Por Eduardo Nabal
Foto de archivo |
No me sorprende como burgalés que soy pero si como persona con un mínimo de sensibilidad a los derechos humanos (si soy seropositivo o no viene a cuento) y sobre todo a esos que tienen miedo ¿a los muertos o a los vivos? Como si de un capítulo de "La huella del crimen" o un relato de Poe se tratara esta funeraria se ha cubierto de gloria (A.M.G.D) al practicar la serofobia con descaro. ¿Desinformación? ¿Atavismo? ¿Incultura? Me temo que no solo eso, viniendo de donde viene. Si la funeraria en cuestión (o sus trabajadores) no saben las formas de contagio del VIH estamos apañados. Pero me da que están más llenos de prejuicios que de miedos.
Pero aquí en Burgos rara vez se articulan respuestas políticas a cosas como estas, ni siquiera de los movimientos sociales o, al menos, rara vez. El miedo es la fuerza de los de siempre. Si echan a alguien de un bar, si hay una agresión, si discriminan a una persona con discapacidad casi nadie dice nada. Y si no hay política sexual y social es porque en el fondo los burgaleses tenemos- en cierto sentido- lo que nos merecemos.
Pero lo más preocupante no es que tengamos muertos de primera o de segunda. Si no que sigue habiendo vivos de muchas clases y condiciones despojados de pronto de derechos ante la perplejidad de algunos y el silencio de la mayoría moral, esa que ya sabemos que ni es mayoría ni es moral.
Pero lo más preocupante no es que tengamos muertos de primera o de segunda. Si no que sigue habiendo vivos de muchas clases y condiciones despojados de pronto de derechos ante la perplejidad de algunos y el silencio de la mayoría moral, esa que ya sabemos que ni es mayoría ni es moral.
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