotaciones ganaderas, los datos son igual de reveladoras, puesto que el 77% de las mismas declaradas como de crianza del toro de lidia no aportan toros a los festejos. Y ello a pesar de que a partir del 2011 también se puso en marcha un plan de ayudas desde el Ministerio de Agricultura.

Tampoco se sostiene el argumento de la necesidad de la tauromaquia para la sostenibilidad del ecosistema de la dehesa, puesto que el 91% de sus hectáreas no se dedican a la crianza del toro de lidia.

Es curioso como comprobando el informe las administraciones públicas españolas están empeñadas en soportar un sector claramente deficitario con reformas de plazas de toros infrautilizadas e imposibles de amortizar, creación de escuelas de tauromaquia, introducción en los colegios del mundo taurino, museo del toro y un sinfín de captaciones y derivaciones de dinero público hacia este sector.

Lo único que nos queda pensar es que si el sector sigue vivo es por dos motivos: el lucro de unos pocos a través de la extracción de ventas públicas y del fraude fiscal y la inyección de permanentes valores conservadores a toda la sociedad.


Ya sé que queda otro argumento: el de la tauromaquia como única razón de la existencia del toro de lidia. ¿Pero acaso alguien aún se puede plantear que un animal exista sólo si tiene una utilidad humana por bárbara que ésta sea? ¿Acaso es necesario que a los Borbones les guste cazar elefantes para que éstos existan? ¿Por qué si se traen uros a 20 kms. de nuestra ciudad, no pueden criarse toros bravos en las dehesas ibéricas sin necesidad de ser lanceados, acuchillados y torturados hasta su muerte?

lunes, 31 de agosto de 2015

Vuelta al cole (y a los libros de texto)

Por Burgos Dijital


Se acerca septiembre, y como cada nuevo curso, miles de familias se afanan de un lado para otro ultimando detalles: que los retoños del hogar tengan todo preparado para el primer día de clase.

Como cada año, de nuevo el desembolso económico es enorme. Cada libro de texto de los pequeños ronda los 30 euros. 
Algunas áreas precisan también de cuadernillos, que oscilan entre 10 y 20 euros aproximadamente. Así, nos plantamos en que tenemos una media de 30 a 50 euros por asignatura en la que se pida libro de texto. Haciendo un cálculo rápido, una alumna de primaria puede necesitar un presupuesto que puede ir desde los 300 a los 500 euros (calculando a la baja): matemáticas, lengua, inglés, naturales, sociales (recordemos que la LOMCE ha dividido en dos la asignatura de conocimiento del medio), plástica, música, otro idioma extranjero, valores o religión (sí, también en estas asignaturas hay libros...) Multipliquemos por varios hijos, y la suma da vértigo.

Gracias a los bancos de intercambio o préstamo de libros -propuestos la mayoría de las veces, y no si dificultades, por las AMPAS - o las ayudas y/o becas de las comunidades autónomas (que no son iguales en cada una de ellas), la factura agobia un poco menos. Pero...a veces esto no sirve. 

Este año muchos centros se ven "obligados" a cambiar los libros con la nueva ley. Nueva ley, nuevos contenidos: nuevos textos. Las editoriales se frotan las manos. Entre este curso y el siguiente, si todo va como esperan, el grueso de libros de texto de los centros de todo el país debería ser sustituido. Una suculenta bicoca para ellos. Pero bien decimos "obligados", entre comillas. Lo explicamos un poco más adelante. Algunas editoriales, para dar la sensación de que velan por aliviar las facturas a las familias, y en pro de las Nuevas Tecnologías (esas ángeles salvadoras y todopoderosas que nos hacen creer que harán que nuestras niñas y niños dejen de ser los últimos en los informes PISA; esas maravillosas herramientas que harán que nuestras pequeñas criaturas sean requeteinteligentesycompetentesysupermultidisciplinares; esos magníficos soportes que nuestros gobernantes se empeñan en meternos hasta en la sopa), están a toda prisa tratando de introducir las licencias digitales. 

Libros digitales y plataformas interactivas a través de Internet, cuyo precio es muuuucho más barato: unos 12 a 15 euros. Sí. Por año. Ah. El libro valía para poderlo intercambiar, o para el hermanito pequeño que venía detrás.  Las licencias digitales expiran a final de curso. Por eso, si compramos el libro físico (es decir, si pagamos los 30 euros) nos las regalan. Eso, aparte de que "es muchísimo mejor pasar del viejo libro de papel a un soporte digital". Por eso, tenemos que comprar tablets a los peques. Para que se manejen en el apasionante mundo digital, desde bien chiquitines, pero usando como soporte el mismo libro que si lo tuvieran en papel (bueno, con unos enlaces a unos vídeos y la posibilidad de enviar unos ejercicios on line al profe, vale).  El mundo de las editoriales + empresas de tecnología + responsables de educación ofertando ayudas para adquisición de dispositivos merecería otro artículo.

