Aborto retroactivo para Gallardón

Por Burgos Dijital

Este viernes 27 de Diciembre en Burgos unas 250 personas tuvieron  que salir de nuevo a la calle en un año de abusos, recortes y protestas. Aunque hubo más gente de la esperada no fue suficiente, nunca lo es.

Los derechos reproductivos de las mujeres han sido puestos en manos de ministros hombres o de las posibilidades económicas de abortar o no en el extranjero. 

Gallardón, orgulloso de amordazar a la población y dar más fuerza a la policía, quiere también legislar sobre el cuerpo de las mujeres, esas que de pronto se pueden  quedar sin voz ni voto. Un retroceso de décadas tras una larga lucha de organizaciones de izquierdas y feministas desde antes de la transición. 
Los recortes del sistema sanitario  y sus reformas legales se llenan de ideología franquista que lleva a muchas mujeres a poner en peligro sus vidas en el caso de tener que abortar de forma clandestina, como siempre se ha hecho.

 La Iglesia ya ha dicho bastante sobre esto  y aquello. Hasta la Conferencia Episcopal parece cansada de predicar siempre lo mismo y contra los mismos/as.  ¡Qué sabrá de maternidades! que se dediquen a dar la sagrada comunión y predicar a sus fieles el antiguo y nuevo testamento.
Por primera vez en mucho tiempo una concentración no se ha quedado parada debajo del Teatro Principal de Burgos sino que ha habido gente suficiente para  llenar la calle y desafiar al frio, incluso en una ciudad todavía tomada por la derecha clerical. 

Rouco Varela en Burgos- Foto de archivo

Nuestros jóvenes no han olvidado el pasado de abortos clandestinos, y abogan por los métodos anticonceptivos y el derecho de las mujeres a tomar sus propias decisiones vitales. 
Una larga lucha por la autodeterminación que lleva de nuevo a las mujeres a ser esos seres de segunda clase sobre los que todo el mundo puede opinar. 

 Si Gallardón y sus afines   parieran “el aborto sería un sacramento”, el octavo.
Mujeres y hombres jóvenes que saben que el capitalismo, el patriarcado e instituciones tan inmovilistas como la anquilosada iglesia católica  (esa que llena nuestros periódicos y determinan nuestros calendarios) son parte del mismo dispositivo de poder y de mantener a la gente en la ignorancia, el miedo y la superstición.

Por una aborto libre, seguro y gratuito.
Texto de Eduardo Nabal adaptado por Burgos Dijital