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Hospital de Burgos y su nefasta gestión privada |
Por Carles Giménez
¿Este es el tipo de libertad que queríamos? La gestión Neoliberal de la crisis económica intenta convencernos de que la privatización de sectores públicos es una de las mejores soluciones contra la inevitable e invencible crisis económica que, según dicen, asola el continente europeo (y que posiblemente ellos hayan creado para aplicar su ideología). Los talibanes neoliberales que se hallan actualmente en el poder nos proponen recetas de pillaje además de recortes sociales, vejez sin pensiones y una austeridad que ignora las vidas humanas como respuesta a un fenómeno que prácticamente ha nacido de sus propias manos, la Globalización. Y este tipo de medidas se completa con desgracias, guerras y masacres humanas en diversos lugares del mundo.
Aún se pretende convencer a la población mediante papelajos impresos deficitarios (en manos de bancos y grupos de inversión norteamericanos, sionistas y de la oligarquía española) de que estas medidas son necesarias y eficaces. A veces uno se pregunta si esta criatura llamada Globalización, de rasgos de novela gótica inglesa, que campa ahora a sus anchas por el mundo, realmente ha escapado de las manos de sus creadores.
Ahora que son otros, los herederos, los que la manejan, ya que muchos de esos doctores Frankenstein locos y chiflados no se encuentran en este mundo (gracias a Dios), - Ford, Rothschild, Thatcher, Friedman, Pinochet, Kissinger, etc,- uno piensa que a lo mejor la situación se halla fuera de control, que el centro económico de este sucio mundo capitalista se ha desplazado a Asia y a nosotros nos atiborran de mentiras y ajustes porque su maldito Paraíso Liberal está fallando, como ya antes falló en Chile, Argentina, Polonia, etc.
A veces uno preferiría creer en el infierno tan solo para proporcionarse la satisfacción de pensar que estas personas (antes mencionadas) que en el pasado dieron vida a este monstruo, se encuentran ahora en un lugar con el sufrimiento eterno, tostándose como lonchas de beicon en una parrilla a manos de ese cretino del cual se dice que vio la luz. Y no es que sea yo creyente, tiempo ha que perdí la fe en Dios, pero más recientemente habiendo perdido la fe en el Hombre, algo que considero mucho más grave, fue Gamonal lo que me hizo recuperarla de nuevo.
Y es que sin embargo a los españoles (el pueblo con la mayor e imperiosa necesidad de creer y autoconvencerse en la taberna que conozco, muy a mi pesar), vascos y catalanes incluidos, se nos conmina a tener verdaderos actos de fe: fe en increíbles y falsas verdades. Fe en banderas que nos salvarán de la crisis, sean barras rojas pintadas las que posean o sean barras de cárcel las que oculten, fe en políticos y en partidos (sean de fútbol o de mítines) que nos solucionarán la vida y que en realidad pertenecen a gente que está demasiado ocupada haciendo el negocio de sus vidas con nuestro dinero.
Y la mentira más grave de todas, la fe impuesta en un mundo global de libre mercado, que encima pueda funcionar. Como Milton Friedman, padre de esta doctrina, ya se encargó de advertir la economía no tiene por qué atender ni estar supeditada a las necesidades de los ciudadanos, y ahora resulta que esa “Libertad de los liberales” nos está haciendo cada vez más pobres, más egoístas y cómplices de torturas, muertes, y desgracias, mientras la economía especulativa actual, valiente y grosera ficción de sinvergüenzas encorbatados y del egoísmo, sigue su curso al margen de las ciudadanías y de los derechos de los seres humanos. Mientras ese mercado de valores de gente carente de ellos produce la subida del precio de los alimentos y de muchas otras cosas con gran impacto en las sociedades pobres se nos obliga a creer en falsedades como que la privatización solucionará nuestros problemas porque es eficaz, sostenible, y austera. Seremos el nuevo motor de Europa!!! eso es lo que nos promete gente tan cínica como Klaus Regling, director del Fondo de Rescate de la Unión Europija. Las mismas mentiras que los banqueros utilizaron para estafar con la hipoteca se repiten de nuevo en boca de neoliberales extranjeros que solo quieren una cosa: nuestro dinero.
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Triste menú en un colegio de E. Primaria de Burgos |
Está demostrado que los servicios privatizados son de muy escasa calidad, por no decir una basura.Y esto es así porque el beneficio económico liberal se basa en ofrecer un producto competitivo al más bajo coste (o lo que es lo mismo: hecho por esclavos) con lo cual cuanto más parecido sea al aire o al humo, mejor.
Vendedores de humo y de basura nos atiborran en las autopistas y en nuestros trenes con bocadillos y alimentos que harían vomitar hasta a una cabra. Acuérdense, que nosotros pudimos conocer cierta calidad de productos en trenes y autopistas cuando tan sólo éramos un país subdesarrollado. ¿Estamos retrocediendo? ¿Qué sucede con la comida de los colegios que damos a nuestros hijos? ¿y la comida en los hospitales? no hablemos ya de lo que están haciendo a la Sanidad y de lo que todos conocemos en esta ciudad de sobra, los hospitales ya se parecen más a centros comerciales y en ellos funcionan mucho mejor las máquinas del parking o expendedoras de alimentos-basura que el ascensor.