Cuando decíamos más arriba que los centros se veían "obligados" a cambiar los libros es porque parece que fuera obligatorio usar libros de texto. Pero la realidad es que no lo es. No es obligatorio. Pero es una industria muy pero que muy potente. Por eso, incluso, hay leyendas que hablan de sobres sobre ciertas mesas. 

La excusa de que las nuevas tecnologías son imprescindibles para el desarrollo de los niños, en este caso no nos sirve. Continuar apoyando la educación sobre textos elaborados en despachos (sean de papel o sean en pantallitas) no significa innovación. Si de verdad se quiere ser valientes y se quiere apostar por la innovación, por favor, que se innove con prácticas pedagógicas de verdad interesantes, con papel y con pantallas, pero dejemos de sangrar los bolsillos de las familias.

domingo, 30 de agosto de 2015

Una mujer con atributos

Por Eduardo Nabal

La editorial Lumen ha publicado “Lillian Hellman. Una mujer con atributos”, recién llegado a nuestras librerías. Un libro voluminoso pero también lleno de interés histórico y literario. En el fondo el volumen es una recopilación de los dos grandes libros de memorias de Hellman (“Pentimento” y, sobre todo, “Mujer inacabada”, con las mismas traductoras) pero esto (si no fuera por el desmedido precio de los libros) no invalida la propuesta, ya que esos libros están descatalogados desde hace tiempo o solo se pueden encontrar en librerías de “de vieja”. De su libro mas imperfecto pero formalmente arriesgado “Pentimento” surgió la maravillosa película “Julia” de Fred Zinemman, con Jane Fonda y Vanessa Redgrave en un duelo interpretativo sin precedentes, con un subtexto de historia de amor y narrando episodios cruciales de la historia del siglo pasado. Hellman sigue siendo una figura controvertida en la historia de EEUU del siglo pasado y sus libros nos hablan de cuestiones todavía espinosas entre los que se incluyen sus viajes a Rusia o a la España en plena guerra civil o su matrimonio algo tomentoso con el escritor de novelas policiacas Dassiel Hammett, también acusado de colaborar con “los rojos”, por sus simpatías con el Partido Comunista de EEUU en los años treinta. También de la “memoria histórica” sin recuperar. La memoria de los vencidos/as, de los que vieron en España un terrible laboratorio del fascismo, que en Europa nunca parece enterrado. Algunos derechistas – como Walt Disney o la madre de Ginger Rongers- la acusaron en participar en películas donde se presentaba “niños rusos limpios y sonrientes”, además de visitar lo que sería la Unión Soviética en tiempos de cambio. Otros se fijaron en sus gestos antifascistas, considerándolos anti-norteamericanos. Hellman siempre tuvo un conflicto interno entre sus ideas y su procedencia de una importante familia del viejo Sur, de la que fue y quiso ser la “oveja negra”, la “niña mal de una familia bien y un mundo aristocrático en descomposición”. Una chica rebelde en un mundo de avaricia, intereses empresariales e intrigas a mayor o menor escala.

Muchas de sus obras contienen elementos autobiográficos y fueron llevadas al cine con cierta solidez (como es el caso de “The Little fox”, que dio origen a la película “La loba” de William Wyler), una historia de codicia, corrupción, rencor y chantaje en el seno de una pudiente familia sureña regentada, en parte, por una inquietante Bette Davis, reflejo de alguna de las mujeres (tías o abuelas) que la “malcriaron” y despreciaban a los “sirvientes negros”. Aunque no es Virginia Woolf es evidente que Hellman podía camuflar formas de amor entre mujeres o que ocultaba pasiones como se deja entrever en sus cartas casi románticas a su amiga Julia o por el tema pionero del lesbianismo en los colegios de EEUU en los años treinta que abordó en su ya legendaria “The childrens hour” Hellman, a pesar del final trágico de la obra citada, se temió el rechazo del público, pero el público de Broadway era mas intelectual y tolerante que el de Hollywood, al menos en la década de los treinta. Pero el lesbianismo no pasó entonces a la pantalla. Tuvo que esperar a los 60 para una adaptación más fiel de su pieza más conocida, que no necesariamente la mejor. Su carrera como guionista a pesar del éxito de películas como la romántica y antibélica “El ángel de las tinieblas” o el drama social sobre la pobreza en la urbe durante la gran depresión “Calle sin salida” se interrumpió con la llegada de las listas negras y la legendaria “caza de brujas”. 

