Feliz Navidad |
Estos días, donde el cinismo y la solidaridad se dan de bruces, donde la abundancia y la miseria componen un villancico roto e hipócrita, la mesa de los hampones rebosa abundancia. Las mejores viandas eruptarán sus vientres henchidos de codicia y el caviar se entrelazará con sus sesos obrando la miseria de tantos y tantos menesterosos a los que han abocado a la pobreza.
El estómago de estos canallas, reventará de burbujas que explotan en el obrero, el desahuciado, el parado, el enfermo miserable al que han conducido a la muerte. Son los dioses de una sociedad podrida desde un Gobierno corrupto que miente, engaña y roba la cartera de los más desfavorecidos mientras sus ministros y validos se libran de las cárceles.
Una Navidad que vierte un letal aguinaldo sobre una sociedad alienada, embaucada, sin aliento de rebeldía, propiciada por un Presidente mendaz, vendido al sucio capitalismo, a las mafias de la banca; desde una monarquía cuyos estertores vomitan corrupción.
Es un país maldito en donde los artistas no pueden vivir de su trabajo; tampoco los obreros; donde no hay recipiente de desperdicios que no sea auscultado por los desgraciados, los miserables que acaban anudados a la estela de la destrucción como seres válidos para la sociedad. Un país fundido con la canalla de la especulación del saqueo, de la rapiña.
A la mesa de los hampones tomará asiento la codicia y el desprecio, el abotargamiento y la España negra, la más vil, la que mató a Miguel Hernández de hambre y secuestró la palabra al pueblo con una Ley represiva que amordaza el alma y los latidos; la que arroja al mar a los negros africanos y les desuella el cuerpo con cuchillas de vileza y acero. A ella se sentarán los taumaturgos del crimen investidos de insaciabilidad, la que secuestró la democracia. Urdirán las satrapías nuevas a golpe de brindis y en cada burbuja instalarán un desahucio.
País de mierda éste en donde muy pocos pueden vivir de su trabajo, de su preparación, donde se anula al ser humano y se le relega a la diáspora, al más indigno de los destierros, a los servicios más precarios de Europa, a las letrinas del capitalismo; donde se arroja a la puta calle a miles y miles de familias por una banca que liquida tanto la vida como el amor con el ungüento letal distribuido por un gobierno deshumanizado; donde miles de jóvenes se desesperan cada día mendigando un vergonzoso salario.
Pero lo peor es que esto ha sido deliberado, preparado por unos inmorales por donde el saqueo tomó asiento y la insolidaridad apellido, por donde el dinero trazó su deletéreo y mortal viaje.
En la mesa de los hampones, la Navidad entona un villancico de insuerte y vileza.
Herman, hermana, compañeros: hay un resuello en el envés de tu cuerpo capaz de parar esto, una canción capaz de arrojarles en el mar, una voz que puede apagar ese alienante villancico de mordaza y mentira. Grita, sal a la plaza y únete a la libertad.
Que grande es Juan Vallejo. Cuantas verdades en tan poco espacio.
ResponderEliminarGente como vosotros son los que hacen posible que se pueda escribir esto en medios en donde el servilismo y la adulación no tienen cabida.
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