© KesselsKramer
Publishing
Fotografía recogida
por
Erik Kessels y Eijkens Joep en un libro llamado
"in almost
every picture #7"
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Últimamente me da la impresión de que estoy en una barraca de feria, de esas llenas de cientos de peluches en serie y baratijas de todo tipo como regalo ante el tiro certero de la carabina que acierte en varias ocasiones a encontrarse con la bolita o el palillo de turno. Sé que la carabina esta trucada lo suficiente como para que por muchas veces que acierte, pague dos o tres veces el regalo que consiga, y aun así, aun sabiéndolo, por cada feria que paso…, unos tiros que me juego. Acepto la estafa y el fraude como un orden establecido entre el feriante y el tirador, y me conformo con poder demostrarle a alguien que a pesar de todo he conseguido burlar la afrenta. Por supuesto sin contar lo que ello me ha costado, y si me preguntan ya me las compondré yo para adornar el lance.
Sí, así me siento también con todo el bombardeo de dimes y diretes sobre cifras, al parecer nunca reales, falsos presupuestos, amenazas económicas, abusos ¿intolerables?, y demás zarandajas que le llenan a uno la cabeza de buitres y la boca de hiel. Un día me encabrono con la Junta por sus previsibles recortes, otro con las alcaldadas canallescas en Burgos por sus despilfarros y sus mentiras, otro con el mangante de la patronal que quiere mandar a todos los desempleados a un gulag, otro con mi vecino porque dice que el Ayuntamiento no puede limpiar todas las calles de nieve (aunque si unas pistitas de tenis de los cojones), otro con los sindicatos de los huevos que siguen paralizados o legitimando las acciones de los que mandan (como la puñalada de CCOO en la foto con Herrera dando su visto bueno al aumento de jornada de los funcionarios), otro con los precios de los carteles de las gasolineras, otro con el Gobierno que nos sigue preparando para nuevos batacazos… Y claro yo disparo pa todos los lados, eso el día que tengo ganas, y no acierto a nada. ¡Coño, si tengo jodida la escopeta, como voy a acertar! ¡Por eso me dejan tirar!
La cuestión es que tenemos ante nosotros una “estabilidad política” brutal, todos los territorios de este bendito país de países y prácticamente todas las administraciones son del mismo color, y sabemos, ya no intuimos, que tienen la malsana intención de desmontar el estado de bienestar basado entre otras cosas en la igualdad de oportunidades a través de la cobertura universal y objetiva de servicios esenciales como la sanidad y la educación para todos los ciudadanos, asegurada tras un pacto tácito "entre ellos. En cuestión de meses todos los pactos escritos y no escritos están saltando por los aires con la tramposa coartada de que esta es la única manera de salvar la estructura de un Estado maltrecha por el exceso en el gasto. Pero la realidad es otra y lo sabemos: aquí el único exceso en el gasto se ha producido en el mantenimiento de redes clientelares mafiosas formadas por “políticos” arribistas, grandes empresarios dueños de clubes de fútbol o de títulos nobiliarios, y caciques provincianos de todo tipo, con el beneplácito de la inmensa mayoría de los medios de desinformación que viven de las subvenciones públicas y de la publicidad privada. El verdadero problema no está en el gasto, está en los ingresos. Estos cuando eran sustentados por las clases medias (que no es una sino muchas) en las épocas de vacas gordas eran suficientes tanto para hacer frente a nuevas coberturas sociales, y eso aun sucedía solo hace 4 añitos, como a los despilfarros faraónicos, fraudes fiscales, corruptelas y delincuencias varias. Pero cuando los bancos comprobaron que ya no se podía jugar con dinero virtual y billetes del monopoly, apretaron las tuercas en los organismos internacionales y en los gobiernos de cada país y absorbieron todos los billetes que existían, y como comprobaron que eso no era suficiente han seguido y siguen haciéndolo hasta ahora. Por eso el dinero no pasa del infranqueable muro de sus cuentas tesoreras y por eso todo el tejido productivo se ha venido abajo, y con ello el desempleo masivo.
Mientras siguen limpiando su trastienda llena de mierda hasta las cejas con los intereses de la deuda soberana que pagamos entre la mayoría de los tontos. Resultado: sin empleos, los paganinis no pagan impuestos; sin consumo, menos impuestos; sin impuestos, dependemos del crédito privado y tenemos que dedicar más dinero público al pago de los intereses de la deuda en manos privadas. Y, para colmo, los más ricos utilizan un sinfín de herramientas para no colaborar en la sangría…
Bruselas está tomada por la ultraderecha económica de Maastricht: protección de paraísos fiscales y de las sociedades de inversión, creencia religiosa en la corrección de las fallas del sistema por la “mano invisible”, control férreo del déficit (excepto cuando Alemania y Francia lo incumplieron durante años) y de la inflación, asfixia ideológica y logística de todo movimiento obrero organizado, redención de los desmanes financieros e inflexibilidad ante los problemas colectivos (que se lo digan a Grecia), privatizaciones de servicios públicos… Y Madrid cada vez más por la política: destrucción de la comunicación con los interlocutores sociales y del pacto no escrito con la clase asalariada de una paz social duradera, confesionalidad nacional-católica del Estado, uso premeditado y agresivo de las fuerzas del orden, desprestigio de toda institución que no sea controlada por ellos, control de los tribunales y del órgano del Poder Judicial, estigmatización maniquea del contrario rayana a la censura…
Demagogia, ¡y una mierda!... O comenzamos a corregir la carabina trucada o los feriantes no se molestaran ya ni en poner perdigones para que de vez en cuando nos caiga alguna migaja… Estaremos muy equivocados si en esta pelea que empezó ya contra los “socialistos” neoliberales nos acordamos solo de Herrera, Rajoy y todos sus secuaces, o si nos dedicamos a quemar banderas alemanas, como ya han hecho los griegos, porque la realidad es que desde aquí habrá que enseñarle al mundo que desde ya esto es una lucha de diferentes concepciones de hacer la “polis”, y que a buen seguro no erraremos el tiro si nos quitamos las vendas partidistas y nacionalistas de los ojos: los que nos quieren hundir no son los alemanes o los franceses, son los neoliberales, esa nueva clase de fascismo económico, españoles, alemanes, franceses, holandeses, y porque no también griegos, portugueses e italianos… ¡Ah, y no solo están en los partidos conservadores!
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