Su debut en el teatro se produjo con “La hora de las niñas” donde introducía con cierto rubor temas como la delación el amor entre mujeres, la infidelidad, aunque sobre todo era una historia de provincianismo “moral” que presagiaba los años oscuros del macartysmo durante el que sufrió, junto a su marido o su amiga Dorothy Parker, acusaciones, citaciones, espionaje, amenazas etc. Hellman fue a Rusia a aprender teatro ruso (entonces de primera categoría) y defendió la democracia y a la II República en una España amenazada por el avance de las tropas franquistas. Una historia que aún hoy en el Estado Español nadie se atreve a contar entera por temor a represalias toda índole. Existe cierta pereza a la hora de traducir el teatro de Helmman al castellano, a pesar de su fama entre las nuevas generaciones. Ponerlo en papel. Hoy día es dificil sino imposible conseguir obras suyas para leer en español o éstas fueron editadas hace muchos años o simplemente no vieron la luz en castellano. Lillian Hellman no parece una autora feminista aunque su literatura si lo es, sino una mujer comprometida con los problemas de su país en pleno repliegue patriotero y con el racismo, el machismo y la homofobia a flor de piel y una dama sureña dotada de una afilada pluma que queda en los diálogos de películas de las que luego renegó como “La jauría humana” de Arthur Penn, uno de los alegatos más violentos e incisivos contra una sociedad basada en el dinero y las formas de poder monopolizadas en pocas manos, focalizada en un pueblo de Texas durante los años sesenta. Una década de esperanza, cambio y también desilusiones en la que se cometieron varios magnicidios y en la que las expectativas de cambio depositadas en los movimientos pro-derechos civiles se encontraron con la fiera oposición de la derecha armada y la conspiración oligarca. En ella Foote (Matar un ruiseñor), Hellman y Penn volcaron su animadversión hacia una sociedad de ricos y pobres, pero la inseguridad del productor Sam Spiegel mutiló este retrato generacional, todavía potente. Una época de cambios pero también de avance de la derecha armada y su lucha por entrar en la alta política. 

Aunque algunas autoras posteriores afroamericanas (como Bell Hooks) han puesto en cuestión el verdadero compromiso de la autora con las minorías raciales, lo cierto es que Hellman, como alguno de los personajes de sus piezas teatrales, desafía – a su manera- los valores machistas, racistas o clasistas del mundo en el que creció. En “Tiempo de canallas” cuenta con ira la época sombría de la “caza de brujas” y arremete contra viejos amigos como el controvertido realizador Elia Kazan, aunque también plasma el miedo que produjo en ella y en su marido esa persecución de “rojos” o “intelectuales subversivos”, llegando a enfrentarlos entre sí. Se la definió como una mujer con mal carácter y tuvo agrias polémicas no solo con Kazan sino también con su contemporánea Mary McCarthy (“El grupo”). Hellman admiraba a otros contemporáneos como Arthur Miller o Tennesse Williams aunque también se fijó en Bretch, Beckett, Genet, Ionesco, Lorca y los avances en la escena europea. 

Como otros muchos vivió los sesenta con la esperanza de un cambio en la sociedad estadounidense que nunca llego a su realizarse, a pesar de las semillas sembradas. También, como su amiga, la humorista y narradora (experta en relatos breves) Dorothy Parker era judía de origen, lo que la situaba en un terreno muy particular en la sociedad estadounidense de los años 30 y 40. 

Las descripciones y observaciones agudas sobre España o Rusia de “Mujer inacabada” hoy pueden sonar algo desfasadas, escritas sin el lirismo necesario, pero se leen con mucho interés y están contadas con sinceridad, ironía y compromiso. Muchos podían haberle dicho ¿Qué hace una dama tú en un sitio como éste? Pero no lo hicieron porque necesitaban el apoyo internacionalista, que nunca fue suficiente ante el fascismo en España. Así esta mujer indomable anduvo por hoteles de diferente rango y con el peligro, no solo de ser bombardeada en la España, sino también de ser malinterpretada en la Unión Soviética donde se empezaba a instaurar el estalinismo. 

“Una mujer con atributos” (con dos grandes traductoras detrás) nos da la ocasión de releer esas memorias de una mujer comprometida que cuentan con cierto realismo su trayectoria humana y política dentro y fuera de su país, también sus relaciones con el mundo del teatro de la época, que la hizo famosa, y con una serie de personajes que el cine o la historia con mayúsculas ha inmortalizado. 

A ella le debemos esta hermosa frase incluida en “La loba”: Los negros tienen las voces, aunque los blancos nos hayamos adueñado de los pianos”