La ecuación es clara, cuánto más avanzado es un país en el sistema económico-político Neoliberal menos calidad de vida y en consecuencia natalidad tiene dentro de sus fronteras. Si no que se lo digan al occidentalizado Israel cuya población da risa si se compara con la población de Palestina, causa por la que realizan genocidios esporádicos los meses de verano, por no llamarlos ajustes demográficos o coloniales que debe de ser el término más cercano a su lenguaje militar.
Alguien diría que estoy mezclando cosas pero no es así, porque para mantener este mundo Neoliberal nos están obligando a asumir privatizaciones, recortes, muertes, guerras (Ucrania), sufrimiento en general dentro y fuera de nuestras fronteras. Son las recetas que nos imponen nuestros dirigentes para salir de su "crisis" y nos aseguran que son las únicas cuando en realidad todo es una gran mentira.
Ahorrémonos personal en los peajes y que sean las máquinas las que trabajen, ofrezcamos el servicio más mediocre con el menor coste posible. Y es que la triste realidad, aunque gran parte de la sociedad no se da cuenta, es que el Liberalismo económico no crea puestos de empleo, los destruye con mayor facilidad (Prevaleciendo el poder de las corporaciones). ¡Pero claro! ¿qué sería de los políticos españoles si consiguieran pleno empleo?, ¿qué promesas nos harían para continuar "bipartidamente" en el poder y en la corrupción?, y lo que es más grave... ¿cómo extorsionarían a los trabajadores y darían facilidades a patronal y corporaciones con un trabajador valiente y seguro de sí mismo?.
Este país tiene que ser gobernable y si no hay individuos débiles, inseguros, insolidarios y mano de obra desesperada no tira hacia delante (según ellos). ¡Por favor! ¿Alguien es tan estúpido para creerse que la ley electoral garantiza un sistema bipartidista que asegura la estabilidad del país como algún medio de la prensa "seria" ha asegurado? ¿Se puede ser tan cínico para no ver que esto es un "cotarro de corruptos de dos colores" muy protegido? España no es Suecia ni Dinamarca, nunca lo será, venimos de donde venimos, y no precisamente del homo de Atapuerca sino más bien de un puerco que dejó todo atado y bien atado.
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"Apetitosos" bocadillos a precios competitivos de la gastronomía liberal |
Concluyendo con ánimo de ser constructivo, porque en mi humilde opinión creo que hay opciones reales de luchar contra estas medidas y crear un mundo mucho mejor, la organización ciudadana y nuevas formas de autogestión son la mejor respuesta a los grandes desafíos de las personas y las alternativas de futuro. Las empresas recuperadas y transformadas en cooperativas, así como centros sociales recuperados, son la nueva respuesta para un orden decadente que ya no se preocupa de los ciudadanos (salvo cuando hay que soltar un papelito en una urna). En los últimos días a pesar de que la ley los reprime, hemos visto la reconstrucción del Centro recuperado de Can Víes en Barcelona con las aportaciones y un gran y valiente esfuerzo vecinal.
En Argentina existen cientos de empresas cooperativas en manos de sus trabajadores que tras la expropiación llevada a cabo por el gobierno argentino a los antiguos dueños y ahora lejos de la ruina (de antes) dan trabajo a más de 10000 personas.
En Barcelona es destacable como ejemplo la empresa recuperada Molt-Matric que fabrica chasis para el metro, y sin ir tan lejos en Gamonal tenemos el CSR, o algunos intentos malogrados en Sotopalacios con muy valientes intenciones por parte de los trabajadores para crear una cooperativa pero que se toparon contra el muro de la mediocridad y la poca voluntad política de algún dirigente muy acomodado.
Por ello, además del posicionamiento y el movimiento político y social de los ciudadanos, la búsqueda de nuevas posiciones y voluntades políticas afines es también indispensable. Frente al Liberalismo que nos sumerge en el desempleo y la privatización de nuestros recursos y servicios públicos, no hay que desesperar, podemos y debemos cambiarlo: ¡remunicipalización de servicios! (ejemplo: Alcázar de S. Juan) y si es necesario expropiación, no vale decir que las cosas son así y no luchar por nada. Hay mecanismos para volver a dejar las cosas bien y debemos llegar a ellos. Esos deben ser los nuevos objetivos de la gente y de los agentes políticos. No más promesas vacuas, no más cambios simbólicos en lugar de leyes y cambios estructurales o constitucionales, no más lágrimas de actor de medio pelo (señora Santamaría), las voluntades que se opongan a las alternativas populares y participativas (que no populistas, señora Díez, populismo es el fútbol y el nacionalismo (ya sea español o gibraltareño), no la lucha por los derechos sociales) quedarán delatadas como lo que son, del viejo régimen o cómplices de la "disidencia controlada" por los que vendieron este país a la banca cambiando la Constitución con nocturnidad y alevosía.